AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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No contaba con esto [Wesh]
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No contaba con esto [Wesh]
Recuerdo del primer mensaje :
La ropa que envolvía su cuerpo y le producía irritaciones en la piel la había tomado prestada de Marie. La criada había sido muy amable ofreciéndole uno de los pocos vestidos de los que disponía y Victoria se había anotado mentalmente regalarle un hermoso vestido como compensación. Hizo una mueca cuando pensó en Samuel y en lo poco adecuado que vería ese regalo a la criada. Pero, ahora mismo, aquella era toda la familia que tenía. Sí, no se avergonzaba de decir que quería a esos sirvientes como si fueran familia y estaba segura de que ellos la querían de igual modo -y no sólo porque fuera la señora de la casa.
Desde que puso un pie en Paris, la casa entera se había volcado en ella. Sobre todo Pierre y Marie, con los que tenía mñas confianza y quienes la estaban ayudando en su empresa.
Un estremecimiento le recorrió el cuerpo cuando pisó con una de sus botas un charco negro y una ráfaga de viento le revolvió la capa.
-¿Estamos muy lejos, señor? -tuvo que apretar los dientes después de hablar porque se pusieron a castañear. A pesar de ser primavera, los últimos días habían amanecido nublados y con precipitaciones. Estaba cansada, llevaba todo el día recorriendo los bajos fondos de arriba abajo en busca de un hombre del que sólo sabía el nombre y del que nadie quería hablar. La gente no solía ser demasiado amable por esos lares y aún lo eran menos cuando mencionaba el nombre del hombre. La miraban mal, una especie de mezcla de miedo y fastidio, y la despachaban sin ninguna consideración. Había estado a punto de darse por vencida... pero había tenido la suerte de encontrar al caballero que ahora mismo la llevaba hasta el encuentro del hombre que buscaba.
-Estamos a punto de llegar, gatita -respondió el hombre mientras se lamía los labios y se secaba el sudor de la frente con la mano. Victoría no podía enterder por qué sudaba cuando ella temblaba de frío. Siguió caminando a su lado. El caballero la condujo por calles oscuras sin apenas iluminación, que olían tan mal que sentía arcadas en el estomago.
Pero elesfuerzo valía la pena.
Sin saber cómo, se vio de pronto empujada contra una de las frías paredes. Sólo tardó una milésima de segundos en darse cuenta de lo estúpida que había sido por confiar en aquel hombre. Se raspó la mejilla al intentar soltarse.
-Vamos, vamos, no te alteres, gatita. ¡Si es lo que has estado buscando!
Frenética, introdujo una mano dentro de la capa para coger la pistola que llevaba. Había sido de Samuel y llevarla con ella era como tener a Samuel protegiéndola. Sus estumecidos dedos fueron torpes y el arma cayó al suelo produciendo un sonido que retumbó en aquel callejón sin salida.
Desde que puso un pie en Paris, la casa entera se había volcado en ella. Sobre todo Pierre y Marie, con los que tenía mñas confianza y quienes la estaban ayudando en su empresa.
Un estremecimiento le recorrió el cuerpo cuando pisó con una de sus botas un charco negro y una ráfaga de viento le revolvió la capa.
-¿Estamos muy lejos, señor? -tuvo que apretar los dientes después de hablar porque se pusieron a castañear. A pesar de ser primavera, los últimos días habían amanecido nublados y con precipitaciones. Estaba cansada, llevaba todo el día recorriendo los bajos fondos de arriba abajo en busca de un hombre del que sólo sabía el nombre y del que nadie quería hablar. La gente no solía ser demasiado amable por esos lares y aún lo eran menos cuando mencionaba el nombre del hombre. La miraban mal, una especie de mezcla de miedo y fastidio, y la despachaban sin ninguna consideración. Había estado a punto de darse por vencida... pero había tenido la suerte de encontrar al caballero que ahora mismo la llevaba hasta el encuentro del hombre que buscaba.
-Estamos a punto de llegar, gatita -respondió el hombre mientras se lamía los labios y se secaba el sudor de la frente con la mano. Victoría no podía enterder por qué sudaba cuando ella temblaba de frío. Siguió caminando a su lado. El caballero la condujo por calles oscuras sin apenas iluminación, que olían tan mal que sentía arcadas en el estomago.
Pero elesfuerzo valía la pena.
Sin saber cómo, se vio de pronto empujada contra una de las frías paredes. Sólo tardó una milésima de segundos en darse cuenta de lo estúpida que había sido por confiar en aquel hombre. Se raspó la mejilla al intentar soltarse.
-Vamos, vamos, no te alteres, gatita. ¡Si es lo que has estado buscando!
Frenética, introdujo una mano dentro de la capa para coger la pistola que llevaba. Había sido de Samuel y llevarla con ella era como tener a Samuel protegiéndola. Sus estumecidos dedos fueron torpes y el arma cayó al suelo produciendo un sonido que retumbó en aquel callejón sin salida.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Lo vio sentarse frente a ella y observó con atención sus movimientos. Era un hombre hecho y derecho, Victoria no lograba enteder cómo era posible que creyese en pocimas, magia y hechiceria. Era contradictorio.
-Gracias -agradeció antes de mirar la bandeja de pastas que había dejado delante de ella. Tenían una pinta deliciosa, aunque no le extrañaba, si realmente tenía tanto dinero, debía tener a una buena cocinera.
Le costó decidirse, pero finalmente cogió una de las pastas. Le dio un pequeño mordisco y a punto estuvo de soltar un pequeño gemido. Era una deliciosa tarteleta de limón, su preferida. No tardó en comérsela y alargó la mano para coger otra.
El señor Wesh la miraba fijamente y Victoria se sentía un tanto incómoda masticando en la silenciosa estancia. Terminó la segunda tarteleta, pero no alargó la mano para coger otra. No debía abusar. En cambio, tomó la pequeña copita de coñac que le había servido antes. Le dio un sorbo y tosió suavemente cuando el potente líquido se deslizó por su garganta.
-¿No hay forma de seguir con el trato sin que yo beba eso? -preguntó después de un segundo sorbo a la copa-. Sé muy poco sobre pociones, pero estoy segura de que ese tipo de cosas no funciona con la gente que no cree. Y yo, señor Wesh, no creo en todo eso.
-Gracias -agradeció antes de mirar la bandeja de pastas que había dejado delante de ella. Tenían una pinta deliciosa, aunque no le extrañaba, si realmente tenía tanto dinero, debía tener a una buena cocinera.
Le costó decidirse, pero finalmente cogió una de las pastas. Le dio un pequeño mordisco y a punto estuvo de soltar un pequeño gemido. Era una deliciosa tarteleta de limón, su preferida. No tardó en comérsela y alargó la mano para coger otra.
El señor Wesh la miraba fijamente y Victoria se sentía un tanto incómoda masticando en la silenciosa estancia. Terminó la segunda tarteleta, pero no alargó la mano para coger otra. No debía abusar. En cambio, tomó la pequeña copita de coñac que le había servido antes. Le dio un sorbo y tosió suavemente cuando el potente líquido se deslizó por su garganta.
-¿No hay forma de seguir con el trato sin que yo beba eso? -preguntó después de un segundo sorbo a la copa-. Sé muy poco sobre pociones, pero estoy segura de que ese tipo de cosas no funciona con la gente que no cree. Y yo, señor Wesh, no creo en todo eso.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Wesh dejó que una mirada burlona se asentara en sus pupilas y no contestó a su última pregunta inmediatamente.
- Señora Bennet, si no deja de llamarme señor, yo empezaré a llamarla Victoria -le dio un empujoncito a la bandeja para acercarla más a ella. Se veía en su cara que seguía teniendo hambre-. Siga comiendo, haga el favor, o acabará como una cuba.
Dudaba mucho de que ese día hubiera cenado y ya era tarde. Lo que menos le apetecía era tener que cuidar de una dama borracha. La mujer tomó otra pasta de limón y la saboreó de verdad. No le gustaban esas damiselas que fingían no tener hambre símplemente porque la moda decía que no era educado. Nadie debería privarse de una comida. Nunca se sabía cuándo se podría tomar la siguiente. Eso él lo sabía por experiencia. Mientras masticaba lanzaba miradas cautelosas al frasco de cristal.
- Las pociones funcionan, se crea o no en ellas. Y si realmente pensara así, la tomaría sin importarle lo que yo dijera -según su razonamiento, no debería preocuparle más que un trago de agua-. ¿No piensa cumplir con su parte del trato? ¿Es eso lo que le preocupa?
- Señora Bennet, si no deja de llamarme señor, yo empezaré a llamarla Victoria -le dio un empujoncito a la bandeja para acercarla más a ella. Se veía en su cara que seguía teniendo hambre-. Siga comiendo, haga el favor, o acabará como una cuba.
Dudaba mucho de que ese día hubiera cenado y ya era tarde. Lo que menos le apetecía era tener que cuidar de una dama borracha. La mujer tomó otra pasta de limón y la saboreó de verdad. No le gustaban esas damiselas que fingían no tener hambre símplemente porque la moda decía que no era educado. Nadie debería privarse de una comida. Nunca se sabía cuándo se podría tomar la siguiente. Eso él lo sabía por experiencia. Mientras masticaba lanzaba miradas cautelosas al frasco de cristal.
- Las pociones funcionan, se crea o no en ellas. Y si realmente pensara así, la tomaría sin importarle lo que yo dijera -según su razonamiento, no debería preocuparle más que un trago de agua-. ¿No piensa cumplir con su parte del trato? ¿Es eso lo que le preocupa?
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Dio un sorbito al coñac y esta vez el líquido resbaló por su graganta sin ningún problema, calentándola. El señor Wesh había tenido razón al decirle que el coñac la haría entrar en calor. Alargó la mano y cogió una de las pastas que tenía mermelada por encima, por el color parecía ser de fresa o de frambuesa. Le dio un mordisco para salir de dudas.
Era frambuesa.
Abrió los ojos de golpe al escuchar las ofensivas palabras del señor Wesh, volvía nuevamente a dudar de ella.
-¡Por supuesto que pienso cumplir con mi parte del trato si encuentra a quien asesinó a mi marido! Soy una mujer de palabra, aunque muchos hombres piensan que las mujeres no tenemos. No me gustaría saber que usted está entre esos hombres, Wesh -dios, le resultaba sumamente difícil tratarlo con esa familiaridad, pero suponía que acabaría acostumbrándose. Al fin y al cabo, si no se equivocaba, iban a pasar mucho tiempo juntos.
Alargó la mano y cogió el frasquito.
-Antes ha mencionado que usted también debía tomar la pocima -le parecía tan ridículo estar hablando de esto... -. ¿Tenemos que beber los dos de aquí?
Era frambuesa.
Abrió los ojos de golpe al escuchar las ofensivas palabras del señor Wesh, volvía nuevamente a dudar de ella.
-¡Por supuesto que pienso cumplir con mi parte del trato si encuentra a quien asesinó a mi marido! Soy una mujer de palabra, aunque muchos hombres piensan que las mujeres no tenemos. No me gustaría saber que usted está entre esos hombres, Wesh -dios, le resultaba sumamente difícil tratarlo con esa familiaridad, pero suponía que acabaría acostumbrándose. Al fin y al cabo, si no se equivocaba, iban a pasar mucho tiempo juntos.
Alargó la mano y cogió el frasquito.
-Antes ha mencionado que usted también debía tomar la pocima -le parecía tan ridículo estar hablando de esto... -. ¿Tenemos que beber los dos de aquí?
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Re: No contaba con esto [Wesh]
La burla siguió implícita en la sonrisa y en la mirada de West.
-Señora, la palabra en la que confío, es la palabra que se cumple, ya sea de hombre o de mujer.
Suponía que con esa afirmación quedaba más que clara su postura. Obviamente, la mujer tenía hambre, porque tomó otra tartaleta de la bandeja. Mejor, el calor de la lumbre y del coñac, estaba entrando en su cuerpo y empezaba a verse sonrosada y vivaz. Y atractiva, desgraciadamente, muy atractiva. Dio un sorbo a su propia copa y él también empezó a calentarse de una forma agradable
-No será necesario que bebamos los dos del frasco. Podemos verter el líquido en el coñac, así no se verá obligada a poner sus dulces y exclusivos labios donde yo ponga los míos. Aunque...
¿El señor Bennet habría bebido coñac de los labios de su deliciosa esposa? ¿Habría sabido saborearlo en su lengua y en el resto de su cuerpo? Por la mirada horrorizada de Victoria, probablemente no. Esas damas no sabían lo que llegaban a perderse con tanta preocupación por los modales, por lo que era correcto y no lo era. La idea de que todavía podía pedirle un favor altamente comprometido pasó de nuevo por su cabeza. No resultaría desagradable enseñarle a la mujercita los placeres que el cuerpo podía otorgarles. Lo delicioso que podría resultar mezclar sus labios y disfrutarlos en otros muchos lugares de su cuerpo. La mirada que le lanzó ponía en evidencia todos esos pensamientos y ella se sonrojó aún más cuando captó sus intenciones.
-Aunque quizá debería ir haciéndose a la idea
-Señora, la palabra en la que confío, es la palabra que se cumple, ya sea de hombre o de mujer.
Suponía que con esa afirmación quedaba más que clara su postura. Obviamente, la mujer tenía hambre, porque tomó otra tartaleta de la bandeja. Mejor, el calor de la lumbre y del coñac, estaba entrando en su cuerpo y empezaba a verse sonrosada y vivaz. Y atractiva, desgraciadamente, muy atractiva. Dio un sorbo a su propia copa y él también empezó a calentarse de una forma agradable
-No será necesario que bebamos los dos del frasco. Podemos verter el líquido en el coñac, así no se verá obligada a poner sus dulces y exclusivos labios donde yo ponga los míos. Aunque...
¿El señor Bennet habría bebido coñac de los labios de su deliciosa esposa? ¿Habría sabido saborearlo en su lengua y en el resto de su cuerpo? Por la mirada horrorizada de Victoria, probablemente no. Esas damas no sabían lo que llegaban a perderse con tanta preocupación por los modales, por lo que era correcto y no lo era. La idea de que todavía podía pedirle un favor altamente comprometido pasó de nuevo por su cabeza. No resultaría desagradable enseñarle a la mujercita los placeres que el cuerpo podía otorgarles. Lo delicioso que podría resultar mezclar sus labios y disfrutarlos en otros muchos lugares de su cuerpo. La mirada que le lanzó ponía en evidencia todos esos pensamientos y ella se sonrojó aún más cuando captó sus intenciones.
-Aunque quizá debería ir haciéndose a la idea
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Había alargado la mano para coger otra galleta, pero el comentario del hombre le cerró el estómago de inmediato. Y un calor subió por su cuerpo hasta concentrarse en las mejillas. Sintió deseos de abanicarse con la mano, pero se contuvo. Por suerte.
Para no quedar mal con la mano suspendida en el aire, empujó la bandeja lejos... como si ya no quisiera más, y luego apoyó las manos en el regazo mientras se las retorcía.
Oh, por Dios, ahí tenía que salir de nuevo el tema.
-Estoy segura de que mis deseos le van a dar completamente igual, señ... Wesh, pero... -se mordió el labio inferior-. No me gustaría tener que pagarle con un intercambio amoroso. Sé que pese a su apariencia, es un usted un caballero y... -dejó escapar en un suspiro el aliento que había estado conteniendo-. Quizá podría tener en consideración eso.
Dios santo, necesitaba encontrar a los causantes de la muerte de Samuel, pero no podía pagar un precio tan alto. Aunque si lo pensaba friamente, encontrar a los asesinos era todo para ella. Todo. Si no lo hacía, ese hecho la perseguiría el resto de su vida.
Y tal vez sólo sería un encuentro, que bien podría olvidar y convertirse en un pago nimio por su venganza.
Para no quedar mal con la mano suspendida en el aire, empujó la bandeja lejos... como si ya no quisiera más, y luego apoyó las manos en el regazo mientras se las retorcía.
Oh, por Dios, ahí tenía que salir de nuevo el tema.
-Estoy segura de que mis deseos le van a dar completamente igual, señ... Wesh, pero... -se mordió el labio inferior-. No me gustaría tener que pagarle con un intercambio amoroso. Sé que pese a su apariencia, es un usted un caballero y... -dejó escapar en un suspiro el aliento que había estado conteniendo-. Quizá podría tener en consideración eso.
Dios santo, necesitaba encontrar a los causantes de la muerte de Samuel, pero no podía pagar un precio tan alto. Aunque si lo pensaba friamente, encontrar a los asesinos era todo para ella. Todo. Si no lo hacía, ese hecho la perseguiría el resto de su vida.
Y tal vez sólo sería un encuentro, que bien podría olvidar y convertirse en un pago nimio por su venganza.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Esta vez no pudo evitar las carcajadas. Esa mujer era definitivamente una dama... y no creía ni por un momento que él fuera un caballero. Sin embargo, sacaba el tema a colación, como si lo que ella quisiera realmente le importara.
Lo peor de todo era que le importaba. Nunca se había cobrado un favor de aquel tipo. Nunca le había hecho falta. Más de la mitad de las mujeres que le habían contratado se habían metido en su cama directamente, muchas sin esperar invitación. Si alguna vez había insinuado semejante favor, ellas habían aceptado de inmediato. A ninguna le había resultado tan horrible la idea de acostarse con él. El difunto señor Bennet tenía suerte hasta en el infierno.
-Me da más crédito que muchos, señora Bennet. Se lo agradezco, nunca me habían dicho que era un caballero -hizo un gesto de asentimiento como agradecimiento a sus palabras y midió su sonrisa para que no resultara irónica. Se inclinó hacia delante y tomó la poción entre sus dedos.
Vio entonces la carta que sobresalía del bolsillo interior de la chaqueta y la sacó casi inconscientemente. La acarició con el pulgar y luego empezó a jugar con ella, haciéndola aparecer y desaparecer junto con el frasco de cristal, como tantas veces había visto hacer a los gitanos. Ellos lo llamaban magia. Él lo llamaba fraude. Pero él era gitano.
Ese pensamiento le dolió, pero no lo dejó ver en su expresión. Miraba la puerta entreabierta por encima del hombro de la mujer, mientras sus manos jugaban. Él no era un farsante.
-Tiene razón. Un caballero no pediría nunca a una dama un favor semejante.
Volvió la atención a ella y le dedicó una sonrisa sin humor. Ella parecía aliviada. Tomó la botella de coñac y rellenó las copas. Después, sacó el corcho del fasco y vertió cantidades iguales en las dos copas, hasta que la pócima quedó vertida. Se levantó con la copa de la mujer en la mano y caminó hacia ella. Le tendió la bebida mientras él se apoyaba en el escritorio.
-¿Brindamos por nuestro acuerdo, entonces?
Lo peor de todo era que le importaba. Nunca se había cobrado un favor de aquel tipo. Nunca le había hecho falta. Más de la mitad de las mujeres que le habían contratado se habían metido en su cama directamente, muchas sin esperar invitación. Si alguna vez había insinuado semejante favor, ellas habían aceptado de inmediato. A ninguna le había resultado tan horrible la idea de acostarse con él. El difunto señor Bennet tenía suerte hasta en el infierno.
-Me da más crédito que muchos, señora Bennet. Se lo agradezco, nunca me habían dicho que era un caballero -hizo un gesto de asentimiento como agradecimiento a sus palabras y midió su sonrisa para que no resultara irónica. Se inclinó hacia delante y tomó la poción entre sus dedos.
Vio entonces la carta que sobresalía del bolsillo interior de la chaqueta y la sacó casi inconscientemente. La acarició con el pulgar y luego empezó a jugar con ella, haciéndola aparecer y desaparecer junto con el frasco de cristal, como tantas veces había visto hacer a los gitanos. Ellos lo llamaban magia. Él lo llamaba fraude. Pero él era gitano.
Ese pensamiento le dolió, pero no lo dejó ver en su expresión. Miraba la puerta entreabierta por encima del hombro de la mujer, mientras sus manos jugaban. Él no era un farsante.
-Tiene razón. Un caballero no pediría nunca a una dama un favor semejante.
Volvió la atención a ella y le dedicó una sonrisa sin humor. Ella parecía aliviada. Tomó la botella de coñac y rellenó las copas. Después, sacó el corcho del fasco y vertió cantidades iguales en las dos copas, hasta que la pócima quedó vertida. Se levantó con la copa de la mujer en la mano y caminó hacia ella. Le tendió la bebida mientras él se apoyaba en el escritorio.
-¿Brindamos por nuestro acuerdo, entonces?
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Se quedó como hechiza siguiendo el movimiento de las manos del hombre, que hacía aparecer y desaparecer el frasco y lo que parecía ser una gastada carta. Pero el movimiento se detuvo de golpe y Victoria sacudió la cabeza, como si despertase de un letargo.
Cuando volvió a enfocar los ojos, el señor Wesh se había levantado de la silla y estaba justo enfrente de ella, con su imponente estatura. Extrañamente, le pareció más alto ahora... o tal vez se sintió más pequeña.
-Gracias -dijo mientras tomaba la copa, pero aquel "gracias" no era únicamente por la copa, sino también por todo lo que había dicho. Había logrado tranquilizarla, aunque ahora con su cercanía estaba poniéndola de nuevo nerviosa.
Un calor volvió a recorrer su cuerpo y lo achacó al coñac... y prefirió no pensar más en ello.
-¿A qué sabe? -de forma involuntaria, sus ojos revolotearon hacia los labios del señor Wesh.
Cuando volvió a enfocar los ojos, el señor Wesh se había levantado de la silla y estaba justo enfrente de ella, con su imponente estatura. Extrañamente, le pareció más alto ahora... o tal vez se sintió más pequeña.
-Gracias -dijo mientras tomaba la copa, pero aquel "gracias" no era únicamente por la copa, sino también por todo lo que había dicho. Había logrado tranquilizarla, aunque ahora con su cercanía estaba poniéndola de nuevo nerviosa.
Un calor volvió a recorrer su cuerpo y lo achacó al coñac... y prefirió no pensar más en ello.
-¿A qué sabe? -de forma involuntaria, sus ojos revolotearon hacia los labios del señor Wesh.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Vio claramente dónde se detenían sus ojos y humedeció los labios que se habían quedado súbitamente secos. Sólo una mirada. Únicamente le había hecho falta una mirada. Iba a ser difícil trabajar con esa mujer
-Sabe a coñac
Adelantó la copa para hacerla tintinear con la de la mujer. No apartó los ojos de ella. Serios. Ella no sabía realmente en qué se estaba metiendo. No sólo la poción. El mundo en el que él se movía no era adecuado para una mujer como ella. Una dama. Pero había pedido trabajar con él y se lo había concedido. Cumpliría porque él también iba a beber la pócima, no porque le gustara lo más mínimo. A ella tampoco le iba a gustar ni un ápice.
Se llevó la copa a los labios y Victoria hizo lo mismo. Sus ojos se trabaron mientras inclinaban las copas y poco a poco el alcohol mezclado con brujería entraba en sus bocas. Realmente, sabía a coñac. Le había pedido al brujo que el sabor fuera imperceptible y lo había hecho bien. Aunque sí podía apreciarse un sabor algo picante en la bebida. Ella estaba acostumbrada a beber solo pequeños sorbos, pero al ver que él no se detenía, echó hacia atrás la cabeza y acabó con el contenido en un solo trago. Cuando volvió a mirarle, sus ojos lagrimeaban y su lengua no hacía más que humedecer sus gruesos labios. El calor de la bebida le golpeó el cuerpo, pero fue el de la mujer el que llameó en sus venas.
-Señora Bennet, hay algo en lo que estaba equivocada -su voz éra mucho más ronca de lo habitual.
Dejó la copa vacía en el escritorio y muy lentamente, se inclinó hacia ella. Apoyó las manos en los reposabrazos de las sillas, encerrando el cuerpo femenino entre el respaldo y su cuerpo. Ella jadeó y abrió los ojos, asustada y desconcertada. Lo miró sin entender a qué se refería y Wesh hizo una mueca ladeada que, aunque lo intentó, no pudo hacer pasar por sonrisa. Se acercó a su rostro, conteniendo el impulso de abalanzarse como un animal. Había ocasiones en las que reprimir su sangre gitana era más que difícil. Y en ese momento, con Victoria pegándose al respaldo todo lo que podía, estirando hacia atrás la cabeza para apartarse todo lo posible, sus instintos de depredador, de hombre que tiene que luchar por lo que desea, explotaban en su cuerpo avalados por el alcohol.
Se detuvo muy cerca de sus labios. Ella se los mordía, no supo si para reprimir un grito de pánico, o para contener sus propios instintos. Entonces, soltó la bomba.
-Yo no soy un caballero.
-Sabe a coñac
Adelantó la copa para hacerla tintinear con la de la mujer. No apartó los ojos de ella. Serios. Ella no sabía realmente en qué se estaba metiendo. No sólo la poción. El mundo en el que él se movía no era adecuado para una mujer como ella. Una dama. Pero había pedido trabajar con él y se lo había concedido. Cumpliría porque él también iba a beber la pócima, no porque le gustara lo más mínimo. A ella tampoco le iba a gustar ni un ápice.
Se llevó la copa a los labios y Victoria hizo lo mismo. Sus ojos se trabaron mientras inclinaban las copas y poco a poco el alcohol mezclado con brujería entraba en sus bocas. Realmente, sabía a coñac. Le había pedido al brujo que el sabor fuera imperceptible y lo había hecho bien. Aunque sí podía apreciarse un sabor algo picante en la bebida. Ella estaba acostumbrada a beber solo pequeños sorbos, pero al ver que él no se detenía, echó hacia atrás la cabeza y acabó con el contenido en un solo trago. Cuando volvió a mirarle, sus ojos lagrimeaban y su lengua no hacía más que humedecer sus gruesos labios. El calor de la bebida le golpeó el cuerpo, pero fue el de la mujer el que llameó en sus venas.
-Señora Bennet, hay algo en lo que estaba equivocada -su voz éra mucho más ronca de lo habitual.
Dejó la copa vacía en el escritorio y muy lentamente, se inclinó hacia ella. Apoyó las manos en los reposabrazos de las sillas, encerrando el cuerpo femenino entre el respaldo y su cuerpo. Ella jadeó y abrió los ojos, asustada y desconcertada. Lo miró sin entender a qué se refería y Wesh hizo una mueca ladeada que, aunque lo intentó, no pudo hacer pasar por sonrisa. Se acercó a su rostro, conteniendo el impulso de abalanzarse como un animal. Había ocasiones en las que reprimir su sangre gitana era más que difícil. Y en ese momento, con Victoria pegándose al respaldo todo lo que podía, estirando hacia atrás la cabeza para apartarse todo lo posible, sus instintos de depredador, de hombre que tiene que luchar por lo que desea, explotaban en su cuerpo avalados por el alcohol.
Se detuvo muy cerca de sus labios. Ella se los mordía, no supo si para reprimir un grito de pánico, o para contener sus propios instintos. Entonces, soltó la bomba.
-Yo no soy un caballero.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Estaba empezando a hacerse daño en el labio con los dientes; si no dejaba de mordérselo de ese modo, acabaría sangrando. Se echó más atrás, clavándose el respaldo de la silla en la parte superior de la espalda, y dejó escapar un jadeo mientras el labio resbalaba de sus dientes.
¡Por Dios! No podía ser más tonta, ¿por qué todo el mundo tenía esa facilidad para engañarla? El señor Wesh le había hecho creer algo que no era y, ahora que ya había bebido, que no había marcha atrás, se descubría como el sinvergüenza que era.
-Claro que lo es, sólo necesita recordarlo de vez en cuando -intentó sonreír, pero fue incapaz. Su proximidad era tan... abrumadora. Podía olerlo. Podía oler su piel, su cabello, el coñac y el humo de su aliento. Tan cerca. Demasiado cerca.
La copa vacía resbaló de sus manos y cayó al suelo, haciéndose estrepitosamente añicos. Aprovechó que el señor Wesh se echó un poco para atrás para levantarse de la silla, arrastrándola ruidosamente, y se colocó detrás de ella, interponiendo la silla entre ellos.
-Dios, siento lo de la copa... se me resbaló... yo...
¡Por Dios! No podía ser más tonta, ¿por qué todo el mundo tenía esa facilidad para engañarla? El señor Wesh le había hecho creer algo que no era y, ahora que ya había bebido, que no había marcha atrás, se descubría como el sinvergüenza que era.
-Claro que lo es, sólo necesita recordarlo de vez en cuando -intentó sonreír, pero fue incapaz. Su proximidad era tan... abrumadora. Podía olerlo. Podía oler su piel, su cabello, el coñac y el humo de su aliento. Tan cerca. Demasiado cerca.
La copa vacía resbaló de sus manos y cayó al suelo, haciéndose estrepitosamente añicos. Aprovechó que el señor Wesh se echó un poco para atrás para levantarse de la silla, arrastrándola ruidosamente, y se colocó detrás de ella, interponiendo la silla entre ellos.
-Dios, siento lo de la copa... se me resbaló... yo...
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Le costó salir del trance que él mismo había provocado. Ella respiraba con dificultad al otro lado de la silla y lo miraba como si fuera una mezcla entre el diablo y el peor asesino de París. Había tenido intención de asustarla, de hacerle ver que había vuelto a comportarse como una crédula y por poco había puesto en práctica la falsa promesa que le había hecho con su cuerpo. La parte positiva era que ella ya se estaba replanteando su conducta. La mala, que él había quedado visiblemente afectado. Y no quería hacer partícipe a la Señora Bennet de su excitación.
-Deje de atribuirme cualidades que no tengo -gruñó con brusquedad, al tiempo que se volvía y caminaba para quedar de nuevo detrás del escritorio y tapar su problema-. Soy un gitano y por mucho que me repita a mí mismo que soy un caballero, seguiré siendo un gitano. Si lo repite usted, tendrá la misma suerte y además acabará por cansarme
Se sentó de golpe en el sillón. Estaba seguro de que fruncía el ceño y de que su rostro barbado le daba un aspecto sombrío a su semblante. Solía suceder cuando se enfadaba y su estado en aquel momento no era el más óptimo.
-Ahora siéntese y hablemos de su encargo -ordenó inflexible. Ella le obedeció en el acto. Todavía parecía aterrada-. Y puede calmarse. No voy a abalanzarme sobre usted. Pediré lo que tenga que pedir en el momento oportuno -sacó unos papeles de un cajón, también una pluma y un tintero. Empezó a escribir mientras hablaba-. Le indicaré unas instrucciones a seguir si aún está interesada en trabajar conmigo. Yo le recomiendo que no lo haga, pero lo he prometido así que aceptaré su presencia si me la impone.
Escribió aproximadamente medio folio antes de coger los polvos secantes y esparcirlos por la hoja.
-Lo más importante es que sea más cauta a partir de ahora -enfrentó las manos sobre la mesa, uniendo los dedos, como formando una pirámide-. No confíe en nadie que no sea yo. ¡Nadie! Ni siquiera en los sirvientes. Nunca enviaré a nadie a buscarla. Ya le haré saber la forma en que me comunicaré con usted. Le he escrito las instrucciones para que conozca mi letra, en caso de que alguien quiera mandarla un mensaje que no haya escrito yo -le tendió los papeles-. No los pierda. Si quiere ponerse en contacto conmigo, busque a Francine en los cafés del centro. No entre en los callejones si no es conmigo y, sobre todo, no se le ocurra volver a esta casa nunca. ¿Lo ha entendido todo?
-Deje de atribuirme cualidades que no tengo -gruñó con brusquedad, al tiempo que se volvía y caminaba para quedar de nuevo detrás del escritorio y tapar su problema-. Soy un gitano y por mucho que me repita a mí mismo que soy un caballero, seguiré siendo un gitano. Si lo repite usted, tendrá la misma suerte y además acabará por cansarme
Se sentó de golpe en el sillón. Estaba seguro de que fruncía el ceño y de que su rostro barbado le daba un aspecto sombrío a su semblante. Solía suceder cuando se enfadaba y su estado en aquel momento no era el más óptimo.
-Ahora siéntese y hablemos de su encargo -ordenó inflexible. Ella le obedeció en el acto. Todavía parecía aterrada-. Y puede calmarse. No voy a abalanzarme sobre usted. Pediré lo que tenga que pedir en el momento oportuno -sacó unos papeles de un cajón, también una pluma y un tintero. Empezó a escribir mientras hablaba-. Le indicaré unas instrucciones a seguir si aún está interesada en trabajar conmigo. Yo le recomiendo que no lo haga, pero lo he prometido así que aceptaré su presencia si me la impone.
Escribió aproximadamente medio folio antes de coger los polvos secantes y esparcirlos por la hoja.
-Lo más importante es que sea más cauta a partir de ahora -enfrentó las manos sobre la mesa, uniendo los dedos, como formando una pirámide-. No confíe en nadie que no sea yo. ¡Nadie! Ni siquiera en los sirvientes. Nunca enviaré a nadie a buscarla. Ya le haré saber la forma en que me comunicaré con usted. Le he escrito las instrucciones para que conozca mi letra, en caso de que alguien quiera mandarla un mensaje que no haya escrito yo -le tendió los papeles-. No los pierda. Si quiere ponerse en contacto conmigo, busque a Francine en los cafés del centro. No entre en los callejones si no es conmigo y, sobre todo, no se le ocurra volver a esta casa nunca. ¿Lo ha entendido todo?
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Re: No contaba con esto [Wesh]
-Nunca me ha gustado esta sociedad en la que se cataloga tan rapidamente a la gente. No sabe el daño que hacen las etiquetas impuestas...-que fuese gitano no significaba que no pudiese ser un caballero.
Era un hombre contradictorio, pensó, tan pronto el más caballeroso, tan pronto el más sinvergüenza. Iba a ser difícil manejarlo... de hecho, no era tan ilusa como para pensar que en algún momento lograse hacerlo.
Alargó la mano, que tembló un poco, y cogió el papel que le tendía. Intentó serenarse mientras bajaba la cabeza y leía las intrucciones. Tuvo que leer tres veces la primera frase para encontrarle sentido... y lo mismo tuvo que hacer con todas las demás. Estuvo varios minutos para leer poco más de una hoja.
Tras varios minutos de silencio, alzó los ojos del papel y lo miró.
-Pero se supone que vamos a trabajar juntos y, si sigo todo lo que dice aquí, me estará manteniendo al margen -dobló la hoja y la guardó en el bolsillo del vestido, donde tenía la pistola-. ¿Cuándo vamos a reunirnos? ¿o cuándo saldremos a investigar? No pienso quedarme en casa mientras usted arriesga su vida. Necesito su ayuda, no que lo hago todo completamente usted.
Antes de que respondiese, se lavantó de la silla y se agachó para recoger con cuidado los cristales más grandes de la copa que se había roto.
Era un hombre contradictorio, pensó, tan pronto el más caballeroso, tan pronto el más sinvergüenza. Iba a ser difícil manejarlo... de hecho, no era tan ilusa como para pensar que en algún momento lograse hacerlo.
Alargó la mano, que tembló un poco, y cogió el papel que le tendía. Intentó serenarse mientras bajaba la cabeza y leía las intrucciones. Tuvo que leer tres veces la primera frase para encontrarle sentido... y lo mismo tuvo que hacer con todas las demás. Estuvo varios minutos para leer poco más de una hoja.
Tras varios minutos de silencio, alzó los ojos del papel y lo miró.
-Pero se supone que vamos a trabajar juntos y, si sigo todo lo que dice aquí, me estará manteniendo al margen -dobló la hoja y la guardó en el bolsillo del vestido, donde tenía la pistola-. ¿Cuándo vamos a reunirnos? ¿o cuándo saldremos a investigar? No pienso quedarme en casa mientras usted arriesga su vida. Necesito su ayuda, no que lo hago todo completamente usted.
Antes de que respondiese, se lavantó de la silla y se agachó para recoger con cuidado los cristales más grandes de la copa que se había roto.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Que le diera todas las vueltas que quisiera. Lo que ella pensara no cambiaba la sociedad en la que vivían. Y la sociedad era la que imponía las leyes por las que se regían. Él no era y nunca sería lo que ella pretendía. Cuanto antes lo aceptara, antes dejaría de ser un incordio.
-No la mantengo al margen, la mantengo alejada de lugares que podrían llevarse su vida -la mujer sólo aprendía del miedo. Bien, quizá si la aterraba lo suficiente, empezaría a utilizar el sentido común-. Ya ha dejado claro que no soportaría que yo la poseyera. Imagínese a un montón de tipos como yo. Ellos la tratarían mucho peor.
Se levantó al ver que ella recogía los cristales del suelo para ayudarla.
-Deje eso. No quiero que se corte y acabe sangrando sobre mi alfombra.
Como era de esperar, no le hizo caso. Sus dedos se rozaron cuando fueron a coger uno de los últimos trozos y Victoria saltó de pronto. Ahogó un gemido y antes de que pudiera alejar la mano, él la tomó entre las suyas. Uno de los cristales se había clavado en su carne.
-Mire que la he advertido.
Extrajo el cristal, poniendo cuidado en que no quedase ni una sola esquirla dentro. Una línea roja resbaló desde la herida por la piel. Ella intentó de nuevo apartar la mano, pero Wesh no la dejó. Buscó un pañuelo que estuviera a mano, pero no encontró ninguno. Se llevó inmediatamente el dedo a la boca para sellar la herida con su saliva. No tenía ninguna intención de manchar de sangre su camisa.
-No la mantengo al margen, la mantengo alejada de lugares que podrían llevarse su vida -la mujer sólo aprendía del miedo. Bien, quizá si la aterraba lo suficiente, empezaría a utilizar el sentido común-. Ya ha dejado claro que no soportaría que yo la poseyera. Imagínese a un montón de tipos como yo. Ellos la tratarían mucho peor.
Se levantó al ver que ella recogía los cristales del suelo para ayudarla.
-Deje eso. No quiero que se corte y acabe sangrando sobre mi alfombra.
Como era de esperar, no le hizo caso. Sus dedos se rozaron cuando fueron a coger uno de los últimos trozos y Victoria saltó de pronto. Ahogó un gemido y antes de que pudiera alejar la mano, él la tomó entre las suyas. Uno de los cristales se había clavado en su carne.
-Mire que la he advertido.
Extrajo el cristal, poniendo cuidado en que no quedase ni una sola esquirla dentro. Una línea roja resbaló desde la herida por la piel. Ella intentó de nuevo apartar la mano, pero Wesh no la dejó. Buscó un pañuelo que estuviera a mano, pero no encontró ninguno. Se llevó inmediatamente el dedo a la boca para sellar la herida con su saliva. No tenía ninguna intención de manchar de sangre su camisa.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
-No es necesario que... -se quedó sin aliento cuando aquella boca se cerró entorno a su dedo, sintió la áspera lengua en la yema-... haga eso -terminó en un suspiro. Sus piernas se aflojaron un poco y dejó de apoyarse en las rodillas para hacerlo sobre el trasero-. No suelo ser tan torpe, Wesh. No sé lo que me pasa. Debe ser el cansancio de toda la noche y... -alzó los ojos hacia él-. No quiero que me vea como una carga. Quiero ser de ayuda.
Se sentía tan estúpida... ¿Qué imagen debía estar dando? Esa noche se había lucido de un modo catastrófico desde el minuto uno. Seguro que la veía como una niña malcriada entre algodones de seda, una muñequita de porcelana. Dios, siempre había luchado contra eso, pero ahora fuera de su entorno se sentía exactamente así.
¡Era tan frustrante!
-No me mantenga al margen, por favor -casi le imploró.
Se sentía tan estúpida... ¿Qué imagen debía estar dando? Esa noche se había lucido de un modo catastrófico desde el minuto uno. Seguro que la veía como una niña malcriada entre algodones de seda, una muñequita de porcelana. Dios, siempre había luchado contra eso, pero ahora fuera de su entorno se sentía exactamente así.
¡Era tan frustrante!
-No me mantenga al margen, por favor -casi le imploró.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Su dedo sabía a las tartaletas que se había comido anteriormente. Ella le dijo algo, pero sólo oyó el por favor que llevó su mente por derroteros que no debía y no deseaba. En su mente se encontraba lamiendo la blanca piel, descubriendo que en ciertos lugares parecía azulada por las venas que tenía debajo. La piel de sus muñecas por ejemplo. En el interior del codo. Detrás de las rodillas. En el vientre...
Pasó la lengua por la herida, apartando semejantes pensamientos que lo único que conseguían era turbar su cuerpo y su ánimo. Lamió hasta que pareció que la sangre se había detenido. Poco a poco, sacó el dedo de su boca, haciendo una ligera succión al final. Lo miró detenidamente, más por temor a lo que vería en sus ojos que a que la herida se abriera. La soltó con un suspiro.
-No la mantendré al margen, Victoria, pero entre mis obligaciones se encuentra la de mantenerla con vida y hay ciertos lugares a los que no puedo arriesgarme a llevarla -sacudió la cabeza con algo de compasión-. No todavía. Siga mis instrucciones al pie de la letra y pronto podrá venir conmigo sin temor a que nadie la descubra.
Le dio un último repaso con la mirada. Como era lógico, estaba agotada. Apenas podía mantenerse en pie y los párpados se le cerraban de puro sueño.
-Ahora debería marcharse a casa, está que se cae de sueño -tomó su brazo con suavidad y la guió fuera del despacho-. La invitaría a descansar aquí hasta que se encuentre mejor, pero es usted tan bien educada que rehusaría.
Pasó la lengua por la herida, apartando semejantes pensamientos que lo único que conseguían era turbar su cuerpo y su ánimo. Lamió hasta que pareció que la sangre se había detenido. Poco a poco, sacó el dedo de su boca, haciendo una ligera succión al final. Lo miró detenidamente, más por temor a lo que vería en sus ojos que a que la herida se abriera. La soltó con un suspiro.
-No la mantendré al margen, Victoria, pero entre mis obligaciones se encuentra la de mantenerla con vida y hay ciertos lugares a los que no puedo arriesgarme a llevarla -sacudió la cabeza con algo de compasión-. No todavía. Siga mis instrucciones al pie de la letra y pronto podrá venir conmigo sin temor a que nadie la descubra.
Le dio un último repaso con la mirada. Como era lógico, estaba agotada. Apenas podía mantenerse en pie y los párpados se le cerraban de puro sueño.
-Ahora debería marcharse a casa, está que se cae de sueño -tomó su brazo con suavidad y la guió fuera del despacho-. La invitaría a descansar aquí hasta que se encuentre mejor, pero es usted tan bien educada que rehusaría.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Empleó su nombre de pila y una especie de escalofrío le recorrió el cuerpo. Su nombre sonaba de un modo muy íntimo en sus labios. Le gustó el modo en que lo dijo, con esa profunda y ronca voz enredándose entre las sílabas. En su boca, no sonaba al nombre de siempre, sonaba distinto, y la hacía sentirse diferente.
-Estoy de acuerdo con eso. Primero debo estar preparada para no cometer ningún fallo, no me gustaría arruinar la investigación con alguno. Aprendo rápido, le aseguro que pronto podrá llevarme con usted -le sonrió con verdadera sinceridad-. Por lo pronto, sé que debo mancharme el cabello y las manos. En la ropa no encuentro ningún fallo, a pesar de lo que dijo en el callejón -frunció el ceño-. Tal vez deba empezar a hablar de un modo más... vulgar y rudo, ¿no cree?
Dios sabía que, después de los días que había estado vagando por los bajos fondos, había aprendido una buena cantidad de terminos vulgares. Aún recordaba algunos y podría empezarlos a utilizar sin ningún problema.
El señor Wesh se acercó con la capa, que milagrosamente ya estaba seca. Seguramente Armand la había puesto a secar cerca de la chimenea.
-¿Cuándo volveremos a encontrarnos, Wesh? -le preguntó mientras él le ponía la capa sobre los hombros con gran delicadeza.
-Estoy de acuerdo con eso. Primero debo estar preparada para no cometer ningún fallo, no me gustaría arruinar la investigación con alguno. Aprendo rápido, le aseguro que pronto podrá llevarme con usted -le sonrió con verdadera sinceridad-. Por lo pronto, sé que debo mancharme el cabello y las manos. En la ropa no encuentro ningún fallo, a pesar de lo que dijo en el callejón -frunció el ceño-. Tal vez deba empezar a hablar de un modo más... vulgar y rudo, ¿no cree?
Dios sabía que, después de los días que había estado vagando por los bajos fondos, había aprendido una buena cantidad de terminos vulgares. Aún recordaba algunos y podría empezarlos a utilizar sin ningún problema.
El señor Wesh se acercó con la capa, que milagrosamente ya estaba seca. Seguramente Armand la había puesto a secar cerca de la chimenea.
-¿Cuándo volveremos a encontrarnos, Wesh? -le preguntó mientras él le ponía la capa sobre los hombros con gran delicadeza.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Demoró las manos sobre sus hombros, cuando los asió para colocarle la capa. Eran menudos bajo sus grandes manos. Y ella era pequeña. Apenas le llegaba a la barbilla. Tendría que agacharse si algún día le vencía el deseo loco de besarla. No hizo caso a las ganas que tenía en ese momento. Pero, aún agotada, la muchacha era hermosa y su sonrisa jovial le atraía como a las moscas, la miel. Y la spalabras que ella pronunció con su adorable voz, casi parecía una cita a un encuentro que en nada se asemejaba al que tendría lugar.
-No dentro de mucho -aseguró él. Continuó antes de que ella volviera a preguntar-. Iré a buscarla personalmente cuando sea el momento.
Se apartó de su proximidad turbadora. Rodear su pequeño cuerpo para ponerle la capa le había hecho darse cuenta de lo maleable que podría ser en sus brazos. De lo fácil que sería levantarla y hacer con ella lo que le viniera en gana. Nadie se extrañaría. Lo llevaba en su naturaleza. Y ella se había arriesgado demasiado al ir a buscarlo. Esperaba que sus ojos no mostraran las reacciones que estaban despertando en su cuerpo.
-No dentro de mucho -aseguró él. Continuó antes de que ella volviera a preguntar-. Iré a buscarla personalmente cuando sea el momento.
Se apartó de su proximidad turbadora. Rodear su pequeño cuerpo para ponerle la capa le había hecho darse cuenta de lo maleable que podría ser en sus brazos. De lo fácil que sería levantarla y hacer con ella lo que le viniera en gana. Nadie se extrañaría. Lo llevaba en su naturaleza. Y ella se había arriesgado demasiado al ir a buscarlo. Esperaba que sus ojos no mostraran las reacciones que estaban despertando en su cuerpo.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Se abrochó la capa con la mirada baja. Había sido muy consciente de la proximidad del señor Wesh y de la calidez de sus manos cuando las había apoyado en sus hombros. Una calidez que incluso traspasaba las capas de ropa y llegaba a su piel.
Era una sensación tan extraña... esa proximidad, que sin llegar a ser íntima la sentía como tal. Suponía que se debía al tipo de hombre que era el señor Wesh, no estaba acostumbrada a tratar con hombres así. No se parecía en nada a las amistades que tenía, pero tampoco se parecía a aquellos hombres que había visto en bares y con los que se había cruzado en los callejones. Había algo en él que lo hacía difícil clasificarlo en cualquier grupo y eso era, cuanto menos, desconcertante.
También consideró que tal vez todos estos pensamientos se debían al cansancio mental y físico, así que decidió no darle más vueltas.
-¿Debo hacer algo o... -se mordió el labio superior-, simplemente le espero?
No quería ser un simple florero, ya se lo había dejado claro. Esperaba no tener que recordárselo cada tres por cuatro. Odiaba no sentirse útil.
Era una sensación tan extraña... esa proximidad, que sin llegar a ser íntima la sentía como tal. Suponía que se debía al tipo de hombre que era el señor Wesh, no estaba acostumbrada a tratar con hombres así. No se parecía en nada a las amistades que tenía, pero tampoco se parecía a aquellos hombres que había visto en bares y con los que se había cruzado en los callejones. Había algo en él que lo hacía difícil clasificarlo en cualquier grupo y eso era, cuanto menos, desconcertante.
También consideró que tal vez todos estos pensamientos se debían al cansancio mental y físico, así que decidió no darle más vueltas.
-¿Debo hacer algo o... -se mordió el labio superior-, simplemente le espero?
No quería ser un simple florero, ya se lo había dejado claro. Esperaba no tener que recordárselo cada tres por cuatro. Odiaba no sentirse útil.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Lo cierto era que preferiría que se quedara en su gran mansión parisina y se limitara a asistir a las fiestas que se daban para grandes damas como ella. La investigación quedaría únicamente a su cargo y eso sería un gran alivio. Pero ella ya le había dicho que quería participar. Y, hasta que tuviera más información, no estaría de más estar pendiente de la joven. Nunca se sabía dónde podía haber un asesino. Pero de momento, lo único que haría Victoria sería entorpecerle. Quizá podría mandarle algunas tareas que pudiera realizar en el tiempo que no se vieran.
-Tengo una tarea para usted mientras -la cogió del codo y caminó con ella por la casa mientras le explicaba qué hacer -. Quiero que se fije bien en la gente cuando salga de paseo, madame. Necesito que estudie atentamente a las mujeres no tan afortunadas como usted. Quiero que vea cómo viste, cómo hablan, cómo se recogen el pelo, cómo se mueven, quiero que lo archive todo en esa cabecita que tiene -le dio un par de golpes en la sien con un dedo-, porque cuando vuelva a verla, probablemente tendremos que salir al mundo real. Y quiero que esté preparada para ese momento. ¿Cree que podrá hacerlo?
Él supuso que no.
-Y tendrá que hacerlo bien, señora -añadió-, o no le dejaré acercarse a veinte millas de los bajos fondos
-Tengo una tarea para usted mientras -la cogió del codo y caminó con ella por la casa mientras le explicaba qué hacer -. Quiero que se fije bien en la gente cuando salga de paseo, madame. Necesito que estudie atentamente a las mujeres no tan afortunadas como usted. Quiero que vea cómo viste, cómo hablan, cómo se recogen el pelo, cómo se mueven, quiero que lo archive todo en esa cabecita que tiene -le dio un par de golpes en la sien con un dedo-, porque cuando vuelva a verla, probablemente tendremos que salir al mundo real. Y quiero que esté preparada para ese momento. ¿Cree que podrá hacerlo?
Él supuso que no.
-Y tendrá que hacerlo bien, señora -añadió-, o no le dejaré acercarse a veinte millas de los bajos fondos
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Llegaron al hall, apenas iluminado por un par de velas. La casa dormía y el silencio era casi inquietante, sólo se escuchaban sus pasos y la respiración de ambos. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, aquella parte de la casa no estaba tan caliente como el despacho; cosa lógica por otro lado, ya que daba directamente a la calle.
Victoria se detuvo delante de la puerta de la entrada y lo miró.
-Le aseguro que la próxima vez que nos veamos voy a dejarlo muy soprendido, señor Wesh -le prometió con el propóstido de cumplir su palabra. Por un lado le demostraría que aprendía rápido, por otro lado que siempre cumplía su palabra.
Mañana mismo empezaría a prestar atención a todo lo que el señor Wesh le había dicho. Iba a esforzarse todo lo posible, incluso más.
-Muchísimas gracia spor haber aceptado mi caso. Realmente... -sus ojos brillaron -, realmente lo necesitaba.
Victoria se detuvo delante de la puerta de la entrada y lo miró.
-Le aseguro que la próxima vez que nos veamos voy a dejarlo muy soprendido, señor Wesh -le prometió con el propóstido de cumplir su palabra. Por un lado le demostraría que aprendía rápido, por otro lado que siempre cumplía su palabra.
Mañana mismo empezaría a prestar atención a todo lo que el señor Wesh le había dicho. Iba a esforzarse todo lo posible, incluso más.
-Muchísimas gracia spor haber aceptado mi caso. Realmente... -sus ojos brillaron -, realmente lo necesitaba.
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Re: No contaba con esto [Wesh]
Wesh reprimió la sonrisa que le hacía bailar las comisuras de los labios. Apenas podía esperar para ver la sorpresa que pretendía darle. La verdad era que tendría que hacerlo muy bien para dejar de ser la señorita educada que él conocía. Y, sin embargo, a quien tenía ganas de admirar era a la elegante señora que sabía que era, vestida con sedas y terciopelos de las mejores modistas, su piel el marco perfecto para el oro y las joyas. Quizá le latía una vena retorcida en su cuerpo porque no era lógico que deseara con tanta ansia, cosas a las que nunca podría aspirar. Ese pensamiento le golpeó en las entrañas y lo pagó con ella. Tomó su delicada mano para llevársela a los labios, sin apartar los ojos de su inocente mirada.
-No me dé las gracias tan pronto, Señora Bennet -arqueó una ceja ligeramente, mientras endulzaba su profunda voz hasta hacerla parecer miel en comparación con sus palabras-. Pagar mis servicios probablemente le cueste muy caro
-No me dé las gracias tan pronto, Señora Bennet -arqueó una ceja ligeramente, mientras endulzaba su profunda voz hasta hacerla parecer miel en comparación con sus palabras-. Pagar mis servicios probablemente le cueste muy caro
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