AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Entre los pensamientos muertos de mi alma...
2 participantes
Página 26 de 29.
Página 26 de 29. • 1 ... 14 ... 25, 26, 27, 28, 29
Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Recuerdo del primer mensaje :
No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.
Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...
Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.
No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.
Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...
Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Nos detuvimos un momento en un sitio pero no pude ver nada por la cortina, Alfred no queria que viera donde estabamos. Era una buena forma de distraerme...Tenia bastante miedo, no queria casarme con ese tipo. Me daba asco e ira tenerlo enfrente. Esperaba que John estuviera a salvo pero no sabia si el Conde habria llegado. Abrieron la puerta, ya era de dia pero el sol estaba tapado con una gran nube negra. Me bajaron y me condujeron hacia un hotel pero no era nuestro hostal. Parecia muy lugubre.
-Quiero que duermas y descanses bien, te espera una larga noche...querida mia.-menos mal que los vampiros no vomitan...
Nos registramos y subimos. Me encerraron alli y con mucho horror y pena, frente a mi estaba un maniqui con un vestido de novia. No habia ventanas y solo estaba el baño y un ataud...No me molestaba la simpleza pero estaba triste...estaba atrapada hasta la boda...
-Quiero que duermas y descanses bien, te espera una larga noche...querida mia.-menos mal que los vampiros no vomitan...
Nos registramos y subimos. Me encerraron alli y con mucho horror y pena, frente a mi estaba un maniqui con un vestido de novia. No habia ventanas y solo estaba el baño y un ataud...No me molestaba la simpleza pero estaba triste...estaba atrapada hasta la boda...
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Todos al verme se sorprendieron y dejaron sus tareas inmediatamente. Reaccioné veloz, yendo hacia el que estab más cerca de mi. Lo agarré del pecho y lo lancé contra la pared mientras ya me abalanzaba sobre el hermano mayor que acababa de salir del almacén. Salvajemente le agarré sus brazos musculados que, para un humano deberían ser un problema pero para mi no, y le mordí el cuello, arráncandole un cacho de carne, brotando la sangre a borbotones por la herida. Su grito fue desgarrador. Antes de caer al suelo, le doblé las muñecas partiéndole las manos y todos los huesos de sus dedos para que no pudiera moverlos. Sentía una ira terrible por lo que acababa de pasar con Jacqueline.
Quedaban otros dos hermanos que estaban aterrorizados por mi violencia. Me acerqué a ellos lleno de sangre tras el mordisco que le había dado al hermano mayor de Justin cuando escuché un chasquido hacia mi que no me dio por muy poco. Me giré en redondo observando hacia la puerta y allí se encontraba un humano con gabardina, apuntándome con una pistola y dos grandes guardaespaldas a su lado. Supuse que era el agente del que me había estado hablando Jacqueline. Me escondí tras una mesa para evitar un segundo disparo y arrojo la misma contra ellos ganando algo de tiempo. Volví hacia los dos hermanos que no se habían movido de su sitio y los agarré del cuello asifixiándolos y partiéndoles el cuello a la misma vez. Podía oír el llanto de su hermano mayor y me giré para que pudiese verme los ojos.
-Tu hermano me vendió, me traicionó, no solo a mi...si no a la madame quien lo había dado todo por él. Nos dijo que lo había hecho para protegeros pero eso no es motivo para matar a dos inocentes...os estoy dando caza para que vea que de quien tuvo que protegeros fue de mi y no de ese maldito chupasangre que seguirá vuestro propio ejemplo.
Quedaban otros dos hermanos que estaban aterrorizados por mi violencia. Me acerqué a ellos lleno de sangre tras el mordisco que le había dado al hermano mayor de Justin cuando escuché un chasquido hacia mi que no me dio por muy poco. Me giré en redondo observando hacia la puerta y allí se encontraba un humano con gabardina, apuntándome con una pistola y dos grandes guardaespaldas a su lado. Supuse que era el agente del que me había estado hablando Jacqueline. Me escondí tras una mesa para evitar un segundo disparo y arrojo la misma contra ellos ganando algo de tiempo. Volví hacia los dos hermanos que no se habían movido de su sitio y los agarré del cuello asifixiándolos y partiéndoles el cuello a la misma vez. Podía oír el llanto de su hermano mayor y me giré para que pudiese verme los ojos.
-Tu hermano me vendió, me traicionó, no solo a mi...si no a la madame quien lo había dado todo por él. Nos dijo que lo había hecho para protegeros pero eso no es motivo para matar a dos inocentes...os estoy dando caza para que vea que de quien tuvo que protegeros fue de mi y no de ese maldito chupasangre que seguirá vuestro propio ejemplo.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Rece antes de irme al ataud, mirando a veces el vestido de reojo. Era bello, para ser blanco, pero en verdad...estaba asustada. Rece por John y por el Conde, que llegasen a tiempo y que me encontrasen pero tenia mis dudas. Ni yo sabia donde estaba pues no conocia muy bien la ciudad. Cerre la oracion con el Amen y me recoste. Suspire. Seria mejor dormir. La noche seria larga pronto...
Punto de vista del Conde.
Que bello espectaculo. Me reia a carcajadas a la distancia mientras veia como el licantropo John Cena masacraba lo que habia a su paso. Que divertido. Yo sali tranquilo al sol, arrojando por el aire a los miembros de la policia y con una sonrisa macabra le hable al lycan.
-Felicitaciones. Te has ganado mi confianza...-dije sacando mi arma y disparandole al joven que tanto lloraba y a otro cuerpo mas que se movia aun estando herido de muerte.-Dime...qué le paso a tu Rosa blanca...?
Punto de vista del Conde.
Que bello espectaculo. Me reia a carcajadas a la distancia mientras veia como el licantropo John Cena masacraba lo que habia a su paso. Que divertido. Yo sali tranquilo al sol, arrojando por el aire a los miembros de la policia y con una sonrisa macabra le hable al lycan.
-Felicitaciones. Te has ganado mi confianza...-dije sacando mi arma y disparandole al joven que tanto lloraba y a otro cuerpo mas que se movia aun estando herido de muerte.-Dime...qué le paso a tu Rosa blanca...?
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Agazapado me arrastré hacia adelante. El hermano que había estrellado contra la pared se movía algo confuso y mareado sobre la pared. Miré a los detectives que estaban en la puerta con sus armas apuntándome. No sería fácil escapar de allí pero sabía como debía de hacerlo. De pronto, los detectives fueron lanzados hacia el exterior y una nueva figura emergió en el hostal riendo. Era el Conde. Me habló como si me conociese mutilando al hermano que quedaba con vida. Me puse en pie para quedar frente a él. Parecía que ya sabía lo sucedido con Jacqueline aunque me preguntó abiertamente para que le contara mi versión. No sabía como siempre se las apañaba para encontrarnos.
Le conté rápidamente los hechos más significativos de lo que había percibido en la tierra y de la explosión en el sótano, y luego la aparición de Alfred con Justin y cómo se habían llevado a Jacqueline con ellos. -Se casarán mañana al anochecer si no podemos evitarlo. Jacqueline me advirtió que vendrías en mi busca pero no podía esperar. Me sentí algo húmedo en mi abdomen y me llevé la mano para apretármelo disimuladamente. Sabía que se me habrían abierto algunas heridas tras esta última pelea pero no teníamos tiempo para quejarme de ellas y menos delante del Conde. Lo miré inquisitivamente y luego desvié mi mirada hacia la puerta. No sabía si los detectives seguirían con vida y aparecerían de un momento a otro.
-Jacqueline me dijo de un lugar donde es el único templo que los vampiros pueden entrar, pero no sé donde es ni como llegar... le dije recordando las últimas palabras de Jacqueline en mi mente -¿qué haréis ahora?
Le conté rápidamente los hechos más significativos de lo que había percibido en la tierra y de la explosión en el sótano, y luego la aparición de Alfred con Justin y cómo se habían llevado a Jacqueline con ellos. -Se casarán mañana al anochecer si no podemos evitarlo. Jacqueline me advirtió que vendrías en mi busca pero no podía esperar. Me sentí algo húmedo en mi abdomen y me llevé la mano para apretármelo disimuladamente. Sabía que se me habrían abierto algunas heridas tras esta última pelea pero no teníamos tiempo para quejarme de ellas y menos delante del Conde. Lo miré inquisitivamente y luego desvié mi mirada hacia la puerta. No sabía si los detectives seguirían con vida y aparecerían de un momento a otro.
-Jacqueline me dijo de un lugar donde es el único templo que los vampiros pueden entrar, pero no sé donde es ni como llegar... le dije recordando las últimas palabras de Jacqueline en mi mente -¿qué haréis ahora?
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde.
Al parecer estaba sorprendido de encontrarme aqui, eleve una ceja pero espere a que acabase de contarme lo que habia ocurrido. Como siempre, mi Rosa se habia sacrificado con tal de que nadie saliera herido. Ya le saria yo una charla sobre posponer su felicidad para despues. Al enterarme de una boda, me quite los lentes, dejando al descubierto mis ojos rojos, y segui escuchandolo. ¡Que insolencia! Un secuestro es un delito, secuestrar a mi Rosa era uno peor, pero casarse...¡Ni los fosos más profundos del Infierno serian suficiente castigo!
Me rei un poco cuando me pregunto que qué era lo que haria, a lo que conteste:
-Yo sé muy bien qué hacer pero voy a necesitar de tu ayuda...y lo mejor será que te recuperes pronto.-le hable señalando con m imirada su abdomen.-Ven conmigo, por favor.-le pedi, casi ordenandole de forma amable, que me siguiera por la calle. El sol no era problema para mi, era uno de mis principales dones.
Mientras continuabamos el recorrido, note que estaba mirando constantemente atras por si alguien nos seguia o si los policias mismos lo hacian. Me puse mis lentes de nuevo y le dije:
-Relajate. Esos policias no van a recordar mucho si llegan a despertar.-me rei en voz baja y continue:-Te explicare tres cosas, por favor recuerdalas bien, sobre como trabajo yo. Uno: no soy un vampiro convencional, todo lo que hayas aprendido ahora sobre los Nosferatus como Jacqueline y los demas que hayas conocido, olvidalo. Dos: cuando la violencia no es castigo suficiente para mis enemigos, les aplico un castigo que haria que cualquiera vomite. Y tres: no debes ocultarme nada, ni tus pensamientos ni tus heridas. Sé muy bien cuando alguien esta grave o cuando solo tienen un razguño.-sonrei.-Ahora bien, la capilla de la que tu me dices, la conozco por rumores pero tampoco sé muy bien donde hallarla. Debemos ir con las unicas dos personas que conozco que se han casado alli...y para ello, regresaremos al castillo Tepes Ritchway.
Llegamos a una calle con varios carruajes; el conductor de uno se bajo de su puesto y nos abrio la puerta. Me subi primero. El lobo aun estaba demasiado tenso por lo que le he pedido:
-Es de dia, señor Cena. Aprovecharemos ello pero necesito que confie en mi. Deseo rescatar a mi querida amiga tanto como usted. Por favor, suba y relajese. Usted es aliado mio.-y con esas simples palabras, espere a que subiese para irnos de regreso al gran Castelul...mi antiguo hogar junto a Jacqueline...
Al parecer estaba sorprendido de encontrarme aqui, eleve una ceja pero espere a que acabase de contarme lo que habia ocurrido. Como siempre, mi Rosa se habia sacrificado con tal de que nadie saliera herido. Ya le saria yo una charla sobre posponer su felicidad para despues. Al enterarme de una boda, me quite los lentes, dejando al descubierto mis ojos rojos, y segui escuchandolo. ¡Que insolencia! Un secuestro es un delito, secuestrar a mi Rosa era uno peor, pero casarse...¡Ni los fosos más profundos del Infierno serian suficiente castigo!
Me rei un poco cuando me pregunto que qué era lo que haria, a lo que conteste:
-Yo sé muy bien qué hacer pero voy a necesitar de tu ayuda...y lo mejor será que te recuperes pronto.-le hable señalando con m imirada su abdomen.-Ven conmigo, por favor.-le pedi, casi ordenandole de forma amable, que me siguiera por la calle. El sol no era problema para mi, era uno de mis principales dones.
Mientras continuabamos el recorrido, note que estaba mirando constantemente atras por si alguien nos seguia o si los policias mismos lo hacian. Me puse mis lentes de nuevo y le dije:
-Relajate. Esos policias no van a recordar mucho si llegan a despertar.-me rei en voz baja y continue:-Te explicare tres cosas, por favor recuerdalas bien, sobre como trabajo yo. Uno: no soy un vampiro convencional, todo lo que hayas aprendido ahora sobre los Nosferatus como Jacqueline y los demas que hayas conocido, olvidalo. Dos: cuando la violencia no es castigo suficiente para mis enemigos, les aplico un castigo que haria que cualquiera vomite. Y tres: no debes ocultarme nada, ni tus pensamientos ni tus heridas. Sé muy bien cuando alguien esta grave o cuando solo tienen un razguño.-sonrei.-Ahora bien, la capilla de la que tu me dices, la conozco por rumores pero tampoco sé muy bien donde hallarla. Debemos ir con las unicas dos personas que conozco que se han casado alli...y para ello, regresaremos al castillo Tepes Ritchway.
Llegamos a una calle con varios carruajes; el conductor de uno se bajo de su puesto y nos abrio la puerta. Me subi primero. El lobo aun estaba demasiado tenso por lo que le he pedido:
-Es de dia, señor Cena. Aprovecharemos ello pero necesito que confie en mi. Deseo rescatar a mi querida amiga tanto como usted. Por favor, suba y relajese. Usted es aliado mio.-y con esas simples palabras, espere a que subiese para irnos de regreso al gran Castelul...mi antiguo hogar junto a Jacqueline...
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Vi como sus ojos se incendiaban con aquel rojo fuego como antes lo había visto en los ojos de Jacqueline. Sin embargo, parecía que sabía mantener las apariencias y guardar toda aquella furia sin hacerse notar, no obstante, el color de sus ojos cambiase irremediablemente. Me contestó de forma abrupta y me aconsejó que debía cuidarme de mi herida. Solté un pequeño bufido a su comentarió y aparté la mano de mi herida. No necesitaba su preocupación aunque no podía negar prestar su ayuda pues esta vez, y por mucho que mi orgullo me lo impidiese, no me quedaba más remedio que tratar con él. Casi a modo de mandato me pidió que lo siguiese, algo que no me gustó en absoluto pero lo hice. Miré a ambos lados como había acabado el hostal, los clientes se sorprenderían cuando llegaran y se encontraran a todos los empleados muertos, sin duda, una escenan que nunca olvidarían y sería pólvora para los rumores y chismes.
Mientras caminábamos, el Conde quiso dejar algo claro según la idea que yo tenía de él y de los demás vampiros. Al parecer él poseía varios dones únicos que los demás de su clase no podían poseer. Para empezar, podía salir a la luz del sol. Al principio temí que no fuera únicamente vampiro pero deseché la idea rápidamente pues conocía bien que la mezcla entre razas no daba casi nunca lo esperado y había sido siempre motivo de disputa entre ellas. ¿Nos pasaría aquello también a Jacqueline y a mi? Lo segundo que quiso aclararme es que no sólo atacaba a sus enemigos con la violencia si no con otra serie de castigo más temible. Esbocé una sonrisa incrédula ante tal dicho pues me parecía absurdo. Para mi solo existía la violencia, una violencia salvaje capaz de hacer temblar al enemigo tan sólo con una mirada. Guardé silencio para escuchar sus últimas palabras. La tercera y última era que no debía ocultarle nada, ni pensamientos ni mis heridas. Torcí el gesto en un claro enfado. ¿Quién se creía para interferir en mis pensamientos? Si se atrevía a entrar en ellos nuestra tregua la daría por zanjada, no eramos aliados por voluntad propia.
Debíamos regresar al castillo para conocer la ubicación exacta de aquel templo. Eso nos llevaría tiempo pero, por suerte, los vampiros normales no podían salir de día. Teníamos al menos unas horas antes de que el sol se escondiese de nuevo. Se subió a un carruaje invitándome a subir en él con palabras que no me gustaron nada. me detuve en seco y lo miré a sus ojos antes de entrar en el carruaje. -Yo también quiero advertirle de varias cosas: Primero, no confiaré en vos; segundo, somos aliados por un mero interés mutuo nada más, no es mi voluntad tratad con vos; tercero, sé que no mira a Jacqueline como una amiga asique no me sea absurdo y ahórrese sus buenas palabras conmigo, le repito no somos amigos ni quiero serlo. Y, por último... tomé una bocanada de aire fresco mientras subía al carruaje con él -si se mete en mis pensamientos, o interfiere en la relación entre Jacqueline y mi persona, le daré caza como a uno más. No le tengo miedo Conde.
Mientras caminábamos, el Conde quiso dejar algo claro según la idea que yo tenía de él y de los demás vampiros. Al parecer él poseía varios dones únicos que los demás de su clase no podían poseer. Para empezar, podía salir a la luz del sol. Al principio temí que no fuera únicamente vampiro pero deseché la idea rápidamente pues conocía bien que la mezcla entre razas no daba casi nunca lo esperado y había sido siempre motivo de disputa entre ellas. ¿Nos pasaría aquello también a Jacqueline y a mi? Lo segundo que quiso aclararme es que no sólo atacaba a sus enemigos con la violencia si no con otra serie de castigo más temible. Esbocé una sonrisa incrédula ante tal dicho pues me parecía absurdo. Para mi solo existía la violencia, una violencia salvaje capaz de hacer temblar al enemigo tan sólo con una mirada. Guardé silencio para escuchar sus últimas palabras. La tercera y última era que no debía ocultarle nada, ni pensamientos ni mis heridas. Torcí el gesto en un claro enfado. ¿Quién se creía para interferir en mis pensamientos? Si se atrevía a entrar en ellos nuestra tregua la daría por zanjada, no eramos aliados por voluntad propia.
Debíamos regresar al castillo para conocer la ubicación exacta de aquel templo. Eso nos llevaría tiempo pero, por suerte, los vampiros normales no podían salir de día. Teníamos al menos unas horas antes de que el sol se escondiese de nuevo. Se subió a un carruaje invitándome a subir en él con palabras que no me gustaron nada. me detuve en seco y lo miré a sus ojos antes de entrar en el carruaje. -Yo también quiero advertirle de varias cosas: Primero, no confiaré en vos; segundo, somos aliados por un mero interés mutuo nada más, no es mi voluntad tratad con vos; tercero, sé que no mira a Jacqueline como una amiga asique no me sea absurdo y ahórrese sus buenas palabras conmigo, le repito no somos amigos ni quiero serlo. Y, por último... tomé una bocanada de aire fresco mientras subía al carruaje con él -si se mete en mis pensamientos, o interfiere en la relación entre Jacqueline y mi persona, le daré caza como a uno más. No le tengo miedo Conde.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde:
Ante sus palabras, me rei un poco en voz baja. Realmente me divertia este joven lobo. Asenti a sus palabras y cuando acabo de subir, el cochero cerro la puerta y comenzo a subir a su puesto.
-Maravilloso en verdad...adoro que cumpla con mi punto tres y no me oculte la colera que le da tratar con alguien como yo.-rei un poco mas y luego me calme.-No se preocupe, señor Cena. Como ya sabra, mi estimada Rosa me ha negado el privilegio de estar con ella un centenar de veces, eso sin mencionar que su corazon ahora esta en sus manos. Yo no me metere en la relacion que llevais vosotros pero solo le dire que lo hare si a ella la veo sufriendo por culpa suya. Es todo lo que dire.
El trayecto fue relativamente corto, no esperaba menos. Sentia la tension que habia en ese pequeño lugar y me arranco una sonrisa el efecto que siempre producia. Ante de llegar a la muralla que rodeaba el Castelul, decidi decirle bien con quienes debiamos hablar.
-A quienes hay que buscar son a dos sirvientes; ellos estan desde que Jacqueline y yo nos mudamos al castillo y se han casado por esa Iglesia pues el casarse por civil no era lo mismo para ellos. Son Maria, la dama de compañia de Jackie, y Eleazar, uno de los jardineros. Ha tratado con ellos o los conoce?-sonrei mirando por la ventana, corriendo la cortina.-El amor entre ellos era tan profundo y sincero que yo mismo costee la boda. Fue una noche gloriosa.
Ante sus palabras, me rei un poco en voz baja. Realmente me divertia este joven lobo. Asenti a sus palabras y cuando acabo de subir, el cochero cerro la puerta y comenzo a subir a su puesto.
-Maravilloso en verdad...adoro que cumpla con mi punto tres y no me oculte la colera que le da tratar con alguien como yo.-rei un poco mas y luego me calme.-No se preocupe, señor Cena. Como ya sabra, mi estimada Rosa me ha negado el privilegio de estar con ella un centenar de veces, eso sin mencionar que su corazon ahora esta en sus manos. Yo no me metere en la relacion que llevais vosotros pero solo le dire que lo hare si a ella la veo sufriendo por culpa suya. Es todo lo que dire.
El trayecto fue relativamente corto, no esperaba menos. Sentia la tension que habia en ese pequeño lugar y me arranco una sonrisa el efecto que siempre producia. Ante de llegar a la muralla que rodeaba el Castelul, decidi decirle bien con quienes debiamos hablar.
-A quienes hay que buscar son a dos sirvientes; ellos estan desde que Jacqueline y yo nos mudamos al castillo y se han casado por esa Iglesia pues el casarse por civil no era lo mismo para ellos. Son Maria, la dama de compañia de Jackie, y Eleazar, uno de los jardineros. Ha tratado con ellos o los conoce?-sonrei mirando por la ventana, corriendo la cortina.-El amor entre ellos era tan profundo y sincero que yo mismo costee la boda. Fue una noche gloriosa.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Nada más subir en el carruaje vi como cerraban la puerta de ésta y a los pocos segundos comenzaba el traqueteo del movimientos por los sinuosos caminos de París. Escuché su réplica pero rechacé su mirada, corriendo un poco la cortina para mirar para el exterior. A pesar de sus palabras no me fiaba de él, ahora ya no me fiaba de nadie. Tras la traición de Justin, me había hecho a la idea de que nadie más que yo mismo era de fiar. Ni incluso yo mismo pues a veces me sorprendía de las cosas que era capaz de hacer cuando perdía la razón y me dejaba llevar por mis sentimientos. Vi como el paisaje iba cambiando mientras avanzábamos ya por el exterior de la ciudad hasta perdernos en un camino secreto que llevaba justamente al Casteful.
No hablamos en todo el trayecto. Me limité a mirar por la ventanilla con mi mirada perdida en ninguna parte. Memorizaba inconscientemente el camino para nunca más olvidarlo. Siempre había ido desde el bosque y no directamente por un camino transitado como aquel. De pronto el Conde me habló sobre a quién debíamos encontrar. Cuando terminó de hablar solté una risa burlona volviendo mi mirada a él por primera vez desde que habíamos partido en el carruaje. -¿Costeó la boda y aún así no sabe donde se encuentra ese lugar? Sin duda debió de tener mucha fe para entregar su dinero sin saber adonde iría añadí de forma despectiva volviendo mi mirada hacia la ventanilla del carruaje. A los pocos minutos el carruaje se detuvo. Habíamos llegado.
No hablamos en todo el trayecto. Me limité a mirar por la ventanilla con mi mirada perdida en ninguna parte. Memorizaba inconscientemente el camino para nunca más olvidarlo. Siempre había ido desde el bosque y no directamente por un camino transitado como aquel. De pronto el Conde me habló sobre a quién debíamos encontrar. Cuando terminó de hablar solté una risa burlona volviendo mi mirada a él por primera vez desde que habíamos partido en el carruaje. -¿Costeó la boda y aún así no sabe donde se encuentra ese lugar? Sin duda debió de tener mucha fe para entregar su dinero sin saber adonde iría añadí de forma despectiva volviendo mi mirada hacia la ventanilla del carruaje. A los pocos minutos el carruaje se detuvo. Habíamos llegado.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde
Exceptico. Que usual. Intente pasar por alto esa ofensa y le conteste mirandolo a los ojos:
-Trate de medir sus palabras, joven. Usted no sabe los prejuicios que un vampiro puede tener para no querer entrar en un recinto sagrado humano.-luego mirando por la ventana de nuevo agregué:-Yo no fui a la ceremonia, las Iglesias me dan los mismos sintomas que a cualquier vampiro comun. Les di un pago que equivale a dos sueldos para ambos y Jacqueline costeo el vestido de novia y fue la dama de honor. Ella es una joven que reza demasiado y va muchas veces a esa Iglesia para pedir por sus padres y por el descanso eterno de ellos. Es una perdida de tiempo ya que somos demonios pero jamas se lo dije a mi Rosa. A veces la fé es lo unico que mantiene vivas nuestras esperanzas.-y con estas ultimas palabras, llegamos al Castelul. El cochero se bajo y nos abrio la puerta.
Al bajar, inspire profundamente el aire de alli.
-Ah...que dulce aroma despiden las flores invernales...-contemple el castelul un poco y una gran sonrisa se dibujo en mis labios al oler un poco de azufre.-Mmm...veo que alguien no pudo resistir la tentacion de incendiar las mazmorras...
Exceptico. Que usual. Intente pasar por alto esa ofensa y le conteste mirandolo a los ojos:
-Trate de medir sus palabras, joven. Usted no sabe los prejuicios que un vampiro puede tener para no querer entrar en un recinto sagrado humano.-luego mirando por la ventana de nuevo agregué:-Yo no fui a la ceremonia, las Iglesias me dan los mismos sintomas que a cualquier vampiro comun. Les di un pago que equivale a dos sueldos para ambos y Jacqueline costeo el vestido de novia y fue la dama de honor. Ella es una joven que reza demasiado y va muchas veces a esa Iglesia para pedir por sus padres y por el descanso eterno de ellos. Es una perdida de tiempo ya que somos demonios pero jamas se lo dije a mi Rosa. A veces la fé es lo unico que mantiene vivas nuestras esperanzas.-y con estas ultimas palabras, llegamos al Castelul. El cochero se bajo y nos abrio la puerta.
Al bajar, inspire profundamente el aire de alli.
-Ah...que dulce aroma despiden las flores invernales...-contemple el castelul un poco y una gran sonrisa se dibujo en mis labios al oler un poco de azufre.-Mmm...veo que alguien no pudo resistir la tentacion de incendiar las mazmorras...
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Sonreí de mala gana ante su comentario guardando mis palabras para no acabar con una nueva disputa entre nosotros dos pero sin dejar de esbozar esa característica sonrisa irónica en mis labios. El carruaje se detuvo y bajamos de él exhalando el aire puro que llegaba reconfortante con aromas florales del invierno. Sin embargo un olor camuflaba éste. El Conde reconoció el olor del azufre al instante y no pudo evitar sonreir divertido añadiendo un comentario poco sutil que no me hizo gracia. Me encogí de hombros mientras miraba de lejos la mansión. No sabía que era lo que había pasado exactamente pero los recuerdos de aquella llama saliendo desde el sótano atemorizaba.
-La mansión de la madame Jacqueline esconde muchos secretos. No sé que es lo que ocurrió exactamente pues, la madme me pidió que nunca bajase al sótano si no fuera acompañado de su persona pero, alguien entró en una cámara de seguridad y se activaron las trampas de ésta, produciendo la explosión en todo el sótano. Casi nos alcanza también a nosotros cuando tuvo lugar. le expliqué muy bien sin saber el por qué mientras no apartaba mi mirada de la mansión recordando como se había producido todo -Suponemos que fue uno de los sirvientes de la madame quien osó entrar en esa habitación y corrió la desfortuna de ser incinerado por sus llamas. También creo que los otros dos sirvientes que nos lo advirtieron y bajaban en ese momento al sótano sufrieron el mismo destino.
Sin esperar algún comentario del Conde comencé a caminar en dirección al castillo de Jacqueline. Teníamos que buscar primero a los dos sirvientes que se habían casado en aquel lugar para luego conocer la ubicación exacta y poder intervenir en la boda entre Alfred y Jacqueline. Era un plan sencillo de trazar pero muy difícil de ejecutar. Alfred habría tomado medidas por si se nos ocurría intentar hacer fracasar su boda, echando a perder todos sus planes. Si no teníamos cuidado los cazadores podríamos ser cazados y ser convertidos en presas fácilmente. Y ya me había hartado de ser una presa fácil para todos aquellos vampiros chupasangre.
-La mansión de la madame Jacqueline esconde muchos secretos. No sé que es lo que ocurrió exactamente pues, la madme me pidió que nunca bajase al sótano si no fuera acompañado de su persona pero, alguien entró en una cámara de seguridad y se activaron las trampas de ésta, produciendo la explosión en todo el sótano. Casi nos alcanza también a nosotros cuando tuvo lugar. le expliqué muy bien sin saber el por qué mientras no apartaba mi mirada de la mansión recordando como se había producido todo -Suponemos que fue uno de los sirvientes de la madame quien osó entrar en esa habitación y corrió la desfortuna de ser incinerado por sus llamas. También creo que los otros dos sirvientes que nos lo advirtieron y bajaban en ese momento al sótano sufrieron el mismo destino.
Sin esperar algún comentario del Conde comencé a caminar en dirección al castillo de Jacqueline. Teníamos que buscar primero a los dos sirvientes que se habían casado en aquel lugar para luego conocer la ubicación exacta y poder intervenir en la boda entre Alfred y Jacqueline. Era un plan sencillo de trazar pero muy difícil de ejecutar. Alfred habría tomado medidas por si se nos ocurría intentar hacer fracasar su boda, echando a perder todos sus planes. Si no teníamos cuidado los cazadores podríamos ser cazados y ser convertidos en presas fácilmente. Y ya me había hartado de ser una presa fácil para todos aquellos vampiros chupasangre.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde
Más graciosa me parecio la explicacion que Cena me dio sobre el porque sentia eso. Jacqueline le habia prohibido bajar solo al sotano y muy bien no sabia lo que habia pasado. Luego camino hacia el castillo de nuevo. Una carcajada se me escapo y simplemente me limite a seguirle el paso.
-Realmente no tienes ni idea de lo que hay abajo, cierto?-no espere a que volteara y me lo dijera.-Las camaras trampa abducen a los intrusos, no les hacen explotar. Lo más probable es que alguien haya jugado con polvora o quizas haya querido hacer daño a proposito. Da igual, las mazmorras pueden quemarse un poco y luego se apagan, este castillo jamas podria incendiarse.
Al llegar a la entrada, empuje las puertas. No estaban con cerrojo, lo cual me sorprendio. Cuando entramos, la luz del sol se habia filtrado detras de nosotros y algunos sirvientes gruñeron cubriendose los ojos y retrocedieron para no ser alcanzados por la luz.
Al reconocerme, agacharon la cabeza y me dieron la bienvenida con nervios. No dejaba de ser divertido. Alce la voz y les di una orden clara y concisa.
-Eleazar y Maria. Quiero hablar con ellos inmediatamente.-pero uno de los siervos novatos me nego la peticion.
-Estan heridos, amo. Fueron alcanzados por la explosion que causo Gelick en su habitacion, señor.-me quite mi sombrero y mis lentes fulminandole con la mirada.
-Otro traidor mas? Bien...averiguen cuanto pesan sus tripas y su corazon.-y una sonrisa malevola salio de mi. Tres sirvientes, nerviosos, asintieron a mi mandato y desaparecieron. Mire a Cena y le dije:-Venga conmigo, tendremos que ir a buscarlos a sus cuartos.-y comence a caminar hacia el sotano.
Más graciosa me parecio la explicacion que Cena me dio sobre el porque sentia eso. Jacqueline le habia prohibido bajar solo al sotano y muy bien no sabia lo que habia pasado. Luego camino hacia el castillo de nuevo. Una carcajada se me escapo y simplemente me limite a seguirle el paso.
-Realmente no tienes ni idea de lo que hay abajo, cierto?-no espere a que volteara y me lo dijera.-Las camaras trampa abducen a los intrusos, no les hacen explotar. Lo más probable es que alguien haya jugado con polvora o quizas haya querido hacer daño a proposito. Da igual, las mazmorras pueden quemarse un poco y luego se apagan, este castillo jamas podria incendiarse.
Al llegar a la entrada, empuje las puertas. No estaban con cerrojo, lo cual me sorprendio. Cuando entramos, la luz del sol se habia filtrado detras de nosotros y algunos sirvientes gruñeron cubriendose los ojos y retrocedieron para no ser alcanzados por la luz.
Al reconocerme, agacharon la cabeza y me dieron la bienvenida con nervios. No dejaba de ser divertido. Alce la voz y les di una orden clara y concisa.
-Eleazar y Maria. Quiero hablar con ellos inmediatamente.-pero uno de los siervos novatos me nego la peticion.
-Estan heridos, amo. Fueron alcanzados por la explosion que causo Gelick en su habitacion, señor.-me quite mi sombrero y mis lentes fulminandole con la mirada.
-Otro traidor mas? Bien...averiguen cuanto pesan sus tripas y su corazon.-y una sonrisa malevola salio de mi. Tres sirvientes, nerviosos, asintieron a mi mandato y desaparecieron. Mire a Cena y le dije:-Venga conmigo, tendremos que ir a buscarlos a sus cuartos.-y comence a caminar hacia el sotano.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Escuché como de sus palabras parecía divertirse al comprobar que no sabía gran cosa sobre lo sucedido. Fubé sin girarme hacia él y seguimos caminando sin dialogar más hasta la entrada de la mansión. Entramos sin avisar, pues la puerta estaba entreabierta y nos encontramos con unos sirvientes que estaban rondando por el vestíbulo. Al ver al Conde se quedaron inmóviles y le escucharon hablar con gran pavor. Les preguntó por los sirvientes a los que buscábamos, habían sido alcanzados por el fuego del sótano y estaban heridos resguardados en sus habitaciones. Suspiré desilusionado pues igual ahora se reusarían a decirnos el lugar debido a sus heridas o al miedo que pudiesen sentir.
El Conde mandó a buscar a Gelick de forma amenazadora con los otros dos sirvientes que se fueron inmediatamente en su busca. Luego me dijo que lo siguiese al sótano para buscar a los dos sirvientes. Caminé en silencio tras de él, contemplando lo negro que había quedado el suelo tras las llamas. Bajé las escalerillas del sótano y me interné tras el Conde. Todo estaba a oscuras, aluminado a duras penas con antorchas que apenas daban una tenue luz, lo suficiente para no tropezar. Era fácil perderse por aquellos túneles pero el Conde parecía conocer muy bien cada rincón de aquellos pasadizos y avanzaba con seguridad sin titubear sin un solo instante a la hora de tomar una dirección.
El Conde mandó a buscar a Gelick de forma amenazadora con los otros dos sirvientes que se fueron inmediatamente en su busca. Luego me dijo que lo siguiese al sótano para buscar a los dos sirvientes. Caminé en silencio tras de él, contemplando lo negro que había quedado el suelo tras las llamas. Bajé las escalerillas del sótano y me interné tras el Conde. Todo estaba a oscuras, aluminado a duras penas con antorchas que apenas daban una tenue luz, lo suficiente para no tropezar. Era fácil perderse por aquellos túneles pero el Conde parecía conocer muy bien cada rincón de aquellos pasadizos y avanzaba con seguridad sin titubear sin un solo instante a la hora de tomar una dirección.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde
Al bajar, simplemente camine contando los cuartos. Mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad que ofrecia el cuarto, ya que la pobre luz de las pequeñas antorchas no parecia ser suficiente para Cena, mas no me importo. Mientras caminabamos, comence a sentir la fuerza de las trampas mentales que estaban colocadas en el pasillo.
-Le advierto por su propio bien, señor Cena, que intente seguir mi paso y que por nada del mundo, se vaya por otro cuarto o siga a las voces que vaya a escuchar. Es peligroso perderte aqui si haces caso a lo que tus ojos ven.-y con eso segui adelante.
Antes de llegar a la segunda escalera, que bajaba hacia las famosas Tres Camaras, encontramos el cuarto de los dos conyuges heridos. Por mera cortesia, abri la puerta esta vez y ante nosotros estaban ambos vampiros, vendandose entre si. Maria tenia su brazo derecho herido y Eleazar tenia todo el pecho y un brazo vendado. Sin duda habia querido proteger a su amada. Al verme, agacharon la cabeza.
-Bienvenido, mi señor.-dijo la joven y su esposo asintio. Sonrei y mire atras asegurandome de que el lobo me hubiese seguido.
-Me alegro de ver que han salido vivos. Les necesitaremos.-les dije sin mas rodeos.-Jacqueline ha sido secuestrada y la llevaran a la Catedral en la que ustedes se han casado para el anochecer. Necesitaremos que nos guien.
Me miraron sin saber que contestar, no se atrevieron a seguir sosteniendo la mirada al contestarme.
-Pero...no podemos...es decir...debo atender a mi marido, amo...-me contesto aun vendandole el brazo a su amado. Me rei para mis adentros y le dije:
-Como si no conocieras mi poder, Maria.-tome un alfiler de una almohadilla de agujas para coser y pinche mi dedo profundamente, dejando caer dos gotas de mi sangre sobre una copa de sangre de ellos. Luego, el agujerillo se cerro en mi dedo y les dije:-Beban. Suban en 5 minutos.-asintieron y me voltee al señor Cena. Saque de mi abrigo una carta y la sostuve en mis manos mientras le hablaba.-Le toca mejorarse usted, Señor Cena. Jacqueline me ha dicho que tenia una vieja herida por bala de plata. Le curare rapido y sin dolor.
Al bajar, simplemente camine contando los cuartos. Mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad que ofrecia el cuarto, ya que la pobre luz de las pequeñas antorchas no parecia ser suficiente para Cena, mas no me importo. Mientras caminabamos, comence a sentir la fuerza de las trampas mentales que estaban colocadas en el pasillo.
-Le advierto por su propio bien, señor Cena, que intente seguir mi paso y que por nada del mundo, se vaya por otro cuarto o siga a las voces que vaya a escuchar. Es peligroso perderte aqui si haces caso a lo que tus ojos ven.-y con eso segui adelante.
Antes de llegar a la segunda escalera, que bajaba hacia las famosas Tres Camaras, encontramos el cuarto de los dos conyuges heridos. Por mera cortesia, abri la puerta esta vez y ante nosotros estaban ambos vampiros, vendandose entre si. Maria tenia su brazo derecho herido y Eleazar tenia todo el pecho y un brazo vendado. Sin duda habia querido proteger a su amada. Al verme, agacharon la cabeza.
-Bienvenido, mi señor.-dijo la joven y su esposo asintio. Sonrei y mire atras asegurandome de que el lobo me hubiese seguido.
-Me alegro de ver que han salido vivos. Les necesitaremos.-les dije sin mas rodeos.-Jacqueline ha sido secuestrada y la llevaran a la Catedral en la que ustedes se han casado para el anochecer. Necesitaremos que nos guien.
Me miraron sin saber que contestar, no se atrevieron a seguir sosteniendo la mirada al contestarme.
-Pero...no podemos...es decir...debo atender a mi marido, amo...-me contesto aun vendandole el brazo a su amado. Me rei para mis adentros y le dije:
-Como si no conocieras mi poder, Maria.-tome un alfiler de una almohadilla de agujas para coser y pinche mi dedo profundamente, dejando caer dos gotas de mi sangre sobre una copa de sangre de ellos. Luego, el agujerillo se cerro en mi dedo y les dije:-Beban. Suban en 5 minutos.-asintieron y me voltee al señor Cena. Saque de mi abrigo una carta y la sostuve en mis manos mientras le hablaba.-Le toca mejorarse usted, Señor Cena. Jacqueline me ha dicho que tenia una vieja herida por bala de plata. Le curare rapido y sin dolor.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Avanzamos por aquel subterráneo sin apartarme demasiado de la presencia del Conde. Él mismo me avisó de que lo siguiera de cerca. Podía sentir como si mis pies pareciesen no moverse del mismo sitio a pesar de que yo caminaba y no perdía de vista al Conde. Sabía muy bien que aquella extraña sensación era un espejismo a mi subconsciente para que me detuviese y caer en la trampa, pero no lo hice. Mantuve el ritmo a paso lento y continuamos bajando por otras escaleras donde las paredes eran más estrellas y había mayor número de puertas a ambos lados de la misma. Algunos gritos desgarradores me sobresaltaron pero no quise mirar hacia atrás. Clavé mi mirada en la espalda del Conde hasta que finalmente se detuvo ante una puerta.
Abrió la puerta sin llamar antes y allí encontramos a la pareja de sirvientes que se vendaban mutuamente las heridas por quemaduras. Al ver al Conde agacharon sus cabezas por respeto y melancolía y dejaron que éste les pidiera lo que quisiesen. Para mi sorpresa el Conde se pinchó su dedo y vertió un par de gotas de su sangre en la copa que tenían preparadas para ellos agregando que eso los curaría mucho antes de lo normal. Torcí el gesto al comprobar otro de aquellos dones tan geniales que poseía el Conde: recuperación instántanea. De pronto se giró hacia mi, sacando una carta de su abrigo. Pensé que era una carta para mi pero simplemente la mantuvo entre sus manos mientras mencionó algo de mi herida y de sanarme a mi.
Di un paso hacia atrás con cuidado manteniendo mi mirada en él. -Creo que no entendistes muy bien lo que te dije antes de venir a este lugar con vos Mi mirada no dejaba lugar a ninguna duda de que no iba a dejarle acercarse a mi -No somos amigos, nisiquiera nos conocemos. No le debo nada ni tampoco vos a mi. No voy a aceptar ninguna ayuda que desee darme por caridad, no me fio de vos. Mis palabras sonaban profundas y rotundas -Aléjese de mi y todo irá bien entre nosotros. Ya le dije que si se entromete no me quedará más remedio que lidiar con usted también.
Abrió la puerta sin llamar antes y allí encontramos a la pareja de sirvientes que se vendaban mutuamente las heridas por quemaduras. Al ver al Conde agacharon sus cabezas por respeto y melancolía y dejaron que éste les pidiera lo que quisiesen. Para mi sorpresa el Conde se pinchó su dedo y vertió un par de gotas de su sangre en la copa que tenían preparadas para ellos agregando que eso los curaría mucho antes de lo normal. Torcí el gesto al comprobar otro de aquellos dones tan geniales que poseía el Conde: recuperación instántanea. De pronto se giró hacia mi, sacando una carta de su abrigo. Pensé que era una carta para mi pero simplemente la mantuvo entre sus manos mientras mencionó algo de mi herida y de sanarme a mi.
Di un paso hacia atrás con cuidado manteniendo mi mirada en él. -Creo que no entendistes muy bien lo que te dije antes de venir a este lugar con vos Mi mirada no dejaba lugar a ninguna duda de que no iba a dejarle acercarse a mi -No somos amigos, nisiquiera nos conocemos. No le debo nada ni tampoco vos a mi. No voy a aceptar ninguna ayuda que desee darme por caridad, no me fio de vos. Mis palabras sonaban profundas y rotundas -Aléjese de mi y todo irá bien entre nosotros. Ya le dije que si se entromete no me quedará más remedio que lidiar con usted también.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista del Conde:
Mi sonrisa se borro y le extendi la carta para que la leyera al menos. Detras nuestro, los sirvientes nos observaron.
-Se...señor Cena...-susurro Maria inquiriendo que no me llevase la contra pero luego yo le hable.
-No es porque yo quiera ayudarle. Lea la carta y sabra que mi intencion nunca fue trabajar con usted ni curarle su herida. Es una peticion de Jacqueline y es directa. Leala por si tiene alguna duda.-me cruce de brazos al tomar la carta.-No confia en mi pero confiaria en la palabra de su amada?
En la carta, mi Rosa blanca habia puesto para mi:
-Querido Conde V. Es preciso que venga lo mas pronto posible a Paris pues la situacion que estamos viviendo es muy tensa y compleja. Lo necesito y pido que me ayude con tres puntos.
El primero es que Alfred ha ido muy lejos y es preciso que si algo me ocurriese, sepa que el primer sospechoso es él. El segundo es que John esta aun herido por la pelea que tuvimos contra uno de los secuases de mi socio; es una herida seca y con costras pero esta evitando que el se mueva bien y no podria defenderse demasiado si algo le pasase. Le ruego que use su don y lo cure. El tercer punto es más que nada una confesion...
Conde, usted ha sido y sera siempre una persona importante para mi pero mi corazon esta con John ahora. Siempre tendre por usted y sincero sentimiento de cariño y amistad pero sepa que cualquier otro cariño mayor, no podre corresponderle.
Le ruego asi cuide de él y que me ayude lo antes posible, regresando a nuestro Castelul. Cure a John, confio en usted y que lo hara muy bien. Hasta pronto, Jacqueline Samantha.
Mi sonrisa se borro y le extendi la carta para que la leyera al menos. Detras nuestro, los sirvientes nos observaron.
-Se...señor Cena...-susurro Maria inquiriendo que no me llevase la contra pero luego yo le hable.
-No es porque yo quiera ayudarle. Lea la carta y sabra que mi intencion nunca fue trabajar con usted ni curarle su herida. Es una peticion de Jacqueline y es directa. Leala por si tiene alguna duda.-me cruce de brazos al tomar la carta.-No confia en mi pero confiaria en la palabra de su amada?
En la carta, mi Rosa blanca habia puesto para mi:
-Querido Conde V. Es preciso que venga lo mas pronto posible a Paris pues la situacion que estamos viviendo es muy tensa y compleja. Lo necesito y pido que me ayude con tres puntos.
El primero es que Alfred ha ido muy lejos y es preciso que si algo me ocurriese, sepa que el primer sospechoso es él. El segundo es que John esta aun herido por la pelea que tuvimos contra uno de los secuases de mi socio; es una herida seca y con costras pero esta evitando que el se mueva bien y no podria defenderse demasiado si algo le pasase. Le ruego que use su don y lo cure. El tercer punto es más que nada una confesion...
Conde, usted ha sido y sera siempre una persona importante para mi pero mi corazon esta con John ahora. Siempre tendre por usted y sincero sentimiento de cariño y amistad pero sepa que cualquier otro cariño mayor, no podre corresponderle.
Le ruego asi cuide de él y que me ayude lo antes posible, regresando a nuestro Castelul. Cure a John, confio en usted y que lo hara muy bien. Hasta pronto, Jacqueline Samantha.
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Tomé la carta con mis manos cuando me la extendió y vi como se cruzaba de brazos espectante a que la leyese. La sirviente de Jacqueline me animó a ello y tras unos segundos, saqué el papel que había doblado dentro y leí la carta para mi. Era de la madame Jacqueline al Conde. En ella le pedía que nos ayudase, tanto a mi como a ella, con lo que planeaba hacer Alfred y nuestra situación actual. También le advertía de sus verdaderos sentimientos y el cariño que le tenía reservado para él. Apreté los dientes mientras repasaba algunas líneas con la mirada. Aunque fuera deseo de Jacqueline ella no había tenido en cuenta mis propios deseos sobre aquello.
Arrugué un poco el papel entre mis dedos y miré desafiadoramente al Conde a los ojos. A decir verdad, sabía que tenía muy pocas posibilidades e conseguir la victoria si iba solo contra Alfred y su sequito pero la idea de que el Conde me sanara me resultaba igual de repugnante. Era demasiado orgulloso, ni siquiera a los de mi propia raza los había dejado que me juntasen con aquellas cremas que trajeron, ¿por qué sí al Conde? Una respuesta clara llegó a mi cabeza con un destello. Por ella.
Rápidamente descubrí mi torso mostrándole la venda que me cubría gran parte de éste y me la desenlíe lentamente dejándole al descubierto la herida de mis costados y mi espalda, dándome la vuelta hacia él para que la observase. -Esas son mis heridas. Nada que el tiempo no cure por si solo. Jacqueline te pidió que me ayudases, es cierto, y por ello no me voy a negar, pero te doy la opción de que tú lo hagas. No sientes ninguna empatía hacia mi, no deseas ayudarme en realidad... sólo porque te lo han pedido... me dejarías morir si Jacqueline tuviese sentimientos distintos, no soy ciego.
Arrugué un poco el papel entre mis dedos y miré desafiadoramente al Conde a los ojos. A decir verdad, sabía que tenía muy pocas posibilidades e conseguir la victoria si iba solo contra Alfred y su sequito pero la idea de que el Conde me sanara me resultaba igual de repugnante. Era demasiado orgulloso, ni siquiera a los de mi propia raza los había dejado que me juntasen con aquellas cremas que trajeron, ¿por qué sí al Conde? Una respuesta clara llegó a mi cabeza con un destello. Por ella.
Rápidamente descubrí mi torso mostrándole la venda que me cubría gran parte de éste y me la desenlíe lentamente dejándole al descubierto la herida de mis costados y mi espalda, dándome la vuelta hacia él para que la observase. -Esas son mis heridas. Nada que el tiempo no cure por si solo. Jacqueline te pidió que me ayudases, es cierto, y por ello no me voy a negar, pero te doy la opción de que tú lo hagas. No sientes ninguna empatía hacia mi, no deseas ayudarme en realidad... sólo porque te lo han pedido... me dejarías morir si Jacqueline tuviese sentimientos distintos, no soy ciego.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Punto de vista de Conde.
Sonrei para mis adentros cuando tomo la carta y la leyo. Al parecer le habia caido mal de que mi Rosa aun me quisiera muy en el fondo. No me importo en absoluto que arrugase un poco la carta. Al poco tiempo, descubrio su torso y volteo para que pudiera observarle. No le toque pero si le examine con la mirada, quitandome los anteojos y guardandolos en mis pantalones.
-Mmm...la plata quemo tu carne por dentro, eso hizo que tu regeneracion sea lenta e ineficaz del todo.-mire a mi costado, hacia un poco de sangre que caia por la copa llena. Me quite mi guante y sin más, meti mi dedo en la copa, manchandolo de la nsagre humana que alli habia.
-Vas a sentir algo de dolor en cuanto te toque. Ten paciencia. Valdra la pena...-y con mi dedo mojado lo puse dentro de su herida. Como lo habia imaginado, la hemorragia aun estaba abierta y de suerte no se habia infectado. Luego, me piche de nuevo mi dedo y en cuanto mi sangre salio de nuevo, volvi a meter mi dedo y vi como un especie de vapor salia de alli, al igual que calor. Lo retire y vi con bastante orgullo y una sonrisa macabra que la herida se cerro completamente dejando una cicatriz apenas visible. Antes de que siquiera dijese algun comentario le dije:-En realidad, te dejaria morir si no fuera porque...de alguna forma, me caes bien.-me rei un poco y luego extendi las copas a los enamorados para que bebiesen. El efecto en ellos sí seria indoloro porque eran vampiros pero obviamente el dolor lo sentiria el señor Cena, la sangre de vampiro es toxica si no se administra con cuidado.-Bien. Subamos de nuevo. Tenemos solo 9 horas para hallar a Jacqueline antes del anochecer. Si no la hallamos antes, iremos a la capilla.
Escuchamos voces y pasos acercandose al cuarto, entonces vimos que dos de los sirvientes nos traian a Gelick, aun olia ligeramente a polvora. Sonrei malignamente por fuera.
-Alguien huele a rata...-dije acercandome a él, ignorando la presencia de los demas. Me pare a escasos centimetros de él. Aun ponia resistencia pero los otros siervos no lo soltaban ni por error.-Solo te lo preguntare una vez. Porqué?
-Ya no formo parte de esta maldita servidumbre, el señor Alfred es un hombre honesto y de palabra y me dara un mejor oficio que el estar aqui y tener que soportar las tareas de aqui! Yo soy alguien de clase alta, no tengo porque estar soportando mis compañeros, el limpiar habitaciones por un techo y sobretodas las cosas...nunca estaria al mando de una vampireza loca que hizo de amante a un cachorro mojado y hediondo!! Estar en este castillo maldito es el Infierno!!!-basto con eso para que lo tomase con gran fuerza de su cuello con una sola mano, elevandolo y haciendo que los otros esclavos lo soltasen, se apartaron de mi y simplemente se acercaron con Maria y Eleazar. Sabian que debian apartarse. Me rei a carcajadas hasta que luego me relaje y le hable.
-Insultaste a la mujer que por decadas ha ayudado a que jamas te faltase algo, te recibio en su hogar cuando tu llegaste hasta nosotros arrastrandote en el lodo y pidiendo clemencia luego de lo que te ocurrio. Aquel cachorro hediondo...-lo movi para que lo mirase mientras hablaba.-...merece más que el tesoro perdido de Sierra Madre por haber cuidado mucho de ella y de protegerla cuando yo me fui de aqui. Tiene más honor y cojones que tu y te atreves a insultar a tu protectora y a este lobo delante de mi?!-se hizo un breve momento de silencio, me acerque a su rostro despacio observandole fijo.-Además, Gelick...tu no sabes realmente lo que es el verdadero Infierno...pero...te dare una muestra.-puse mi pulgar a un lado de su ojo izquierdo.-Donde se han llevado a Jacqueline?-sentia que temblaba de miedo bajo mi mano pero aun podria hablar si lo deseara. No respondio y se limito a mirarme de mala forma. Sonrei. Puse mi dedo sobre su ojo y lentamente lo hundi en la cuenca, dejando que saliera dangre de él y que gritase de forma desgarradora.
Senti que Eleazar abrazo a su amada para que no mirase lo que hacia y los otros dos tambien voltearon a otro lado para no ver.
-Habla o te colgare...-habia un palo de escoba a un costado. Lo levante y lo mire de forma desafiante.-Y bien...?
-Monstruo...-eso borro mi sonrisa por completo y le propine un golpe duro y seco en su mandibula partiendosela y arrojandolo con violencia al suelo.
-Si, y que?? Soy un monstruo!! Pero que te hace eso a ti?? Un hombre? Un perro? O un monstruo??-lo eleve de nuevo y lo puse contra la pared. Despacio coloque la punta redonda del palo sobre su pecho, justo en su corazon, y de a poco fui haciendo fuerza. Poco a poco hasta que atravece su carne y la sangre comenzo a fluir alli. No me detuve, segui hasta atravezar tambien su espalda y clavarlo sobre la pared de piedra. Estaba gritando y gimiendo del dolor, lo solte y grito aun mas al estarse colgado alli. Bufe enojado.-Cena, Maria, Eleazar, a la superficie. Este bastardo gasto mucho de mi tiempo.-y con eso, me aleje de alli, resonando mis pasos en la oscuridad.
Punto de vista Narrador.
Maria estaba llorando un poco y su esposo acariciaba su cabello para tratar de calmarla. Tomaron ambas de las copas, sintiendose mejor y quitandose las vendas.
-Tranquila, mi cielo...Todo esta bien, ya paso...-le susurraba y ella trato de calmarse. Ambos se pusieron de pie y se acercaron a John con una ligera sonrisa.-Señor John...le pedimos humildemente que nos siga. Estas camaras son peligrosas...
-Tenemos que ir por nuestra ama...-dijo ya calmando sus sollozos.
Sonrei para mis adentros cuando tomo la carta y la leyo. Al parecer le habia caido mal de que mi Rosa aun me quisiera muy en el fondo. No me importo en absoluto que arrugase un poco la carta. Al poco tiempo, descubrio su torso y volteo para que pudiera observarle. No le toque pero si le examine con la mirada, quitandome los anteojos y guardandolos en mis pantalones.
-Mmm...la plata quemo tu carne por dentro, eso hizo que tu regeneracion sea lenta e ineficaz del todo.-mire a mi costado, hacia un poco de sangre que caia por la copa llena. Me quite mi guante y sin más, meti mi dedo en la copa, manchandolo de la nsagre humana que alli habia.
-Vas a sentir algo de dolor en cuanto te toque. Ten paciencia. Valdra la pena...-y con mi dedo mojado lo puse dentro de su herida. Como lo habia imaginado, la hemorragia aun estaba abierta y de suerte no se habia infectado. Luego, me piche de nuevo mi dedo y en cuanto mi sangre salio de nuevo, volvi a meter mi dedo y vi como un especie de vapor salia de alli, al igual que calor. Lo retire y vi con bastante orgullo y una sonrisa macabra que la herida se cerro completamente dejando una cicatriz apenas visible. Antes de que siquiera dijese algun comentario le dije:-En realidad, te dejaria morir si no fuera porque...de alguna forma, me caes bien.-me rei un poco y luego extendi las copas a los enamorados para que bebiesen. El efecto en ellos sí seria indoloro porque eran vampiros pero obviamente el dolor lo sentiria el señor Cena, la sangre de vampiro es toxica si no se administra con cuidado.-Bien. Subamos de nuevo. Tenemos solo 9 horas para hallar a Jacqueline antes del anochecer. Si no la hallamos antes, iremos a la capilla.
Escuchamos voces y pasos acercandose al cuarto, entonces vimos que dos de los sirvientes nos traian a Gelick, aun olia ligeramente a polvora. Sonrei malignamente por fuera.
-Alguien huele a rata...-dije acercandome a él, ignorando la presencia de los demas. Me pare a escasos centimetros de él. Aun ponia resistencia pero los otros siervos no lo soltaban ni por error.-Solo te lo preguntare una vez. Porqué?
-Ya no formo parte de esta maldita servidumbre, el señor Alfred es un hombre honesto y de palabra y me dara un mejor oficio que el estar aqui y tener que soportar las tareas de aqui! Yo soy alguien de clase alta, no tengo porque estar soportando mis compañeros, el limpiar habitaciones por un techo y sobretodas las cosas...nunca estaria al mando de una vampireza loca que hizo de amante a un cachorro mojado y hediondo!! Estar en este castillo maldito es el Infierno!!!-basto con eso para que lo tomase con gran fuerza de su cuello con una sola mano, elevandolo y haciendo que los otros esclavos lo soltasen, se apartaron de mi y simplemente se acercaron con Maria y Eleazar. Sabian que debian apartarse. Me rei a carcajadas hasta que luego me relaje y le hable.
-Insultaste a la mujer que por decadas ha ayudado a que jamas te faltase algo, te recibio en su hogar cuando tu llegaste hasta nosotros arrastrandote en el lodo y pidiendo clemencia luego de lo que te ocurrio. Aquel cachorro hediondo...-lo movi para que lo mirase mientras hablaba.-...merece más que el tesoro perdido de Sierra Madre por haber cuidado mucho de ella y de protegerla cuando yo me fui de aqui. Tiene más honor y cojones que tu y te atreves a insultar a tu protectora y a este lobo delante de mi?!-se hizo un breve momento de silencio, me acerque a su rostro despacio observandole fijo.-Además, Gelick...tu no sabes realmente lo que es el verdadero Infierno...pero...te dare una muestra.-puse mi pulgar a un lado de su ojo izquierdo.-Donde se han llevado a Jacqueline?-sentia que temblaba de miedo bajo mi mano pero aun podria hablar si lo deseara. No respondio y se limito a mirarme de mala forma. Sonrei. Puse mi dedo sobre su ojo y lentamente lo hundi en la cuenca, dejando que saliera dangre de él y que gritase de forma desgarradora.
Senti que Eleazar abrazo a su amada para que no mirase lo que hacia y los otros dos tambien voltearon a otro lado para no ver.
-Habla o te colgare...-habia un palo de escoba a un costado. Lo levante y lo mire de forma desafiante.-Y bien...?
-Monstruo...-eso borro mi sonrisa por completo y le propine un golpe duro y seco en su mandibula partiendosela y arrojandolo con violencia al suelo.
-Si, y que?? Soy un monstruo!! Pero que te hace eso a ti?? Un hombre? Un perro? O un monstruo??-lo eleve de nuevo y lo puse contra la pared. Despacio coloque la punta redonda del palo sobre su pecho, justo en su corazon, y de a poco fui haciendo fuerza. Poco a poco hasta que atravece su carne y la sangre comenzo a fluir alli. No me detuve, segui hasta atravezar tambien su espalda y clavarlo sobre la pared de piedra. Estaba gritando y gimiendo del dolor, lo solte y grito aun mas al estarse colgado alli. Bufe enojado.-Cena, Maria, Eleazar, a la superficie. Este bastardo gasto mucho de mi tiempo.-y con eso, me aleje de alli, resonando mis pasos en la oscuridad.
Punto de vista Narrador.
Maria estaba llorando un poco y su esposo acariciaba su cabello para tratar de calmarla. Tomaron ambas de las copas, sintiendose mejor y quitandose las vendas.
-Tranquila, mi cielo...Todo esta bien, ya paso...-le susurraba y ella trato de calmarse. Ambos se pusieron de pie y se acercaron a John con una ligera sonrisa.-Señor John...le pedimos humildemente que nos siga. Estas camaras son peligrosas...
-Tenemos que ir por nuestra ama...-dijo ya calmando sus sollozos.
- Spoiler:
- xD Lo siento, momento de inspiracion ^^''''
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
Había quedado de espaldas al Conde mostrándole mi herida. Pareció estar valorándola unos instantes. Sabía que la herida estaba mal, necesitaba reposo y muchos cuidados, algo que en aquellos días apenas lo había logrado. Para colmo mis últimas noches había tenido pesadillas que no me habían dejado dormir placenteramente y descansar bien. No me agradaba en absoluto que el Conde me diera lecciones de como se encontraba mi cuerpo pero apreté las mandíbulas y me limité a escucharlo y esperar su remedio o solución. Aquellos segundos parecieron hacerse una eternidad mientras toda la habitación quedaba sumida en un silencio palpable en el ambiente y algo tenso. Giré un poco la cabeza para dirigir la mirada a los dos sirvientes sentados en la cama terminando de curar las heridas propias de sus cuerpos y echando una ojeada al mío con gran interés en lo que el Conde fuera capaz de realizar sobre mi herida.
Cuando por fin sentí un ligero contacto en mi zona afectada, le volví a escuchar decir que me dolería. No sería para tanto, pensé cuando ya había pasado por tantas penurias, cortes, mutilaciones y torturas, ¿qué podía ser tan doloroso como sanar esas heridas que proceden de violentas sacudidas de furia tras una pelea? Estaba haciéndome esa pregunta cuando la yema de su dedo se introdujo en mi herida abierta y ésta me produció un escozor que hizo que mi cuerpo reaccionase por impulso dando una sacudida. Intenté controlarlo, manteniéndome firme y dejando que el Conde terminase con lo que había empezado. Mordí mi labio inferior pues el dolor era más intenso de lo que había esperado pero podía aguantarlo, claro que podía aguantarlo. El Conde confesó que me dejaría morir y eso hizo que se me escapara una sonrisa burlona de mis labios. Era gracioso que ambos tuviéramos el mismo pensamiento.-Es una pena que tenga que lidiar aún con mi presencia, por suerte los licántropos somos mortales comenté de forma irónica a su comentario.
Noté como mi piel parecía estirarse y aquel escozor que me había hecho retorcerme segundos antes iba desapareciendo poco a poco, pero dejaba esa extraña sensación en mi cuerpo. Oí al Conde decir que ya había terminado y rápidamente dejé caer mi camisa sobre mi torso cubriéndome inmediatamente y girándome para encararle. Ya estaba pensando en ir a por Jaqueline y yo estaba de acuerdo. Teníamos nueve horas para dar con ella e impedir su boda. Ahora que teníamos a los sirvientes que nos llevarían hasta ese lugar no deberíamos tener más problemas salvo el de acabar con todas las alimañanas que sirvan de escudo a Alfred e incluso a esa rata, si fuera necesario, que lo es, ese bastardo ya había setenciado su cabeza llevándose a la madame consigo.
De pronto se oyeron unas voces y aparecieron dos sirvientes más con Gelick bien sujeto y llevándolo ante la presencia del Conde. Él era otro, que al igual que Justin, habían hecho un trato con Alfred a cambio de traicionar la lealtad a Jacqueline. Sin duda alguna, daban asco esas entes que se regozijaban en la envidia y el miedo. Rápidamente el Conde tomó replesarias contra él y pidió explicaciones ante tal comportamiento, lo cual hizo que, al oírlas quisiera extrangularle con mis propias manos. Era egoísta y vanidoso, al igual que sus acciones, un desagradecido que ni siquiera valoraba su existencia, un miserable. El Conde lo tomó del cuello y al no tener respuesta, hundió su dedo en su ojo y luego lo estampó contra la pared atravesándolo con un palo y dejándolo clavado allí gimiendo del dolor. Miré aquellas escenas disfrutando y deseando poder hacerlo yo mismo. No sólo tendría que responder ante el Conde pero ahora no teníamos tiempo que perder para recuperar a Jacqueline antes del próximo amanecer. Lo dejó allí atravesado y se encaminó por los pasillos del sótano desapareciendo y llamándonos para que lo siguieramos lo más pronto posible.
Los sirvientes se levantaron y me animaron a seguirlos pues las trampas seguirían estando en aquel sótano y no debía despistarme. Al pasar por al lado de Gelick, éste, aún sangrando, me escupió en mi ropa. De pura ira partí el palo que tenía atravesado en el pecho haciéndole que gritará de dolor por el desplazamiento tan brusco de aquel palo en el interior de su cuerpo y le golpeé con toda la fuerza que me fue posible reunir en su cabeza, oyendo el chasquido de los huesos de su cuello partirse y quedando en una postura algo descoyuntada. Sabía que los vampiros no podían morir de huesos rotos pero si nadie lo ayudaba se quedaría en aquella postura por mucho tiempo, algo que me era gratificante, sin duda. Seguí de cerca a los sirvientes y no tardamos en salir de nuevo al vestíbulo de la mansión. El Conde ya nos esperaba en la puerta, de espaldas a nosotros. Era la hora de iniciar nuestra marcha.
Cuando por fin sentí un ligero contacto en mi zona afectada, le volví a escuchar decir que me dolería. No sería para tanto, pensé cuando ya había pasado por tantas penurias, cortes, mutilaciones y torturas, ¿qué podía ser tan doloroso como sanar esas heridas que proceden de violentas sacudidas de furia tras una pelea? Estaba haciéndome esa pregunta cuando la yema de su dedo se introdujo en mi herida abierta y ésta me produció un escozor que hizo que mi cuerpo reaccionase por impulso dando una sacudida. Intenté controlarlo, manteniéndome firme y dejando que el Conde terminase con lo que había empezado. Mordí mi labio inferior pues el dolor era más intenso de lo que había esperado pero podía aguantarlo, claro que podía aguantarlo. El Conde confesó que me dejaría morir y eso hizo que se me escapara una sonrisa burlona de mis labios. Era gracioso que ambos tuviéramos el mismo pensamiento.-Es una pena que tenga que lidiar aún con mi presencia, por suerte los licántropos somos mortales comenté de forma irónica a su comentario.
Noté como mi piel parecía estirarse y aquel escozor que me había hecho retorcerme segundos antes iba desapareciendo poco a poco, pero dejaba esa extraña sensación en mi cuerpo. Oí al Conde decir que ya había terminado y rápidamente dejé caer mi camisa sobre mi torso cubriéndome inmediatamente y girándome para encararle. Ya estaba pensando en ir a por Jaqueline y yo estaba de acuerdo. Teníamos nueve horas para dar con ella e impedir su boda. Ahora que teníamos a los sirvientes que nos llevarían hasta ese lugar no deberíamos tener más problemas salvo el de acabar con todas las alimañanas que sirvan de escudo a Alfred e incluso a esa rata, si fuera necesario, que lo es, ese bastardo ya había setenciado su cabeza llevándose a la madame consigo.
De pronto se oyeron unas voces y aparecieron dos sirvientes más con Gelick bien sujeto y llevándolo ante la presencia del Conde. Él era otro, que al igual que Justin, habían hecho un trato con Alfred a cambio de traicionar la lealtad a Jacqueline. Sin duda alguna, daban asco esas entes que se regozijaban en la envidia y el miedo. Rápidamente el Conde tomó replesarias contra él y pidió explicaciones ante tal comportamiento, lo cual hizo que, al oírlas quisiera extrangularle con mis propias manos. Era egoísta y vanidoso, al igual que sus acciones, un desagradecido que ni siquiera valoraba su existencia, un miserable. El Conde lo tomó del cuello y al no tener respuesta, hundió su dedo en su ojo y luego lo estampó contra la pared atravesándolo con un palo y dejándolo clavado allí gimiendo del dolor. Miré aquellas escenas disfrutando y deseando poder hacerlo yo mismo. No sólo tendría que responder ante el Conde pero ahora no teníamos tiempo que perder para recuperar a Jacqueline antes del próximo amanecer. Lo dejó allí atravesado y se encaminó por los pasillos del sótano desapareciendo y llamándonos para que lo siguieramos lo más pronto posible.
Los sirvientes se levantaron y me animaron a seguirlos pues las trampas seguirían estando en aquel sótano y no debía despistarme. Al pasar por al lado de Gelick, éste, aún sangrando, me escupió en mi ropa. De pura ira partí el palo que tenía atravesado en el pecho haciéndole que gritará de dolor por el desplazamiento tan brusco de aquel palo en el interior de su cuerpo y le golpeé con toda la fuerza que me fue posible reunir en su cabeza, oyendo el chasquido de los huesos de su cuello partirse y quedando en una postura algo descoyuntada. Sabía que los vampiros no podían morir de huesos rotos pero si nadie lo ayudaba se quedaría en aquella postura por mucho tiempo, algo que me era gratificante, sin duda. Seguí de cerca a los sirvientes y no tardamos en salir de nuevo al vestíbulo de la mansión. El Conde ya nos esperaba en la puerta, de espaldas a nosotros. Era la hora de iniciar nuestra marcha.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
- Spoiler:
- Se me ocurrio una idea, a ver si te gusta.
Punto de vista Narrador:
Los sirvientes, con rastros de temor y miedo por el castigo de Gelick, dejaron que el señor Cena se descargue sobre el aun vivo cuerpo del sirviente traidor pero la joven Maria, se cubrio los ojos para dejar de ver tanto horror y su esposo, la abrazaba para que no temiera. Luego, al acabar de torcer su cuello, los dos sirvientes condujeron al licantropo sano y salvo de nuevo a la superficie. Las heridas estaban curadas, podian moverse mejor por lo que pudieron retirarse sus vendajes y ver que las quemaduras y toda marca del incidente, se habia borrado.
El Conde los esperaba de cara a las puertas en silencio. Nadie quizo hablarle hasta que él abrio las puertas y y noto como un cielo lleno de nubes grises y negras cubrian el cielo. El sol no dejaba rayo alguno a la vista, haciendo sonreir a los dos sirvientes vampiros. Ahora podrian salir. Pero aun, el Conde no quizo marcharse, se volteo mirando las escaleras y hablo fuerte hacia alli.
-Baja de una vez o me ire sin ti!-nadie vio a quien le hablaba hasta que el señor Cena escucho una voz familiar, algo lejana pero inolvidable.
-Ya bajo, Padre!!-y luego de unos segundos, vieron a un joven de cabellos rubios, ojos rojos y una sonrisa en su rostro; su piel era palida, llevaba una camisa y pantalones negros junto con un par de botas de cuero como las que el gran Vampiro usaba. Bajo las escaleras a toda prisa, llegando hasta ellos.-Lamento la tardanza, es que olvide guardar mi ataud.
-Estimados, les presento a uno de mis hijos adoptivos menores. Anthony von Cassell.-él les reverencio son borrar su sonrisa.
-Es un placer...-hasta que observo a John y le estrecho la mano con una sonrisa más grande.-Señor Cena! Ha pasado tiempo, como ha estado?-pero parecia que el licantropo estaba pasmado de ver a su viejo compañero de trabajo convertido.
-Qué le ocurre, Señor Cena? Esta tan pálido que pareciera haber visto un fantasma.-pregunto la joven sirvienta, mirandolo con curiosidad.
El Conde no quiso sentarse a esperar por lo que en un momento, miro a Eleazar y le dijo:
-Ve por los caballos. Si vamos en carruaje no podremos seguir el rastro.-le ordeno y este salio enseguida por ellos.
-Realmente no olvido el como me ha ayudado con mi ex jefa, Jacqueline. Me alegro de volver a verle.-Anthony estaba muy emocionado de volver a ver a su viejo camarada pero entendio el porque el lycan no habia respondido muy bien.-Le explicare en el camino lo que ocurrio, esta bien?
Jacqueline S. Ritchway- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 2769
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Edad : 31
Localización : En todas partes y en ningun lugar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Entre los pensamientos muertos de mi alma...
- Spoiler:
- Me parece genial, da otro giro a la historia. Buena idea, me gusta
Me acerqué cauteloso al Conde mientras que los otros dos sirvientes esperaban abrazados mutuamente a que el Conde diese alguna orden. Se había percatado de nuestra presancia en cuanto salimos del sótano, estaba seguro que se había percatado de ella. Sin embargo no se movió en absoluto, ni un sólo músculo ni centímetro de su cuerpo se movió de aquella posé que mantenía observando el horizonte desde la puerta de la mansión. Estaba a punto de romper el silencio para apremiarle que debíamos darnos prisa cuando fue su voz la que resonó primero en el vestíbulo con un gran eco. Parecía estar esperando a otra persona que nos acompañaría también pero durante nuestro trayecto no había mencionado nada al respecto. Fruncí el ceño y entonces oí una voz familiar, procedente de mis espaldas. Me giré en redondo mirando a la figura que bajaba las escaleras.
Me quedé atónito al reconocer a aquel personaje que creí muerto una vez. Bueno, en cierto modo, estaba muerto pero le habían otorgado una segunda vida al parecer. Él mismo se presentó ante los otros sirvientes y me reconoció al instante. No había perdido la memoria a pesar de haberse convertido en un vampiro. Casi por inercia estreché su mano cuando me la sirvió y me quedé fijamente mirando a sus ojos rojos con una expresión de incredulidad y asombro, al igual que intranquilidad. El que estaba ante mi era Anthony, aquel muchacho que vi morir en los brazos de Jacqueline y al que perseguía su creador con tanto ahínco antes de que le destrozara su cabeza contra una roca.
Muchas preguntas me golpearon de repente una vez más y me sentí más desorientado que nunca. Todo en cuanto había creído no era así. Pronto se apresuró a decir que me explicaría todo más tarde y el Conde llamó a los sirvientes para que trajesen caballos. El cielo estaba nublado y tendríamos algo más de tiempo de lo previsto para llegar hasta aquella maldita iglesia. Nada más estuvieron los caballos monté en un noble corcel blanco, que relincho al oler mi aroma pero lo mantuve fuertemente sujeto para domarlo y esperé a que los demás montaran. Permanecí en silencio mirando a Anthony aún sin comprender pero no medié palabra. Cuando estábamos listos para partir, apreté los talones y mandé al galope mi caballo junto a los demás. Como había dicho, ya tendríamos tiempo de explicaciones más adelante.
John Cena- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 456
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Localización : My Pc
Página 26 de 29. • 1 ... 14 ... 25, 26, 27, 28, 29
Temas similares
» Aquí entre nos, los muertos se divierten más.
» Una noche entre muertos...(LIBRE)
» Habemos muchos muertos del alma - [Lorraine Von Fanel]
» Y de entre los muertos salió un hurón {Zelman}
» Retrospectiva
» Una noche entre muertos...(LIBRE)
» Habemos muchos muertos del alma - [Lorraine Von Fanel]
» Y de entre los muertos salió un hurón {Zelman}
» Retrospectiva
Página 26 de 29.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour