La purga de los lobos (+18)

Sirius:

La bruja tenia cierto deje cómico, sus poderes bien usados podían tener cierto valor, sobre todo como espía por su cambio de apariencia, pero no eran tan bélicos como los míos.
-No puedo enseñarte...es innato en mi, controlo el clima desde que era un crio, me han enseñado a encauzar mi poder, peor viene intrínseco en mi.
No necesito fuego, pues un rayo lo devasta todo y como Thor el dios del trueno soy capaz de dirigir las inclemencias del tiempo sobre un objetivo.
La noche fue pasando, descansamos parte de ella, al parecer los nervios de la mujer se fueron extinguiendo tal y como comprobaba que nadie se adentraba en la morada, eran incapaces de cruzar el circulo de protección.

Lobbo:

Desnudo sobre la tierra con los labios entreabiertos manchados de carmesí por haberme cobrado la vida de algún pieza y las manos embarradas por la carrera, abrí los ojos al sentir el candor de los haces de luz del sol golpear mi rostro.
Me relamí humedeciendo los labios resecos dejándome caer boca arriba agotado por una noche movida.
Permanecí así el tiempo suficiente, perdido en mis propios pensamientos hasta que me giré para contemplar a mi alrededor, el cuerpo de dos féminas con las que de seguro habría compartido cacería, se enredaban a mi lado.

Me puse en pie bostezando, rascándome la nuca mientras emprendía camino hacia la casa donde había dejado a Sirius y a la bruja.
Sabía que estarían bien, el poder del hechicero no tenia parangona, lo había visto obrar un milagro en una ocasión, su poder hizo que la luna perdiera su hegemonía en el firmamento ocultándola, así emergió el sol...fue el día que bien podría mi hermano haber matado a Orion, salvó la vida de los dos con un acto que le trajo serias consecuencias, casi su muerte. Mi hermana ese día. Cuando despertó, le dijo que se casaría con él, la princesa y el vikingo, bien merecía el cantar de un juglar dicha gesta.
Necesitaba un baño, olía a bosque, a sangre, a barro y pegarme un buen sueño, pues estaba cansado.
Sirius ya había roto el escudo protector, así que cuando me adentré en palacio este me saludó con una sonrisa lanzándome las ropas.
-Buenos días dije con picarda mirando a la hechicera mientas le guiñaba un ojo.
Sirius se echo a reír.
-Voy a ver si consigo algo de plantas medicinales ahora que habéis dejado de jugar en el bosque los cachorros -apuntó con ese aire soberbio que mi cuñado aveces se gastaba.

Los gruñidos de la bruja se hicieron sonoros con cierto fastidio, pues el hechicero no parecía querer dar lecciones, aunque realmente le molestó más lo que pareció una mofa de su habilidad con el fuego alegando que trueno era mejor, eso hizo que la bruja hiciese saber su disgusto con una notable mueca de enfado, más no le dió más importancia salvo que guardar silencio jugando con las llamas entre los dedos hasta que concilió el sueño dejando caer la mano y tapandose con el brazo el rostro, no se dió cuenta ni cuando amaneció, pero si se puso en pie de golpe tambaleandose por no estar del todo despierta cuando se puso en pie.

Más sonrió cuando Lobbo entro, manchado de barro y lo que parecía sangre, ladeo la cabeza algo sonrojada mordiendose el labio cuando entró antes de que Sirius le lanzase la ropa para cubrirse. Cada vez se confirmaba más estaba rodeada de engreidos, más sonrió de medio lado acercandose a Lobbo robandole un beso que le importó bien poco que aun quedara el ferreo sabor a sangre en su boca, quizá se estaba volviendo avariciosa con el licántropo. -Alguien necesita asearse...- Dijo con un tono jocoso mirando al licano con algo de malicia sonriendo. Quizá con algo de nervosismo, y euforia, más miró al hechicero con esa sonrisilla maliciosa antes de tirar del lobo para llevarselo a ayudarle a acicalarse. -Un principe tiene que estar presentable..- Comentó con algo de picarda, nerviosa, incluso Lobbo podría notar que se encontraba euforica, muchisimo, cosa que quizá llevase algun comentarió jocoso por parte del licántropo que acompañó de un manotazo de la bruja mientras tiraba de él para conducirle a donde se pudiera bañar, no dejó que se separara de ella.

Le dió vueltas mientras se deleitaba con la visión del licántropo, que se acondicionaba, la bruja se mordía el labio buscando la forma de hablarle poniendose algo sería. -Oye....yo...- titubeo y sacudió la cabeza para intentar centrarse un poco, aunque le resultaba dificil. -bueno, quizá te parezca una estupidez...pero la cabeza no siempre sigue los pasos del corazón....Demonios eso me ha sonado cursi..- Masculló lo último, abrió la palma de la mano y apuntó las aguas que rozaban la piel del licano calentandole, el agua pasó a ser calida, mientras los ojos de la muchacha brillaban levemente mientras mascullaba el hechizo, para despues mirar su otra mano creando una pequeña llama, el fuego la calmaba y podía ayudarla a decir algo más que babuceos. -Creo que siento algo por tí, y me siento confusa por ello, me quema cada segundo que paso sin tenerte cerca y me aterra el momento de una despedida.- Dijo finalmente sin levantar la vista de la llama, pues ciertamente temía una sonrisa burlona en ese momento. -Yo....solo siento que quiero estar al lado tuyo....acariciar tu calida piel, me enloqueces, tu lujuria animal, tu maldita sonrisa engreida, tu actitud....y quería saber si vos...sentiais algo asi.- Le miró finalmente. Temerosa de la posible reacción que tuviera, le miraba con miedo de una reacción inusual, tragó saliva fijando sus ojos en él, la respiración se le acelerada. -Solo...respondeme...lo que sea...pero hazlo....- Musitó nerviosamente, apagó la llama de la mano habiendo encontrado el valor de contarle de más, ¿por qué demonios se sentía tan vulnerable?. El corazón a mil por hora y la conciencia de que en su familia quizá no viera con tan buenos ojos lo que sentía.

La pelirroja tiró de mi impaciente, al parecer verme desnudo le daba la motivación suficiente como para querer quedarse a solas conmigo en un cuarto..oscuro.
Me eche a reír cuando como si ella fuera el depredador, me dio vueltas mirándome de arriba a bajo relamiéndose los labios.
Ya me había besado en el salón con hambre, así que no tenia que ser tonto para saber lo que quería, seguro que si metía los dedos estaba mojada como una perra en celo.
por que no te bañas conmigo -pedí sin preguntar mientras me introducía en las cálidas aguas de la tina recostando mi cuerpo contra la pared de hierro negruzca.

Wenky parecía mas nerviosa de lo normal, no la podía culpar, verme desnudo era el efecto que tenia en las mujeres.
-por que no nos sirves un par de copas... -pedí mientras esta negaba con la cabeza arrodillándose a mi lado y metiendo la diestra en las aguas.
Enarqué una ceja, podía notar como el agua se calentaba, al parecer buscaba las palabras adecuadas para decir, preguntar mas bien algo.

Escuché en silencio su inquieto discurso, admito que era valiente al expresar sus sentimientos de un modo tan trasparente y ojala mi respuesta pudiera ser la que ella deseaba escuchar, pero yo todavía no estaba preparado para eso.
-Mira, yo... -mi seguridad se dispersaba, era un mierda para hablar de sentimientos -yo... yo no se bien expresarme, a ver, me pones, me divierto contigo, pero es pronto, no te conozco apenas y aunque es verdad que pocas veces duermo con las mujeres que yazco y contigo me he saltado mi propia regla, no se aun lo que siento por ti.

Tiré de su mano ensanchando la sonrisa con picardia
-¿quieres ahora esa copa y venir conmigo al agua? estoy caliente, quiero decir, que está caliente. Cuando termine contigo no te podrás mover -dije con ese aire engreído que me caracterizaba.
Wenký se acercó a por una botella, quizás en su rostro se reflejaba la decepción, quizás necesitaba un buen trago para pasar mis palabras, peor no era un no, era un no lo se..a mi las cosas me costaban mas..mi vida no había sido fácil, huía de las relaciones, de las ataduras, era un espíritu libre y ...eso es lo que había.

Saqué la mano del agua y tomé su muñeca mientras esta bebía.
-dame -pedí mirándola con los ojos encendidos en ámbar -desnúdate para mi, despacio, ven y dame.

Se sentía un poco atropellada por los acontecimientos, se había arrojado sin mirar, le había dicho lo que sentía, y quizás se había precipitado, demasiado pasional, demasiado rapida, y las palabras del lobo fueron algo titubeantes, sintió el corazón encojerse, tragó saliva mirandole, bajando la vista con cierta tristeza, o sintiendose un poco tonta, pero comprendió las palabras del licántropo, se levantó, nececitaba un trago urgentemente para salir de esa sensación que la invadía. Y no tardó en buscar con la mirada donde estaba el alcohol, necesitaba embriagar sus sentidos. -Bueno...- Dijo finalmente. - Lo siento...no pretendía incomodarte, solo tenía necesidad de decirlo...quería ser sincera.- Musitó respirando hondo y buscando calmar su ansia.

Más no pudo evitar sonreir con los comentarios, y aun de espaldas a él para recuperar la compostura, y calmar el torrente emocional que sentía dando un señor trago. Más sintió el tacto de la calida mano del licano y se giró a mirarle, más calmada y ladeo una sonrisa. -El estar caliente lo he notado..- Comentó para salir del paso, bien se divertía con ella, y ella con él, arrugó primero la nariz y luego ladeó una muy maliciosa sonrisa. -Que exijente me pareces.....¿Acabar conmigo? oh lobito, tu no me conoces como bien has dicho...y hasta ahora he sido buena dejandote ganar, pero yo soy la que va a acabar contigo.- Dijo con malicia dandose importancia, pero empezó a desnudarse con lentitud, mordiendose el labio, mientras se deshacia lentamente de la ropa. -Pienso torturarte...- susurró con calma, mientras quedaba sin prenda alguna que la cubriera, ladeaba la cabeza observandole y empezaba a meterse en la tina mientras acercaba las dos copas y el alcohol, mientras observaba esos ambarinos ojos que la volvían loca.

-Puedo ser cruel si quiero. - Aseguró mirandole fijamente, y gruño juguetona mientras retiraba con ferocidad las manos de Lobbo para buscar dominar ella un poco la situación ya que se había dado ella misma de malvada, se acercó pegando su cuerpo al del licantropo mientras sujetaba sus manos para que no acariciase su cuerpo, paso los labios por el cuello de Lobbo, dando lentos besos, calidos con suaves mordiscos, él tenía bien marcado el cuello de la bruja. Bien sabia lo que al lobo le gustaban las atenciones en su cuello, y Wenkyel aprovechaba eso. Despues simplemente se hechó atras recostandose. - De perdidos al rio....mi padre enloquecería si supiera...- Dejó escapar en una sonrisa, aunque dudaba que a Lobbo ahora mostrase mucho interes por nada que la bruja dijese, pues parecía tener otro tipo de intereses. -¿Es que las transformaciones os suben la testosterona?- dijo jocosa forma, mientras daba tragos al alcohol buscando nublar su juicio sin perder la maliciosa sonrisilla que tenía ahora la bruja. E incluso se permitió el lujo de esquivarle algunos besos por hacerle rabiar un poco a lo que ante la mirada de Lobbo sacó la lengua divertida.

La pelirroja aseguraba poder ser mala, torturarme y no dejarme vencer con tanta facilidad como antes, ladeé la sonrisa cuando fue quitándose la ropa frente a mi turbia mirada.
-La cercanía de la luna llena me excita, me llena de testosterona y teniendo en cuenta que esta noche la dama blanca a coronado el cielo, ahí tienes tu respuesta -aseguré tomando su mano para ayudarla a introducirse conmigo en la tina.

Llenó sendas copas y ambos bebimos de la propia observándonos cada uno desde uno de los extremos, tentándonos con un silencioso juego. Sus húmedos labios se elevaban picaros cuando su pie rozó mi tronco que alzado por el streptes pedía guerra en esos momentos.
Como si el pistoletazo de salida fuera el ultimo trago, la hechicera se movió en mi búsqueda.
Entreabrí la boca cuando su copa cayó al suelo haciéndose añicos completamente vacía, se orilló contra mi piel aferrando mis muñecas mientras negaba contra mis labios siseando prohibiéndome tocarla.
-¿quieres jugar? -pregunté mordiendo su inferior paladeando las gotas de alcohol.
Ladeé la cabeza cuando su boca se hundió en mi cuello, torturándolo a lametazos, sus pechos friccionaba contra mi torso calentando el agua que resbalaba por ambos.

No pude aguantar mas, el cuello era mi debilidad. Me alcé quedando frente a ella, el aguas escurría muriendo en mi lazada verga.
Era evidente lo que quería, sus ojos recorrieron mi cuerpo musculado por la guerra, deslizó dos de sus dedos por encima de cada girón de mi piel alzando la mirada para chocar con mis ámbar.
Enredé mis dedos a su pelo empujandola hacia mi miembro palpitante, la punta mojada de liquido pre seminal rozó sus labios que se entreabrieron besando la punta, lamiendo las gotas que escurrían.

Empujé metiéndosela hasta dentro, golpeando la pared de su garganta con el glande, embistiendo su boca cada vez con mas rudeza.
Mojada resbalaba entre sus paredes mientras me follaba su boca, sus ojos vidriosos por como mi verga copaba su boca se elevaban para mirarme con fiereza.

A punto de correrme la saque, su saliva resbaló por las comisuras de sus labios, ladeé la sonrisa girándola, dándole un azote en sus nalgas que abrí con mis manos dejando a la vista la entrada de tu trasero.

La bruja tras haberse lanzado con ganas de devorar al lobo, pero las tornas se cambiaron, quizá aprovechandose demasiado tiempo de ese punto debil que la pelirroja había descubierto, exhaló mirandole cuando en pie se puso, recorriendo la vista ese cuerpo que tenía, que a la bruja se le antojaba absolutamente perfecto. Acariciaba con los dedos su cuerpo con suavidad, como memorizandole con las manos, mientras no perdía de vista sus ambarinos ojos, respirando pesadamente mientras le mira de forma embelesada.

Notó su mano enredarse en sus naranjas cabellos, empujandola contra su hombría, ella miró el miembro del licántropo mientras empezaba a rozar sus labios contra este, de manera lenta, recreandose en levantar más su pasión, primero sacó su lengua lamiendo de forma lenta, tomandose su tiempo, mientras le miraba. Besaba la punta de su humedecido glande, que seguidamente lamió, sin duda eso encendía el ansia del lobo que la obligó practicamente a meter su miembro en la boca, en la que el lobo empezo a mover su pelvis mientras la bruja pelirroja humedecía y masturbaba con los labios la verga del licántropo, que afianzaba el ritmo en notables embestidas.
Ella alzaba la vista mirandole mientras notaba como su garganta era ocupada por el miembro del lobo, que imprimia velocidad, los ojos de la bruja brillaban cuando se empañaban en lagrimas por las envestidas que propinaba el lobo contra ella, mientras sus uñas se deslizaban por su piel sin llegar a arañar.

Cuando el lobo sacó su miembro de la boca de la bruja ella cogió aire y observo como un hilo de saliva mantenía conectado de su boca a la punta del glande, quedando resquicios de esta en las comisuras de su labio, pero Lobbo se le notaba jadeante, su miembro estaba palpitante de haber estado apunto de desahogarse dentro de su boca, la bruja le miraba con los labios entreabiertos.
Más la sorpresa llegó cuando la hizo girarse, jadeo caliente cuando la azotó y ladeo la cabeza para observarle mientras empieza a intuir las intenciones que tiene el licántopo con sus movimientos, le mira con cierta sorpresa. -¿Lobbo...?- Apenas susurra antes de notar por donde va el juego del lobo, parecía que estaba preparando el terreno para sus lascivas intenciones, aunque si bien la bruja se excitaba más viendo al licántropo adiente de deseos. La bruja se tapa la boca para no gemir de muy escandalosa forma, baja la cabeza dejandose invadir por el placer, recibiendo las mas feroces embestidas del licano, ella se aferraba al borde de la tina para aguantar la posición, los jadeos eran sonoros, gemidos y gruñidos mientras ella misma agarraba la mano del licano invitandole a deslizar su mano por sus curvas, dejando que el calor de sus dedos encendóan más si podía ser posible.

Gime placenteramente, dejando que el licántropo descargue y se desfogue, mientras araña ligeramente su pierna debido al arranque de pasión arrasante, arqueaba su espalda y se deshacía de placer por los ahogados gritos de placer, mientras se volvía completamente loca. -¡Lobbo...!.- Agarró a decir entre gemidos, mientras por el calor del agua y el sudor perlaba el rostro y el cuerpo de la pelirroja, que de forma turbia clavaba sus brillantes ojos claros en esos salvajes ambarinos del licano.

La hechicera con la mirada turbia y los labios entreabiertos me miraba henchida de deseo, mis dedos se perdieron en la humedad de su vagina escuchado sus gemidos. Mi verga dura como una roca fue guiada por mi diestra recorriendo su trinchera, mojando el glande en aquel elixir que cuanto mas la masturbaba, mas salia.

La pelirroja se sujetaba como podía a la pared de la tina cuando sin miramientos embestí su recto que se dilató acogiendo mi polla, dejándola dentro, clavada hasta el fondo, sintiéndose plena.
Grito gutural de placer al sentirse follada por ambas partes, perdida en la rudeza de cada movimiento, el agua formaba olas que empapaban el suelo.

Rugí contra su boca, hambrienta me buscaba necesitada de que no parara, suplicaba.
-Voy a seguir follándote hasta que no te tengas en pie – rugí lamiendo sus labios, mordiéndolos acallando su lujuria.
Sus astas impactaban contra la pared de la tina, completamente a cuatro patas, dejándome ver sus glúteos abiertos para mi.

Se corrió contra mis dedos, vibrando contra ellos, engullendolos con sus paredes, como su ano hacia con mi verga. No me detuve, sus piernas temblaban cada vez que la empalaba.
Enredé mi diestra en su cascada roja para alzarla, para que su boca se abriera contra la mía, saqueando su abertura, enredándome en un beso rudo, que arrasó con todo.
Sus caderas danzaban al ritmo de mis estocadas, saqué los dedos al sentir que se iba de nuevo, mi sonrisa engreída lo dijo todo mientras esta frustrada por el vació me miraba caliente preguntándose seguramente a que cojones jugaba.

Metí mis dedos en su boca, para que los lamiera.
-Así de bien sabes -susurré en su oído con la voz ronca. Tomé la botella y di un buen trago deteniéndome, ella se movía como una loca, necesitada de que siguiera, clavandosela ella misma.

Wenkyel estaba fuera de sí, con unos gemidos tremendos por la penetración anal, que pasaba de un tremendo y agudo dolor a mezclarlo con placer, cosa que realmente le encantaba, aunque no admitiría se podía ver de manera obvia, se aferraba de tremenda a la tina intentando mantener el equilibrió, se sintió durante unos instantes como la mariomenta del lobo, pero la mezcla que sentía de dolor y placer hacía que la bruja cediese, le miraba turbia, con el doloroso placer que sentía, las palabras del lobo casi la hicieron estremecerse por esa fiereza animal que el licántropo destilaba.
Mentiría si dijera que esa faceta animal no le encantaba, esos ambarinos hipnotizantes, sus gruñidos, su salvaje comportamiento que mostraba en ocasiones, la bruja se cubría la boca cada vez que sentía la necesidad de soltar los guturales gemidos o los gritos que le provocaba cada vez que notaba como hasta el fondo llegaba moviendose de brusca forma, el sonido de sus nalgas chocando con la cadera ajena, mientras jadeaba, la espalda se arqueaba y el brillo del sudor provocado mezclado con el agua calida que se desbordaba con los movimientos.

El jadeo fue notoriamente sonoro cuando la muchacha se corría de placer, poniendo durante unos segundos los ojos en blanco, intentando no desplomarse mientras su cuerpo entero temblaba por el extasis llegado, más el licántropo no daba tregua y seguía moviendose de esa salvaje forma, sin duda esa manera de desvirgar el ano de la bruja no se lo habría imaginado la bruja de ninguna forma, y menos ser tomada de esa tremenda forma salvaje. -Por todos...los dioses...Lobbo...- Alcanzó a decir bajando la cabeza rendida a la lascivia, mientras sus pechos rozaban contra la pared de la tina por cada empujón que se llevaba por parte del lobo, que parecía más poseido por la lujuria que ella. Y asi lo demostró cuando la espalda de la bruja hizo un arco perfecto recibiendo el feroz beso del lobo donde ella ahogaba sus gemidos, mientras el licántropo parecía que más que deborarla se la fuera a comer entera.
Iba al segundo orgasmo directa cuando Lobbo retiró los dedos haciendo que la bruja ahogase un tremendo jadeo sonoro, le miró, no entendía que se traía entre manos el licántropo, un juego demasiado desconcertante para la pelirroja, mientras impuestos los dedos del lobo pasaron por sus labios, a la boca de la bruja, que le miraba turbia, frunciendo el ceño de autentico placer, y dolor que hace bastante le provocaba aun mas placer, jugaba con la lengua entre los dedos de Lobbo, que apretaba con sus labios de lasciva forma, mordiendolos con suavidad, más cuando el licano paró de moverse fue la pelirroja quien siguió con el movimiento de tremenda forma, chocando bruscamente más sus nalgas contra las caderas, haciendo sonoro el impacto.

Ella se movía de alante atras mientras gemia, bajaba la cabeza mientras sentía el sumo placer que la tenía totalmente enloquecida, fuera de si misma, habiendo perdido el norte por culpa del licántropo que la mantenía empalada. - Maldita bestia....me enloqueces....- Dijo entre jadeos que mecían violentamente el pelo naranja que se deslizaba por su cara, arañó su pierna cuando hecho su mano hacía atras, clavando sus uñas por el placer, incitandolo a que siguiera con las acometidas mientras embravecía el movimiento. -Me enloqueces...- Exclamó para venirse una vez más, temblando extenuada, quería aguantar aun por plantar cara al licano, en un ardiente deseo de que el licano acabase ahí, por el morbo, pero agotando así todas sus fuerzas, se desplomaba enrojecida totalmente, abriendo la boca mientras bucaba aire, apoyada sobre el brazo al borde de la tina, le miraba entre sus naranjas cabellos de manera extasiada, y dolorida por esa salvaje forma de estrenar su atras. Más como extrañamente le pasaba, sentía la necesidad de transmitir cariño al licántropo despues de desatar la lujuría animal, sentía algo de miedo que el lobo la rechazase una vez acabado, tal vez en un posible error de descubrir sus cartas, pero aun asi buscó como pudo conseguir acercarse al lobo.

Sus uñas hundidas en mi culo apremiaban mas fuerza, necesitaba que la embistiera, que me adentrara hasta la mas profunda de sus cavidades y así lo hice, dejando su cuerpo palpitando tras el éxtasis, sus labios engrosados, suplicantes de mas encuentros y su mirada, turbia como la noche buscándome por encima del hombro.
Hablaba de locura, la rozábamos sin duda cuando nuestros cuerpos hambrientos se encontraban ya fuera en el bosque, frente a una hoguera o en la misma tina que ahora hervía.

Me dejé caer al otro extremo con una sonrisa complacida mientras la buscaba con los ojos aun en un amarillo radioactivo.
La hechicera se acercó a mi, buscaba el refugio de mis brazos, su cuerpo se apoyó contra mi pecho mientras mis dedos se deslizaron tibios y arrugados por encima de su piel.
-¿has disfrutado? -bromeé divertido, con esa altivez que me caracterizaba, mordí su cuello repasándolo con mis labios muy despacio.
-Dijiste que a tu familia no le gustan los lobos ¿explícate?

Me relamí los labios cuando está se giro mirándome por encima del hombro, nuestras bocas entreabiertas exhalaban el vaho de nuestro aliento que humedecía los labios contrarios.
-Yo provengo de un largo linaje de licantropos, mi padre era un alfa, mi madre también, mi tío es alfa y yo lo seré...mi lugar no es le trono de Rumanía, mi hermano Velkan se convertirá en Rey cuando Damon deje de serlo, yo no ansió la corona sobre mi cabeza, aunque siempre seré fiel a mi hermano, mi lugar esta en estos bosques, provengo de aquí, el acero corre por mis venas, la tierra que piso me vio nacer, mi legado crecerá en Noruega, no en Rumanía aunque parte de mi corazón siempre estará en las tierras donde me crie, no las siento mías.

Hice na pausa tomando su boca despacio, saciado por completo
Se que mi hermano me necesitará cuando ascienda al trono, se que tendré que estar a su lado, por eso aun no ha llegado el momento de tomar lo que es mio, estos bosques me pertenecen como legado de mi madre y de mi padre y algún día...llegará el momento.
¿que me dices de ti? ¿donde aspiras a estar en el futuro?

Mordí su mentón, arrastrando mis dientes por su mandíbula.
-¿que buscas? Todos tenemos un fin, se donde encontraré el mio, será voluntad de los dioses cuando me lo den.
Fui educado en la fe católica, Damon, nunca creyó en los dioses en los que lo hizo mi padre, pero yo nunca he dejado de ser norteño...aunque apenas entiendo sus constumbres.

La pelirroja se acomodo aun con la respiración acelerada sobre el pecho del joven lobo, era tan calido, entreabria los labios por donde escapaban los suspiros cuando el licano repasaba su cuello con los labios, haciendo que la bruja cerrara los ojos mostrando asi la relajación acomodada sobre él, en su pecho mientras escuchaba los latidos de su corazón, algo mundano quizá demasiado tierno para el lobo, asi que simplemente no comentó su acción simplemente se quedó ahí, alzando el rostro para mirarle cuando preguntó por lo ya mencionado.
Un sencillo hechizo mantenía las aguas calidas, incluso con una de las manos hacía flotar algunas redondas gotas de agua durante unos segundos, mientras perdía la mirada escuchando a Lobbo, sin duda los dotes de alfa las tiene, eso no se lo podrían negar jamas, quizá por eso hasta ella se molestó cuando tuvo que incar la rodilla frente aquella arpia, suspiró relajada. -La sangre es la sangre, y la familia es importante..- Musitó con suavidad, entendía los fuertes lazos familiares y lo que era pasar un testigo de unos a otros.

Le correspondió un suave beso calmado, saciada del candor que el lobo le había ofrecido, realmente en luna llena estaban realmente alterados, pero no podía negar que le había encantado, le observó alzando la vista para mirar el rostro de Lobbo y se giro un poco para aparcar un beso en el cuello antes de volver a comodarse, mientras suspira, desde luego tenía grandes planes, era normal para alguien de su estatus. Cogió la mano del licano acariciando la cara interior del brazo con relajación. -En nuestra mansión tenemos una buena biblioteca, quizá pueda dejarte libros donde puedas leer de los dioses norteños.- Dijo con suavidad, mientras pensativa se disponía a responder las cuestiones que el licano había pronunciado. - Realmente como pudistes comprobar no es que sea muy dicha en los modales exquisitos que se esperan de una dama de clase alta, realmente adoro el caos, el fuego, aunque eso ya lo sabes, en irlanda conseguí que me enseñaran algunas cosas, muy poco femeninas, todo sea dicho, pero se forjar armas, crear bombas, por eso siempre llevo polvora en los bolsillos, deseo conocimiento y algo más que casarme con un pomposo tener hijos y....- Trago saliva, no dejaba de estar en la tina con un licano.

-Veras...en mi familia, hay mucho sobrenatural, pero el sector dominante es vampiro, casi todo los miembros de mi familia lo soy, de hecho el que mis dos hermanos mayores acabaran convertidos, fue algo que no hizo nada de gracia, pero por suerte el lazo familiar prevalece y no se deja atras a nadie, pero pasaron a ser las ovejas negras por asi decirlo.- Explicó mientras jugaba nerviosamente con los dedos. - Si mi padre se enterase de esto me llevarían a Irlanda y pediría el abrazo a mi abuelo.- Suspiró mientras sacudía la cabeza para despejarse. - Ya hubo problemas con mi prima, ya que la debío haber convertido nuestro abuelo, y no un desconocido. Es una bala perdida, mi hermana mayor cuida de ambas, ella es cambiante.- Le explico, era un poco raro, tener tanta sangre mezclada de seres sobrenaturales.- Asi que sinceramente no me apetece morir cada mañana y renacer al anochecer...aunque Bloondy parece feliz....Pero aun asi no lo deseo.- Sonrie sarcasticamente pensando en su descocada prima. - Pero viajar y conocer más cosas siempre es un buen objetivo, por eso vine hasta aquí.- Y ahora una palabra del licano podía torcer cualquier futuro predeterminado con anterioridad, Wenkyel le mira y suspira jugando aun besando el brazo de Lobbo.

Me acomodé en la tina sintiendo los labios de la bruja recorrer mi pecho despacio. Ladeé la sonrisa deslizando mis dedos por las montañas que formaba su curvilíneo cuerpo mientras mis ojos, ahora verduscos, se centraban en los azules de Wenky.
-Entiendo -dije mientras me iba contando la historia familiar a la que pertenecía. Al parecer toda ella formada por vampiros, excepto dos de sus hermanos, que eran algo así como los descarriados y una cambiante que cuidaba de la vampiresa y de la hechicera, para mi ese esquema familiar era algo complicado de entender, en mi familia todos eramos licantropos, excepto ahora Sirius, el marido de mi hermana e hijo del conde Cannif.
-Mi linaje se extiende al inicio de los tiempos, soy un lobo, mis hijos serán lobos …

No sabia si me seguía, si bien era cierto que ahora mismo no pensaba en familia, ni siquiera tenia pareja como para a estas alturas verme con hijos, pero cundo los tuviera serian licantropos, las normas de la manada eran claras y a una edad temprana, como yo fui convertido por Damon mis hijos serian convertidos por mi..mandaba eso la tradición.
-Tu familia no es de tradiciones ¿no? Para los míos lo son todo...supongo que como para tu abuelo era convertiros en vampiros.
Mi familia odia a los vampiros, son enemigos ancestrales, yo odio a los vampiros, los enfrento y los mato.

Su mentón se alzó, mis labios buscaron los ajenos perdiéndose en ellos de forma lenta.
-No creo que fuera bien recibido en casa de tu prima, ni siquiera en la biblioteca -bromeé -pero quizás yo pueda mostrarte Rumanía, seguro que Brianna te acoge bien, para mi es como una madre, Damon por contra no simpatiza con los hechiceros, pero bueno, creo que podrás aguantar unos cuantos días -bromeé dándole un manotazo en el trasero.

Poco a poco, entre el calor que desprendía el agua y las caricias que la hechicera me dedicaba, me empezó a entrar sopor. La noche había sido movida, me había trasformado en licano y después había tenido un encuentro salvaje con la hechicera, mi cuerpo completamente laxo cedió y mi cabeza acabó cayendo sobre mi pecho.
Adormilado escuché como me decía que no podía dormir allí, me puse en pie bostezando, me rasqué la nuca y caminé mojado y descalzó hacia el lecho donde me dejé caer.

La bruja observaba al lobo, mientras la miraba y escuchaba su breve relato familiar, no quiso entrar en detalles por miedo a aburrirle tal vez, o que dejase de sentir agrado por ella, ella disfrutaba de la candente compañia que este le brindaba, no recordaba a nadie que la hiciera sentirse asi, y eso en parte la aterraba, pues el conocía sus sentimientos, pero ella entendía perfectamente los de él, le miró escuchandole con interes, era obvio, los lobos tenían grandes linajes, y sus hermanos mayores sin duda crearían sus linajes con sus familias, pero nunca dejarian de pertenecer a los Enhydra. Le miró cuando pregunto que si su familia no era de tradiciones. -En realidad sí, digamos que mi hermana, mi prima y yo somos las descarriadas un poco, para mi abuelo a mí se me agota el tiempo...y mi hermana mató a su prometido antes de ir a París huyendo de las restinciones familiares, las tres rebeldes tal vez.- Dijo dejando escapar una risa.
Le observó ladeando la cabeza con cierta sonrisa algo nerviosa cuando mencionó que el mataba a los vampiros. -Vaya....eso me da miedo, te he visto pelear...si tengo ese destino tendre motivo para inquietarme...- Baja la cabeza nerviosamente, jugando con el agua observandole. Más alzo la vista para besarlo con suavidad, quizá para calmar sus propias inquietudes.

Se le escapó una risa cuando comentó lo de ir a la mansión Enhydra, y nego con la cabeza como quitandole importancia. -Oh, mi prima es absolutamente inofensiva.- Se quedó unos segundos pensando lo ridiculo que le sería al lobo escuchar que un vampiro es inofensivo, chasqueo la lengua en un claro atajo a decir "corrijo". - Bueno...no lo es, solo hay que saber tratarla, pero es la vampiresa más facil de tratar que he visto, aunque es mucho mas facil para mi hermana, que cuando habla parece la palabra de Dios en la casa.- Rie negando con la cabeza pensando en lo comica que le debería estar pareciendo la situación. - Pero se nota la ausencia de un Sire, sin duda, pero no quiso ir con mi abuelo, cosa que veo normal...no ha perdido su humanidad, al menos todavia no....espero que si a mi me ocurriese eso...seguir siendo yo..es algo complicado.- Suspiró mientras escuchó que podría enseñarle rumania, cosa que le hacia soberana ilusión, conocer las tierras y todo del lobo, más cuando aseguro la buena acojida de por parte de la que consideraba su madre, en cambio su tio..por un segundo casi corta la respiración, hasta que la azotó haciendola botar, y miró con enfado a Lobbo lanzandole un poco de agua a la cara. -Uy si, podría aguantar unos cuantos dias, si no es suficiente matarme de un infarto con tu manada, estar encima con alguien que sistematicamente me odia, no se si podre aguantar sin explotar nada unos dias mientras tu tio pide mi cabeza hasta por respirar fuerte...si, muy gracioso.- Dijo en un notable tono sarcastico, a su tio no le gustaban los hechiceros y ella los temía, era una combinación curiosa.

Estubo un rato hablando de tonterias hasta que se fijo que el licántropo tenía la cabeza baja sobre el pecho, estaba agotado, la bruja le acarició la cara para despertarle.-Arriba, no puedes dormir ahí.- Le obligó a levantarse mientras notaba que él andaba como si fuera ebrio para dejarse caer sobre la cama empapado y no sabría bien si decir que se había dormido, o se había desmayado. Miro como estaba empapado sobre la cama y no quiso que enfermera por enfriarse, aunque con el calor que desprendían los lobos lo dudaba, un sencillo hechizo y deslizó su dedo por su espalda haciendo que se secara, le dejo dormir y aprovechó para vestirse y arreglar el destrozo de la copa rota y el agua desperdigada por todos lados, antes de volver a su lado, tapandole con las mantas, mientras aprovechaba que estaba dormido le revisó las cicatrices, efectivamente la que le cosió se había sanado rapido, ella hecho la mano al homoplato palpandose la herida cerrada pero que mostraba relieve, a lo que apuntaba una posible cicatriz, siempre se podía tatuar algo para ocultarlo si lo viera poco femenino. Aunque a ella no le importaba que se le notase.

Miró a Lobbo que dormía sonriendo y le acariciaba tiernamente el pelo jugando a pasear su dedo creando ligeras chispitas de magia que emanaban calor para el lobo, mientras observaba si tenía la cicatriz de la mordida o algo de cuando le transformaron, tenía cierta curiosidad, asi que rebuscó entre sus cosas donde saco un pequeño libro, buscando algo de información de licántropos, que a ella se le escapaba, mientras se acomodaba a su lado, mientras deslizaba sus dedos entre la melena del dormido lobo, donde finalmente cedió a dar una cabezada dejando caer el libro en su regazo, recostada con su cabeza apoyada sobre la de él, aspirando el aroma que desprendía y el compas de su relajada respiración al estar dormido, depositando un suave beso sobre su cabeza, dejandole descansar pues parecía necesitarlo.

Entreabrí un instante los ojos mirando sus dos azules, su sonrisa sincera mientras acariciaba mi pelo con suavidad velando mi sueño. No estaba acostumbrado a eso, yo de normal mantenía relaciones esporádicas, dormía solo, y admitía que esto era agradable...pero no sabia si también efímero.
Cerré de nuevo los ojos, no había dormido en toda la noche y necesitaba unas horas de descansó.
El cuerpo de la bruja se acomodó contra el mio, apoyando su cabeza en mi pecho, su pelo rojo cual cascada de fuego cubrió mi hombro mientras instintivamente los dedos de mi diestra se deslizaron por la curvatura que se formaba entre espalda y culo.

Pasamos allí unos cuantos días, por suerte la reina me escuchó y acabó cediendo a escucar a mi hermana y formar ese tratado.
Al anochecer salimos de los bosques, pasamos a un terreno árido, de apenas vegetación y por las huellas del suelo muy transitado, la luna brillaba redonda en el cielo, estaba preciosa rodeada de estrellas, había luna nueva.

Se veía una casa de madera bastante grande, con dos alturas y una chimenea por donde salía un humo bastante negro, las ventanas estaban cerradas y a través de ellas salía bastante luz, había un trasiego de personas entrando y saliendo aunque me llamo la atención que la mayoría eran hombres, fuimos acercando nuestros caballos, el ruido era ya patente, desde luego parecía estar muy lleno.
-¿Crees que habrán cámaras para nosotros? pregunté
-Espero que sí, yo soy un buen amigo de la dueña y nos hará un hueco, la siguiente posada está lejos, además esta es una posada muy agradable, tú ya me entiendes.
Me eche a reír negando con la cabeza, pero era cierto los hombres necesitaban un buen polvo después de toda la tensión que habíamos ido acumulando en estos meses de viaje.
-esta es la posada de la que hablaba en el viaje -dijo Sirius con una sonrisa mirando al licano de reojo.
-venga vamos -dije mientras negaba riéndome.
-Claro -rio a carcajadas
Llegamos a la puerta de la posada y ataron sus caballos en una especie de palo que había.
Entramos al interior, un olor fuertísimo llego a mí, olía a alcohol, y a sudor, había mucho tumulto de gente. La sala era cuadrada, llena de mesas, la música estaba alta, y mujeres bailaban semidesnudas, como poseídas por ella. Había muchos hombres de todo tipo, la escena de aquel lugar era cuanto menos entretenida, no había ningún tipo de pudor, los hombres tocaban a las mujeres allí sin intimidad de ninguna clase.

Fue agradable acompañar a Lobbo mientras dormía, de echo se podría acostumbrar a eso, sonrió para si misma, pero el tiempo diría que pasos se darían, tampoco iba a obsesionarse o al menos intentaría no hacerlo, pasaron dias ahí donde Wenkyel intento soltarse un poco y aprovechaba para pasar con Lobbo todo el tiempo que pudiera, más parecía el momento de ponerse en marcha, aprovechaba el largo viaje para leer o intentar tocarle un poco las narices a Lobbo con animo de picarlo un poco, con poco exito la mayoria de las veces.
Se hacía de noche mientras estaban de marcha, parece que llegaban a sitio mas transcurrido, la bruja deslizaba los dedos por un mechon de su pelo cambiandolo de color ligeramente por entretenimiento, más alzó la mirada paseando la vista por la gran casa que había delante. Parecía haber ajetreo entrando y saliendo, sobre todo hombres, eso sorprendió a la pelirroja.

Más se giró a mirar con cierta sorpresa cuando escuchó a sus compañeros de travesia hablar entre ellos, empezando a sospechar de que clase de edificación era aquella, enarcó una ceja aun sin mediar palabra. Por un segundo clavó la mirada fulminante en Sirius y Lobbo cuando dieron luz a sus pensamientos, solo que ellos no se percataron de la taladrante mirada de la bruja. Acicaló a los caballos una vez atados, no podía evitarlo sentía ternura por los animales, asi que se entretuvo en dar un poco de cariño a estos antes de seguirles al interior, Wenkyel pasó la vista por el sitio, notando el pesado ambiente que allí había. -¿Enserio?- Dijo apretando los dientes. -¿Estamos en un...burdel?.- Gruñó cruzandose de brazos, si los dos hombres que estaban cerca de la mirasen notarían como la vena del cuello empezaba a marcarsele ligeramente, mientras apretaba los dientes con notable irritación, no tenía nada en contra de que los hombres se desahogaran, pero ciertamente su presencia en esa instancia no es que le fuera plato de buen gusto. -oh, por dios....si tengo que aguantaros expandir testosterona necesito un trago.- Gruñó, mientras localizaba la barra, más no sin antes girar a mirar a Lobbo y a Sirius, señalando al hechicero. -¡Tú! recuerda que tienes mujer...- Amenazó la bruja y despues miró a Lobbo.- Y tú....- Dejó la frase inconclusa antes de irse a la barra maldiciendo en su idioma natal.

-Wiskhy.- Pidió con tono seco mientras se giraba a observar al grupo, y como algunos se entretenia y alegraba la vista con esas curvas de ligeros ropajes, lo que hizo que la bruja pusiera los ojos en blanco, dando unos tragos, sin perder de vista lo que hacía Lobbo, incluso encelandose cuando la vista de este se deslizaba por alguna femina que pasaba cerca de él con sus insinuantes ropajes, emitiendo bufidos con desdén, cuando decidió volver para vigilarlos más de cerca la bruja se detuvo en seco, pues uno de los hombres que allí estaba por motivos de placer sin duda, se tomó la libertad de agarrar el culo de la bruja y estrujarlo, Wenkyel se quedó unos segundos parada, rigida antes de girarse a mirar al hombre. -¡¡seras cerdo!! ¡¿Como te atreves?!.- Rugió furiosa para darle una señora bofetada con todas sus fuerzas.

Sirius y yo nos mirábamos muertos de la risa, la pelirroja indignada quería beber para embotar sus sentidos. Según ella vernos en pleno apogeo era demasiado para ella, eso si, le recordó a Sirus que tenia mujer, lo que aun nos hizo reír a ambos con mas ganas.
-¿Y yo que? -pregunté picandola.
Las jóvenes semidesnudas se paseaban ante nuestros ojos, las jarras corrían y pronto nos ofrecieron una mesa donde nos sentamos todos.
Dos de los licantropos ya habían cazado una buena presa que sentada sobre sus rodillas deslizaban sus manso por su pecho animándoles la entrepierna y de paso haciéndoles llenar el gaznate para que consumieran y se dejaran los cuartos en aquel antro de mierda.

Me acerqué a la barra con una sonrisa de autosuficiencia para avisarle de que ya teníamos mesa. Podía seguir emborrachadose con nosotros, no veía el problema. Estaba ya cerca cuando ví como uno de los norteños le apretaba las nalgas con ganas, posiblemente la habría confundido con una de las fulanas, cuando ibais ciegos solo veíamos tetas y culos.
La bruja le dio un guantazo que hizo reír a sus acompañantes e incluso a él mismo. El hombre atajó mas la distancia acorralándola entre la barra y la montaña de su cuerpo hecho a la batalla.
-Esta conmigo -dije tras él con una tranquilidad pasmosa. La risa de sus acompañantes se me antojo hasta divertida, así que no pude evitar acompasar a las suyas las mías ¿que seria eso que había sonado tan gracioso?

Sirius miraba la escena desde la mesa divertido, seguramente acostumbrado a las peleas de taberna, sus hermanos Cannif no eran precisamente hombres de paz y aqui en el norte por poco acababas dándote hostias.
En el local se desató una pelea, mesas, sillas, todo por el aire y puñetazos que esquivé con rapidez, aunque me superaban en numero y varios de ellos en corpulencia también.
El acero tintineaba a mis espaldas sediento de salir, de beber del férreo liquido carmesí, mas solo era una pelea de bar ¿para que llamar mas la atención sobre mi.

Cuando el ultimo hombre calló sobre la mesa partiendola en dos y nadie mas se digno a alzarse para seguir desafiándome.
-Venia a avisarte de que te vinieras a sentar -dije como si nada acabara de ocurrir con ese aire engreído que me caracterizaba.

La madam hizo sonar la música con mas fuerza, el espectáculo debía continuar, las peleas eran algo normal y el dinero no se ganaba solo, así que motivó a las chicas a mover mas sus culos y calmar a los guerreros que sangrábamos con sus cuerpos desnudos
Una se acercó a mi, deslizando su lengua por mi labio partido de un puñetazo.
-La madam dice que si estas tranquilo invita la casa -susurró en mi oído antes de empujarme hacia una de las sillas subiéndose a horcajadas.

Otra se orillaba hacia Sirius, que negaba con la cabeza extendiendo la mano para que se detuviera.
-Lo siento preciosa, pero estoy casado.
-Como la mitad de este local -respondió la puta con una sonrisa viperina.

La bruja abrió los ojos cuando aquel borracho la acorraló contra la barra, por el momento de la sorpresa, y aun antes de que la bruja separase los labios para rechistar Lobbo reclamó la compañía de la hechicera que desembocó en una pelea, observó como Lobbo se encargaba de deshacerse de esos otros maleantes borrachos con gran presteza mientras Sirius parecía divertirle el hecho, Wenkyel observaba como de forma curiosa se imponia ante los otros, ¿por salvarla del entuerto? tal vez, Wenky observó la contienda abrasando su garganta con el licor, y pidiendo otro, mejor beber antes de elegir ponerse hecha una fiera gritandoles a todos como si fuera la niñera y ellos el grupo de niñitos a los que cuidar. Enarcó una ceja cuando la espalda de uno rompió la mesa del golpe bien propinado por Lobbo, a lo que Wenkyel no mostró sorpresa alguna por la muestra de poder, no por que no tuviera merito si no por que sabía bien de lo que era capaz el licántropo.
Le observó cuando este le indicó que ya tenían mesa, Wenkyel enarcó una ceja. -Bien, tranquilo, ya has mostrado ser el machote de la taberna.- Dijo de forma sarcastica dandole unos golpes en el brazo con certa bravuconería, aunque podía ser por que el licor se la estaba empezando a subir a la cabeza y a soltarle la lengua.

Se sentó en la mesa con ellos mientras una nueva copa vaciaba en su boca, para hacer más soportable la situación, y paró a otra de esas damas semi desnudas moviendo la copa pidiendo más mientras escuchaba como ahora la musica era más alta. Wenkyel cogió la nueva copa de wiskhy que le sirviero, cuando se percató que una de las que trabajaba ahí se acercó a Lobbo y paso su lengua por la herida que tenía en el labio de la pelea, la bruja abrió mucho los ojos observando a esta apretando los dientes, unos rasgos que se asemejaban a los de su prima cuando estaba en pleno brote psicotico, mientras seguía las acciones de la cortesana. Y como le decía que si se calmaba invitaba la casa. -Yo puedo atarlo en corto.- Dijo con un tono de voz frio, y notablemente muy hostil, rabiando de celos por las acciones de aquella prostituta con él, el licántropo le gustaba.
Miró de forma fulminante a la cortesana mientras la copa de su mano empezó a resentir los efectos de la magia de Wenkyel que se le escapaba devido al enfado, el licor empezó a hervir en la copa burbujeando de sonora y violenta forma, mientras que el cristal de la copa se agrietar del calor tremendo que se sometía por la magia que se escapaba de la voluntad de la pelirroja.

Más la doncella aunque se dió cuenta del enfado de la pelirroja, no hizo mucho amago por su advertencia, sabiendo que Lobbo era atractivo, pero no iba a caer en algo a lo que hizo lobo, que es levantarse y quitarla de encima suya agarrandola de la melena. Ella trabajaba aqui, y era la mandam quien la mandaba a los brazos de Lobbo, más al igual que no podía controlar su copa que ahora estaba en estado de ebullición, y agrietandose el recipiente por segundos hasta estar apunto de estallar, justo cuando su copa se hizo añicos entre su mano, movió ligeramente los dedos con un susurro entre sus labios, y la cortesana que sobre Lobbo estaba sintió una fuerza tirar de ella, sobre todo de su melena haciendola caer hacia el suelo, a lo que Wenkyel enarcó una ceja con una sonrisa triunfal por haber hecho eso. -Que torpe...- Dijo con sarcasmo, ya que a ojos de los demás la muchacha había caido al suelo por torpeza. Despues Wenkyel fulminó con la mirada al licántropo a modo de advertencia.-Cuidado con lo que haceis.- Le repitió a Lobbo sacudiendo los restos de la copa estallada en su mano.

La pelirroja ardía de rabia, a mi la situación me causaba cierta diversión, ella se comportaba como una novia celosa. Francamente, era un hombre libre, podía meterle la verga a quien quisiera. Sirius tenia que guardarle la cara a mi hermana, había contraído matrimonio con ella, se amaban y habían decidido enlazar sus vidas. Yo no estaba preparado para ese paso, para un compromiso de esa índole, tenia muchas amigas, me enredaba con ellas en el lecho y después seguía con mis asuntos. Tenia miedo a una relación estable, me había criado con mi tío, viendo como sufría por amor, casado con una mujer que no amaba, una bruja que le jodía la vida y a la que aguantaba por el reino de Rumanía amaba a Brianna, la madre de Velkan. Había visto confabulaciones, juegos de tronos y intentos de derrocar al rey..
No estaba preparado para prometerme..y no lo haría hasta que no estuviera seguro de haber dado con la mujer indicada.

La puta salio de escena aterrada, y yo me lacé de la silla con el ceño fruncido tendiéndole la mano a la hechicera para que me acompañara arriba..
-Vamos a hablar -le dije sin mas.
Ella enarcó una ceja, no parecía dispuesta a colaborar, pero mi “por favor” basto para que atrapará mi diestra y pronto empezamos a ascender las escaleras.

A la derecha estaba la habitación dispuesta, le indiqué que pasara y cerré la puerta a mis espaldas caminando hacia el mueble bar que quedaba de frente a la puerta y en el lateral izquierdo del lecho.
-¿quieres una copa? -pregunté -aunque creo llevas unas cuantas de mas -bromeé guiñándole un ojo.
Ella me miraba seguramente sin comprender que hacíamos allí.
-No estoy preparado para una relación, no puedo ofrecerte lo que me estas pidiendo, no soy capaz de amar a una mujer, no lo he hecho nunca y no se si alguna vez podré hacerlo ¿entiendes? Siempre he sido libre como le viento, se que en mi naturaleza va implícito el emparejarme de por vida, pero hoy por hoy yo no quiero eso.

Trataba de ser justo con ella, no me importaba seguir conociéndola, pero no quería que se hiciera ideas equivocadas, si entre nosotros tenia que surgir algo ya podía armarse de infinita paciencia porque la iba a necesitar conmigo.
Ademas, yo estaba atado a un reino..la mujer que tuviera que acabar conmigo tendría que renunciar a muchas cosas, quizás no podría seguir con su tipo de vida, por no hablar de su relación con ..vampiros..era complicado.
-¿quiero saber que piensas?

Percibió que quizá se había pasado de la raya cuando Lobbo se la llevó apresuradamente a un lugar privado, eso hizo que se quedó algo contrariada y mirase al licántropo sin articular palabra, no le había visto con el ceño fruncido desde que se encontraron por primera vez, Wenkyel simplemente no articuló palabra, cogió la copa que le ofreció dandole un sorvo, y mirandole con la ceja arqueada, no tenía ni idea de por qué le había llevado ahí, entonces clavó sus claros ojos en los orbes ajenos, escuchando lo que el lobo tenía que decirle, frunció el ceño ligeramente sin interrumpirle ni mediar palabra, cuando el licántropo le preguntó que pensaba de ello Wenkyel estaba roja, con los ojos vidriosos apunto de derramar lagrimas que finalmente pudo retener y la copa nuevamente en plena ebullición, burbujeando sonoramente, los pensamientos se agolpaban pero no deseaba compartir ahora mismo los sentimientos con el lobo, repentinamente consiguió recuperar un rostro neutral y la copa de su mano pasó de ebullición a ser completamente congelada humeando por causa de la extrema congelacion que había sido sometida, y con ello pesando más, la bruja notó ese hecho y miró con cierta sorpresa lo que le había pasado a su copa sin ser consciente de eso.
Respiró hondo, para calmarse y recuperar su palidez natural, dejo la copa congelada y se puso en pie mirando a Lobbo, y sencillamente dibujo una sonrisa. -Está bien...lo entiendo..- Dijo con un tono suave, auto buscando su propia calma, mientras quedaba algo pensativa.


Pasó su mano por la cara algo incomoda y miró a Lobbo nuevamente, mientras mantenía la sonrisa en sus labios y se encogió de hombros negando con la cabeza. -Disculpa, no te molestare mientras estas con las damas.- Dijo finalmente llegando a la calma. Tambolireó los dedos de su mano derecha contra su pierna, mientras penstiva de en que podía ocupar el tiempo mientras el lobo jugaba con las cortesanas del lugar, y hayando con algo que la podría divertir se mordió el labio inferior y miró a Lobbo acercandose. -Diviertete..- Susurró aun con ese tono suave y le dió un efimero beso en la mejilla encaminandose a la puerta y quedando parada frente a ella unos segundos llevandose las manos a cubrir su rostro con ellas.

Aun con el rostro ocultó tras sus manos habó. -Bueno este sitio se supone que es un templo del vicio...veamoslo..-Chasqueo la lengua y empezo a deslizar sus manos desde su cara hacia su melena que tras el paso de sus manos la naranja melena de la muchacha cambió de color, de naranja a una frondosa melena rojo sangre, y un vestido negro ceñido que marcaba bien el contorno de su cuerpo y un notable escote. Miró a Lobbo enarcando una ceja y sonriendo de medio lado ahora con sus labios pintados de rojo burdeos, y una intensa y oscura sombra de ojos quizás dandole un aspecto algo más siniestro, tambien mucho más insinuante. -Si necesitas algo estaré en el fumadero de opio y desplumando a más de uno a las cartas, nadie me gana.- Dijo de manera altiva antes abrir la puerta para salir antes que él licantropo. -Y si estás ocupado deja una prenda en el pomo, aunque no te aseguró ser capaz de volver a las habitaciones.- Bromeó quitandole tensión a la cosa.

Su respuesta me gusto, asumió mis necesidades anteponiéndolas a las propias, era un cobarde, el amor me daba alergia, para mi era fácil bromear, tontear, beber, fumar y jugar, en el sexo no conocía secretos, mas por contra en el amor solo era capaz de balbucear como un recién nacido.
Esa mujer me gustaba, pero quizás no como ella esperaba, en mi podía encontrar diversión, pasión, una noche de confesiones en el lecho de besos entre gruñidos ..pero yo era un infierno como pareja, era incapaz de ser fiel a una mujer, de comprometer mi existencia, quizás porque vi a Damon atado a esa que amargó muchos años de su existencia y Brianna solo era su amante, lo he visto llorar, sufrir, rabiar, arder y quemarse las entrañas cada vez que tenía que ser el rey y no el hombre libre que deseaba ser.

Cuando cambió de físico no pude evitar sonreír de medio lado, quería jugar, divertirnos y eso era algo en lo que era experto, no esperé que cerrara la puerta, antes de que lo hiciera crucé el umbral tras ella, mi pecho se pegó a su espalda, mi boca surcó su cuello hasta el lóbulo de su oreja.
-Yo tampoco voy a prometerte que pueda llegar a la habitación.
No quería que me prometiera fidelidad, no me importaba si acababa la noche con otro, si se prometía mañana, me dedicaba a vivir un bello “carpe diem” donde ambos eramos libres de hacer.

Acaso es obligatorio amar y sentirse amado para tener una vida plena, hasta hoy no lo había necesitado ¿por que complicar mi existencia? Era un guerrero, una bestia de ojos ámbar..
Bajamos las escaleras entre risas cómplices, palabras susurradas y caminamos hasta el fumadero de opio.

El humo se fundía con el ambiente ya de pro si cargado, alcohol, mujeres semidesnudas que bailaban con sus caderas curvadas.
Tomamos asiento en una mesa, pronto una pipa copó el circulo de cristal oscuro, unas almohadas de asiento y una botella de bourbon para acompañar el colocón de humo negro.
-Bueno, entonces haces los honores? -pregunté pasandole la manguera

Ella controlaba el fuego, la prendería con suma facilidad, mientras yo serví sendos vasos de bourbon llevando pronto el mio a mis labios para darle un trago.
-¿así que quieres jugar a las cartas? Pues venga, juguemos.

La bruja abandonaba la habitación luciendo ahora su melena roja, mientras empezaba a sumirse en sus propios pensamientos, pero poco duró eso cuando noto la calida piel al otro lado de la fina tela ceñida que tenía la bruja por vestido, como la piel se erizaban por el paso de los labios del lobo, que hizo que escapara un suspiro. -Por los dioses como os odio...- Dijo en un entrecortado suspiro, cosa que hizo escapar una risa al licántropo sin duda, y ella poner los ojos en blanco armandose de paciencia, palabrería y risilla hasta el fumadero de opio, se sentó y cogió el extremo de la pipa mientras se tumbaba entre los cojines, su vestido negro de seda hacía que faltase bien poco para mostrar el sonrosado pezon, sin duda sugerente, provocadora, un sencillo hechizo de fuego y aspiro de la pipa para dejar que el espeso humo se deslizase entre sus rojos labios mirando al licántropo.
-¿Ya quereis que os desplume jugando a las cartas? no me da miedo dejaros en paños menores despues de sacaros hasta a tu manada...- Dijo en tono jocoso, riendo dandole otra calada más antes de pasarle la pipa.

Se disponia a empezar el juego mientras observaba como Lobbo observaba a las muchachas y el opio empezaba a turbiar la mente de la pelirroja, que daba un trago al licor. -¿Estás seguro que no prefieres pasar la noche en compañia de las otras damas? .- Parece que esas palabras sorprendieron algo al Lobbo, más la bruja solo enarcó una ceja. -Cuando me has seguido me has jodido el plan, esperaba que te fueras con esas....cortesanas, y yo irme al bosque, donde hacer un ritual danzando alrededor del fuego desnuda manchandome de barro partes que una dama no deberia tener barro para haceros caer una maldición, no podre hacer eso si me teneis entretenida jugando a las cartas.- Quizá era una broma acida, pero no dejaba de serlo, pero el opio empezaba a subirsele a la cabeza y a desaparecer el filtro que hacía que se guardase algunos comentarios para ella, sin duda parecía algo sorprendido por esos comentarios, pero el alcohol y el opio eran una peligrosa combinación para charlas, por suerte no soltó lo que a continuación pensó y es que el comportamiento del lobo no le era realmente tan ajeno, le recordaba al de un vampiro, su prima tambien solia jugar a juegos de amor solo por un excitante entretenimiento, pero ella tampoco no parecía sentir amor de ningun tipo, si acaso afecto...poco más, era algo curioso, pero si llega a decir que le recordaba a un vampiro seguramente Lobbo se habría cabreado mucho y ella no deseaba enfadarlo, todo lo contrario, quería que estuviera bien, agusto, comodo con ella, quizás no fuera nunca su amor, realmente su compañia podría ser suficiente.


-Oye....perdona por lo de antes, me he dejado llevar...en realidad...no tiene tanta importancia, no volverá a pasar...¡jamas!.- Se puso por unos instantes algo sentimental, tenía que aguantarse, no iba a tener algo solo por que lo desease, sacudió la cabezam para despejar los pensamientos de esa indole, no eran necesarios, y ya bastante debilidad había mostrado ante el lobo, no iba a exponerse más. Volvió a dibujar una maliciosa sonrisa, dió un trago y sin duda tiro de trampas para conseguir la convinación de cartas favorable. -Bien...está partida es mia...¿cual va a ser lo primero que me vais a dar por ganaros? usa la imaginación.- Dijo en un tono altamente altivo y egocentrico, mientras enarcaba una ceja. -No va a ver compasión...para ti.- Rió de manera maliciosa, dando otra calada más echando la cabeza hacia atras abriendo la boca espulsando el espeso humo. -Perdedor....-Hizo a modo mofa un obsceno por ganar la partida esperando que Lobbo no se percatase de sus truquitos de bruja tramposa.