AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Entre los pensamientos muertos de mi alma...
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Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Recuerdo del primer mensaje :
No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.
Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...
Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.
No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.
Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...
Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Narrador:
Ya en sus caballos, los dos sirvientes, el lycan, el gran Nosferatu y su hijo se fueron al galope en los caballos. Anthony iba al frente de todos.
-Bien, Anthony, es momento de ver cuan buen rastreador eres!-dijo el Conde a sus espaldas soltando luego una leve risa. Su hijo, lo miro y asintio. Golpeo con sus talones los costados del animal y este fue más rápido.
Los sentidos vampiricos del joven estaban alerta y frente a él, usando su don, recreo la escena donde su ex jefa se iba con Alfred y su brujo. Inspiro profundamente el aire, exhalando luego, reconociendo el aroma de Jacqueline.
-Hacia el oeste, padre!-dijo en alto y jalo las riendas para que el caballo fuese en la direccion dicha. Pronto los arboles se volvieron escasos hasta que ya los caballos cabalgaban en el pavimento de la ciudad. El joven confiaba en sus sensibles instintos y se dirigia exactamente donde queria.
Antes de llegar a destino, Anthony desacelero su caballo hasta detenerlo. Se bajo de este, mirando bien por los alrededores e inspirando el aire de nuevo. Miro a los demas, haciendoles un alto con la mano para que se detengan.
-Estamos muy cerca, el perfume de Jacqueline se mezcla con el de una posada barata de la calle siguiente, pero lo más probable es que haya custodia. Tenemos algun plan?-explico mirando a todos, ya que él solo los habia guiado.
Ya en sus caballos, los dos sirvientes, el lycan, el gran Nosferatu y su hijo se fueron al galope en los caballos. Anthony iba al frente de todos.
-Bien, Anthony, es momento de ver cuan buen rastreador eres!-dijo el Conde a sus espaldas soltando luego una leve risa. Su hijo, lo miro y asintio. Golpeo con sus talones los costados del animal y este fue más rápido.
Los sentidos vampiricos del joven estaban alerta y frente a él, usando su don, recreo la escena donde su ex jefa se iba con Alfred y su brujo. Inspiro profundamente el aire, exhalando luego, reconociendo el aroma de Jacqueline.
-Hacia el oeste, padre!-dijo en alto y jalo las riendas para que el caballo fuese en la direccion dicha. Pronto los arboles se volvieron escasos hasta que ya los caballos cabalgaban en el pavimento de la ciudad. El joven confiaba en sus sensibles instintos y se dirigia exactamente donde queria.
Antes de llegar a destino, Anthony desacelero su caballo hasta detenerlo. Se bajo de este, mirando bien por los alrededores e inspirando el aire de nuevo. Miro a los demas, haciendoles un alto con la mano para que se detengan.
-Estamos muy cerca, el perfume de Jacqueline se mezcla con el de una posada barata de la calle siguiente, pero lo más probable es que haya custodia. Tenemos algun plan?-explico mirando a todos, ya que él solo los habia guiado.
Última edición por Jacqueline S. Ritchway el Sáb Mar 03, 2012 10:58 am, editado 1 vez
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Pronto Anthony tomó la delantera y el Conde le apremió diciendo que usara su don. Conocía de antemano que muchos vampiros poseían esos dones, Jacqueline era una de ellas también. Conocía de antemano que se podía comunicar mentalmente con otros seres, ya lo había hecho en varias ocasiones, incluso antes de ser arrastrada por Alfred hacia su condena. Seguí la cabalgada detrás de Anthony y el Conde, seguido por la pareja de sirvientes que cabalgaban últimos, ellos serían los que nos guiarían una vez llegáramos al lugar. Giramos al oeste y seguimos expoleando a los caballos exponiendo su resistencia.
Tardamos aproximadamente una hora antes de que Anthony relajase la velocidad hasta detenerse y hacernos una señal para que hiciéramos lo mismo. Ya estábamos muy cerca. Expiré el aire en busca de la fragancia de Jacqueline, se podía oler en el aire. Apreté los puños lleno de ira y frustración por encontrarme en aquella situación y fui el primero en contestar ante la pregunta de Anthony. -No dejar a ninguno con vida... Mis ojos miraban al frente, desafiante, cuando el viento empezó a soplar más violentamente removiendo mi cabello. Empezaba a oscurecer y pronto los guardias humanos que pudiesen haber serían sustituidos por otros vampiros más fuertes y más temedarios. Nuestra oportunidad era ahora en el intercambio.
Me giré hacia los demás para encontrarme con sus ojos expuestos hacia mi. -Pronto anochecerá, eso quiere decir que Alfred no habrá sido tonto y sustituirá a todos sus guardias humanos por vampiros para una mayor protección. Debemos encontrar a esos guardias antes de que los sustituyan y hacernos pasar por ellos. Dejé pasar unos segundos para que asimilaran la idea antes de continuar -Somos cinco, con lo que necesitamos encontrar a cinco guardis y robarles sus atuendos. Hay que intentar mantener nuestro rostro siempre oculto y no acercarnos a Alfred o nos delataremos. Si todo va bien, podremos movernos libremente entre ellos y encontrar el lugar donde está escondida la madame antes de que la lleven al templo. Una vez saquemos a Jacqueline de este maldito lugar el resto queda a mi cuenta
Tardamos aproximadamente una hora antes de que Anthony relajase la velocidad hasta detenerse y hacernos una señal para que hiciéramos lo mismo. Ya estábamos muy cerca. Expiré el aire en busca de la fragancia de Jacqueline, se podía oler en el aire. Apreté los puños lleno de ira y frustración por encontrarme en aquella situación y fui el primero en contestar ante la pregunta de Anthony. -No dejar a ninguno con vida... Mis ojos miraban al frente, desafiante, cuando el viento empezó a soplar más violentamente removiendo mi cabello. Empezaba a oscurecer y pronto los guardias humanos que pudiesen haber serían sustituidos por otros vampiros más fuertes y más temedarios. Nuestra oportunidad era ahora en el intercambio.
Me giré hacia los demás para encontrarme con sus ojos expuestos hacia mi. -Pronto anochecerá, eso quiere decir que Alfred no habrá sido tonto y sustituirá a todos sus guardias humanos por vampiros para una mayor protección. Debemos encontrar a esos guardias antes de que los sustituyan y hacernos pasar por ellos. Dejé pasar unos segundos para que asimilaran la idea antes de continuar -Somos cinco, con lo que necesitamos encontrar a cinco guardis y robarles sus atuendos. Hay que intentar mantener nuestro rostro siempre oculto y no acercarnos a Alfred o nos delataremos. Si todo va bien, podremos movernos libremente entre ellos y encontrar el lugar donde está escondida la madame antes de que la lleven al templo. Una vez saquemos a Jacqueline de este maldito lugar el resto queda a mi cuenta
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista Narrador:
Todos escucharon a John dar el objetivo principal, matarlos a todos. Eso hizo que el Conde se riera un poco por lo bajo pero asintio. Esa idea era compartida. Al escuchar el plan, todos estuvieron de acuerdo pero el Nosferatu mayor tomo la palabra haciendo borrar las sonrisas de los demas.
-Eso esta muy bien, señor Cena, pero olvido un pequeño pero relevante detalle...-acerco más el caballo hacia él y le olfateo un poco, despues se sento derecho y le dijo:-Su efluvio.
-Qué es efluvio, padre?-pregunto Anthony volviendo a subirse al caballo.
-Es el aroma natural de cada ser o raza. Los vampiros tenemos un aroma, los humanos otros y los lycans tambien. Solo que los vampiros somos muy sensibles al olor de lobo. Eso nos pone en desventaja.
-No tanto, padre...-dijo el muchacho pensandolo un momento.-La idea es buena, solo necesitaremos organizarnos. Haremos dos grupos de ofensiva, defensiva y neutral. Padre, usted tiene mucho más poder y le necesitaremos luego, asi que será la neutral. Maria es mujer por lo que no creo que sea bueno que sea un guardia entre hombres, ella hara equipo con el señor Cena en un grupo defensivo. Ellos se encargaran de sacarle los uniformes a los guardias y de sonsacar informacion para saber cual es el cuarto de Alfred y de Jacqueline. Y Eleazar y yo seremos la ofensiva, dejaremos camino libre para que luego entremos todos adentro y la saquemos de alli, como si jugaramos a "capturen la bandera". Qué opinan?-explico el joven vampiro y espero la reaccion de sus compañeros.
Todos escucharon a John dar el objetivo principal, matarlos a todos. Eso hizo que el Conde se riera un poco por lo bajo pero asintio. Esa idea era compartida. Al escuchar el plan, todos estuvieron de acuerdo pero el Nosferatu mayor tomo la palabra haciendo borrar las sonrisas de los demas.
-Eso esta muy bien, señor Cena, pero olvido un pequeño pero relevante detalle...-acerco más el caballo hacia él y le olfateo un poco, despues se sento derecho y le dijo:-Su efluvio.
-Qué es efluvio, padre?-pregunto Anthony volviendo a subirse al caballo.
-Es el aroma natural de cada ser o raza. Los vampiros tenemos un aroma, los humanos otros y los lycans tambien. Solo que los vampiros somos muy sensibles al olor de lobo. Eso nos pone en desventaja.
-No tanto, padre...-dijo el muchacho pensandolo un momento.-La idea es buena, solo necesitaremos organizarnos. Haremos dos grupos de ofensiva, defensiva y neutral. Padre, usted tiene mucho más poder y le necesitaremos luego, asi que será la neutral. Maria es mujer por lo que no creo que sea bueno que sea un guardia entre hombres, ella hara equipo con el señor Cena en un grupo defensivo. Ellos se encargaran de sacarle los uniformes a los guardias y de sonsacar informacion para saber cual es el cuarto de Alfred y de Jacqueline. Y Eleazar y yo seremos la ofensiva, dejaremos camino libre para que luego entremos todos adentro y la saquemos de alli, como si jugaramos a "capturen la bandera". Qué opinan?-explico el joven vampiro y espero la reaccion de sus compañeros.
Última edición por Jacqueline S. Ritchway el Sáb Mar 03, 2012 10:57 am, editado 1 vez
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Ciertamente el Conde había dado con el punto débil de su plan. Era cierto que los vampiros eran más susceptibles al aroma de un licántropo y no vacilarían a la hora de delatarlo. Eso me hizo pensar nuevamente. No tenía que ser una desventaja. Incluso aquello era mejor ya que ellos podrían conseguir los trajes e infiltrarse mientras yo podía ir por libre. Pensaba todo ésto mientras el Conde seguía instruyendo a mi viejo compañero quien parecía que era un joven vampiro inexperto que recién acababa de abrir esos ojos para ver un nuevo mundo dispuesto para él. Entonces volvió a hablar, proponiendo una nueva táctica en la que nos dividiríamos en tres grupos. Escuché con atención pero había algo que fallaba. Si nos movíamos a la vez, estaba seguro que alguno llamaría la atención ya que el único libre de acción era el Conde.
-Anthony...o como te llames ahora le dije llamando su atención -tu plan es bueno pero el problema soy yo, da igual que vaya con la sirvienta o no, me detectarían igual y os pondría en riesgo a todos. Pero es cierto que debemos ir por separado. Vosotros tres sois vampiros le dije mirando a los dos sirvientes y a él mismo -no deberíais tener problemas en deshaceros de simples humanos y conseguir esos trajes de guardia. Además no os descubrirán por el olor. Vosotros nos abriréis la puerta. Miré al Conde -Sé que tienes el poder de aparecerte ante los que desees en forma de humo, puedes crearnos una distracción a los guardias vampiros para que se creen una falsa alarma y avisen a Alfred. Mientras yo me escurriré en el interior y buscaré a Jacqueline. Cuando la encuentre nos reuniremos todos y la alejaremos del peligro. Callé para escuchar sus opiniones.
Actuar por libre me daba la oportunidad de moverme por donde quisiese sin tener que mirar a mis espaldas por mi acompañante aunque mi éxito dependiese de que los demás hiciesen su parte para dejarme el camino despejado.
-Anthony...o como te llames ahora le dije llamando su atención -tu plan es bueno pero el problema soy yo, da igual que vaya con la sirvienta o no, me detectarían igual y os pondría en riesgo a todos. Pero es cierto que debemos ir por separado. Vosotros tres sois vampiros le dije mirando a los dos sirvientes y a él mismo -no deberíais tener problemas en deshaceros de simples humanos y conseguir esos trajes de guardia. Además no os descubrirán por el olor. Vosotros nos abriréis la puerta. Miré al Conde -Sé que tienes el poder de aparecerte ante los que desees en forma de humo, puedes crearnos una distracción a los guardias vampiros para que se creen una falsa alarma y avisen a Alfred. Mientras yo me escurriré en el interior y buscaré a Jacqueline. Cuando la encuentre nos reuniremos todos y la alejaremos del peligro. Callé para escuchar sus opiniones.
Actuar por libre me daba la oportunidad de moverme por donde quisiese sin tener que mirar a mis espaldas por mi acompañante aunque mi éxito dependiese de que los demás hiciesen su parte para dejarme el camino despejado.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista Narrador:
El joven Anthony no pudo evitar sonreirle al señor Cena pues dudaba de qué nombre tenia ahora. Escucharon todos atentamente y asintieron. Un seguia la desventaja pero el nuevo plan que salio a luz hizo que el Conde sonriera más ampliamente.
-Excelente...me gusta este plan.-su hijo adoptivo sonrio incomodamente.
-Ay, padre...
-Les jugare una broma y los sacare a todos afuera. Ustedes los mataran y Cena ira adentro por Jacqueline. Cuidado con las armas que tengan. Alfred viajo a Roma varias veces yde seguro consiguio balas de plata.-se coloco sus anteojos sin borrar su sonrisa.-Estan listos?
-Mi Señor, aguarde.-la joven Maria le interrumpio.-Qué hay del Brujo? Y si nos detectase?
-Qué brujo?
-Un tal Justin.-eso hizo que la sangre se enfriase aun más en las venas del joven vampiro, haciendo centellar más sus ojos rojos. Miro al suelo un momento y se bajo del caballo.
-Entrare con el señor Cena y...me lo cenare.-dijo casi rugiendo de ira y apretando los puños.
-No ensucies tus colmillos, hijo. Los traidores tiene sangre podrida...mejor, has un experimento y averigua cuanto tiempo puede aguantar su cuello una sofocacion.
-Esto es serio, Padre!-le grito pero este aun no dejaba de sonreir.
-Esta bien...Entraras con Cena, él ira a por Jacqueline y tu te encargaras del Brujo. Pero...deja a Alfred con vida...Tengo el presentimiento de que cierto lobo tiene asuntos con él...-y rio por lo bajo haciendo alusion a John.
Punto de vista de Jacqueline.
Por más que intentaba, no podia lograrlo. No podia dormir. Solo habian pasado pocas horas y aun estaba nerviosa y muy tensa. Donde estaba John con el Conde? Los habran interceptado? No, no era posible. Si mi amigo habia seguido las instrucciones de mi carta, John estaria curado y ambos eran más fuertes de lo que los demás creian. Suspire, empuje la tapa de mi ataud y ahi vi de nuevo aquel vestido con el que debia caminar al altar...bueno, más bien a mi perdicion...
No podia escapar, dos guardias custodiaban la puerta, no habia ventanas y la puerta estaba trabaja y cerrada. Me sente y fleccione mis piernas hacia mi pecho, hundiendo mi rostro entre mis rodillas. Queria hablarle por mente pero eso de que iba a servir? No sabia ni donde estaba ni cómo estaba, ni siquiera sabia donde estaba yo...
-John...Conde...mucho cuidado...-susurre en un vago intento por que me escucharan...abrase mis piernas y asi me quede.
El joven Anthony no pudo evitar sonreirle al señor Cena pues dudaba de qué nombre tenia ahora. Escucharon todos atentamente y asintieron. Un seguia la desventaja pero el nuevo plan que salio a luz hizo que el Conde sonriera más ampliamente.
-Excelente...me gusta este plan.-su hijo adoptivo sonrio incomodamente.
-Ay, padre...
-Les jugare una broma y los sacare a todos afuera. Ustedes los mataran y Cena ira adentro por Jacqueline. Cuidado con las armas que tengan. Alfred viajo a Roma varias veces yde seguro consiguio balas de plata.-se coloco sus anteojos sin borrar su sonrisa.-Estan listos?
-Mi Señor, aguarde.-la joven Maria le interrumpio.-Qué hay del Brujo? Y si nos detectase?
-Qué brujo?
-Un tal Justin.-eso hizo que la sangre se enfriase aun más en las venas del joven vampiro, haciendo centellar más sus ojos rojos. Miro al suelo un momento y se bajo del caballo.
-Entrare con el señor Cena y...me lo cenare.-dijo casi rugiendo de ira y apretando los puños.
-No ensucies tus colmillos, hijo. Los traidores tiene sangre podrida...mejor, has un experimento y averigua cuanto tiempo puede aguantar su cuello una sofocacion.
-Esto es serio, Padre!-le grito pero este aun no dejaba de sonreir.
-Esta bien...Entraras con Cena, él ira a por Jacqueline y tu te encargaras del Brujo. Pero...deja a Alfred con vida...Tengo el presentimiento de que cierto lobo tiene asuntos con él...-y rio por lo bajo haciendo alusion a John.
Punto de vista de Jacqueline.
Por más que intentaba, no podia lograrlo. No podia dormir. Solo habian pasado pocas horas y aun estaba nerviosa y muy tensa. Donde estaba John con el Conde? Los habran interceptado? No, no era posible. Si mi amigo habia seguido las instrucciones de mi carta, John estaria curado y ambos eran más fuertes de lo que los demás creian. Suspire, empuje la tapa de mi ataud y ahi vi de nuevo aquel vestido con el que debia caminar al altar...bueno, más bien a mi perdicion...
No podia escapar, dos guardias custodiaban la puerta, no habia ventanas y la puerta estaba trabaja y cerrada. Me sente y fleccione mis piernas hacia mi pecho, hundiendo mi rostro entre mis rodillas. Queria hablarle por mente pero eso de que iba a servir? No sabia ni donde estaba ni cómo estaba, ni siquiera sabia donde estaba yo...
-John...Conde...mucho cuidado...-susurre en un vago intento por que me escucharan...abrase mis piernas y asi me quede.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Parecía que mi plan era el mejor después de todo pero un nuevo problema nos surgió de repente. Algo en lo que no había caído y podía ser un arma de doble filo contra nosotros: el traidor, Justin. La sangre se me heló al volver oír su nombre pero pero lo llevo Anthony cuando recordó de inmediato al que había sido su antiguo compañero de trabajo y amigo, y ahora nos había traicionado a nosotros y a la propia madame. Su cólera no fue de esperar y se quiso unir a mi búsqueda para encargarse en persona de esa alimaña. Acepté de buen agrado aquella petición, era un estorbo y había que eliminarlo inmediatamente. El Conde parecía divertirse al ver la furia que emanaba del joven vampiro.
Llamé nuevamente la atención e todos para dirigirme por última vez a ellos. El anochecer estaba cerca y no podíamos perder más tiempo hablando allí, debíamos comenzar. -Escuchadme, si algo sale mal, no dejéis que os capturen. Huid. Intentaremos llegar hasta donde podamos pero vosotros no debéis arriesgar vuestras...no-vidas le dije sobre todo refiriéndome a los dos sirvientes y a Anthony -Nosotros conseguiremos huir con Jacqueline cueste lo que cueste. Ahora debemos irnos, Jacqueline nos espera para salvarla Dicho ésto me giré y sin esperar nada más comencé a escabullirme por los matorrales buscando la localización de los soldados siguiendo su aroma con mi olfato.
No tardé mucho en encontrar la taberna donde había apostados varios guardias y me quedé al acecho mientras los observaba detenidamente. Eran humanos todos, aún no habían hecho el intercambio de guardias con los vampiros, aunque no tardarían en hacerlo, supuse. Anthony llegó segundos más tarde a mi posición y se colocó de cuclillas al igual que yo observando a nuestro objetivo. Aquellos uniformes eran los que deberían conseguir los sirvientes para infiltrarse. Sólo teníamos que esperar la señal del Conde.
Llamé nuevamente la atención e todos para dirigirme por última vez a ellos. El anochecer estaba cerca y no podíamos perder más tiempo hablando allí, debíamos comenzar. -Escuchadme, si algo sale mal, no dejéis que os capturen. Huid. Intentaremos llegar hasta donde podamos pero vosotros no debéis arriesgar vuestras...no-vidas le dije sobre todo refiriéndome a los dos sirvientes y a Anthony -Nosotros conseguiremos huir con Jacqueline cueste lo que cueste. Ahora debemos irnos, Jacqueline nos espera para salvarla Dicho ésto me giré y sin esperar nada más comencé a escabullirme por los matorrales buscando la localización de los soldados siguiendo su aroma con mi olfato.
No tardé mucho en encontrar la taberna donde había apostados varios guardias y me quedé al acecho mientras los observaba detenidamente. Eran humanos todos, aún no habían hecho el intercambio de guardias con los vampiros, aunque no tardarían en hacerlo, supuse. Anthony llegó segundos más tarde a mi posición y se colocó de cuclillas al igual que yo observando a nuestro objetivo. Aquellos uniformes eran los que deberían conseguir los sirvientes para infiltrarse. Sólo teníamos que esperar la señal del Conde.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista Narrador:
Todos asintieron y no se dijo más. Cena se marchó primero; Anthony le siguio pero su padre adoptivo le llamo la atencion.
-Anthony.-el joven vampiro se detuvo y volteo a verlo.-Recuerda muy bien lo que te he enseñado y recuerda bien...que tu ya no eres humano.-esa frase parecio hacer eco en su mente y asintio decidido, perdiendose en la vista y siguiendo los pasos sigilosos de John.-A sus puestos.-ordeno a sus sirvientes y estos se colocaron cerca del hostal barato.
El Conde, aun en su caballo, paso frente a aquel hostal y contemplo de reojo a los guardias humanos, inmoviles en sus puestos y observando al vampiro cabalgando despacio frente a ellos. No sabian quien era...
-A divertirse...-penso el Nosferatu para si. Sus ojos brillaron un poco y pronto, ambos guardias comenzaron a pelear entre si, revolcandose en la calle y haciendose daño. Estaban en trase. Varios guardias tambien trataron de detenerlos pero tambien quedaron poseidos y se cortaban con sus cuchillas.
Los sirvientes aprovecharon y secuestraron a dos cuerpos. Les quitaron sus uniformes y mataron a los guardias, arrojando sus cadaveres a los botes de basura. Todo era un desastre pero los guardias estaban lejos de la entrada, perfecto para infiltrarse rápido. Maria y Eleazar, les dieron los uniformes a Cena y Anthony corriendo a velocidad vampirica y alejandose luego de decirle algo a ambos:
-Logramos averiguar algo: Jacqueline esta custodiada por dos guardias vampiros en el tercer piso, Alfred esta dos habitaciones antes de la de ella, custodiado tambien y el brujo esta en el segundo piso. Si suben, él los interceptara. Mucha suerte.-luego, se alejaron para acabar con el resto de la guardia.
La noche no tardaba en salir y los rayos del sol estaban ya algo lejos en el horizonte.
Todos asintieron y no se dijo más. Cena se marchó primero; Anthony le siguio pero su padre adoptivo le llamo la atencion.
-Anthony.-el joven vampiro se detuvo y volteo a verlo.-Recuerda muy bien lo que te he enseñado y recuerda bien...que tu ya no eres humano.-esa frase parecio hacer eco en su mente y asintio decidido, perdiendose en la vista y siguiendo los pasos sigilosos de John.-A sus puestos.-ordeno a sus sirvientes y estos se colocaron cerca del hostal barato.
El Conde, aun en su caballo, paso frente a aquel hostal y contemplo de reojo a los guardias humanos, inmoviles en sus puestos y observando al vampiro cabalgando despacio frente a ellos. No sabian quien era...
-A divertirse...-penso el Nosferatu para si. Sus ojos brillaron un poco y pronto, ambos guardias comenzaron a pelear entre si, revolcandose en la calle y haciendose daño. Estaban en trase. Varios guardias tambien trataron de detenerlos pero tambien quedaron poseidos y se cortaban con sus cuchillas.
Los sirvientes aprovecharon y secuestraron a dos cuerpos. Les quitaron sus uniformes y mataron a los guardias, arrojando sus cadaveres a los botes de basura. Todo era un desastre pero los guardias estaban lejos de la entrada, perfecto para infiltrarse rápido. Maria y Eleazar, les dieron los uniformes a Cena y Anthony corriendo a velocidad vampirica y alejandose luego de decirle algo a ambos:
-Logramos averiguar algo: Jacqueline esta custodiada por dos guardias vampiros en el tercer piso, Alfred esta dos habitaciones antes de la de ella, custodiado tambien y el brujo esta en el segundo piso. Si suben, él los interceptara. Mucha suerte.-luego, se alejaron para acabar con el resto de la guardia.
La noche no tardaba en salir y los rayos del sol estaban ya algo lejos en el horizonte.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Pronto vimos que el Conde había comenzado su actuación. Sonreí con malicia pues veía como aquellos malditos bastardos se atacaban entre ellos, sacándose las entrañas como si fueran animales. Me divertí aquellas luchas pero ahora debía concentrarme en lo que teníamos por delante. No tardaron nada en llegar los sirvientes y tender la ropa a Anthony para que podamos infiltrarnos. No había necesidad que yo la visitiese pues mi efluvio licántropo sería detectado con facilidad. Nos escurrimos entre la multitud hasta el hostal, aprovechando la confusión del momento. No nos fue nada difícil conseguir entrar en la taberna pues los guardias que la custodiaban o estaban muertos o aún seguían peleando entre ellos confundidos por el poder del Conde.
Anthony me siguió hasta el interior, vestido como uno de ellos. Muchos guardias se encontraban cerca de la puerta observando que era aquellos gritos y movimientos de espada cuando nos vieron aparecer. Rápidamente se abalanzaron sobre mi, gritándole a Anthony que era un enemigo y debía matarme cueste lo que cueste. Sonreí burlonamente ante aquellas palabras y agarré a Anthony por la espalda, quitándole su arma y colocándosela en el cuello como si fuese mi rehén. -No tengas miedo...no voy a hacerte daño a ti.... le susurré muy bajo al oído para que sólo él pudiese oírme. Vi como los soldados detenían sus ataques y nos rodeaban con sus espadas en alto, maldiciéndome. -Cuando te suelte, atácales al cuello...no se lo esperaran...
Giré hasta observar donde quedaban las escaleras para subir al primer piso. Según la información de los sirvientes Jacqueline estaba en el tercero, al igual que Alfred y Justin en el segundo. Habría que encargarse primero del traidor. Me situé en frente de las escaleras y de un empujón lancé a Anthony contra algunos de los soldados, pillándolos desprevenidos mientras yo me giraba para encarar a los que impedían que subiésemos por la escalera. Eran simples humanos con armas, su velocidad y su fuerza no se podían comparar con la mía, con lo que no me fue difícil noquearlos con fuertes golpes en sus cabezas y abrirme paso sin dificultad hacia las escaleras. -¡Vamos!
Anthony me siguió hasta el interior, vestido como uno de ellos. Muchos guardias se encontraban cerca de la puerta observando que era aquellos gritos y movimientos de espada cuando nos vieron aparecer. Rápidamente se abalanzaron sobre mi, gritándole a Anthony que era un enemigo y debía matarme cueste lo que cueste. Sonreí burlonamente ante aquellas palabras y agarré a Anthony por la espalda, quitándole su arma y colocándosela en el cuello como si fuese mi rehén. -No tengas miedo...no voy a hacerte daño a ti.... le susurré muy bajo al oído para que sólo él pudiese oírme. Vi como los soldados detenían sus ataques y nos rodeaban con sus espadas en alto, maldiciéndome. -Cuando te suelte, atácales al cuello...no se lo esperaran...
Giré hasta observar donde quedaban las escaleras para subir al primer piso. Según la información de los sirvientes Jacqueline estaba en el tercero, al igual que Alfred y Justin en el segundo. Habría que encargarse primero del traidor. Me situé en frente de las escaleras y de un empujón lancé a Anthony contra algunos de los soldados, pillándolos desprevenidos mientras yo me giraba para encarar a los que impedían que subiésemos por la escalera. Eran simples humanos con armas, su velocidad y su fuerza no se podían comparar con la mía, con lo que no me fue difícil noquearlos con fuertes golpes en sus cabezas y abrirme paso sin dificultad hacia las escaleras. -¡Vamos!
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista Narrador:
La calle era un caos, los guardias hipnotizados, estaban quitandose sus propias vidas sin poder controlarse. El Conde estaba facinado con ello y les dio la ventaja a sus compañeros para infiltrarse en el edificio. Anthony aprovecho rapido y se vistio como un soldado de ellos. John habia actuado y tomo como papel de rehen a su amigo; éste estaba por tratar de soltarse pero las palabras en su oido le reconfortaron y simplemente actuo ante los demas guardias.
Ante el empujon, ya cerca de las escaleras, Anthony dejo brillar sus ojos rojos y sus fauces mordieron y destasaron sin control a los desprevenidos humanos. Cuando ya el camino estaba libre, corrieron hasta el primer piso y luego al segundo pero Justin los recibio con una ballesta mientras estaba parado sobre un simbolo dibujado con cera de vela.
-Quietos o los enviare al Inframundo.-no parecio sorprendido de verlo a Anthony pero eso no le detuvo de provocar de nuevo a John.-Asi que te recuperaste? Vaya...la sangre de tu enemigo ahora corre por tus venas, que se siente eso?-Anthony estaba perdiendo la paciencia.-Si vienen por Jacqueline, pierden su tiempo: Alfred cambio de plan. No quiso tener que casarse para luego tener que enviudar. Vayanse tranquilos, ella quiza ya esta muerta.-Anthony se lanzo a él, siendo la flecha de la ballesta clavada en su hombro, sostuvo al brujo y lo golpeo.
-John! Corre!!-le grito fuerte mientras el brujo forcejeaba con él.-Salvala!!
La calle era un caos, los guardias hipnotizados, estaban quitandose sus propias vidas sin poder controlarse. El Conde estaba facinado con ello y les dio la ventaja a sus compañeros para infiltrarse en el edificio. Anthony aprovecho rapido y se vistio como un soldado de ellos. John habia actuado y tomo como papel de rehen a su amigo; éste estaba por tratar de soltarse pero las palabras en su oido le reconfortaron y simplemente actuo ante los demas guardias.
Ante el empujon, ya cerca de las escaleras, Anthony dejo brillar sus ojos rojos y sus fauces mordieron y destasaron sin control a los desprevenidos humanos. Cuando ya el camino estaba libre, corrieron hasta el primer piso y luego al segundo pero Justin los recibio con una ballesta mientras estaba parado sobre un simbolo dibujado con cera de vela.
-Quietos o los enviare al Inframundo.-no parecio sorprendido de verlo a Anthony pero eso no le detuvo de provocar de nuevo a John.-Asi que te recuperaste? Vaya...la sangre de tu enemigo ahora corre por tus venas, que se siente eso?-Anthony estaba perdiendo la paciencia.-Si vienen por Jacqueline, pierden su tiempo: Alfred cambio de plan. No quiso tener que casarse para luego tener que enviudar. Vayanse tranquilos, ella quiza ya esta muerta.-Anthony se lanzo a él, siendo la flecha de la ballesta clavada en su hombro, sostuvo al brujo y lo golpeo.
-John! Corre!!-le grito fuerte mientras el brujo forcejeaba con él.-Salvala!!
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Subiamos las escaleras deprisa sin ningún obstáculo, algo que me hizo preocupar pero no disminuir mi ritmo. Al llegar al segundo piso, una flecha pasó silbando cerca nuestra y delante de nosotros estaba Justian con una ballesta apuntándonos. Apenas quería negociar con nosotros Anthony se lanzó a por él apartándolo de mi camino. Di una gran zancada y salté de un extremo al otro de la escalera, esquivando los guerpos enzarzados mientras emprendía el camino hasta el último piso, donde se encontraba Jacqueline. A mi paso salieron más guardias armados y protegidos con unas mallas y cascos que le cubrían el rostro y sólo les dejaba ver el rojo intenso de sus ojos. Eran los guardias de Alfred, sus secuaces, vampiros.
Con la espada que le había quitado al traje de Anthony, la alcé contra ellos esquivando sus embestidas y propinándoles una serie de golpes con el puño del mango o con mis pies lanzándolos por las escaleras hacia el piso inferior. Sin embargo, a cada paso que daba salían más y más soldados. Alcancé la mitad de las escaleras y quedé en el rellano donde me enzalcé en una furiosa lucha de espadas, quedando rasgado mis brazos y algún corte superficial en mi costado, por suerte no se me había olvidado como manejar una espada de mis gloriosos día como gladiador.
SAlté contra la pared cuando me había arrinconado y, cogiendo impulso contra ésta, me lancé contra todos aquellos vampiros arroyándolos a mi paso y creando una abertura que aprovecharía para correr por la escalera que me quedaba por cubrir. Cuando estaba llegando al penúltimo escalón noté como uno de los vampiros me sujetaba del tobillo para impedirme avanzar. Con un mandoble le corté el brazo ante los sollozos de dolor que aconteció pero ya había conseguido su objetivo. Los vampiros volvieron a rodearme en cuestión de segundos.Clavé la espada contra uno de sus cuerpos, lanzándola como de un simple cuchillo se tratase y salté sobre él mientras se apartaban los otros con vida de mi camino. Había alcanzado la tercera planta, finalmente.
Con la espada que le había quitado al traje de Anthony, la alcé contra ellos esquivando sus embestidas y propinándoles una serie de golpes con el puño del mango o con mis pies lanzándolos por las escaleras hacia el piso inferior. Sin embargo, a cada paso que daba salían más y más soldados. Alcancé la mitad de las escaleras y quedé en el rellano donde me enzalcé en una furiosa lucha de espadas, quedando rasgado mis brazos y algún corte superficial en mi costado, por suerte no se me había olvidado como manejar una espada de mis gloriosos día como gladiador.
SAlté contra la pared cuando me había arrinconado y, cogiendo impulso contra ésta, me lancé contra todos aquellos vampiros arroyándolos a mi paso y creando una abertura que aprovecharía para correr por la escalera que me quedaba por cubrir. Cuando estaba llegando al penúltimo escalón noté como uno de los vampiros me sujetaba del tobillo para impedirme avanzar. Con un mandoble le corté el brazo ante los sollozos de dolor que aconteció pero ya había conseguido su objetivo. Los vampiros volvieron a rodearme en cuestión de segundos.Clavé la espada contra uno de sus cuerpos, lanzándola como de un simple cuchillo se tratase y salté sobre él mientras se apartaban los otros con vida de mi camino. Había alcanzado la tercera planta, finalmente.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista de Jacqueline:
-No! Por favor, Alfred, no!-dos guardias me tomaron de las muñecas y me obligaron a recostarme en el suelo.-No hagas esto!-se acerco a mi con la jeringa con el veneno. Queria matarme, al parecer habia falsificado unos documentos y ya estabamos casados...pero mi luna de miel seria en el infierno.
-Lamento mi cambio de plan pero descuida, cuando te entierre te pondre tu hermoso vestido de novia. Asi no se desperdiciara...Tomalo como un tramite, Jacqueline. Sere el simple cajero que te facilitara las cosas para que puedas irte en paz...y sin antidoto ni retorno...-se arrodillo y por mas que forcejeaba, no podia soltarme. Esos guardias parecian neofitos, pues tenian una fuerza monumental. Tomaron mi brazo derecho y lo extendieron.-No va a dolerte, solo sentiras...que mueres poco a poco...te quedaras ciega al principio, luego tu fuerza va a anularse y será todo. Lo prometo.-rio un poco y suspiro sonriendo, colocando la aguja sobre una de mis venas sin hacer presion aun.-Lo lamento, querida...
-Alfred, no! Detente! No lo hagas!-en cuanto esa aguja penetro mi piel y un poco del liquido entro en mi, solte un grito muy fuerte y mis forcejeos fueron mayores. Pero algo que no espere en ese momento ocurrio: alguien habia apartado a los guardias y a Alfred, hiriendolos y haciendo que la jeringa de vidrio se rompiera al caer contra el suelo.-John!
Punto de vista de Anthony:
El brujo desgraciado era fuerte, reia con cada golpe y falta de sangre. Le habia cortado su brazo con mis dientes y aun asi parecia como si estuviera disfrutandolo.
-Que fuerte, Anthony...que pasa? Estas enfadado?
-Maldito engendro!-lo estrello contra unos guardias más que se venian encima y varias espadas se clavaron en su cuerpo. Lo deje ahi y esquivando algunos guardias muertos y heridos, intente llegar con John.
-No! Por favor, Alfred, no!-dos guardias me tomaron de las muñecas y me obligaron a recostarme en el suelo.-No hagas esto!-se acerco a mi con la jeringa con el veneno. Queria matarme, al parecer habia falsificado unos documentos y ya estabamos casados...pero mi luna de miel seria en el infierno.
-Lamento mi cambio de plan pero descuida, cuando te entierre te pondre tu hermoso vestido de novia. Asi no se desperdiciara...Tomalo como un tramite, Jacqueline. Sere el simple cajero que te facilitara las cosas para que puedas irte en paz...y sin antidoto ni retorno...-se arrodillo y por mas que forcejeaba, no podia soltarme. Esos guardias parecian neofitos, pues tenian una fuerza monumental. Tomaron mi brazo derecho y lo extendieron.-No va a dolerte, solo sentiras...que mueres poco a poco...te quedaras ciega al principio, luego tu fuerza va a anularse y será todo. Lo prometo.-rio un poco y suspiro sonriendo, colocando la aguja sobre una de mis venas sin hacer presion aun.-Lo lamento, querida...
-Alfred, no! Detente! No lo hagas!-en cuanto esa aguja penetro mi piel y un poco del liquido entro en mi, solte un grito muy fuerte y mis forcejeos fueron mayores. Pero algo que no espere en ese momento ocurrio: alguien habia apartado a los guardias y a Alfred, hiriendolos y haciendo que la jeringa de vidrio se rompiera al caer contra el suelo.-John!
Punto de vista de Anthony:
El brujo desgraciado era fuerte, reia con cada golpe y falta de sangre. Le habia cortado su brazo con mis dientes y aun asi parecia como si estuviera disfrutandolo.
-Que fuerte, Anthony...que pasa? Estas enfadado?
-Maldito engendro!-lo estrello contra unos guardias más que se venian encima y varias espadas se clavaron en su cuerpo. Lo deje ahi y esquivando algunos guardias muertos y heridos, intente llegar con John.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Los otros vampiros que me rodeaban se hicieron a un lado dejándome libre el pasillo que llevaba a las habitaciones del tercer piso. Los miré dubitativo por si me atacarían por la espalda pero viendo que no lo hacían corrí a la primera de las habitaciones donde debía de encontrarse Alfred, pero allí no había nadie. Las palabras de Justin cobraron mi preocupación y salí corriendo hacia la siguiente puerta abalanzándome como alma que lleve el mismo diablo. Los guardias que estaban apostados en la puerta desenfundaron sus armas contra mi pero poco me importaba ya. Arremetí contra ellos entrando en la habitación, sintiendo como una de las hojas de las espadas se clavaba en mi estómago manchando el suelo con mi sangre caliente.
Alfred estaba junto con otros dos vampiros sujetando a Jacqueline y llegué a tiempo para agarrarlo y lanzarlo contra la pared de aquella habitación sin ventana arrollando en el aire a los otros dos vampiros que la sujetaban y quedando libre de toda sujección. Oí el chasquido de algo romperse pero mis sentidos estaban ahora agudizados en los hombres que nos rodeaban con sus armas. Los vampiros que había dejado en la escalera se habían apelotonado en la entrada de la habitación con aires sonrientes de su victoria. Me habían acorralado en aquel cuerto sin poder salir. A pesar de estar herido no sentía ningún dolor, nada más que furia e ira. Estaba descontrolado.
De pronto comencé a sentir como mi corazón latía con mucha mayor fuerza, golpenado mi pecho con brusquedad. Mis ojos empezaron a captar otras tonalidades de los colores y mi espalda empezó a enconvarse hasta quedarme en la posición de cuatro piernas. Mi boca empezó a alargarse y formando un hocico mientras un escozor recorrió toda mi piel y me empezaarón a salir un pelaje azul marino muy fuerte que rasgó mis vestimentas. Mis manos se convirtieron en garras y mis dientes en colmillos. Me había convertido en lobo. Sin embargo, esta vez era completamente diferente pues, no había visto la luna llena y tampoco había perdido la memoria creyendo ser otra persona distinta como me había mencionado antes Jacqueline. Era yo, John Cena, y venía a rescatar a Jacqueline. Ayudándome con el hocico y una de las patas subí a Jacqueline a mi lomo y miré desafiante a los vampiros que estaban apostados en ella. Todos me miraban temblando del miedo y espectantes. Me abalancé dando mordiscos y arrancando extremidades hasta que salí de la habitación.
-¡Atrapadle! escuché una voz encarnizada a mis espaldas.
Alfred estaba junto con otros dos vampiros sujetando a Jacqueline y llegué a tiempo para agarrarlo y lanzarlo contra la pared de aquella habitación sin ventana arrollando en el aire a los otros dos vampiros que la sujetaban y quedando libre de toda sujección. Oí el chasquido de algo romperse pero mis sentidos estaban ahora agudizados en los hombres que nos rodeaban con sus armas. Los vampiros que había dejado en la escalera se habían apelotonado en la entrada de la habitación con aires sonrientes de su victoria. Me habían acorralado en aquel cuerto sin poder salir. A pesar de estar herido no sentía ningún dolor, nada más que furia e ira. Estaba descontrolado.
De pronto comencé a sentir como mi corazón latía con mucha mayor fuerza, golpenado mi pecho con brusquedad. Mis ojos empezaron a captar otras tonalidades de los colores y mi espalda empezó a enconvarse hasta quedarme en la posición de cuatro piernas. Mi boca empezó a alargarse y formando un hocico mientras un escozor recorrió toda mi piel y me empezaarón a salir un pelaje azul marino muy fuerte que rasgó mis vestimentas. Mis manos se convirtieron en garras y mis dientes en colmillos. Me había convertido en lobo. Sin embargo, esta vez era completamente diferente pues, no había visto la luna llena y tampoco había perdido la memoria creyendo ser otra persona distinta como me había mencionado antes Jacqueline. Era yo, John Cena, y venía a rescatar a Jacqueline. Ayudándome con el hocico y una de las patas subí a Jacqueline a mi lomo y miré desafiante a los vampiros que estaban apostados en ella. Todos me miraban temblando del miedo y espectantes. Me abalancé dando mordiscos y arrancando extremidades hasta que salí de la habitación.
-¡Atrapadle! escuché una voz encarnizada a mis espaldas.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
John habia llegado y arremetio contra todos los guardias, estaba herido y la habitacion se habia llenado de guardias. Me dio miedo, no iba a permitir que esos bastardos derramasen la sangre de él. Senti un dolor en mi brazo, como si se me durmiera, pero le reste importancia. Algo más llamo mi atencion...John se habia convertido. Pero como? Faltaba una semana y medio para la luna llena. Luego lo entendi, se transformo a voluntad. Se habia convertido en un licantropo. Me subio sobre su lomo y me abrase a él, su pelaje y el calor de su cuerpo era reconfortante...
Alfred aun estaba consiente y habia ordenado que se nos detuviera pero John era quien tenia la ventaja esta vez, los vampiros novatos no sabian como lidiar contra un licantropo como él y algunos salieron huyendo pero otros, murieron en sus fauces. Antes de huir, escuche la voz del idiota de mi ex-socio.
-No importa cuanto huyan! Yo gane! Y tu vampireza boba, disfruta tus ultimos minutos en la tierra!!-el veneno...aprete mis ojos y suspire. Pero el Conde estaba con nosotros, si algo me pasara, él me reviviria como siempre...
-Estoy bien, John. Huyamos!-le dije aun abrazandolo.
Alfred aun estaba consiente y habia ordenado que se nos detuviera pero John era quien tenia la ventaja esta vez, los vampiros novatos no sabian como lidiar contra un licantropo como él y algunos salieron huyendo pero otros, murieron en sus fauces. Antes de huir, escuche la voz del idiota de mi ex-socio.
-No importa cuanto huyan! Yo gane! Y tu vampireza boba, disfruta tus ultimos minutos en la tierra!!-el veneno...aprete mis ojos y suspire. Pero el Conde estaba con nosotros, si algo me pasara, él me reviviria como siempre...
-Estoy bien, John. Huyamos!-le dije aun abrazandolo.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
No teníamos tiempo que perder. Anthony regresaba abriéndose paso entre los vampiros apostados en la escalera hacia nosotros y, al vernos se detuvo estupefactado. Mentalmente me comuniqué con él diciéndole quien era y que debíamos huir de allí inmediatamente. Sin pensármelo dos veces, salté la barandilla que separaba las escaleras del vacío y me dejé caer por ella desde el tercer piso hasta la planta principal. Los tablones de madera del suelo se quebraron al caer y los vampiros nos miraron con cara de furia. Habíamos ganado algo de tiempo. Salí corriendo de aquel hostal esperando que Anthony continuase detrás nuestra. No sabía donde se habían metido los demás pero era el momento de huir de allí. Me interné por el sendero por el que habíamos venido y, para mi sorpresa, allí ya estaban los dos sirvientes esperándonos pero ni rastro del Conde.
Bajé con cuidado a Jacqueline de mis lomos y contacté con ella mentalmente.
Jacquelines, ¿estás bien? ¿Te hicieron algo en aquella habitación? Leí la carta que le enviaste al Conde, él también está aquí pero aún no regresó. Si nos persiguen, tendremos que huir sin él, fue lo que acordamos. Esperé que no me reprendiera por aquella decisión pero era lo mejor. Segundos más tarde llegó Anthony con sangre en sus labios y toda la barbilla y garganta. Sonrió al ver a Jacqueline de nuevo e hizo una reverencia cortés mientras nos decía con cara de incredulidad que nadie nos seguía. Eso no me gustó nada, algo más estaban planeando.
Bajé con cuidado a Jacqueline de mis lomos y contacté con ella mentalmente.
Jacquelines, ¿estás bien? ¿Te hicieron algo en aquella habitación? Leí la carta que le enviaste al Conde, él también está aquí pero aún no regresó. Si nos persiguen, tendremos que huir sin él, fue lo que acordamos. Esperé que no me reprendiera por aquella decisión pero era lo mejor. Segundos más tarde llegó Anthony con sangre en sus labios y toda la barbilla y garganta. Sonrió al ver a Jacqueline de nuevo e hizo una reverencia cortés mientras nos decía con cara de incredulidad que nadie nos seguía. Eso no me gustó nada, algo más estaban planeando.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Estar sobre la forma licantropa de John asi me recordo vagamente cuando cai sobre Iron Teeth y él trataba de quitarme de encima. Sabia que no le gustaba mucho pero no dijo nada, solo actuo. Corrio y salto las escaleras, los guardias estaban furicos al verlo y no se atrevian a acercarse. Quizas estaba alucinando, pero me habia parecido ver a Anthony. Era imposible, yo misma vi cuando mi creador, que en paz arda por siempre en el infierno, lo estaqueo con una rama. Sus ojos eran rojos...quien pudo convertirlo en vampiro?
Al salir y continuar un sendero, notando varios guardias humanos muertos, divisamos a un par de personas montadas a caballo y habia varios animales más. Los mire y sonrei, eran Eleazar y Maria, quienes al vernos de inmediato bajaron de los caballos. John despacio me bajo cuando llegamos hasta ellos. Me sonrieron y nos reverenciaron. Fu cuando escuche la voz de John en mi mente y...no podia mentirle, mi brazo estaba algo dormido pero aun podia moverlo vagamente.
-Antes de que llegaras, Alfred me dijo que servia tanto viva como muerta...asi que Justin le dio un veneno toxico para cualquier vampiro y...algo de veneno entro en mi cuando llegaste...-mire mi brazo derecho y mi piel parecia estar un poco más azulada que mi otro brazo.-Me dijo que seria cuestion de tiempo aunque el veneno avance lento; primero me quedare ciega, luego mi fuerza va a anularse...y luego morire.-di un suspiro y luego volvimos a ver a Anthony. Sus labios y cuello manchados de sangre me dieron la prueba de que lo habian convertido.
-No vienen detras de nosotros y eso que aun quedaban guardias vampiros. Tenemos que huir rápido. No sabemos que esperar.-dijo sacando un pañuelo del bolsillo y limpiandose.
-Nuestro Señor dijo que no le esperemos, que nos buscaria al regresar al Castillo.-se volvieron a subir a los caballos. Mire atras y nadie venia por nosotros. Alfred aun estaba vivo y Justin tambien aunque él estuviera estaqueado con varias espadas. Porque nadie nos seguia?
Senti un ligero entuvecimiento y sentia extenderse por mi brazo, subiendo por mi cuello de a poco. Respire hondo y mire a Maria, quizas ella pudiera ayudarme.
-Maria, espera.-llame su atencion.-Tu estudiabas toxicologia en los vampiros, no es asi?
-Trate algunos casos cuando algunos de nuestros camaradas se infectaba con algunas hiervas que crecen alrededor del castillo y tengo experiencia previa. Porque?-me subi a uno de los caballos que estaban solos y Anthony hizo lo mismo.
-Porque necsito que me trates. Me envenenaron con ponzoña de lobo y agua bendita inyectada en mi sangre.-abrio los ojos como platos y parecio estar en shock unos momentos.
-Mi Señora, eso es gravisimo. Debemos extraerle el veneno, de inmediato!-golpeo con sus talones al pobre animal y este galopo siguiendo el camino. Mire a John y le sonrei vagamente.
-John, lo conceguiste. Pudiste convertirte a voluntad. Me siento ogullosa de ti.-le dije por mente y le sonrei; aunque en apariencia parecia un lobo gigantezco, seguia siendo aquel hombre del que me habia enamorado.
Al salir y continuar un sendero, notando varios guardias humanos muertos, divisamos a un par de personas montadas a caballo y habia varios animales más. Los mire y sonrei, eran Eleazar y Maria, quienes al vernos de inmediato bajaron de los caballos. John despacio me bajo cuando llegamos hasta ellos. Me sonrieron y nos reverenciaron. Fu cuando escuche la voz de John en mi mente y...no podia mentirle, mi brazo estaba algo dormido pero aun podia moverlo vagamente.
-Antes de que llegaras, Alfred me dijo que servia tanto viva como muerta...asi que Justin le dio un veneno toxico para cualquier vampiro y...algo de veneno entro en mi cuando llegaste...-mire mi brazo derecho y mi piel parecia estar un poco más azulada que mi otro brazo.-Me dijo que seria cuestion de tiempo aunque el veneno avance lento; primero me quedare ciega, luego mi fuerza va a anularse...y luego morire.-di un suspiro y luego volvimos a ver a Anthony. Sus labios y cuello manchados de sangre me dieron la prueba de que lo habian convertido.
-No vienen detras de nosotros y eso que aun quedaban guardias vampiros. Tenemos que huir rápido. No sabemos que esperar.-dijo sacando un pañuelo del bolsillo y limpiandose.
-Nuestro Señor dijo que no le esperemos, que nos buscaria al regresar al Castillo.-se volvieron a subir a los caballos. Mire atras y nadie venia por nosotros. Alfred aun estaba vivo y Justin tambien aunque él estuviera estaqueado con varias espadas. Porque nadie nos seguia?
Senti un ligero entuvecimiento y sentia extenderse por mi brazo, subiendo por mi cuello de a poco. Respire hondo y mire a Maria, quizas ella pudiera ayudarme.
-Maria, espera.-llame su atencion.-Tu estudiabas toxicologia en los vampiros, no es asi?
-Trate algunos casos cuando algunos de nuestros camaradas se infectaba con algunas hiervas que crecen alrededor del castillo y tengo experiencia previa. Porque?-me subi a uno de los caballos que estaban solos y Anthony hizo lo mismo.
-Porque necsito que me trates. Me envenenaron con ponzoña de lobo y agua bendita inyectada en mi sangre.-abrio los ojos como platos y parecio estar en shock unos momentos.
-Mi Señora, eso es gravisimo. Debemos extraerle el veneno, de inmediato!-golpeo con sus talones al pobre animal y este galopo siguiendo el camino. Mire a John y le sonrei vagamente.
-John, lo conceguiste. Pudiste convertirte a voluntad. Me siento ogullosa de ti.-le dije por mente y le sonrei; aunque en apariencia parecia un lobo gigantezco, seguia siendo aquel hombre del que me habia enamorado.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Al parecer lo que le habían inyectado a Jacqueline era muy peligroso y ya iba surtiendo efecto en el cuerpo de ella. Aquello era peligroso pero con suerte podríamos llegar sano y a salvo a la mansión de la madame. Miré a lo lejos el hostal donde quedaban Alfred y Justin, ambos aún con vida. Me gustaría dar media vuelta y enfrentarme a ellos pero ahora era más importante salvar la vida de Jacqueline, ya tomaría venganza de ellos. Jacqueline se subió a un caballo, como hicieron todos los demás y los espolearon al galope saliendo de nuestro escondite en dirección al Casteful. Por suerte ya la daban por muerta y nadie nos perseguiría. Abracé las palabras de Jacqueline en mi mente y salí corriendo detrás de los caballos contactando con ellos para calmarlos ante mi presencia.
Entramos en el bosque y noté como algo chorreaba por una de mis patas y empezaba a molestarme al correr. Agaché un poco la mirada cuando vi sangre que brotaba por ella. Lo había olvidado pero me habían herido en el costado con una de las hojas afiladas de aquellas espadas. Durante el fervor de la batalla no me había molestado pero ahora que mi cuerpo se había relajado aquella herida empezaba a escocerme. No era mortal por suerte, unos centímetros más arriba y habría atravesado mi corazón siendo letal. Seguía el paso de los caballos pero cada vez me costaba más. Atravesamos el bosque sin tener piedad de ellos, llevándolos hasta las reservas de sus energías y llegando a los alrededores del casteful en apenas unas horas.
Aún quedaban varias horas para un nuevo amanecer cuando llegamos a la entrada del Casteful. Llegué exhausto y agotado. Respiraba con dificultad y notaba como de mi herida no había parado de sangrar. Al detenerme empecé a destranformarme nuevamente y a volver a mi cuerpo humano. La reacción se daba por si sola por mi cuerpo entumecido en aquellos momentos. No me dolió en absoluto regresar a mi verdadera forma pero me sentía muy agotado físicamente. Mi cuerpo desnudo quedó a la vista de todos al destransformarme pues mi ropa se había deshecho y caído durante mi transformación en licántropo. -Lo...siento... me disculpé al verque todos me miraban.
Entramos en el bosque y noté como algo chorreaba por una de mis patas y empezaba a molestarme al correr. Agaché un poco la mirada cuando vi sangre que brotaba por ella. Lo había olvidado pero me habían herido en el costado con una de las hojas afiladas de aquellas espadas. Durante el fervor de la batalla no me había molestado pero ahora que mi cuerpo se había relajado aquella herida empezaba a escocerme. No era mortal por suerte, unos centímetros más arriba y habría atravesado mi corazón siendo letal. Seguía el paso de los caballos pero cada vez me costaba más. Atravesamos el bosque sin tener piedad de ellos, llevándolos hasta las reservas de sus energías y llegando a los alrededores del casteful en apenas unas horas.
Aún quedaban varias horas para un nuevo amanecer cuando llegamos a la entrada del Casteful. Llegué exhausto y agotado. Respiraba con dificultad y notaba como de mi herida no había parado de sangrar. Al detenerme empecé a destranformarme nuevamente y a volver a mi cuerpo humano. La reacción se daba por si sola por mi cuerpo entumecido en aquellos momentos. No me dolió en absoluto regresar a mi verdadera forma pero me sentía muy agotado físicamente. Mi cuerpo desnudo quedó a la vista de todos al destransformarme pues mi ropa se había deshecho y caído durante mi transformación en licántropo. -Lo...siento... me disculpé al verque todos me miraban.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
El viaje fue un poco largo: los caballos galopaban lo más rapido que podian pero tardamos en volver. En el transcurso del viaje, sentia mi garganta seca pero no por tener sed sino por que sentia una ligera molestia. Ademas de que percibia un ligero olor a sangre y conocia ese olor. John estaba herido. Miraba de vez en cuando atras para verificar que estuviera bien, nos seguia el paso pero no sabiamos por cuanto tiempo.
Paso alrededor de una hora o dos, los caballos aguantaron hasta ya varios metros de la entrada al castelul, de ahi solo trotaron levemente. Al llegar, notamos que la forma lycan de John, estaba desapareciendo. Quizas era por su herida, no iba a soportar tal carrera y no sentir nada luego. Todos quedamos algo shockeados cuando vimos el cuerpo al desnudo de John. Senti por un momento mis mejillas sonrojarse pero al cabo de unos segundos, me di cuenta de que todos nos habiamos quedado viendole por lo que di un par de golpecitos en la sien y me baje del caballo rapidamente. Me pare frente a John, cubriendolo con mi presencia y mirando a los demas.
-Despierten, pervertidos!-les dije algo fuerte cosa que me presten atencion. Sacudieron un poco sus cabezas y me miraron a mi.-Maria, vendajes. Anthony, ropa. Eleazar, los caballos.-parecieron "despertar" y de inmediato se bajaron de los caballos e hicieron lo que les dije. Me voltee despacio pero mirando a John a los ojos y le sonrei un poco, la situacion se habia tornado algo incomoda.-Gracias por salvarme.-mire su vientre, la herida era profunda.-Esa herida es grave...Descuida, te tratare a dentro.
Paso alrededor de una hora o dos, los caballos aguantaron hasta ya varios metros de la entrada al castelul, de ahi solo trotaron levemente. Al llegar, notamos que la forma lycan de John, estaba desapareciendo. Quizas era por su herida, no iba a soportar tal carrera y no sentir nada luego. Todos quedamos algo shockeados cuando vimos el cuerpo al desnudo de John. Senti por un momento mis mejillas sonrojarse pero al cabo de unos segundos, me di cuenta de que todos nos habiamos quedado viendole por lo que di un par de golpecitos en la sien y me baje del caballo rapidamente. Me pare frente a John, cubriendolo con mi presencia y mirando a los demas.
-Despierten, pervertidos!-les dije algo fuerte cosa que me presten atencion. Sacudieron un poco sus cabezas y me miraron a mi.-Maria, vendajes. Anthony, ropa. Eleazar, los caballos.-parecieron "despertar" y de inmediato se bajaron de los caballos e hicieron lo que les dije. Me voltee despacio pero mirando a John a los ojos y le sonrei un poco, la situacion se habia tornado algo incomoda.-Gracias por salvarme.-mire su vientre, la herida era profunda.-Esa herida es grave...Descuida, te tratare a dentro.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Pronto Jacqueline me tapó y mandó a los otros a que me atendieran pero negué con la cabeza tras escuchar sus palabras. Laagarré de la cintura llevandos mis ojos hasta ella. Aquellos ojos verdes que tanto me calmaban cuando mi furia me azotaba vilmente y no me dejaba ver más allá, cuando creo que no hay nada más allá. -No, debes buscar al Conde. Pronto surtirá efecto el veneno en ti y puede ser demasiado tarde. No soportaría verte morir Mis palabras aunque en un tono bajo pudieron oírse por los otros sirvientes que permanecieron por alrededor espectante ante una nueva orden tras mis declaraciones. No podía dejar que mi herida fuera más importante que ella. No. Nunca lo permitiría.
Anthony vino corriendo a mi y me echó por encima de los hombros su capa para que me cubriera el cuerpo desnudo con ella. Me dio una palmada en la espalda sonriendome con su peculiar sonrisa y acto seguido se fue a cumplir lo mandado de Jacqueline junto a Eleazar, perdiéndose a mi vista. Volví a insistir una vez más a Jacqueline de que buscara al Conde, era nuestra única esperanza y, sin él, todo no habría servido para nada. Me puse en posición recta cobrando la respiración normal y les hice ver que la herida, aunque profunda, era superficial y no había dañado ningún órgano vital. Me repondría rápidamente de ella. María la llamo para apremiarla a la madame que seguía estando cerca de mi sin atreverse a dejarme solo.
-No te preocupes, estaré bien. le advertí -El tiempo apremia, esperaré aquí para verte de nuevo sin peligro y curaremos mi herida sin tener que preocuparnos por anda más que cuidarnos el uno al otro. Corre, el tiempo apremia Jacqueline le volví a insistir para que se alejara lo antes posible.
Anthony vino corriendo a mi y me echó por encima de los hombros su capa para que me cubriera el cuerpo desnudo con ella. Me dio una palmada en la espalda sonriendome con su peculiar sonrisa y acto seguido se fue a cumplir lo mandado de Jacqueline junto a Eleazar, perdiéndose a mi vista. Volví a insistir una vez más a Jacqueline de que buscara al Conde, era nuestra única esperanza y, sin él, todo no habría servido para nada. Me puse en posición recta cobrando la respiración normal y les hice ver que la herida, aunque profunda, era superficial y no había dañado ningún órgano vital. Me repondría rápidamente de ella. María la llamo para apremiarla a la madame que seguía estando cerca de mi sin atreverse a dejarme solo.
-No te preocupes, estaré bien. le advertí -El tiempo apremia, esperaré aquí para verte de nuevo sin peligro y curaremos mi herida sin tener que preocuparnos por anda más que cuidarnos el uno al otro. Corre, el tiempo apremia Jacqueline le volví a insistir para que se alejara lo antes posible.
John Cena- Licántropo Clase Baja
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Me tomo y me pidio que me hiciera ver rapido, mirando mis ojos fijamente, noté la preocupacion que sentia por mi. Para mi, un veneno en mi cuerpo era irrelevante cuando alguien como él estaba herido. No sabia tampoco como estaban los demas. Anthony le puso su capa sobre los hombros cubriendolo y guardaron los caballos rapidamente.
-Madame, por favor. Déjeme tratarla, no sabemos cuando el veneno puede llegar a sus ojos.-mire de nuevo su herisa y por mucho que no me agradase, asenti.
-Esta bien...pero...-dije y en ese momento volvio Eleazar.-Eleazar, por favor sutura la herida de John. Es profunda y puede infectarse.-luego lo mire a él porque de seguro se negaria.-Deja que te trate asi yo podre hacerme ver tranquila.-le robe un beso y le sonrei.
Maria tomo mi mano y mirandola, me separe de John y me fui con ella. Traia en mano sus libros y notas sobre las enfermedades que un vampiro podria tener por plantas extrañas o toxinas de otras razas.
-Lo más probable es que debamos succionarle el veneno.-me decia mientras corriamos subiendo las escaleras.-Su sangre esta manchada con la toxina, asi que debemos extraerle el veneno y luego le daremos sangre de beber para que recupere sus fuerzas.-asenti, era un buen plan pero aun no me atrevi a preguntarle el cómo me iban a succionar el veneno.
Pero no fue solo hasta que llegamos al corredor de las habitaciones cuando me pare en seco.
Mis ojos...
Pase mi mano varias veces frente a mi y ya no la veia.
-Maria...no puedo ver...-ella se asusto y senti su mirada sobre mi.
-Sus pupilas se han puesto blancas. Tome mi hombro, sere su lazarilla.-puse mi mano en su hombro y me llevo a mi cuarto. Abrio las puertas y escuchamos una voz.
-Siempre preocupandote por los males de otros en lugar de los tuyos...Ahora te ha pasado factura.
-Mi Señor!-Maria se habia sorprendido. No sabia donde estaba y como daba igual ya que no veia, cerre mis ojos. Ella me llevo a mi cama y me sente.
-Donde has estado?
-Fui de pesca. No podia quedarme tranquilo de ver a dos ratas sonriendo ante tu condicion...asi que los caze.
-Los asesinaste?
-Nah...los meti en un calabozo. Al señor Cena le hubiera gustado deshacerse por cuenta propia de Alfred, asi como a mi hijo le hubiera gustado acabar con su ex amigo.-suspire.
-Eso supongo...
-Maria. Dejanos solos, sé muy bien lo que debo hacer.-aun senti su presencia en la habitacion, quizas estaba indecisa.
-Ve, Maria. Estoy en buenas manos.-escuche la puerta abrirse.
-Vigila que nadie entre.-frunci el ceño. Porque diria eso?
-Sí, señor...-dijo con voz temblorosa y luego oi las puertas cerrarse de nuevo. Tambien oi pasos que se detuvieron ante mi.
-Te hice una promesa, una de la cual dependeria nuestra amistad...ahora, es preciso que rompa esa promesa...pues necesito hacerlo para poder quitarte el veneno.-lo recordaba muy bien...sabia qué es lo que queria hacer pero tenia miedo.
-Sabes muy bien porque no puedo dejarte...
-Prometo...no, te juro que no dejare más ponzoña mia dentro de ti.-tomo mi mano.-Jacqueline, aunque no pueda tenerte como me gustaria...al menos permiteme salvar nuestra amistad...dejame extraerte el veneno...-aprete un poco mis ojos.
-Y si dejas algo...?
-Confias en mi?-suspire.
-Sabes muy bien que si...
-Entonces...por favor dejame hacerlo.-tenia miedo. El Conde era el unico vampiro capaz de beber de otros vampiros. Quizas por eso queria beber de mi sangre contaminada...pero ya lo habia hecho una vez y no quise jamas que se repitiese...Pero esta vez...debia hacer una excepcion.
Me puse de pie despacio abriendo los ojos pero sin poder verlo.
-Esta bien...-paso su mano por mi mejilla.
-Te prometo no excederme.-beso mi mejilla.-Realmente eres muy hermosa...-sonrei vagamente. Luego senti que tomaba despacio mi cuello y lo mordio donde estaban mis marcas de transformacion.
Solte un gemido de dolor que luego intente callar. Mi cuerpo se habia tensado y reaccione involuntariamente empujandole el pecho, pero él me tenia abrazada y no podia oponer más resistencia, me sentia más debil que antes.
-Basta...deten...ga...se...-dije casi en susurros pero no me hizo caso, estaba decidido a beber toda la sangre contaminada pero temia que luego no dejase lo suficiente como para despertar pronto. No queria pasarme varios dias durmiendo para recuperarme.
Pronto mis piernas no pudieron aguantar mi peso y senti que flaqueaban, mi espalda encontro la cama pero él aun seguia bebiendo. Ya no dolia demasiado pero el sentir la succion no era una sensacion muy agradable. Luego senti mi vision de nuevo aunque borrosa, ya no tenia más fuerzas. Deje caer mis manos y senti luego como me acomodaba en mi ataud, colocando mis manos sobre mi vientre.
-Estás a salvo...-escuche decir.-Duerme por favor. Por la noche estaras como nueva...-asenti de forma vaga y luego, vi como tomaba la tapa de mi ataud y la cerraba, tambien deje caer mis parpados y el sueño me invadio.
-Madame, por favor. Déjeme tratarla, no sabemos cuando el veneno puede llegar a sus ojos.-mire de nuevo su herisa y por mucho que no me agradase, asenti.
-Esta bien...pero...-dije y en ese momento volvio Eleazar.-Eleazar, por favor sutura la herida de John. Es profunda y puede infectarse.-luego lo mire a él porque de seguro se negaria.-Deja que te trate asi yo podre hacerme ver tranquila.-le robe un beso y le sonrei.
Maria tomo mi mano y mirandola, me separe de John y me fui con ella. Traia en mano sus libros y notas sobre las enfermedades que un vampiro podria tener por plantas extrañas o toxinas de otras razas.
-Lo más probable es que debamos succionarle el veneno.-me decia mientras corriamos subiendo las escaleras.-Su sangre esta manchada con la toxina, asi que debemos extraerle el veneno y luego le daremos sangre de beber para que recupere sus fuerzas.-asenti, era un buen plan pero aun no me atrevi a preguntarle el cómo me iban a succionar el veneno.
Pero no fue solo hasta que llegamos al corredor de las habitaciones cuando me pare en seco.
Mis ojos...
Pase mi mano varias veces frente a mi y ya no la veia.
-Maria...no puedo ver...-ella se asusto y senti su mirada sobre mi.
-Sus pupilas se han puesto blancas. Tome mi hombro, sere su lazarilla.-puse mi mano en su hombro y me llevo a mi cuarto. Abrio las puertas y escuchamos una voz.
-Siempre preocupandote por los males de otros en lugar de los tuyos...Ahora te ha pasado factura.
-Mi Señor!-Maria se habia sorprendido. No sabia donde estaba y como daba igual ya que no veia, cerre mis ojos. Ella me llevo a mi cama y me sente.
-Donde has estado?
-Fui de pesca. No podia quedarme tranquilo de ver a dos ratas sonriendo ante tu condicion...asi que los caze.
-Los asesinaste?
-Nah...los meti en un calabozo. Al señor Cena le hubiera gustado deshacerse por cuenta propia de Alfred, asi como a mi hijo le hubiera gustado acabar con su ex amigo.-suspire.
-Eso supongo...
-Maria. Dejanos solos, sé muy bien lo que debo hacer.-aun senti su presencia en la habitacion, quizas estaba indecisa.
-Ve, Maria. Estoy en buenas manos.-escuche la puerta abrirse.
-Vigila que nadie entre.-frunci el ceño. Porque diria eso?
-Sí, señor...-dijo con voz temblorosa y luego oi las puertas cerrarse de nuevo. Tambien oi pasos que se detuvieron ante mi.
-Te hice una promesa, una de la cual dependeria nuestra amistad...ahora, es preciso que rompa esa promesa...pues necesito hacerlo para poder quitarte el veneno.-lo recordaba muy bien...sabia qué es lo que queria hacer pero tenia miedo.
-Sabes muy bien porque no puedo dejarte...
-Prometo...no, te juro que no dejare más ponzoña mia dentro de ti.-tomo mi mano.-Jacqueline, aunque no pueda tenerte como me gustaria...al menos permiteme salvar nuestra amistad...dejame extraerte el veneno...-aprete un poco mis ojos.
-Y si dejas algo...?
-Confias en mi?-suspire.
-Sabes muy bien que si...
-Entonces...por favor dejame hacerlo.-tenia miedo. El Conde era el unico vampiro capaz de beber de otros vampiros. Quizas por eso queria beber de mi sangre contaminada...pero ya lo habia hecho una vez y no quise jamas que se repitiese...Pero esta vez...debia hacer una excepcion.
Me puse de pie despacio abriendo los ojos pero sin poder verlo.
-Esta bien...-paso su mano por mi mejilla.
-Te prometo no excederme.-beso mi mejilla.-Realmente eres muy hermosa...-sonrei vagamente. Luego senti que tomaba despacio mi cuello y lo mordio donde estaban mis marcas de transformacion.
Solte un gemido de dolor que luego intente callar. Mi cuerpo se habia tensado y reaccione involuntariamente empujandole el pecho, pero él me tenia abrazada y no podia oponer más resistencia, me sentia más debil que antes.
-Basta...deten...ga...se...-dije casi en susurros pero no me hizo caso, estaba decidido a beber toda la sangre contaminada pero temia que luego no dejase lo suficiente como para despertar pronto. No queria pasarme varios dias durmiendo para recuperarme.
Pronto mis piernas no pudieron aguantar mi peso y senti que flaqueaban, mi espalda encontro la cama pero él aun seguia bebiendo. Ya no dolia demasiado pero el sentir la succion no era una sensacion muy agradable. Luego senti mi vision de nuevo aunque borrosa, ya no tenia más fuerzas. Deje caer mis manos y senti luego como me acomodaba en mi ataud, colocando mis manos sobre mi vientre.
-Estás a salvo...-escuche decir.-Duerme por favor. Por la noche estaras como nueva...-asenti de forma vaga y luego, vi como tomaba la tapa de mi ataud y la cerraba, tambien deje caer mis parpados y el sueño me invadio.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Por más que le insistiésemos le costaba desprenderse de allí a Jacqueline y dejarme con aquella herida. Cuando Maria la tomó de la mano le empujé por la espalda para que se fuera deprisa mientras les seguía con la mirada hacia el interior de la mansión hasta que se perdieron a mi vista. Entonces bajé mi mirada hacia la herida. El corte se había ensanchado debido a la cabalgada y no paraba de echar sangre. Me presioné un poco con ambas manos para evitarlo pero sólo conseguí mancharme las manos con mi propia sangre. A los pocos minutos Anthony llegó con ropa limpia y con María con vendas, tijeras, hilos y algunas plantas para aplicarme un unguento sobre la herida para que sanara. Tomé la ropa de Anthony y me vestí de cintura hacia abajo para que me pudiesen ver sin tener que taparme con la capa, devolviéndosela.
-¿Cómo está Jacqueline? ¿El Conde ya llegó a sus aposentos? ¿Está con ella ahora mismo? Estaba nervioso ya que no había dicho nada sobre ella desde que había llegado y en su rostro se mostraba una clara preocupación que no me gustaba en absoluto. Si algo iba mal debía de saberlo y pronto. María negó con la cabeza y se puso a preparar el unguento y el hilo para cerrarme la herida.
-No se preocupe Mesier Cena, la madame está con el Conde y él la salvará, ahora debe dejarme sanar su herida como me lo pidió la madame misma. A pesar de sus palabras no me tranquilicé y alcé mi mirada hacia el segundo piso donde sabía que se encontraba ahora mismo Jacqueline con el Conde. De pronto sentí como me limpiaba la sangre para comenzar a coser. El que no dejara de sangrar dificultaba la tarea.
-No deja de sangrar, Mesier. Quizás si utilizo mi unguento... Tomó con sus dedos un poco de la crema que había estado preparando antes en un cuenco ovalado y los puso sobre mi herida, tocándome ligeramente. Nada más tocarme sentí arder mi piel y un dolor horrible en mi. Gemí de dolor y me retuve con todas mis fuerzas llevarme las manos a la herida. Asustada María retiró sus dedos de mi mirando con ojos fueras de las órbitas mi herida. En vez de parar de sangrar, la crema que había vertido sobre mi coagulaba a sangre y me quemaba la piel tornándose de color negruzca. Quedé horrorizado al ver aquello y María alejo de mi la crema sin saber que hacer. El dolor no cesaba y parecía que iba expandiéndose poco a poco por la piel sana como un virus, abrasándome de dolor.
Un aullido procedente de atrás me hizo girarme pero perdí el equilibrio y cai al suelo produciéndome una nueva oleada de dolor en mi cuerpo. Un lobo inmenso se acercaba a grandes zancadas hacia mi. Mi piel se iba ennegreciendo a medida que los segundos pasaban y María, tan asustada por la intrusión de nuestro visitante, salió aterrorizada hacia la mansión. El lobo se detuvo ante mi y aulló a la luna. Sus ojos verdes se clavaron en los celestes míos y entonces supe quien era. Su pelaje gris plata no dejaba margen para la duda. Con sus dientes me atrapó, clavándomelos un poco y me montó sobre él, girando sobre sí, y volviendo a salir de los terrenos de la madame a una gran velocidad mientras me dejaba llevar por él, subido en su lomo.
Corrimos las horas previas al amanecer sin detenernos hasta llegar a una pequeña cavidad en una de las montañas que daba paso a una hilera de una excavación minera abandonada. Allí se encontraban los otros licántropos que habían ido con mi maestro a vernos en varias ocasiones. Al llegar el gran lobo gris me tiró al suelo bruscamente con lo que mi cuerpo cayó estrepitosamente al suelo y me quedé allí sin moverme. Parte de mi estómago y de mi pecho ya estaba de color negro. El gran lobo gris se transformó en humano y su rostro parecía el de un padre enfadado apunto de regañar a su hijo pero, en aquel caso, se limitó a coger un bote que le había traído uno de los lobos hijos y, tomando un poco con sus dedos, empezó a untarme por toda la zona afectada, empezando por la herida y siguiendo por la piel muerta que se me había extendido por casi todo el cuerpo.
Me sentía muy débil. Me agarraron y me llevaron a una piedra limada a modo de cama donde me tumbaron. A pesar de estar en una mina, la roca estaba seca y limpia. Sentí un profundo sueño que se apoderaba de mi cuando el olor a eucalipto inundó mis fosas nasales. Tenía todo el cuerpo embadurnado en aquella extraña fragancia y era reconfortante. -Joven necio, te dije que el único unguento que podía sanar tu piel era el que nosotros te ofrecíamos. Hemos salvado tu vida, una vez más. No eres un gato para evitar tantas veces tu destino. Algún día te alcanzará y no estaremos allí. No te volveremos a salvar nunca más hasta que no dejes de ser un gato cobarde. Con aquellas palabras se retiró de mi lado y sentí entonces un mareo repentino que me hizo perder la consciencia y quedar en un profundo trance.
-¿Cómo está Jacqueline? ¿El Conde ya llegó a sus aposentos? ¿Está con ella ahora mismo? Estaba nervioso ya que no había dicho nada sobre ella desde que había llegado y en su rostro se mostraba una clara preocupación que no me gustaba en absoluto. Si algo iba mal debía de saberlo y pronto. María negó con la cabeza y se puso a preparar el unguento y el hilo para cerrarme la herida.
-No se preocupe Mesier Cena, la madame está con el Conde y él la salvará, ahora debe dejarme sanar su herida como me lo pidió la madame misma. A pesar de sus palabras no me tranquilicé y alcé mi mirada hacia el segundo piso donde sabía que se encontraba ahora mismo Jacqueline con el Conde. De pronto sentí como me limpiaba la sangre para comenzar a coser. El que no dejara de sangrar dificultaba la tarea.
-No deja de sangrar, Mesier. Quizás si utilizo mi unguento... Tomó con sus dedos un poco de la crema que había estado preparando antes en un cuenco ovalado y los puso sobre mi herida, tocándome ligeramente. Nada más tocarme sentí arder mi piel y un dolor horrible en mi. Gemí de dolor y me retuve con todas mis fuerzas llevarme las manos a la herida. Asustada María retiró sus dedos de mi mirando con ojos fueras de las órbitas mi herida. En vez de parar de sangrar, la crema que había vertido sobre mi coagulaba a sangre y me quemaba la piel tornándose de color negruzca. Quedé horrorizado al ver aquello y María alejo de mi la crema sin saber que hacer. El dolor no cesaba y parecía que iba expandiéndose poco a poco por la piel sana como un virus, abrasándome de dolor.
Un aullido procedente de atrás me hizo girarme pero perdí el equilibrio y cai al suelo produciéndome una nueva oleada de dolor en mi cuerpo. Un lobo inmenso se acercaba a grandes zancadas hacia mi. Mi piel se iba ennegreciendo a medida que los segundos pasaban y María, tan asustada por la intrusión de nuestro visitante, salió aterrorizada hacia la mansión. El lobo se detuvo ante mi y aulló a la luna. Sus ojos verdes se clavaron en los celestes míos y entonces supe quien era. Su pelaje gris plata no dejaba margen para la duda. Con sus dientes me atrapó, clavándomelos un poco y me montó sobre él, girando sobre sí, y volviendo a salir de los terrenos de la madame a una gran velocidad mientras me dejaba llevar por él, subido en su lomo.
Corrimos las horas previas al amanecer sin detenernos hasta llegar a una pequeña cavidad en una de las montañas que daba paso a una hilera de una excavación minera abandonada. Allí se encontraban los otros licántropos que habían ido con mi maestro a vernos en varias ocasiones. Al llegar el gran lobo gris me tiró al suelo bruscamente con lo que mi cuerpo cayó estrepitosamente al suelo y me quedé allí sin moverme. Parte de mi estómago y de mi pecho ya estaba de color negro. El gran lobo gris se transformó en humano y su rostro parecía el de un padre enfadado apunto de regañar a su hijo pero, en aquel caso, se limitó a coger un bote que le había traído uno de los lobos hijos y, tomando un poco con sus dedos, empezó a untarme por toda la zona afectada, empezando por la herida y siguiendo por la piel muerta que se me había extendido por casi todo el cuerpo.
Me sentía muy débil. Me agarraron y me llevaron a una piedra limada a modo de cama donde me tumbaron. A pesar de estar en una mina, la roca estaba seca y limpia. Sentí un profundo sueño que se apoderaba de mi cuando el olor a eucalipto inundó mis fosas nasales. Tenía todo el cuerpo embadurnado en aquella extraña fragancia y era reconfortante. -Joven necio, te dije que el único unguento que podía sanar tu piel era el que nosotros te ofrecíamos. Hemos salvado tu vida, una vez más. No eres un gato para evitar tantas veces tu destino. Algún día te alcanzará y no estaremos allí. No te volveremos a salvar nunca más hasta que no dejes de ser un gato cobarde. Con aquellas palabras se retiró de mi lado y sentí entonces un mareo repentino que me hizo perder la consciencia y quedar en un profundo trance.
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