Entre los pensamientos muertos de mi alma...

Recuerdo del primer mensaje :

No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.

Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...

Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.

Bueno, eso me explicaba muchas cosas. El echo de que supiese escarmentar muy bien a aquellos jovenes no parecia muy comun; Justin sabia defenderse por su historia pero en realidad no sabia si era el oficio que esperaba oir de su parte. No lo sabia, quizas leñador o alguna cosa asi. En fin, me llamó más la atención el cómo le habia dicho. "Espectaculos de sangre"? Si aguien en la calle me dijera eso, seria como decirme "Ven, hay un festin en el centro" pero quizas era solo por mi punto de vista vampirico.
Probablemente lo dejo por su bien, estar matando mucho no era muy sano y eso yo lo sabia por otro ser más por lo que no le pregunte más nada, solo le acoté:
-Bueno, la proxima te pondre como custodio de seguridad.-rei un poco aunque era en broma. El lugar no necesita seguridad porque si hay disturbios, sabemos como manejarlos.

esbocé una débil sonrisa ante aquel comentario. Claro estaba que no necesitaba ninguna protección pues, la fuerza que habitaba dentro de nuestros seres era superior a la de cualquier humano, pero me lo tomé como un halago más. Quizás había dejado aquella vida atrás pero seguía sintiendo la pasión por la lucha, y las ansias felinas de matar que me había dado ser licántropo las incrementaban aún más. -me gusta luchar le dije en forma de confesión respondiendo a su comentario con brevedad -Madame, a pesar de ser una vampiro me acogió como uno más, debo de estar mi agradecido por ello Aquellas palabras no eran típicas de mi y parecía que costaban que saliesen de mis labios pero era lo que realmente pensaba. Había oído rumores, sobre todo de mitos y leyendas, cuales sus dos razas no podían convivir en armonía. Con Jacqueline, él se sentía nuevamente humano. Podía hablar con alguien sin esconder su verdadera identidad. -Prometo no defraudarla La extraña pareja nos miraban atentos sentados en una de las mesas más alejadas de la barra. Ni me había dado cuenta cuando se habían alejado pero allí estaban con sus miradas impenetables sobre nosotros.

Le sonrei de una forma muy natural, honesta dirian algunos, al escuchar esas palabras. Realmente me sentia muy bien con él alli pues porr fin, en bastante tiempo, encontre a alguien a quien no le importaban los rumores y desprecios entre rivales. Era algo muy satisfactorio para mi. Defraudarme? Como podria ser eso? Él era un buen empleado, soporta los comentarios de Alfred y vi que él y Justin ya no se llevaban tan...distantes.
-La agradecida soy yo.-y le dije algo más para que quedase claro.-Gracias por no discriminarme.-y con esto, me marche a la parte del restaurante. Deje 500 francos para Justin y para Anthony, quien ya estaba acabando de atender a los ultimos clientes.

Me sorprendió cuando me dio las gracias por no defraudarla pero le volví a hacer una reverancia y seguí con mi trabajo mientras ella se alejaba hacia los otros dos empleados, Justin y Anthony. Observé como éste último empezaba a terminar para recoger y marcharse tras la dura jornada de trabajo. Revisé el lugar en busca de un posible cliente que quisiera un cóctel pero todos ya estaban bebiendo del suyo y no parecía que nadie se acercase hasta mi lugar en algo de tiempo. Salí de la barra y me dirigí hacia Anthony quien recogía la última de las mesas. Esbocé una sonrisa torcida pero rápidamente la desdibujé de mi rostro para hacerle la pregunta que me interesaba. -Anthony, la madame Jacqueline me ha dicho que tu familia lleva una tienda de armas, estoy interesado en comprar un arma de caza, ya que soy un aficionado añadí rápidamente para dejar clara aquella afirmación y no me preguntase por ello -¿podrías decirme como llegar a ella? era el último paso para conseguir lo que me quedaba. Por la mañana visitaría la carpintería y la tienda de la familia de Anthony y construiría en mi guarida una cabaña acogedora donde vivir.

Me quedé revisando unos libros de los registros de Justin, debia hacer el inventario y registrar a todos los huespedes que pidieran por una habitacion, aclarando cuanto tardaria su estadía. John aprovechó que no habia más clientes esperando por un trago y simplemente se tomo un momento para ir a hablar con Anthony. Él estaba terminando su trabajo, parecia un poco agotado pero nunca lo traslucia, siempre estaba trabajando con una sonrisa y nunca se quejaba. Eso me preocupaba un poco: esta bien que un empleado sea asi pero siempre lo he visto muy reprimido, como si se escondiese mucho.

Escuche un poco la conversación pero intente ignorarla. Me dio un poco de risa lo de "aficionado".
-Claro que si, señor Cena.-le dijo muy amable como siempre.-Saliendo de la Hostería debe ir a su izquierda, pase dos manzanas y luego doble a su izquierda de nuevo. Hay una tienda de articulos artesanales, cuente de alli dos tiendas más y encontrará la tienda de mi padre.-rebuscó algo en su bolsillo y le dio un papel.-Aqui tiene la direccion exacta, espero enuentre lo que necesite pero no mate muchos animales, no es sano...-puso una carita que me dio una ternura especial...Parecia un niño a mi cargo...

Anthony era el típico humano inocente en el que se podía confiar. Ajeno a todo parecía que su vida era aquel trabajo. Agradecí aquella información sobre la dirección a la tienda de armas de su familia estrechándole la mano y releí la información en el trozo de papel que me había entregado. -¿Estará cerrada para cuando termine mi turno? le pregunté aún con la mirada en el papel para luego levantarla hasta encontrarse de nuevo con su mirada. Con un poco de suerte, podría comprar la arma que necesitaba aquella misma noche y me iría a cazar. Lo anhelaba. Hacía semanas que no comía algo de carne cruda y el sabor de las pocas ratas y gatos que había podido atrapar no saciaban mi apetito.
-Quizás es muy tarde para ir allá con su padre, discúlpame. dije recordando rápidamente que no debía parecer precipitado por encontrar aquella arma. -Tengo ganas de colgar unas cuantas piezas en la pared como trofeos amagué una sonrisa para que pareciese que, en realidad, era cazador y me enorgullecía de ello. No distanciaba mucho de la realidad pues la única diferencia era que, en vez de colgar mis trofeos, los devoraba entre mis fuertes mandíbulas. Me guardé el papel en el bolsillo del pantalón, a pesar de que había memorizado perfectamente la información que me había dado. -Gracias Anthony, que pases una buena noche, id en paz me despedí volviendo a mi zona de trabajo.

Me dió la impresión de que John estaba un poco apresurado a cazar, estaría hambriento? Pensé en llevarlo conmigo a cenar pero lamentablemente las horas no eran las convenientes; esto sumado también a que quizas la comida preparada de los humanos no le abriera el apetito. Tenia una idea mejor pero esperaria mejor a que su turno acabase para comentarselo.
-Puede ir mañana por la mañana, mi papá abre a las 8 asi que ya para las 8:30 puede pasar por alli y comprar lo que le haga falta.-se despidio con una sonrisa y entregó su uniforme con Justin. Aproveche para decirle algo.
-Buen trabajo esta noche, Anthony, pero ten cuidado con el señor Cena, esta bien? No es de la clase que crees que es.-Anthony, si bien era humano, no era convencional y debia hacerle saber una cosa antes que le pasase algo.
-No se preocupe, Jacqueline, confio en su experiencia pero no tengo ninguna intencion mas que solo ser amigo del señor John. Eso es todo. Buenas noches a ambos.-nos dijo agachando la cabeza y tomando una especie de mochila para irse luego. Al menos eso quedo aclarado. Suspire.
-Qué te preocupa, Jaks?-me pregunto Justin.
-No sé si lo notaste pero...hay algo que me pasa...no lo sé, tengo un mal presentimiento...
-Jaks, no te preocupes; tire mis cartas esta mañana y vi que Anthony vendria a trabajar mañana.
-Si pero...aun hay algo que me molesta un poco...-mire la hora. Faltaba aun para que el turno de John acabase pero aun asi, estaba muy nerviosa.-Justin, necesitare tus servicios.-saque algo de dinero y se lo puse en el bolsillo. Él me entendio y se fue por un pasillo hacia los baños. Yo me acerqué a John.-John, necesitare un favor. Puedes retirarte antes esta vez, quedara constatado que asististe a todas tus horas laborales. Por favor, alcanza a Anthony y acompañalo a su casa. El camino que el transita es peligroso para los..."normales" y temo por su seguridad. Podrias escoltarlo y luego regresar?

Había vuelto a la barra y comenzado a recoger de manera rápida y limpia. Ya bien entrada la noche, y presto que en breve tiempo cerraríamos el hostal, me dispuse a terminar mis quehaceres de forma rápida para salir de allí a esconderme a mi guarida. Ya tenía lo que necesitaba obtener, y todo en un solo día. Mi llegada a París no podía ser más productiva. Vi como Anthony se despedía de la madame Jacqueline y de mi. Levanté la mano a modo de señal sin prestar mayor atención y seguí con mis tareas. Sin embargo, algo me hizo girarme una vez más. Era la madame Jacqueline quien me llamaba. Me acerqué a ella inquiriendo saber que era lo que le preocupaba esta vez pues tenía el rostro serio, mientras me secaba las manos del agua con una toalla.

-¿Qué sucede madame? En cuanto le pregunté me dijo que debía pedirme un favor. Arqueé una ceja pero no pruncié palabra alguna. Quizás a cambio de aquel trabajo quería pedirme que hiciera cosas fuera de mi trabajo para ella. Siempre y cuando no incluyese trabajar para Alfred podría valorarlo. Sin embargo, no era lo que me esperaba en un principio. Habló deprisa y con un tono de preocupación por Anthony. Quería que lo escoltase hasta su casa sin problemas y que luego volviese al hostal. Miré a la puerta por donde segundos antes acababa de salir. -Quizás no desee mi compañía, mi señora, puede pensar que lo estoy siguiendo para robarle le afirmé, pues sabía bien que acompañar a alguien que recién conocía para ver donde vivía podía resultar extraño -No obstante, soy ágil y silencioso, puedo seguirlo y prestarle protección en el camino.

Anthony era el tipo de humano que intentaba mostrar la apariencia de que podía con cualquier cosa pero en este mundo habían cosas mucho más peligrosas de las que se creía. Estaba dispuesto a hacer lo que me pedía la madame, Anthony era un buen humano. Sería sigiloso y lo escoltaría sin que notase su presencia. Si se encontrase en peligro, rápidamente llegaría hasta su situación y lo salvaría. Además aún quedaban tres semanas para la luna llena, con lo que no corría peligro de tranformarse delante de él.

Le sonrei un poco ante su respuesta.
-Por favor, vaya tras él. La ultima vez lo asaltaron cuando bajo por la avenida y no sé qué le vaya a pasar ahora.-antes de que pudiera explicarle algo más, Justin llegó a nosotros. Tenia puestos unos guantes negros cortados en la parte de los dedos y tenia unas cartas doradas con el. Separó un par y habló algo nervioso.
-Jacquie, lo que dijiste es cierto! Miren.-nos enseñó tres cartas, pero no entendi muy bien que significaban. Me lo explico una cien veces y aun asi nunca entendia como predecia el futuro. Al ver que no sabia qué responder, dijo:-Hay un suceso en el medio de la vida de Anthony; mañana vendrá al trabajo pero será diferente, le pasará algo esta noche y cuando regrese...-saco una carta del medio y vimos en ella la figura de un ser con capucha y sangre en su boca con colmillos. Me espante ante el hecho de solo pensarlo.-...será de los tuyos, Jackie...
Practicamente me quede tiesa unos momentos. Podia ser posible? No. No iba a permitirlo. Movi un poco mi cabeza para centrarme en lo que ocurriria y en como debiamos actuar pero ya.
-Justin, usa tu don para protegernos. Cierra el bar y ocupate de lo demás. John, ven conmigo. Anthony no se convertira en un monstruo.-y apenas dije eso sali a paso rápido por la salida del hostal.

Me puse tenso en cuanto oí lo que me dijo la madame y, segundos después, Justin hizo que mi preocupación aumentara. Al parecer había echado las cartas para adivinar el futuro próximo a Anthony y en él había encontrado un extraño suceso que tendría lugar aquella misma noche. En apariencia Justin parecía un simple humano, pero aquella habilidad de ver el futuro me estaba dando un gran respeto, no sabía como describirlo pero era como si fuese una persona totalmente distinta para mi. Aquella adivinación no presagiaba nada bueno. Anthony "sobreviviría" a aquella noche, pero su ser y su alma sufrirían un cambio terrible: se convertiría en un vampiro, al igual que la madame Jacqueline.

La madame mandó a Justin a que se ocupara de cerrar el establecimiento y me llamó para que la siguiese en busca de Anthony saliendo por la puerta del hostal a toda prisa. Salí corriendo tras ella. Nunca había estado persiguiendo a un humano junto a otro vampiro, pero éstos últimos tenían una gran velocidad, casi comparada por igual a la que yo mismo podía alcanzar. Mientras mantenía la distancia con Jacqueline podía ver como su cuerpo casi se deslizaba por el aire, sin apenas tocar el suelo. Parecía que volaba sobre él, desplazándose con elegancia mientras que mis zancadas resonaban por las calles por donde pasábamos.

No tardamos más que un par de minutos en llegar a la callejuela donde Anthony estaba a punto de adentrarse para acortar por una de las calles principales del casco antiguo de la ciudad. -¡Anthony! grité para que oyese que íbamos con él y para que, si alguien le acechaba, no saliese de la oscuridad para no volver. No obstante, al girarse el joven humano hacia nosotros, una figura encapuchada, descendió desde lo alto de una azotea, cayendo al suelo de improviso y agarró al joven por la cintura y cuello, haciéndolo prisionero entre sus manos. Su rostro quedaba oculto por la capucha y la oscuridad de la noche. -Madame... a medida que ralentizaba mis movimientos para detenerme, buscaba un indicio o una orden de que hacer para no arriesgar la vida del humano en el rostro pálido de la madame Jacqueline.

-Quita tus sucias manos de él!-le grite al hombre, sin importarme que lo tuviera apresado, no iba a permitir que le hiciera daño. Anthony estaba paralizado y no sabai que hacer en los brazos de aquel sujeto. No iba a detenerme pero debia pensar rápido antes de que aquel ser lo mordiera pero no parecia haber muchas soluciones.-John, ponlo a salvo!-le grite sin mirarlo y antes de que pasase nada, di un salto y en un parpadeo habia tomado a aquel inmortal de los hombros y lo habia alejado de Anthony.

Era rápido, debia reconocerlo. Intente remover su capucha pero era inutil, parecia que estaba atada a su mandibula. No podia distraerme mucho porque ese vampiro, o vampireza en tal caso, era muy fuerte y nuestros movimientos apenas eran perceptibles. Intentaba tener cuidado, no podia distraerme para nada. Lo unico malo fue que, por un momento, me tomo de los hombros y me arrojo al los árboles. No supe que ocurrio porque una rama atravezo mi vientre y trate de liberarme de forma rápida para que no los dañasen.

Sali de alli, dolorida y con mis ojos rojos. Nadie me arrojaba asi y atacaba a alguien que me importa. John estaba peleando con el pero él monstruo le golpea la mandibula con fuerza y lo arroja al callejon. Lo mira a Anthony y se arroja a él para moderle. No iba a permitirlo.
-Te dije que te alejes de él!!-le grite interponiendome pero fue él quien me mordio en el hombro. Lance un grito porque sus colmillos estaban cargados con su ponzoña. Ante esto, me tomo del cuello elevandome y apretandome, yo estaba retorciendome del dolor en el aire porque eso, si bien no iba a convertirme en vampireza de nuevo, ardia y mucho.

La madame se arrojó rápidamente sobre aquel vampiro encapuchado a una velocidad frenética, agarrándolo por los hombros y evitando así que mordiese a Anthony, liberándolo de la atadura. El joven humano se había quedado en shock con lo que estaba viendo, simplemente parecía no comprender muy bien la situación en la que se encontraba. Eso no importaba entonces, debía alejarlo de allí. Corrí hacia él ylo aparté del callejón de un empujón, arrojándolo hacia la calle exterior, esperando que la piel de ese humano fuese algo más dura como para no sentir demasiado dolor por ello.
Mi mirada se centró en el vampiro, quién, con una fuerza aterradora había lanzado a la madame lejos de aquel escenario, ahora era todo mío. Parados delante el uno del otro, observándonos y escrutándonos con la mirada, una mirada que se podía leer a cientos de kilómetros: sangre.

Sentía como mi piel ardía por la adrenalina acumulada, si bien mi corazón apenas se aceleraba unos cuantos latidos más rápido de costumbre. Aquella sensación...adoraba aquella sensación. Hizo una mueca con su rostro, frunciendo en entrecejo, ya me había olido. Apreté mi mandibula, abriendo los labios y enseñando mis dientes como si fuese un animal rabioso intimidante. Mis puños estaban cerrados listos para la pelea. Con un movimiento fugaz, se colocó a mi lado y colocando sus dedos en filo, intentó atravesarme el costado. Pude esquivarlo por poco gracias a mis reflejos, inclinándome hacia el lado contrario, a pesar de que rasgó mi camisa de trabajo haciéndole un gran tajo. Solté mi puño derecho con toda la fuerza que pude para contrarrestarle pero lo esquivo sin problemas agachándose y saltando sobre mi desde esa posición. Mientras se elevaba en el aire vi como ponía sus manos en forma de garras para clavármelas en el cuerpo. Atacarme directamente era un error. Con mi brazo izquierdo tracé un nuevo puñetazo arrojándolo contra la pared contra la que acabó incrustado por el impacto.

Parecía que aquello si le había hecho daño. Me acerqué a él para agarrarlo pero reaccionó antes de que pudiera hacerlo y me soltó un duro golpe en la mandíbula, elevándome en el aire y lanzándome hacia el callejón donde segundos antes habíamos estado. El tener aquella forma humana limitaba mis poderes y me veía en inferioridad de fuerza y rapidez con aquel ser. Entonces intentó morder nuevamente a Anthony, lanzándose contra él. La madame, quien se encontraba dolorida por el golpe anterior, se cruzó en su camino y acabó entre sus dientes, elevándose en el aire mientras gritaba y se retorcía de dolor. La ira irradiaba todo mi ser. Clavé mis manos en el suelo, flexionando mi torso y mis rodillas para coger impulso, y de un salto me lancé hacia él. -¡Eres mío! Ni siquiera le dio tiempo a reaccionar ante aquel impulso, golpeándole directamente en la cabeza y arrojándolo contra el suelo, donde cayó bruscamente agrietando con pequeñas fisuras los adoquines. Agarré el cuerpo de la madame mientras caíamos al suelo mientras noté como su cuerpo se retorcía entre espasmos y su rostro era desdibujado por muecas de dolor.

-Madame... pero a pesar de mi voz, mi mirada no se alejaba de aquel vampiro. Se incorporo, tambaleante, y pareció limpiarse algo que salí de su boca, bien podía ser sangre. Dejé a la madame en el suelo y me arranqué la camisa de un tirón, manteniendo todo mi cuerpo en tensión para un próximo ataque. No estaba dispuesto a dejar que dañara a nadie más. Tenía un pequeño arañazo en el costado donde había querido atravesarme con sus dedos pero no salía sangre. -¿Por qué quieres a este humano?

Me sentia horrible, esa mordida fue mortal para cualquiera pero a mi solo me ardia. Sabia muy bien que iba a durarme un rato pero era la primera vez que recibia la ponzoña de otro vampiro. Sentia una energia horrible que hacia que me retorciera y era algo involuntario. Sentia que Anthony me llamaba casi a gritos, estaba muy asustado pero no dependia de él que mi cuerpo parace; simplemente habia que esperar a que el veneno se adapte a mi cuerpo. Yo habia sido herido y ahora se habia defendido de aquel monstruo.

Aquel ser se volteo con sangre en la boca y se quito la capucha. Un efluvio suyo me llego y me hizo verlo en mis momentos de retorcidas...Podia ser acaso...mi creador...? Podria ser el vampiro que 300 siglos atras me halló moribunda y me convirtio para luego dejarme a mi suerte...? Habia empezado a llorar pero no del dolor de la ponzoña...era un dolor que no comprendia pero del que no podia levantarme...

-El padre del niño me debe dinero por el prestamo de su tienda de armas. Se rehusa a pagarme por lo que necesita un escarmiento...Sería gracioso ver a su hijo convertido en monstruo...-y se rio un poco. El veneno esaba perdiendo efecto pero aun me ardia y no podia pararme; temblorosamente eleve mi mano hacia él llorando, no queria que se fuese, queria hablar pero...ahora...cómo...?-La proxima vez no fallaré...-dijo y pego un salto hacia atras para luego volar lejos de nosotros hacia el bosque.

Como pude, me di la vuelta quedando viente abajo y apoye mis miembros temblando en el suelo para levantarme. Aun estaba llorando pero trataba de retener lo más que podia. Lo unico malo es que Anthony, al ver la sangre de mi cintura, se desmayo en la cerca junto a mi. Habia que llevarlo a su casa pero aun no podia moverme bien. Tenia ganas de llorar desgraciadamente pero aun no era el momento ni el lugar...

El vampiro se retiró la capucha y dejo ver su rostro. No era conocido para mi. Escuche sus palabras insulsas mientras apretaba más mis puños, marcándoseme los nudillos emblanqueciendo por la presión. Aquel ser se divertía con lo que había protagonizado aquella noche. La madame se movió a mi espalda pero aún era incapaz de ponerse en pie. Eché una mirada rápida a Anthony para asegurarme que no le había pasado nada. En efecto, el joven humano había reptado por el suelo hacia la madame entre sollozos completamente asustado y, al ver la sangre que de ella brotaba, había perdido la consciencia. Volví mi mirada hacia aquel sujeto para enfrentarlo nuevamente. Esta vez no dejaría que me golpease pillándome desprevenido, ya había recibido suficiente por esa noche pero él estaba a punto de empezar.

Sin embargo, aquel vampiro deshecho aquella idea y se elevó en el aire para alejarse de allí amenazando con una próxima vez, entre risas. -¡¿Quién eres?! A pesar de mi grito en forma de pregunta, no hubo respuesta. El vampiro se alejó de aquella escena dejándonos en el silencio de la noche. Rebajé mi tensión y me incliné para ver las heridas de la madame. Habían sido profundas, cualquier humano estaría muerto pero ella no. Parecía que aún el veneno vampírico le impedía moverse con total libertad. -¿Puede hablar madame? Gotas cristalinas recorrían su tez blanquecina, había estado llorando. Miré a ambos lados de la calle; con todo el ruido que habíamos protagonizado era extraño que nadie hubiese salido a ver lo que sucedía, no obstante, estábamos solos nosotros tres en el lugar.

-Madame, debemos llevar a Anthony a un lugar seguro y vos debe descansar...¿puede caminar? le ayudé a levantarse del suelo, sosteniéndola por la cadera, echando todo su peso sobre el mío para ayudarla a caminar, y agarrando a Anthony como si fuese un saco de mercancía, me lo cargué en el hombro bocabajo, sosteniéndolo con fuerza sobre éste. -Sería mejor llevaros a un sitio seguro, si ese vampiro regresase no podría protegeros a los dos.

John ayudo a que me levantase pero aun me sentia muy mal, horrible realmente...No por el veneno sino por el hecho de que me habia cruzado una noche cualquiera con aquel ser que creia que era una persona de respeto...pero siendo asi de malvado con migo, con mi John y Anthony no era como yo esperaba imaginarlo...Tan pronto como pude ponerme bien de pie, sin indicios de caer al suelo por el momento, simplemente lo mire a John con mis ojos completamente negros. La tristeza que ahora me consumia habia cambiado mis ojos...Asenti a sus palabras y lo unico que dije fue:
-Escoltemoslo a su casa...asi...creera que fue un sueño...-intente que mi voz no se cortase pero aun asi no era muy fuerte.

Camine junto a el en silencio, la herida no me solia. De hecho ya se habia cerrado. Olia un poco a sangre pero realmente no importaba, la sangre de vampiro no era perceptible para los humanos...al menos...
Me quedaba junto a John por si acaso mis piernas flaqueaban y me caia pero ya me sentia un poco mejor, fisicamente, y podia caminar bien.

La madame se incorporé aunque pude observar como aún le flaqueaban las fuerzas, y hacia que le temblaran las piernas. Aún así, me mantuve en silencio respetando su decisión. Sabía que era una mujer orgullosa, no dejaría que sintiese benevolencia por ella. Asentí ante la idea de llevar a Anthony a su casa, lo mejor era que olvidase todo lo que había pasado aquella nocher pero aquello era imposible. Comencé a pensar en lo que le diría al día siguiente para desmentir toda la realidad. No sería tarea fácil, al menos para mi. No me hizo falta sacar el papel con la dirección de su casa pues sabía exactamente como llegar según sus indicaciones. La madame caminaba a mi lado, aturdida con sus pensamientos. De vez en cuando la miraba para comprobar que podía mantener el ritmo o si necesitaba descansar un instante.

-Puedo hacer guardia en su casa hasta el alba dije rompiendo el silencio que nos había rodeado -si regresa, esatré alerta para que no toque ni un mísero milímetro de su piel oliente Conmigo estaría seguro. Además no sabía que tal verdad era la exposición de los vampiros ante el sol del día, pues sólo lo había escuchado en cuentos y leyendas y siempre se exageraba o no eran del todo ciertas en su totalidad. Ya casi habíamos llegado a aquella casa de aspecto rústico, construida con madera de caoba, resistente y cálida. Las bajas fuerzas de la madame aún eran perceptibles para mis agudos sentidos. Suspiré. -Necesita alimentarse por toda la sangre que ha perdido esta noche. Puede beber de mi, madame, mi sangre no es tan buena como la de los humanos pero le dará fuerzas suficientes

Iba a aceptar lo que hacer guardia pero no podia dejar que hiciera eso.
-No...-trate de hablar con firmeza. Inspire profundo y luego dije, con mejor tono de voz:-El amanecer se acerca...nadie seria tan arriesgado para venir a buscarle de dia...o a esta hora. Más aun si estamos ahora con él...Además...tienes que volver al trabajo y necesitas descansar...no ignoro el golpe que te ha dejado en la mandibula...-lo mire de reojo esbozando una sonrisa, pobre pero sólida.-Recuerda que parte de nuestro trabajo es aparentar ante los humanos...mañana será un dia comun y corriente como todos los demás...y asi debe ser...

Al llegar a la casa, abrimos la puerta con las llaves de Anthony y, luego de cambiarle de ropa, lo dejamos en su cama. Estaria bien luego.
Al salir, pensé en lo de beber de john pero jamás podria hacer algo como eso.
-Aunque aprecie tu oferta y mi no-vida dependiera de ello...no puedo hacerlo...si bebo de ti podria llegar a matarte y jamás me lo perdonaria...-debilmente pase mi mano por su frente.-Usted me ha hecho un favor enorme y es todo lo que pedire de usted esta noche...Yo estaré bien...no es la primera ni la ultima vez que tengo que pelear contra otro inmortal...-baje mi mano aun manteniendo mi sonrisa.-Como mi hogar queda lejos de aqui, me quedare esta noche en el hostal...para mañana estaré mejor...Venga, regresemos...Justin debe darle otra camisa...-rei un poco suavemente y le indique que me siguiera comenzando a retornar a la Hosteria.

Aun estaba muy triste y mis ojos aun negros por la tristeza que ahora tenia abrazandome el pecho. Más de 300 años espere para volver a encontrarme con mi creador...y ahora resulta que fui transformada con ponzoña de maldad pura...No. Fui transformada con la ponzoña de un vampiro, eso era todo y asi debia comenzar a afrontarlo. Seria dificil pero asi debia ser...

Estaba seguro de que aceptaría mi propuesta de vigilar durante la noche a Anthony, sin embargo, no fue así. Expuso el golpe que había recibido, directo en la mandíbula, como uno de los principales motivos, aunque bien sabíamos los dos que aquel golpe no había supuesto demasiado problema. Estaba hecho a martillazos casi, aquello más bien era un simple rasguño. Pero rápidamente expreso el deseo de que teníamos que comportarnos como humanos corrientes, sin llamar la atención. En aquello no había caído en cuenta. Parecía que la madame siempre valoraba ciertas cosas sensatas a la hora del trato con humanos. Callé y asentí, sabía que no habría discursión alguna.

Entramos a hurtadillos en la casa de Anthony y lo dejamos sobre su cama, desvistiéndole, mientras revisaba que no hubiese sufrido daños severos. Estaba convencido que por la mañana acudiría al hostal inmediatamente para hablar sobre lo sucedido. Sería muy difícil tratar con él y quitarle esos recuerdos. Pensé entonces, si Justin podía borrar recuerdos. Que terrible sensación me sobrevino, perder los recuerdos mejor guardados de tu mente era como destruir una parte misma de ti. No se lo desearía a nadie.

Salimos de la casa de Anthony. No estaba dispuesta a que le dejase beber mi sangre. Era peligroso, según me dijo. Valoré sus fuerzas mirándola a aquellos ojos negros y me di por vencido, encogiéndome de hombros. Emprendimos el camino de nuevo al hostal. Esta vez la madame podía caminar más erguida, parecía que el efecto de la mordedura de aquel vampiro iba desapareciendo de su cuerpo y volvía a ser ella, a pesar de que en su cara se le reflejaba un terrible dolor que no llegaba a comprender. Con aquellos pensamientos en mi cabeza llegamos al hostal sin mayores obstáculos que el de una suave brisa de aire frío que recorría las calles de la ciudad. Al llegar el hostal ya estaba completamente cerrado y con las luces apagadas, parecía que no había nadie dentro.

Las luces estaban apagadas asi como los murmullos de la gente que antes habia alli. Cuando alguien empieza a cerrar, los clientes suelen desaparecer apenas ven que ya vamos a dejar de atender. No estaba cerrado, Justin salio con una lámpara de aceite y nos recibio muy preocupado. Traia una carta consigo pero no la leyo para nosotros sino que paso la parte de atras por nuestros rostros a lo largo de nuestro cuerpo. Primero a John y luego a mi.
-Los daños fueron leves...eso me tranquiliza...pasen.-nos dijo, tomando de nuevo la lámpara y entramos con él. Tenia preparado en el mostrador un vaso con agua, una camisa limpia, una copa grande de sangre y una venda. No pude evitar sonreir de costado mientras cerraba la puerta sin hechar el cerrojo.
-Lo has visto todo?
-No uso mi poder para espiar pero como me pediste que los proteja...-dejo la oracion inconclusa para luego sonreir de manera culpable.-Fueron unos golpes duros.-le dio a John el vaso con agua y le miro la mandibula sin tocarle. Luego me miro a mi el vientre y me dio la copa con sangre. Se asusto un poco al ver mis ojos.-Que te ocurre, Jaks? Tus ojos jamas habian estado tan negros. Ya no veo ni tu iris.

Agache la cabeza, bebiendo la sangre casi de un trago, la vacie totalmente y me senti un poco mejor. Suspire.
-Ese no era un vampiro cualquiera.-dije ya con mi voz más restaurada y mucho más firme. Justin me miro con un semblante de no entenderme.
-Qué quieres decir? Era un colega tuyo?
-Peor aun...-dije extendiendo mi copa y luego, mirandolos a ambos:-Era mi creador.-y hágase el silencio. Justin no se animo a preguntar más y solo tomo mi copa y dijo:
-Ire a...lavarla...-y se fue. Sentia que mis ojos aun no habian cambiado, seguian negros a pesar de la cantidad de sangre que habia bebido.

Justo cuando llegábamos a la puerta Justin salió a recibirnos con un farol de queroseno y una carta en la otra mano. La pasó por delante de mi rostro y el de Jacqueline como si quisiese constatar algo. Aquel gesto no me gustó en absoluto pero parecía que lo hacía por nuestra seguridad. Lo seguimos hacia el interior del hostal donde tenía preparado un par de vasos, uno con agua para mi y otro con sangre para Jacqueline, y una camisa nueva. Recordé que la mía había quedado destrozada en el suelo después de aquel enfrentamiento con ese vampiro, con lo que me puse aquella camisa inmediatamente y tomé un sorbó del vaso, refrescando mis labios. Justin no solo podía ver el futuro, sino también lo que estaba sucediendo a varios metros de distancia. Su magia era muy poderosa.

Justin y Jacqueline se enfrascaron en una conversación sobre aquel vampiro que terminó con una desvelación del secreto más íntimo para un vampiro y su posterior silencio. El vampiro que nos había atacado era, nada más y nada menos, que el vampiro que transformó en lo que era hoy a Jacqueline. No sabía que decir pues yo buscaba eso también, encontrar a quien me hizo tal y como soy hoy. Bebí lo que me quedaba de agua en el vaso y lo dejé sobre la mesa valorando aquel dato. -Madame, entiendo que haya un lazo entre vos y ese ser, pero si tengo que proteger la vida de Anthony, no duraré en darle muerte dije con voz firme y segura, aunque un poco dura.