AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
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Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Recuerdo del primer mensaje :
Si hubiera sido humano, no habría podido dormir durante esos dos días que los separaban, porque la intriga se lo carcomía como un gusano carnívoro que le caminaba por las entrañas, dos cosas importantes pasarían esa noche, la primera, Soren le mostraría su casa a Anuar por vez primera y la segunda, Anuar le revelaría una gran verdad a las 12 de la noche.
Su mano había temblado mientras la cocinera de la cafetería de la Universidad con quien entablaba cortas conversaciones de vez en cuando en sus ratos libres en el campus, le dictaba la receta del pastel de vainilla, una noche antes. La mujer por supuesto le había preguntado el inusual motivo por el cual, preguntaba algo así un profesor como él, pero Soren tuvo que decir torpemente, que le gustaba cocinar en sus ratos libres y que quería aprender a hacer postres. La mujer había reído a sus espaldas cuando él se había ído y con el buen oído con el cual había sido bendecido gracias a su sangre vampirica, había escuchado como la mujer cuchicheaba con la camarera que él profesor Soren era sin duda alguna le hombre más raro de todo Francia.
Con el rostro colorado había comprado los ingredientes, nervioso y asustado por lo que pudiese decirle Anuar, ahora más que nunca tenía que hacer un excelente pastel de vainilla o quizás empeoraría aún más las cosas. Se quedó mirándo el desalentador panorama de lo que era la sala de su casa. Desordenada como siempre, más bien caótica y sin estilo. Los días en que Gerard había estado viviendo, el chico se había ofrecido a limpiar un poco, pero habían pasado semanas desde eso y ahora yacía tan desordenada como siempre. ¿Que impresión se llevaría Anuar cuando viera el sucio agujero en el que vivía? No era una casa elegante y aunque los profesores no ganaran como los políticos, todo el mundo sabía que todos los profesores de la Universidad vivían en barrios de Clase Alta, pero no Soren.
El no necesitaba tales lujos. Para empezar ni siquiera era un ser humano ¿Entonces para que?... bueno por primera vez se encontraba con una respuesta para esa pregunta: Para Anuar. Ahora quería tener una casa más bonita para que Anuar se sintiera cómodo y a gusto en ella. Con los ingredientes sobre la mesa de madera de la cocina, Soren leyó una y otra vez la complicada receta del pastel, apenas si eran las 6 y 15 minutos, había tomado la precaución de comprar los ingredientes y averiguar el proceso el día anterior para tener tiempo antes de que Anuar llegara a la tienda.
- 300 grs de mantequilla de vaca
- 750 grs de azúcar.
- 3 tazas de leche.
- 9 huevos
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 cucharadita de ralladura de limón
750 grs. de harina de trigo.
-¡Muy bien! ¡Soren no hay nada imposible! - Exclamó para si mismo y comenzó a seguir paso a paso los pasos de la compleja receta, asegurandose de no saltarse ninguno y midiendo las cantidades con precisión. Sus manos torpes regaron en varias ocasiones la harina en la mesa, quebraron un par de huevos sin querer y se untaron de mantequilla y azucar.
Al cabo de una hora y media, una plasta de color amarilloso con un fuerte olor dulzón se encontraba sobre la mesa de madera. Se llevó las manos al cabello con frustración, se veía horrible y eso que era mejor que los dos intentos anteriores, el tiempo se había acabado, ya no podría ir a comprar una torta hecha por un profesional en la pastelería, no alcanzaría, Anuar llegaría a las 9 a la tienda y debía ir por él ¡Y no había terminado de organizar la sala! No había barrido por debajo del sofá ni había quitado todos sus cuadros desperdigados por aquí y por allá por la sala junto a libros y pergaminos viejos.
- Maldición – Murmuró mientras corría por las calles en dirección a la tienda, todo era un desastre, él era un desastre.
Si hubiera sido humano, no habría podido dormir durante esos dos días que los separaban, porque la intriga se lo carcomía como un gusano carnívoro que le caminaba por las entrañas, dos cosas importantes pasarían esa noche, la primera, Soren le mostraría su casa a Anuar por vez primera y la segunda, Anuar le revelaría una gran verdad a las 12 de la noche.
Su mano había temblado mientras la cocinera de la cafetería de la Universidad con quien entablaba cortas conversaciones de vez en cuando en sus ratos libres en el campus, le dictaba la receta del pastel de vainilla, una noche antes. La mujer por supuesto le había preguntado el inusual motivo por el cual, preguntaba algo así un profesor como él, pero Soren tuvo que decir torpemente, que le gustaba cocinar en sus ratos libres y que quería aprender a hacer postres. La mujer había reído a sus espaldas cuando él se había ído y con el buen oído con el cual había sido bendecido gracias a su sangre vampirica, había escuchado como la mujer cuchicheaba con la camarera que él profesor Soren era sin duda alguna le hombre más raro de todo Francia.
Con el rostro colorado había comprado los ingredientes, nervioso y asustado por lo que pudiese decirle Anuar, ahora más que nunca tenía que hacer un excelente pastel de vainilla o quizás empeoraría aún más las cosas. Se quedó mirándo el desalentador panorama de lo que era la sala de su casa. Desordenada como siempre, más bien caótica y sin estilo. Los días en que Gerard había estado viviendo, el chico se había ofrecido a limpiar un poco, pero habían pasado semanas desde eso y ahora yacía tan desordenada como siempre. ¿Que impresión se llevaría Anuar cuando viera el sucio agujero en el que vivía? No era una casa elegante y aunque los profesores no ganaran como los políticos, todo el mundo sabía que todos los profesores de la Universidad vivían en barrios de Clase Alta, pero no Soren.
El no necesitaba tales lujos. Para empezar ni siquiera era un ser humano ¿Entonces para que?... bueno por primera vez se encontraba con una respuesta para esa pregunta: Para Anuar. Ahora quería tener una casa más bonita para que Anuar se sintiera cómodo y a gusto en ella. Con los ingredientes sobre la mesa de madera de la cocina, Soren leyó una y otra vez la complicada receta del pastel, apenas si eran las 6 y 15 minutos, había tomado la precaución de comprar los ingredientes y averiguar el proceso el día anterior para tener tiempo antes de que Anuar llegara a la tienda.
- 300 grs de mantequilla de vaca
- 750 grs de azúcar.
- 3 tazas de leche.
- 9 huevos
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 cucharadita de ralladura de limón
750 grs. de harina de trigo.
-¡Muy bien! ¡Soren no hay nada imposible! - Exclamó para si mismo y comenzó a seguir paso a paso los pasos de la compleja receta, asegurandose de no saltarse ninguno y midiendo las cantidades con precisión. Sus manos torpes regaron en varias ocasiones la harina en la mesa, quebraron un par de huevos sin querer y se untaron de mantequilla y azucar.
Al cabo de una hora y media, una plasta de color amarilloso con un fuerte olor dulzón se encontraba sobre la mesa de madera. Se llevó las manos al cabello con frustración, se veía horrible y eso que era mejor que los dos intentos anteriores, el tiempo se había acabado, ya no podría ir a comprar una torta hecha por un profesional en la pastelería, no alcanzaría, Anuar llegaría a las 9 a la tienda y debía ir por él ¡Y no había terminado de organizar la sala! No había barrido por debajo del sofá ni había quitado todos sus cuadros desperdigados por aquí y por allá por la sala junto a libros y pergaminos viejos.
- Maldición – Murmuró mientras corría por las calles en dirección a la tienda, todo era un desastre, él era un desastre.
Última edición por Soren Kaarkarogf el Sáb Ene 15, 2011 6:22 pm, editado 3 veces
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Anuar asustado resultaba demasiado adorable. De haber podido Soren se lo hubiera comido a mordiscos.
Un momento ¿En que demonios estaba pensando?. Se quedó observando al chico que no quería entrar por la pequeña fisura de la pared y pareció caer en cuenta de la magnitud del asunto.
Esto es cruel. Disfrutas del miedo de Anuar. Que cruel y repugnante eres. Extrañaba ese lado de ti... de nosotros Soren.
Parpadeó sintiéndose azorado, siendo consciente de que había metido a su más preciado tesoro en un sucio agujero bajo la tierra, con animalejos de todos los tipos rondando por ahí a oscuras. “–y solo porque estoy contigo e accedido a venir- ” Ahí estaba la evidencia, el chico lo había dicho, estaba allí por él y no porque le gustara un lugar como ese. Estaba siendo cruel y no se había percatado como la mayoría de las cosas.
Tonto Soren, Tonto.
Se asomó por el agujero tomó a Anuar de las manos impulsándole a entrar a la pequeña recámara. La recámara era una pequeña estancia no más grande de 3 metros cuadrados, no se podía estar completamente de pie y había que mantenerse agachado para no golpearse la cabeza, al igual que el resto del túnel, las paredes estaban elaboradas de dura roca y el piso de tierra blanca, como arena o arcilla. Al lado de la pared frontal había algo que asemejaba ser una especie de cama, construida rudimentariamente en tablas, pero si colchón o cobijas.
- Duermo aquí por seguridad... si alguien entrara a mi casa durante el día, la encontraría vacía y sería muy improbable que dieran con mi paradero, además en caso tal de descubrir los túneles, se perderían primero antes de encontrarme – Le explicó intentando acelerar el incómodo momento lo más posible para regresar con Anuar a la cómoda habitación – Es... una mierda, lo se... siento haberte traído aquí... pero ya podemos regresar -
Un momento ¿En que demonios estaba pensando?. Se quedó observando al chico que no quería entrar por la pequeña fisura de la pared y pareció caer en cuenta de la magnitud del asunto.
Esto es cruel. Disfrutas del miedo de Anuar. Que cruel y repugnante eres. Extrañaba ese lado de ti... de nosotros Soren.
Parpadeó sintiéndose azorado, siendo consciente de que había metido a su más preciado tesoro en un sucio agujero bajo la tierra, con animalejos de todos los tipos rondando por ahí a oscuras. “–y solo porque estoy contigo e accedido a venir- ” Ahí estaba la evidencia, el chico lo había dicho, estaba allí por él y no porque le gustara un lugar como ese. Estaba siendo cruel y no se había percatado como la mayoría de las cosas.
Tonto Soren, Tonto.
Se asomó por el agujero tomó a Anuar de las manos impulsándole a entrar a la pequeña recámara. La recámara era una pequeña estancia no más grande de 3 metros cuadrados, no se podía estar completamente de pie y había que mantenerse agachado para no golpearse la cabeza, al igual que el resto del túnel, las paredes estaban elaboradas de dura roca y el piso de tierra blanca, como arena o arcilla. Al lado de la pared frontal había algo que asemejaba ser una especie de cama, construida rudimentariamente en tablas, pero si colchón o cobijas.
- Duermo aquí por seguridad... si alguien entrara a mi casa durante el día, la encontraría vacía y sería muy improbable que dieran con mi paradero, además en caso tal de descubrir los túneles, se perderían primero antes de encontrarme – Le explicó intentando acelerar el incómodo momento lo más posible para regresar con Anuar a la cómoda habitación – Es... una mierda, lo se... siento haberte traído aquí... pero ya podemos regresar -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Sintió sus manos sobre las propias y su instinto fue soltarle para aferrarse de las paredes rocosas y quedarse de pie en aquel lugar más obvio era pensar que aun con la sangre del vampiro en su cuerpo su fuerza no era comparable y con un suave traspié su cuerpo se introdujo en la estancia, su pecho respiro aliviado y su mirada cayó en derredor por aquel diminuto lugar, intentaba no pensar porque pensar que estaba varios metros bajo tierra le resultaba aterrante, era como enterrarse vivo, pensó y sus manos se aferraron a las del vampiro y su pecho tembló mientras respiraba.
-es una buena idea- aseguro en voz baja soltando las manos del vampiro para dejarse caer sobre el suelo, se acomodo cerca de una pared, con la espalda estrecha contra la misma y la cabeza levemente alzada –no me lo habría imaginado- confeso porque el se ideaba un féretro bajo alguna trampilla, quizás camuflajeado con otros vacios, con gárgolas en las paredes y polvos y arañas por doquier. Tallo sus pies contra el suelo para des adherir todo posible objeto que se hubiese pegado a ellos en el camino a aquel sitio.
-oh…no importa- se apresuro a aclarar en un sonoro grito que se repitió como eco en la habitación y a lo largo del estrecho camino –me alegro que tengas la confianza para haberme traído- porque y pese a todo de no haberle permitido conocer el sitio si bien comprendido hubiese resentido aquella negativa, la hubiese tomado como tangible muestra de desconfianza de modo que, no pretendía hacerle sentir mal por ello –realmente me gustaría quedarme un rato aquí- confeso y en voz baja, pensar en volver a pasar por aquel lugar con tanta prontitud no le entusiasmaba en lo más mínimo.
Cerro los parpados palmeando el suelo a un lado de el para que el vampiro tomase asiento ahí –pero prometo no venir ni decirle donde queda a nadie y por nada del mundo- aseguro tachando la zona en su pecho donde debía latir su acelerado corazón y mientras hacia aquella marca le pareció poderlo sentir con facilidad, como se golpeaba contra su dedo –si te resulta mas cómodo podemos dormir aquí- asevero en voz baja porque aquel sitio no era como la cabaña lejana en la cual habían pasado el fin de semana, en aquella morada cualquier podría entrar de dia, no, definitivamente preferiría dormir en aquel diminuto espacio antes de arriesgarle de aquella manera.
-es una buena idea- aseguro en voz baja soltando las manos del vampiro para dejarse caer sobre el suelo, se acomodo cerca de una pared, con la espalda estrecha contra la misma y la cabeza levemente alzada –no me lo habría imaginado- confeso porque el se ideaba un féretro bajo alguna trampilla, quizás camuflajeado con otros vacios, con gárgolas en las paredes y polvos y arañas por doquier. Tallo sus pies contra el suelo para des adherir todo posible objeto que se hubiese pegado a ellos en el camino a aquel sitio.
-oh…no importa- se apresuro a aclarar en un sonoro grito que se repitió como eco en la habitación y a lo largo del estrecho camino –me alegro que tengas la confianza para haberme traído- porque y pese a todo de no haberle permitido conocer el sitio si bien comprendido hubiese resentido aquella negativa, la hubiese tomado como tangible muestra de desconfianza de modo que, no pretendía hacerle sentir mal por ello –realmente me gustaría quedarme un rato aquí- confeso y en voz baja, pensar en volver a pasar por aquel lugar con tanta prontitud no le entusiasmaba en lo más mínimo.
Cerro los parpados palmeando el suelo a un lado de el para que el vampiro tomase asiento ahí –pero prometo no venir ni decirle donde queda a nadie y por nada del mundo- aseguro tachando la zona en su pecho donde debía latir su acelerado corazón y mientras hacia aquella marca le pareció poderlo sentir con facilidad, como se golpeaba contra su dedo –si te resulta mas cómodo podemos dormir aquí- asevero en voz baja porque aquel sitio no era como la cabaña lejana en la cual habían pasado el fin de semana, en aquella morada cualquier podría entrar de dia, no, definitivamente preferiría dormir en aquel diminuto espacio antes de arriesgarle de aquella manera.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
-¿Confianza? - Preguntó una vez el chico había entrado y se extrañó de que se hubiese sentado por allí en ese lugar mugroso – Confianza es una palabra demasiado pequeña... ¡Ni siquiera Erkki conoce este lugar! - Le confesó. Ahí estaba el vampiro aceptando que podía entregarle la propia vida en sus manos, porque si Anuar quisiera, podría matarlo tan fácilmente ahora que sabía donde dormía. Estaba completamente expuesto y desprotegido. Pero extrañamente no se sentía asustado por ello, por el contrario, era genial poder compartir algo tan íntimo con alguien.
-Oye... no tienes porque quedarte aquí si no quieres – Comentó dubitativo por las palabras del chico - Este... no es un lugar apropiado para ti – Agregó, ¿Y para quien si lo sería? Sólo para una criatura como él, que no sentía frío y podía dormir sin una cobija o una mullida almohada, que no tenía miedo a la oscuridad, porque era más espantosa la oscuridad en su interior que la que le envolvía allí abajo. No, ese no era un lugar para una persona cuyo corazón palpitaba con fuerza.
Y hablando de corazones... el de Anuar palpitaba con tal brío que casi lo escuchaba retumbar en su cabeza. Soren podía sentir y notar todos los signos del cuerpo de Anuar, porque como buen depredador estaba equipado para detectar esas descargas de adrenalina y aminoacidos del cuerpo, podía detectar su corazón bombeándo sangre como loco y su respiración irregular.
Bahir debe estar contento Soren. Valla banquete que le has dado a ese pequeño monstruo.
En ese instante Soren se sintió como un diminuto y baboso gusano. Recogió las piernas sentado al lado de Anuar sin saber muy bien que debía hacer para remediar la situación. Dormir con Anuar allí sería una locura. El humano podría enfermarse de hipotermia por el frío y la humedad, sin mencionar lo incómodo que sería sin un buen colchón o frazadas. Negó con la cabeza una y otra vez.
- No, no y no – Exclamó sin girar su rostro hacía su interlocutor – Quiero dormir contigo en mi cama y en mi cuarto – Iba a agregar un 'Tu no te mereces esto' pero no salió de sus labios – Si... estás conmigo durante el día, no temo a dormir allá arriba... no me importaría, se que no me pasaría nada malo si tu estás en la casa... - Dijo al fin avergonzado por el hecho de que de un momento a otro el resultaba ser una criatura tan frágil a pesar de las circunstancias.
-Oye... no tienes porque quedarte aquí si no quieres – Comentó dubitativo por las palabras del chico - Este... no es un lugar apropiado para ti – Agregó, ¿Y para quien si lo sería? Sólo para una criatura como él, que no sentía frío y podía dormir sin una cobija o una mullida almohada, que no tenía miedo a la oscuridad, porque era más espantosa la oscuridad en su interior que la que le envolvía allí abajo. No, ese no era un lugar para una persona cuyo corazón palpitaba con fuerza.
Y hablando de corazones... el de Anuar palpitaba con tal brío que casi lo escuchaba retumbar en su cabeza. Soren podía sentir y notar todos los signos del cuerpo de Anuar, porque como buen depredador estaba equipado para detectar esas descargas de adrenalina y aminoacidos del cuerpo, podía detectar su corazón bombeándo sangre como loco y su respiración irregular.
Bahir debe estar contento Soren. Valla banquete que le has dado a ese pequeño monstruo.
En ese instante Soren se sintió como un diminuto y baboso gusano. Recogió las piernas sentado al lado de Anuar sin saber muy bien que debía hacer para remediar la situación. Dormir con Anuar allí sería una locura. El humano podría enfermarse de hipotermia por el frío y la humedad, sin mencionar lo incómodo que sería sin un buen colchón o frazadas. Negó con la cabeza una y otra vez.
- No, no y no – Exclamó sin girar su rostro hacía su interlocutor – Quiero dormir contigo en mi cama y en mi cuarto – Iba a agregar un 'Tu no te mereces esto' pero no salió de sus labios – Si... estás conmigo durante el día, no temo a dormir allá arriba... no me importaría, se que no me pasaría nada malo si tu estás en la casa... - Dijo al fin avergonzado por el hecho de que de un momento a otro el resultaba ser una criatura tan frágil a pesar de las circunstancias.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Sonrio para sus adentros al escuchar aquella aseveración y se sintió orgulloso de si mismo y lo que en seis meses habia logrado, mas aquello le atribuyo también una gran responsabilidad una responsabilidad en la cual no muy a menudo solia pensar quizas por tenerla a tomo momento –entonces me alegro a un mas- asevero restregando sus parpados con los nudillos cortados en diversas partes. Suspiro ante la sempiterna obscuridad que se cernía entorno a ellos y reprimió el impulso de acomodarse en el regazo del vampiro cual niño asustado en el manto de su madre, buscando refugio en brazos ajenos.
Apoyo su cabeza sobre el hombro del vampiro, aferrándose a uno de sus brazos, el mas cercano a el –es que…- susurro aliviado de que el vampiro sintiese el mismo refugio a su lado que el que sentía estando con el porque seguramente de yacer con cualquier otra persona en un lugar como aquel su cuerpo se encontraría en alguna esquina temblando frenéticamente y de su garganta aflorarían gritos de socorro y desgarraría su garganta hasta encontrar una ayuda jamás brindada. Pero las lágrimas no saldrían porque lentamente ahogaría su alma. Pero no con otro hubiese accedido a bajar y dicha imagen se esfumo de sus pensamientos con rapidez.
-no quiero atravesar ese camino otra vez- asevero en voz baja cerrando los parpados para comenzar a tranquilizarse en la cercanía con Soren –puedo dormir aquí, en serio- aseguro intentando imaginar que se encontraba en aquella habitación metros arriba de ellos, acostado en una mullida cama abrazando al joven, en apariencia, vampiro –mañana podemos volver- y comenzó a asimilar aquel lejano regreso como una mejor opción. Mordio el interior de su mejilla retrayendo las piernas contra su pecho dado que no deseaba sentir algun animalejo correr encima de ellas.
Apoyo su cabeza sobre el hombro del vampiro, aferrándose a uno de sus brazos, el mas cercano a el –es que…- susurro aliviado de que el vampiro sintiese el mismo refugio a su lado que el que sentía estando con el porque seguramente de yacer con cualquier otra persona en un lugar como aquel su cuerpo se encontraría en alguna esquina temblando frenéticamente y de su garganta aflorarían gritos de socorro y desgarraría su garganta hasta encontrar una ayuda jamás brindada. Pero las lágrimas no saldrían porque lentamente ahogaría su alma. Pero no con otro hubiese accedido a bajar y dicha imagen se esfumo de sus pensamientos con rapidez.
-no quiero atravesar ese camino otra vez- asevero en voz baja cerrando los parpados para comenzar a tranquilizarse en la cercanía con Soren –puedo dormir aquí, en serio- aseguro intentando imaginar que se encontraba en aquella habitación metros arriba de ellos, acostado en una mullida cama abrazando al joven, en apariencia, vampiro –mañana podemos volver- y comenzó a asimilar aquel lejano regreso como una mejor opción. Mordio el interior de su mejilla retrayendo las piernas contra su pecho dado que no deseaba sentir algun animalejo correr encima de ellas.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Anuar se recostó a su lado y Soren intentó olvidar lo mal que se sentía en esos momentos, para pasar un brazo por la espalda del chico y lo atrajo más contra su cuerpo. Le besó el cabello, sintiendo cosquillas en su nariz conforme algunas hebras se revolvían allí. - Gracias por estar aquí – Murmuró entre su cabello, porque si bien era para él de suma importancia compartirle algo como eso, al mismo tiempo sabía el sacrificio que representaría para un mortal ir a un lugar tan espantoso.
Lo siguiente le sorprendió. Sabía que Anuar estaba asustado porque eso era evidente, pero no estaba muy seguro del porque, con la respuesta de Anuar pudo deducir que se trataba de un miedo a los lugares estrechos, quizás no le gustaba la idea de estar bajo tierra y quizás era el temor a quedar atrapado. Maldita sea, no debía haberle dicho lo de los gitanos que se quedaban atrapados en los túneles.
-No... no puedes – Insistió, pensando que Anuar en medio de sus nervios no estaba pensando con claridad y no comprendía la situación – Si dormimos aquí... tu despertarás mañana sólo, tendrás hambre, necesitarás ir al baño... no puedes volver solo por los túneles, podrías perderte y... - Explicó y se calló antes de mencionar que podría terminar perdido como esos gitanos – Y tendrás que esperar hasta que sea noche de nuevo para que yo despierte y te guíe de regreso -
Y eso sería una locura.
El vampiro tomó el rostro de Anuar entre sus manos levantándolo de su hombro y le besó el parpado izquierdo y luego el derecho con suavidad – Seré tus ojos – Murmuró para luego bajar con sus labios por la larga nariz y terminar en sus labios – Sólo ciérralos y déjate guiar -
Lo siguiente le sorprendió. Sabía que Anuar estaba asustado porque eso era evidente, pero no estaba muy seguro del porque, con la respuesta de Anuar pudo deducir que se trataba de un miedo a los lugares estrechos, quizás no le gustaba la idea de estar bajo tierra y quizás era el temor a quedar atrapado. Maldita sea, no debía haberle dicho lo de los gitanos que se quedaban atrapados en los túneles.
-No... no puedes – Insistió, pensando que Anuar en medio de sus nervios no estaba pensando con claridad y no comprendía la situación – Si dormimos aquí... tu despertarás mañana sólo, tendrás hambre, necesitarás ir al baño... no puedes volver solo por los túneles, podrías perderte y... - Explicó y se calló antes de mencionar que podría terminar perdido como esos gitanos – Y tendrás que esperar hasta que sea noche de nuevo para que yo despierte y te guíe de regreso -
Y eso sería una locura.
El vampiro tomó el rostro de Anuar entre sus manos levantándolo de su hombro y le besó el parpado izquierdo y luego el derecho con suavidad – Seré tus ojos – Murmuró para luego bajar con sus labios por la larga nariz y terminar en sus labios – Sólo ciérralos y déjate guiar -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Tembló presa de alguna convulsión ajena a toda enfermedad y acreditada exclusivamente al miedo que comenzaba a sentir en aquellos instantes y habitar a lo largo y ancho de su cuerpo. Seguramente despertaría antes que Soren tiritando por el frio y la humedad y escandalizado al sentir algún rodeados o bicho reptar y trepar por sus piernas. Aguantaría a su lado en aquel sitio tanto cuanto pudiese y quizas aquello atraería alguna infección de cualquier tipo, o quizas decidiría armarse de valor y salir por aquel estrecho pasillo hasta los amplios corredores que se dividían en varias direcciones y podría entonces perderse y presa del terror quizas cayera en la locura y cuando Soren le encontrase tendría que llevarle al manicomio porque al igual que su cuerpo extraviado estaba en aquel laberinto su mente se habria perdido en aquel mismo sitio y errante jamás podría encontrarla nuevamente, y en su locura no lograría reconocer al vampiro le profesaría versos de ultratumba y hablaría con las ninfas y hadas, se sumergiría en las aguas intentando conocer a las sirenas y al no saber nada moriría ahogado. O quizas lograse recordar el camino de regreso y salir sin mas a la casa en lo alto.
Su pecho se movía agitado y aunque deseo en lo profundo de su alma negar su cabeza asintió y su mirada se desvió temerosa al túnel. Porque en el camino de venida le habia debido soltar para lograr pasar el tramo mas estrecho y ahora estaba seguro que si le volvia a soltar seria incapaz de finalizar el trayecto y quizas nunca antes se habia percatado de aquel latente miedo porque nunca antes se habia tenido que meter en aquellos sitios pues los túneles que el recordaba eran mas aseados y alumbrados por no mencionar amplios y el factor huida.
Entrelazo su mano sobre la de Soren cerrando sus parpados con fiereza, haciendo un esfuerzo descomunal por dejarlos de aquella forma y unas amplias y pronunciadas arrugas comenzaron a formarse sobre su frente y el puente de su nariz, sus labios se apretaban amenazando con extinguirse –de acuerdo- susurro esforzándose por imaginarse la amplia estancia que le esperaba alla arriba, la mullida cama y una agradable compañía en un cálido calor hogareño. Porque confiaba en aquella persona mas que en ninguna otra –solo porque es contigo- repitió, en un insonoro sonido que traspaso las paredes rocosas hasta perderse en la lejanía.
Su pecho se movía agitado y aunque deseo en lo profundo de su alma negar su cabeza asintió y su mirada se desvió temerosa al túnel. Porque en el camino de venida le habia debido soltar para lograr pasar el tramo mas estrecho y ahora estaba seguro que si le volvia a soltar seria incapaz de finalizar el trayecto y quizas nunca antes se habia percatado de aquel latente miedo porque nunca antes se habia tenido que meter en aquellos sitios pues los túneles que el recordaba eran mas aseados y alumbrados por no mencionar amplios y el factor huida.
Entrelazo su mano sobre la de Soren cerrando sus parpados con fiereza, haciendo un esfuerzo descomunal por dejarlos de aquella forma y unas amplias y pronunciadas arrugas comenzaron a formarse sobre su frente y el puente de su nariz, sus labios se apretaban amenazando con extinguirse –de acuerdo- susurro esforzándose por imaginarse la amplia estancia que le esperaba alla arriba, la mullida cama y una agradable compañía en un cálido calor hogareño. Porque confiaba en aquella persona mas que en ninguna otra –solo porque es contigo- repitió, en un insonoro sonido que traspaso las paredes rocosas hasta perderse en la lejanía.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Anuar había aceptado finalmente. Soren suspiró abatido y se levantó procurando no erguirse del todo para no golpearse la cabeza, quizás sería mucho mejor si tuviera un candelabro, pero él no lo necesitaba así que nunca había llevado uno allí – Siento mucho no haber traído el candil para bajar aquí... pero no acostumbro a traerlo... así que lo olvidé – Le explicó guiándolo hacía la estrecha fisura para salir de allí – Lo único que tengo aquí es una espada – Continuó señalándole una esquina al lado de la improvisada cama – La mantengo allí... sólo por prevención, pero no he tenido que usarla desde que me vine a vivir aquí -
Tomó la mano de Anuar con fuerza, entrelazando sus dedos con los suyos y comenzó a caminar de regreso por el estrecho pasaje, procurando no soltarle aunque a veces le parecía imposible debido a lo pequeño que era, ese lugar estaba diseñado para que sólo una persona pasara a la vez y una muy delgada por cierto.
No finjas que te preocupa el muchacho Soren. Se que en el fondo disfrutas de su miedo, sabes lo delicioso que resulta morder a alguien en medio de un paroxismo de terror, la sangre sabe más delicioso ¿verdad?, es la adrenalina, es el olor del sudor en su piel, todo se convierte en una sinfonía desquiciante e irresistible.
Soren cerró los ojos mientras avanzaban con lentitud, intentando acallar esa maldita voz que sonaba exactamente como la suya, aunque un poco más ladina y odiosa, la voz de su propia consciencia. Era como si sus deseos más oscuros, su instinto animal y todas esas cosas que había adquirido una vez la sangre vampirica había transformado su cuerpo, hubiesen tomado consciencia propia y aparecieran de vez en cuando para atormentarlo. Ahora sabía que inclusive llevaba nombre propio y que no era más que el suyo pero al revés.
-No te dejaré ganar. No podrás salir. No esta noche. Déjame en paz – Susurró, porque sólo al escuchar su propia voz podía acallar la otra en su cabeza. Una risa diabólica hizo eco en su cabeza.
Pronto llegaron a la parte en la que, necesariamente debía soltarle. Soren se detuvo, mareado por el embriagador olor del miedo de su compañero.
Tomó la mano de Anuar con fuerza, entrelazando sus dedos con los suyos y comenzó a caminar de regreso por el estrecho pasaje, procurando no soltarle aunque a veces le parecía imposible debido a lo pequeño que era, ese lugar estaba diseñado para que sólo una persona pasara a la vez y una muy delgada por cierto.
No finjas que te preocupa el muchacho Soren. Se que en el fondo disfrutas de su miedo, sabes lo delicioso que resulta morder a alguien en medio de un paroxismo de terror, la sangre sabe más delicioso ¿verdad?, es la adrenalina, es el olor del sudor en su piel, todo se convierte en una sinfonía desquiciante e irresistible.
Soren cerró los ojos mientras avanzaban con lentitud, intentando acallar esa maldita voz que sonaba exactamente como la suya, aunque un poco más ladina y odiosa, la voz de su propia consciencia. Era como si sus deseos más oscuros, su instinto animal y todas esas cosas que había adquirido una vez la sangre vampirica había transformado su cuerpo, hubiesen tomado consciencia propia y aparecieran de vez en cuando para atormentarlo. Ahora sabía que inclusive llevaba nombre propio y que no era más que el suyo pero al revés.
-No te dejaré ganar. No podrás salir. No esta noche. Déjame en paz – Susurró, porque sólo al escuchar su propia voz podía acallar la otra en su cabeza. Una risa diabólica hizo eco en su cabeza.
Pronto llegaron a la parte en la que, necesariamente debía soltarle. Soren se detuvo, mareado por el embriagador olor del miedo de su compañero.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Las palabras del vampiro le parecieron distantes y deformes, como si la voz proviniese realmente del otro extremo del camino, deformándose ante las separaciones de camino y estrechos pasillos rocosos y le pareció que las palabras se quedaron levitando en el ambiente unos instantes, volviéndolo más pesado por unos instantes que le parecieron eternidades. Apretó sus parpados con fiereza como si de alguna forma intentase extinguirlos de su rostro para olvidar el lugar en el cual se entraba y la posible claustrofobia que comenzaba a desarrollar –seguramente nisiquiera lo hubiésemos podido pasar a través del laberinto- asevero y en voz baja porque aquellos pasadizos subterráneos se le figuraban a un laberinto quizás de algún relato de terror en el cual soltaban demonios por cazadores y perseguían a sus presas ¿no ocurría aquello en los relatos de la mitología griega? Su cuerpo tembló al imaginarse algún ser ajeno a ambos merodear aquellos lugares, no hacia falta nadie mas que sus pensamientos para atormentarle y hacerle temblar.
Se levanto cuando sintió que el cuerpo del vampiro asi lo hacia y le siguió hasta que su cuerpo tuvo que doblarse para entrar en aquella fina grieta en la pared, sentía como su pecho se oprimía doloroso contra la rugosa superficie, enrojeciendo la piel bajo la tela e hiriendo la que al descubierto quedaba porque lo habia intentado y su respiración no parecía dar tregua ni aminorar su ritmo -¿has dicho algo?- le cuestiono en voz baja al apreciar ciertas palabras aflorar de los labios de su guía.
Ceso el andar solo cuando el vampiro asi lo hizo y los parpados comenzaron a doler por la fuerza con que los mantenía cerrados -¿Por qué te detienes?- le cuestiono con la voz quebrándosele, la mano que venia libre palpo los limitantes del sitio –Soren…- aclamo su nombre en las tinieblas porque un ciego ahora era sujeto con fuerza la mano del ajeno porque prefería que le amputasen el brazo antes de verse obligado a soltarlo por voluntad.
Se levanto cuando sintió que el cuerpo del vampiro asi lo hacia y le siguió hasta que su cuerpo tuvo que doblarse para entrar en aquella fina grieta en la pared, sentía como su pecho se oprimía doloroso contra la rugosa superficie, enrojeciendo la piel bajo la tela e hiriendo la que al descubierto quedaba porque lo habia intentado y su respiración no parecía dar tregua ni aminorar su ritmo -¿has dicho algo?- le cuestiono en voz baja al apreciar ciertas palabras aflorar de los labios de su guía.
Ceso el andar solo cuando el vampiro asi lo hizo y los parpados comenzaron a doler por la fuerza con que los mantenía cerrados -¿Por qué te detienes?- le cuestiono con la voz quebrándosele, la mano que venia libre palpo los limitantes del sitio –Soren…- aclamo su nombre en las tinieblas porque un ciego ahora era sujeto con fuerza la mano del ajeno porque prefería que le amputasen el brazo antes de verse obligado a soltarlo por voluntad.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
-Nada... no he dicho nada – Mintió, pensando en si sería mejor que Anuar pasara primero, pero debido al tamaño del pasaje, sería imposible darle paso a Anuar para que este le adelantara. Así que tendría que ir primero y soltarle. - Se que te prometí no soltarte... pero debo hacerlo, no cabreemos si vamos los dos tan juntos – Le anunció, podía sentir el corazón del humano palpitando con fuerza, retumbando en su cabeza y haciendo éco imaginario en las paredes.
Que delicia.
El vampiro intentó alejar el sonido de ese corazón y no pensar en lo mucho que le apetecía ahora enterrar sus colmillos en el cuello de él y darle rienda a los instintos primarios.
“No tengo hambre, no tengo hambre, esto es absurdo” Se decía así mismo una y otra vez, pero pensar era una cosa y sentir otra. Había una gran contradicción entre lo que su cuerpo necesitaba en esos momentos y en lo que le dictaba la razón.
-Iré primero – Dijo al fin, soltándole la mano, sintiendo la suya húmeda, quizás por la transpiración del chico. Soren ya no recordaba como era sentirse nervioso a tal punto, pero conocía bien los síntomas pues muchas veces había sucumbido a la tentación de torturar a una desdichada alma en macabros juegos hasta el punto de que el miedo se lo tragara y así él pudiese beber triunfantemente de ese indefenso cuerpo.
La sensación de poder no tenía comparación.
Soren avanzó a paso lento, girándose constantemente para no perder de vista a Anuar y atravesó el tramo de varios metros que les separaban de la bifurcación en donde se podía ir por dos túneles a izquierda y derecha. Un chillido retumbó en el silencio de la gruta y un pequeño roedor, presumiblemente una rata pasó corriedo asustada por entre sus pies desnudos. El vampiro sintió la colita del animal fría y pegajosa contra los dedos de sus pies y aunque sonara extraño, sintió ganas de sonreír.
Que delicia.
El vampiro intentó alejar el sonido de ese corazón y no pensar en lo mucho que le apetecía ahora enterrar sus colmillos en el cuello de él y darle rienda a los instintos primarios.
“No tengo hambre, no tengo hambre, esto es absurdo” Se decía así mismo una y otra vez, pero pensar era una cosa y sentir otra. Había una gran contradicción entre lo que su cuerpo necesitaba en esos momentos y en lo que le dictaba la razón.
-Iré primero – Dijo al fin, soltándole la mano, sintiendo la suya húmeda, quizás por la transpiración del chico. Soren ya no recordaba como era sentirse nervioso a tal punto, pero conocía bien los síntomas pues muchas veces había sucumbido a la tentación de torturar a una desdichada alma en macabros juegos hasta el punto de que el miedo se lo tragara y así él pudiese beber triunfantemente de ese indefenso cuerpo.
La sensación de poder no tenía comparación.
Soren avanzó a paso lento, girándose constantemente para no perder de vista a Anuar y atravesó el tramo de varios metros que les separaban de la bifurcación en donde se podía ir por dos túneles a izquierda y derecha. Un chillido retumbó en el silencio de la gruta y un pequeño roedor, presumiblemente una rata pasó corriedo asustada por entre sus pies desnudos. El vampiro sintió la colita del animal fría y pegajosa contra los dedos de sus pies y aunque sonara extraño, sintió ganas de sonreír.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Aquellas palabras fueron una sentencia, alguna condena que debía pagar quizas por pecados cometidos, su mano se cernió fuertemente a la pared cuando el soporte de la mano ajena se desvaneció en el aire y por un segundo le pareció que no quedaba oxigeno en el ambiente, que su rostro de volvía lívido y su corazón cesaba de latir que alivio hubiese sido aquel mas aquellas sensaciones no fueron sino producto de su nerviosismo, habia comenzando a mal respirar, inhalando profundamente y suaves espasmos en su cuerpo, el aire entraba mas no salía y parecía tampoco permanecer dentro de su pecho “ tienes que tranquilizarte, jactándote siempre de tu serenidad y resulta ahora que los espacios pequeños te aterran” se burlo de si mismo comenzando a andar con paso inconstante y piernas temblorosas deteniéndose cada que el camino parecía ensancharse más.
A aquel paso con prontitud saldría de aquel espacio, regresarían a la sucia pero amplia estancia aunque seguirían bajo tierra era mejor que aquellos ductos. A salvo se encontraba ya en sus pensamientos, rodeado de amplios campos y soles inmensos, con aire fresco y una fontana a un lado suyo, bebía de ella y algun conejillo del campo brinco hasta sus pies…¿Cómo sentía aquello si era solo su imaginación? Alzo la pierna rasgando la tela de la pijama en gran medida comenzando a revolverse contra las paredes hasta lograr llegar a lado del vampiro aunque choco contra su espalda abriendo los parpados de par en par y el lugar no le pareció tan obscuro.
-¿Por qué camino hay que seguir?- le cuestiono porque Soren habia pasado tantas veces por aquella misma brecha que seguramente podia pasarla con los parpados cerrados y los sentidos apagados, se limpio la perlada superficie de la frente con la manga del jubón y fue consiente hasta aquel instante de los estragos en su ropa y cuerpo. Apoyo suavemente su hombro sobre el ajeno, buscando alguna especie de soporte en el mismo y si bien le habia mentido no llegaba a sentirse traicionado o engañado porque seguro estaba que de no haberle asegurado aquello no hubiese podido convencerle de regresar a aquel entierro.
A aquel paso con prontitud saldría de aquel espacio, regresarían a la sucia pero amplia estancia aunque seguirían bajo tierra era mejor que aquellos ductos. A salvo se encontraba ya en sus pensamientos, rodeado de amplios campos y soles inmensos, con aire fresco y una fontana a un lado suyo, bebía de ella y algun conejillo del campo brinco hasta sus pies…¿Cómo sentía aquello si era solo su imaginación? Alzo la pierna rasgando la tela de la pijama en gran medida comenzando a revolverse contra las paredes hasta lograr llegar a lado del vampiro aunque choco contra su espalda abriendo los parpados de par en par y el lugar no le pareció tan obscuro.
-¿Por qué camino hay que seguir?- le cuestiono porque Soren habia pasado tantas veces por aquella misma brecha que seguramente podia pasarla con los parpados cerrados y los sentidos apagados, se limpio la perlada superficie de la frente con la manga del jubón y fue consiente hasta aquel instante de los estragos en su ropa y cuerpo. Apoyo suavemente su hombro sobre el ajeno, buscando alguna especie de soporte en el mismo y si bien le habia mentido no llegaba a sentirse traicionado o engañado porque seguro estaba que de no haberle asegurado aquello no hubiese podido convencerle de regresar a aquel entierro.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Oh... mira como su corazoncito casi se detiene por pasar por un pequeño pasaje. Tonto humanito.
La odiosa voz seguía resonando en su interior y Soren sabía que era cierto. Había sentido los espasmos de Anuar al respirar y el acelerado palpitar de su corazón, porque en medio de ese sepulcral silencio, era imposible no notar su fuerte y entrecortada respiración y no aspirar el olor que expedía su cuerpo, una mezcla de sudor con incipientes gotitas de sangre allí donde las rocas habían logrado raspar la piel no cubierta por la pijama.
¿Vez porque tengo la razón Soren? Esta...cosa o como lo quieras llamar, no tiene futuro. Deseas comértelo y no en el buen sentido de la palabra, si es que hay un 'buen' sentido para eso.
Las manos de Soren se empuñaron mientras sus ojos se cerraban con fuerza. ¡Cállate¡ ¡Cállate! Se gritaba así mismo. Pero el monstruo no se daría por vencido fácilmente. Aquel era su dominio, el del miedo, la tentación y el pecado. Y Soren sabía que toda esa oscuridad vivía en su interior, pero no lograba acostumbrarse a ello aunque hubiesen pasado más de dos centurias.
¿Vas a controlar tus impulsos para siempre? ¿Que clase de felicidad es esa? No puedes ser completamente quien realmente eres, tienes que ser lo que él espera que seas, ¿un 'amante'? ¿un 'amigo'?. No Soren, tu no puedes ser sólo eso. También eres un depredador y él es una presa. Es la ley de la naturaleza. ¿Cuando has visto que un tigre se enamore de una gacela? Idiota.
La voz de Anuar lo sacó de sus ensoñaciones y abrió los ojos de par en par. Debía sacarlo de allí lo más pronto o se volvería loco con su olor. No quería aceptarlo pero, el chico corría peligro y no era por las ratas, cucarachas o bichos, no era por perderse y morir de inanición en esos corredores sin salida.
Yo... yo soy el mayor peligro.
...Izquierda – Balbuceó y lo tomó del brazo, por la pijama, ya no quería tocar su piel. Avanzó tan rápido como creyó podría caminar Anuar por los amplios corredores que seguían luego, torciendo aquí y allá en las esquinas, en un camino que había memorizado desde el primer mes en que se había instalado allí, pronto muy pronto saldrían, dios, nunca había añorado tanto ver la luz del candil como ahora. - Ya casi... resiste un poco más – Exclamó aunque fue más para si mismo que para Anuar.
Que vergüenza. Eres la vergüenza de nuestra raza.
La odiosa voz seguía resonando en su interior y Soren sabía que era cierto. Había sentido los espasmos de Anuar al respirar y el acelerado palpitar de su corazón, porque en medio de ese sepulcral silencio, era imposible no notar su fuerte y entrecortada respiración y no aspirar el olor que expedía su cuerpo, una mezcla de sudor con incipientes gotitas de sangre allí donde las rocas habían logrado raspar la piel no cubierta por la pijama.
¿Vez porque tengo la razón Soren? Esta...cosa o como lo quieras llamar, no tiene futuro. Deseas comértelo y no en el buen sentido de la palabra, si es que hay un 'buen' sentido para eso.
Las manos de Soren se empuñaron mientras sus ojos se cerraban con fuerza. ¡Cállate¡ ¡Cállate! Se gritaba así mismo. Pero el monstruo no se daría por vencido fácilmente. Aquel era su dominio, el del miedo, la tentación y el pecado. Y Soren sabía que toda esa oscuridad vivía en su interior, pero no lograba acostumbrarse a ello aunque hubiesen pasado más de dos centurias.
¿Vas a controlar tus impulsos para siempre? ¿Que clase de felicidad es esa? No puedes ser completamente quien realmente eres, tienes que ser lo que él espera que seas, ¿un 'amante'? ¿un 'amigo'?. No Soren, tu no puedes ser sólo eso. También eres un depredador y él es una presa. Es la ley de la naturaleza. ¿Cuando has visto que un tigre se enamore de una gacela? Idiota.
La voz de Anuar lo sacó de sus ensoñaciones y abrió los ojos de par en par. Debía sacarlo de allí lo más pronto o se volvería loco con su olor. No quería aceptarlo pero, el chico corría peligro y no era por las ratas, cucarachas o bichos, no era por perderse y morir de inanición en esos corredores sin salida.
Yo... yo soy el mayor peligro.
...Izquierda – Balbuceó y lo tomó del brazo, por la pijama, ya no quería tocar su piel. Avanzó tan rápido como creyó podría caminar Anuar por los amplios corredores que seguían luego, torciendo aquí y allá en las esquinas, en un camino que había memorizado desde el primer mes en que se había instalado allí, pronto muy pronto saldrían, dios, nunca había añorado tanto ver la luz del candil como ahora. - Ya casi... resiste un poco más – Exclamó aunque fue más para si mismo que para Anuar.
Que vergüenza. Eres la vergüenza de nuestra raza.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Le siguió justo por detrás sin perder el equilibrio, observaba el lugar a su alrededor y si bien aun nervioso aquella agitada respiración causada por el encierro comenzaba a hacerse insonora porque nunca habia temido de la obscuridad o las cucarachas, las tinieblas se cernían ante el diariamente y no era sino el sentirse encerrado y enjaulado el motivo por el cual sus miedos mas profundos despertaban como de algun letargo del cual nunca antes habían sido despertados, porque nunca antes se habia visto sumido en una lugar como aquel.
“No me estoy muriendo” pensó al escuchar aquella frase de cansancio pensando que aquello debía ser gracioso a ojos del vampiro, tan acostumbrado a aquel sitio, a la penumbra y la suciedad pues debía recordar aquella ocasión en que una semana bajo tierra habia pasado y le habia encontrado en el puerto, con el cabello revuelto con tierra y gusanos y la ropa oliéndole a humedad, una semana en compañía de aquellos seres y sus pensamientos, porque habia intentado huir de la realidad, habia intentado alejarse de el mismo.
Las pisadas de las ratas y el crujir de algunas extrañas cosas bajo sus pies le revolvieron el estomago y no dudo que terminaría regurgitando todo lo que aquella noche habia ingerido de no apaciguar aquellos pensamientos y olvidar los sonidos que hasta sus oídos llegaban con claridad y sin obstáculos. Mantenia la espalda encorvada y la mirada fija en el suelo para no pisar ningun extraño ser u objeto, no deseaba y en verdad añoraba, no pisar ninguna rata pues su peso seguramente terminaría haciendo chillar y moriría con algun derrame interno, quizas los ojos se saldrían de sus orbitas y escupiría lo que dentro llevaba.
Cubrió su boca con la mano libre reprimiendo aquel impulso humano, pensando en mejores cosas, como la luz del candil desmayado alla en la superficie, agua para limpiar sus piernas y heridas, una mullida cama sobre la cual dormir “no le temes a demonios pero si a lugares pequeños” pensó, y quizas el temor iba mas alla del sentido literario quizas temia de encerrarse en si mismo, habia un mar de posibilidades y ninguna le parecía certera. Alzo la mirada apartando la mano de sus labios al sentir un metálico sabor de boca y las manos le comenzaron a arder por el perlado y salado sudor comenzaba a introducirse en las cortadas.
“No me estoy muriendo” pensó al escuchar aquella frase de cansancio pensando que aquello debía ser gracioso a ojos del vampiro, tan acostumbrado a aquel sitio, a la penumbra y la suciedad pues debía recordar aquella ocasión en que una semana bajo tierra habia pasado y le habia encontrado en el puerto, con el cabello revuelto con tierra y gusanos y la ropa oliéndole a humedad, una semana en compañía de aquellos seres y sus pensamientos, porque habia intentado huir de la realidad, habia intentado alejarse de el mismo.
Las pisadas de las ratas y el crujir de algunas extrañas cosas bajo sus pies le revolvieron el estomago y no dudo que terminaría regurgitando todo lo que aquella noche habia ingerido de no apaciguar aquellos pensamientos y olvidar los sonidos que hasta sus oídos llegaban con claridad y sin obstáculos. Mantenia la espalda encorvada y la mirada fija en el suelo para no pisar ningun extraño ser u objeto, no deseaba y en verdad añoraba, no pisar ninguna rata pues su peso seguramente terminaría haciendo chillar y moriría con algun derrame interno, quizas los ojos se saldrían de sus orbitas y escupiría lo que dentro llevaba.
Cubrió su boca con la mano libre reprimiendo aquel impulso humano, pensando en mejores cosas, como la luz del candil desmayado alla en la superficie, agua para limpiar sus piernas y heridas, una mullida cama sobre la cual dormir “no le temes a demonios pero si a lugares pequeños” pensó, y quizas el temor iba mas alla del sentido literario quizas temia de encerrarse en si mismo, habia un mar de posibilidades y ninguna le parecía certera. Alzo la mirada apartando la mano de sus labios al sentir un metálico sabor de boca y las manos le comenzaron a arder por el perlado y salado sudor comenzaba a introducirse en las cortadas.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
No había sido una buena idea ¿Como demonios se le había ocurrido llevarlo allí sin más? Una vez más, era un idiota sin sentido común para variar. Las cosas iban bien hasta ese momento, pensaba mientras seguían caminando, intentando no mirar a Anuar e intentando ignorar todas las señales que el cuerpo de este le mandaba, recordandole lo vulnerable que era y lo delicioso que sería ahora morderlo.
Las cosas iban, bien, no perfecto, aunque Anuar hubiese dicho que lo había sido, Soren se pondría un 8 de 10 porque el pastel había quedado horrible, tenía más forma de plasta que de un pastel con todas las de la ley como eran ofrecidos en los escaparates de la panadería. En cuanto al encuentro carnal, podría Soren afirmar con toda confianza que para él había sido un 11 de 10, porque había superado sus expectativas, pero no estaba muy seguro de que Anuar hubiese tocado el cielo con sus manos, pues estaba demasiado concentrado en mantener la técnica mental.
Aún así y con todos esos inconvenientes, la noche había estado bien, muy bien, genial e inolvidable, (para el vampiro claro) porque Anuar estaría odiándole al salir a la superficie y tendría el recuerdo más asqueroso de una noche de cumpleaños. ¿Y es que a quien le gustaría pasar su cumpleaños caminando por oscuros y húmedos túneles y pisando toda clase de bichos con los pies desnudos?
El silencio incómodo que los envolvió lo afectó más de lo que hubiese querido. Y cuando entraron al cuarto que tenía la mesa de madera al fondo con las armas ocultas en sus vainas de cuero, Soren sintió como si el alma le regresaba al cuerpo. ¡A la superficie fin! Pensó dando un salto frenético hasta las escaleras y con más fuerza de la necesaria abrió la trampilla de madera que daba con la habitación. La luz lánguida y amarillenta del candil se derramó perezosa por el agujero, como un lento riachuelo de alquitrán.
Soren se giró y tomó a Anuar de los brazos para sacarlo primero de allí, con una facilidad inhumana levantó el cuerpo del chico y lo impulsó hacía afuera del agujero dejándolo sentado en el borde. La luz bañó el rostro húmedo y las facciones aterradas de Anuar y Soren sintió un poderoso deseo de quedarse allí escondido en la oscuridad, entre esos túneles olvidados por Dios, para no volver a salir nunca más.
Las cosas iban, bien, no perfecto, aunque Anuar hubiese dicho que lo había sido, Soren se pondría un 8 de 10 porque el pastel había quedado horrible, tenía más forma de plasta que de un pastel con todas las de la ley como eran ofrecidos en los escaparates de la panadería. En cuanto al encuentro carnal, podría Soren afirmar con toda confianza que para él había sido un 11 de 10, porque había superado sus expectativas, pero no estaba muy seguro de que Anuar hubiese tocado el cielo con sus manos, pues estaba demasiado concentrado en mantener la técnica mental.
Aún así y con todos esos inconvenientes, la noche había estado bien, muy bien, genial e inolvidable, (para el vampiro claro) porque Anuar estaría odiándole al salir a la superficie y tendría el recuerdo más asqueroso de una noche de cumpleaños. ¿Y es que a quien le gustaría pasar su cumpleaños caminando por oscuros y húmedos túneles y pisando toda clase de bichos con los pies desnudos?
El silencio incómodo que los envolvió lo afectó más de lo que hubiese querido. Y cuando entraron al cuarto que tenía la mesa de madera al fondo con las armas ocultas en sus vainas de cuero, Soren sintió como si el alma le regresaba al cuerpo. ¡A la superficie fin! Pensó dando un salto frenético hasta las escaleras y con más fuerza de la necesaria abrió la trampilla de madera que daba con la habitación. La luz lánguida y amarillenta del candil se derramó perezosa por el agujero, como un lento riachuelo de alquitrán.
Soren se giró y tomó a Anuar de los brazos para sacarlo primero de allí, con una facilidad inhumana levantó el cuerpo del chico y lo impulsó hacía afuera del agujero dejándolo sentado en el borde. La luz bañó el rostro húmedo y las facciones aterradas de Anuar y Soren sintió un poderoso deseo de quedarse allí escondido en la oscuridad, entre esos túneles olvidados por Dios, para no volver a salir nunca más.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Bendijo a los cielos y los mares cuando sus orbes chocaron con la luz del candil aquella que lentamente comenzaba a consumirse al igual que las horas, sin tregua decidían avanzar como un ejército bien entrenado, con un sequito que se encargaba de atormentar y erradicar al animal y plantar a su vez en aheleo y las ansias que consigo avanzaban en primera fila, suspiro y en aquel suspiro dejo escapar sus pesares para disolverse en el aire y perderse. Repto sobre el suelo de madera lejos de aquel agujero que consumía la luz del sitio y en dirección del cuenco con agua con el cual lavaría sus pies, no deseaba verlos asqueado ante la idea del sin fin de animalejos y suciedades que podrían estar adheridos ahora a sus plantas.
Lo alcanzo reptando, hundiendo la mano hasta tocaron el trapo y sintiendo como el jabon profundizaba en las heridas ardiéndole, un dolor soportable –lamento haber roto tu pijama- susurro escondido del otro lado de la cama, remojando sus pies con el agua, observando los girones que estaban hechos la tela y su propia piel lacerada en varias partes, en sus dedos tenia cortadas que atravesaban de forma horizontal en la parte visible y vertical donde la piel era menos firme, no supo bien como pero a una de sus uñas le faltaba la mitad superior dejando entrever una diminuta parte de la carne que debía esconderse bajo la misma y en aquel sitio parecía ser la mayor cantidad de heridas posiblemente por ir al descubierto y siempre cerca del suelo y las rocas.
-Soren…- llamo en voz baja levantándose, sin inmutarse por oprimir las heridas y lastimarlas aun mas, avanzo algunos pasos asomando el rostro de lado ¿y si habia sido aquello alguna prueba? ¿y si debería haber mostrado coraje y no debilidad? Mordió su labio inferior alzándose los pantaloncillos que comenzaban a caer.
Lo alcanzo reptando, hundiendo la mano hasta tocaron el trapo y sintiendo como el jabon profundizaba en las heridas ardiéndole, un dolor soportable –lamento haber roto tu pijama- susurro escondido del otro lado de la cama, remojando sus pies con el agua, observando los girones que estaban hechos la tela y su propia piel lacerada en varias partes, en sus dedos tenia cortadas que atravesaban de forma horizontal en la parte visible y vertical donde la piel era menos firme, no supo bien como pero a una de sus uñas le faltaba la mitad superior dejando entrever una diminuta parte de la carne que debía esconderse bajo la misma y en aquel sitio parecía ser la mayor cantidad de heridas posiblemente por ir al descubierto y siempre cerca del suelo y las rocas.
-Soren…- llamo en voz baja levantándose, sin inmutarse por oprimir las heridas y lastimarlas aun mas, avanzo algunos pasos asomando el rostro de lado ¿y si habia sido aquello alguna prueba? ¿y si debería haber mostrado coraje y no debilidad? Mordió su labio inferior alzándose los pantaloncillos que comenzaban a caer.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
A Soren no le importaba la pijama rota, eso era lo de menos, escuchó a Anuar gateando por la superficie y luego escuchó el sonido del agua en el cuento, seguramente se estaba lavando los mugrosos pies. De nuevo una sensación nauseabunda le revolvió el vientre, no por el mugre obviamente, sino por el hecho de haber causado todo aquello innecesariamente. Ahora comprendía el porque de las palabras de Bahir, al decir que él le había dado vida a muchos de los temores de Anuar. Sin duda alguna ese era un ejemplo.
Subió los escalones con la intención de salir de allí de una vez por todas, pero apenas si su cabello cenizo y revuelto asomó por encima de la trampilla el eco de una voz conocida se escuchó en su interior.
Si sales a la habitación, te juro Soren que no te obedeceré y saltaré sobre ese chico y le enterraré tan fuertemente los colmillos en el cuello que se lo desgarraré. Podemos matar de un sólo mordisco ¿Lo recuerdas verdad? Pobre vieja, apenas si pudo respirar un par de veces antes de que nuestros colmillos le rompieran las vías respiratorias.
Soren se quedó quieto como una estatua, si bien su monstruo interior le guiaba y le sugería hacer cosas, nunca le había amenazado tan firmemente como ahora. ¿Aquello era una amenaza o una advertencia? Su pierna derecha vaciló en el escalón detenida en el tiempo sin poder avanzar.
Eso es, si lo quieres con vida, más te vale no salir, porque no me resistiré a tan delicioso bocadillo expuesto en bandeja de plata, no te permitiré reprimirme, no me controlarás y te juro que lo morderé.
El vampiro agarró la trampilla con la mano izquierda y la cerró con un golpe certero asustado por sus propios pensamientos, le corrió el pestillo por dentro para que no pudiera ser abierta desde arriba, tal y como hacía todas las noches antes de irse a dormir y sus rodillas flaquearon, cayendo sentado en los escalones de espaldas a la pequeña puerta ahora cerrada. Se llevó ambas manos a los costados de la cabeza y la hundió entre sus rodillas.
- Y...o... me quedaré un rato más aquí... - Murmuró con una voz que pretendía sonar casual, pero manchada con la culpa y el miedo.
Subió los escalones con la intención de salir de allí de una vez por todas, pero apenas si su cabello cenizo y revuelto asomó por encima de la trampilla el eco de una voz conocida se escuchó en su interior.
Si sales a la habitación, te juro Soren que no te obedeceré y saltaré sobre ese chico y le enterraré tan fuertemente los colmillos en el cuello que se lo desgarraré. Podemos matar de un sólo mordisco ¿Lo recuerdas verdad? Pobre vieja, apenas si pudo respirar un par de veces antes de que nuestros colmillos le rompieran las vías respiratorias.
Soren se quedó quieto como una estatua, si bien su monstruo interior le guiaba y le sugería hacer cosas, nunca le había amenazado tan firmemente como ahora. ¿Aquello era una amenaza o una advertencia? Su pierna derecha vaciló en el escalón detenida en el tiempo sin poder avanzar.
Eso es, si lo quieres con vida, más te vale no salir, porque no me resistiré a tan delicioso bocadillo expuesto en bandeja de plata, no te permitiré reprimirme, no me controlarás y te juro que lo morderé.
El vampiro agarró la trampilla con la mano izquierda y la cerró con un golpe certero asustado por sus propios pensamientos, le corrió el pestillo por dentro para que no pudiera ser abierta desde arriba, tal y como hacía todas las noches antes de irse a dormir y sus rodillas flaquearon, cayendo sentado en los escalones de espaldas a la pequeña puerta ahora cerrada. Se llevó ambas manos a los costados de la cabeza y la hundió entre sus rodillas.
- Y...o... me quedaré un rato más aquí... - Murmuró con una voz que pretendía sonar casual, pero manchada con la culpa y el miedo.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Cerro los parpados de sopetón dando un amplio respingo en aquel mismo sitio sobre el cual estaba erguido y en el que un diminuto charco de agua y restos de sangre y mugre se había formado como vestigio de lo que había sido, avanzó los pocos pasos que le quedaban de lejanía en dirección a la trampilla que del otro lado de la cama se veía oculta por aquel mismo objeto de colosas dimensiones, aquello en comparación de su propia cama, y no fue menor la sorpresa al verle cerrada aun después de escuchado el estruendo.
Se sentó cerca de ahí intentando levantarla de forma inútil, toco repetidas veces escuchando su voz tintineante y nerviosa -¿ha ocurrido algo?- le cuestiono en voz baja apoyando sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre sus nudillos, olía ahora a jabón aunque la suciedad se había quedado impresa bajo sus uñas como una capa de su propio ser. Relamió sus labios entrecerrando los parpados para aguardar con paciencia a que aquella puerta decidiera abrirse y dejar la figura que tan bien conocía ya porque estaba seguro que aun faltando alguno de sus sentidos los demás lograrían acertar.
Suspiro ampliamente observando aquel dedo ahora deforme no por ser verdad sino ante la vista de cualquiera, la piel rosada que había quedado ahora expuesta lucia arrugada y tersa, quizás con algunas posibles venas y terminaciones al descubierto y los bordes de la uña irregulares y en diagonal no hacían de aquella escena algo mucho mejor. Mordisqueo el interior de su mejilla cuestionándose si había dicho o hecho algo indigno para que el vampiro decidiera quedarse allá abajo un rato mas, o quizás le estaba mintiendo y realmente regresaría por aquel trayecto y se escondería en su cripta para prepararse al amanecer y tendría entonces que aguardar quizás una semana para que volviese a salir.
-¿te has molestado?- cuestiono finalmente porque comprendía después de tantos tropiezos y seguramente después lo olvidaría, que las cosas acalladas comenzaban a juntarse en lo fondo del ser y tarde o temprano estas terminaban explotando o siendo peor obstruyendo mejores cosas.
Se sentó cerca de ahí intentando levantarla de forma inútil, toco repetidas veces escuchando su voz tintineante y nerviosa -¿ha ocurrido algo?- le cuestiono en voz baja apoyando sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre sus nudillos, olía ahora a jabón aunque la suciedad se había quedado impresa bajo sus uñas como una capa de su propio ser. Relamió sus labios entrecerrando los parpados para aguardar con paciencia a que aquella puerta decidiera abrirse y dejar la figura que tan bien conocía ya porque estaba seguro que aun faltando alguno de sus sentidos los demás lograrían acertar.
Suspiro ampliamente observando aquel dedo ahora deforme no por ser verdad sino ante la vista de cualquiera, la piel rosada que había quedado ahora expuesta lucia arrugada y tersa, quizás con algunas posibles venas y terminaciones al descubierto y los bordes de la uña irregulares y en diagonal no hacían de aquella escena algo mucho mejor. Mordisqueo el interior de su mejilla cuestionándose si había dicho o hecho algo indigno para que el vampiro decidiera quedarse allá abajo un rato mas, o quizás le estaba mintiendo y realmente regresaría por aquel trayecto y se escondería en su cripta para prepararse al amanecer y tendría entonces que aguardar quizás una semana para que volviese a salir.
-¿te has molestado?- cuestiono finalmente porque comprendía después de tantos tropiezos y seguramente después lo olvidaría, que las cosas acalladas comenzaban a juntarse en lo fondo del ser y tarde o temprano estas terminaban explotando o siendo peor obstruyendo mejores cosas.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Anuar insistía una y otra vez, tocando la puertilla y Soren sabía que seguiría insistiendo hasta no encontrar una respuesta, porque había aprendido a conocerle y sabía lo terco que podía llegar a ser. ¿Pero que podría decirle? ¡Oh, no estoy molesto, es sólo que tengo ganas de asesinarte?. Dios, no podía tan siquiera encontrarle una razón lógica a aquello, o quizás no existía razón para algo como eso, para el deseo y para los instintos.
Tal y como Neros, había dicho, no podía un tigre enamorarse de una Gacela, porque tarde o temprano intentaría devorarla. ¿Como podía explicarle aquello? Oh, no estoy molesto, es sólo que tu miedo me resulta excitante y deseo morderte para hacerte daño. No. aquello era una locura. Por primera vez Soren sentía que haber dejado entrar al humano tan profundo en su corazón había sido una locura.
Estuvo mal desde un principio ¿Y apenas vienes a darte cuenta? Tonto Soren, como siempre tan lento.
Y Soren no quería cometer una atrocidad, no quería reaccionar y darse cuenta de que el cuerpo inerte y empapado en sangre de Anuar yacía entre sus brazos luego de un momento de frenesí. El problema era que, con lo sucedido en ese túnel, con todo lo que sintió al verle de aquella manera, estaba seguro de que podría hacerlo.
-No se...como explicarlo – Dijo al fin y aquello era quizás lo más sincero que había podido decir – No puedo salir... no aún... yo... -
Vámos, dícelo Soren. ¿No te jactabas de que tenías confianza absoluta con él? ¿Que podías decirle todo?
El vampiro se giró y con sus manos acarició la superficie de las tablas, sus ojos azules siendo visibles a través de las rendijas de estas gracias a la luz del candil, unos ojos que, sin decir nada, contenían toda la angustia que en esos momentos sentía.
-¿Podrías esperar un poco? - Le preguntó tragando saliva – Sólo...un rato más... por favor -
Tiempo, eso era lo que necesitaba.
Tal y como Neros, había dicho, no podía un tigre enamorarse de una Gacela, porque tarde o temprano intentaría devorarla. ¿Como podía explicarle aquello? Oh, no estoy molesto, es sólo que tu miedo me resulta excitante y deseo morderte para hacerte daño. No. aquello era una locura. Por primera vez Soren sentía que haber dejado entrar al humano tan profundo en su corazón había sido una locura.
Estuvo mal desde un principio ¿Y apenas vienes a darte cuenta? Tonto Soren, como siempre tan lento.
Y Soren no quería cometer una atrocidad, no quería reaccionar y darse cuenta de que el cuerpo inerte y empapado en sangre de Anuar yacía entre sus brazos luego de un momento de frenesí. El problema era que, con lo sucedido en ese túnel, con todo lo que sintió al verle de aquella manera, estaba seguro de que podría hacerlo.
-No se...como explicarlo – Dijo al fin y aquello era quizás lo más sincero que había podido decir – No puedo salir... no aún... yo... -
Vámos, dícelo Soren. ¿No te jactabas de que tenías confianza absoluta con él? ¿Que podías decirle todo?
El vampiro se giró y con sus manos acarició la superficie de las tablas, sus ojos azules siendo visibles a través de las rendijas de estas gracias a la luz del candil, unos ojos que, sin decir nada, contenían toda la angustia que en esos momentos sentía.
-¿Podrías esperar un poco? - Le preguntó tragando saliva – Sólo...un rato más... por favor -
Tiempo, eso era lo que necesitaba.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Escucho como el sonido se colaba por las rendijas de la madera y sintió curiosidad y miedo de lo que allá abajo pudiese estar sucediendo. Apoyo sus manos heridas sobre el suelo e inclino su cuerpo hacia enfrente para lograr ver por encima las rendijas y diviso un destello que bien pudiendo ser de algún vidrio u objeto metálico le parecieron mas un mar de incógnitas y temores un destello que bien no pudiendo significar nada le habían dicho todo –puedo aguardar toda una vida aquí…solo quiero saber si estas bien- asevero abigarrado por el inusual comportamiento del vampiro quizás producto del propio.
Rozo con su dedo índice lo largo de las tablas solo para después levantarse y sentarse sobre la mullida cama la cual pareció no percibir el peso del humano al no haber chillado ni gemido lastimeramente como si en el acto fuese a romperse en dos y dejarle caer de sentón al suelo el cual habiendo recibido también el impacto se habría quebrado haciendo caer a aquel dédalo de suciedad y miseria porque aun y pese a haberse lavado sentía su cuerpo terroso y sucio, una suciedad que comenzaba a creer el agua no podría limpiar.
Alzo las piernas doblándolas sobre la cama, procurando no ludir su pie contra ningún objeto que pudiese dañarle aun mas -¿quieres que nos quedemos en silencio o prefieres conversar?- le cuestiono con una voz que no pareció alzarse sino caer al instante al suelo, atravesando las capas de suelo hasta llegar al centro de la tierra y aquel mundo perfecto que el libros de aventuras y acción se describía, con nenúfares que doblaban la altura de un hombre y mariposas capaces de cargar pesadas vacas, claro, eso si las mariposas cargasen vacas.
Desvió la mirada al candil y por un segundo se le antojo apagar aquella lánguida lengua de fuego con un soplo desde su lugar, como si de alguna forma pudiese controlar aquel elemento y cernir la habitación en la penumbra de la noche, observando a los demonios que en ella habitaban. Se dejo caer de espaldas en la cama, observando el cielo raso con el vientre al descubierto y las ideas agolpándose en sus sienes, haciéndole latir con vigor y estruendo y no supo deducir bien, cuanto tiempo mas podría estar de pie.
Rozo con su dedo índice lo largo de las tablas solo para después levantarse y sentarse sobre la mullida cama la cual pareció no percibir el peso del humano al no haber chillado ni gemido lastimeramente como si en el acto fuese a romperse en dos y dejarle caer de sentón al suelo el cual habiendo recibido también el impacto se habría quebrado haciendo caer a aquel dédalo de suciedad y miseria porque aun y pese a haberse lavado sentía su cuerpo terroso y sucio, una suciedad que comenzaba a creer el agua no podría limpiar.
Alzo las piernas doblándolas sobre la cama, procurando no ludir su pie contra ningún objeto que pudiese dañarle aun mas -¿quieres que nos quedemos en silencio o prefieres conversar?- le cuestiono con una voz que no pareció alzarse sino caer al instante al suelo, atravesando las capas de suelo hasta llegar al centro de la tierra y aquel mundo perfecto que el libros de aventuras y acción se describía, con nenúfares que doblaban la altura de un hombre y mariposas capaces de cargar pesadas vacas, claro, eso si las mariposas cargasen vacas.
Desvió la mirada al candil y por un segundo se le antojo apagar aquella lánguida lengua de fuego con un soplo desde su lugar, como si de alguna forma pudiese controlar aquel elemento y cernir la habitación en la penumbra de la noche, observando a los demonios que en ella habitaban. Se dejo caer de espaldas en la cama, observando el cielo raso con el vientre al descubierto y las ideas agolpándose en sus sienes, haciéndole latir con vigor y estruendo y no supo deducir bien, cuanto tiempo mas podría estar de pie.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
Sólo necesitaba tiempo para que los deseos malsanos y desagradables que se cernían en su interior. Porque sabía que tarde o temprano desaparecerían y él podría ser el Soren de siempre, el que disfrutaba de la compañía de Anuar y deseaba sólo su felicidad. Aunque también... tarde o temprano volvería a sentir el impulso de morderlo, volvería a disfrutar de su miedo cruelmente, su sangre le seduciría aún cuando no estuviese hambriento, justo como ahora.
Y es que aquella era la primera vez desde que le conocía que sentía tan fuertemente la necesidad de enterrar sus colmillos en su cuello, quizás porque era la primera vez que lo sentía tan asustado, sinceramente asustado desde el corazón. Recordaba que Anuar siempre se había mostrado valiente y tranquilo, aún cuando su vida corría peligro, ni siquiera teniendo a un lupino transformado a punto de atacar. Y Soren parecía haber olvidado lo que se sentía el miedo de una presa, ese poderoso almizcle que volvía loco a cualquier predador.
La voz del humano lo sacó de sus pensamientos, le escuchó caminar por el techo y posteriormente sentarse en la cama, aunque esta no chilló audiblemente, Soren lo escuchó con sus sensibles oídos. Quedarse en silencio no estaría mal, pensaba a él siempre le había gustado más el silencio que el ruido y eso era una gran ventaja para un ser que se pasaba la eternidad en soledad.
-Conversar es..ta bien – Murmuró girándose para quedar sentado de nuevo en los escalones que daban con la recámara inferior – Anuar... nunca has pensado que... ¿Corres peligro a mi lado? - Preguntó al fin – Sabes lo que soy y lo que podría hacer si perdiera el control ¿no? - Se llevó las manos a las rodillas con el rostro cabizbajo. Olfateó el aire y entonces notó que Anuar se había lavado parte de las heridas, ya no olía tanto a sangre como antes y se le ocurrió una idea.
- ¿Podrías hacerme un favor? - Le preguntó de nuevo – Se que sonará extraño pero... ¿Podrías darte una ducha? El baño queda al lado de la cocina... es que... el olor de tu sangre... - Carraspeó, el olor de su sangre mezclado con el sudor producto del miedo resultaba embriagador tanto o más que el sexo, no eso no podría decircelo ¿Que pensaría Anuar de él? - Tu olor me perturba... – Dijo al fin, avergonzado.
Y es que aquella era la primera vez desde que le conocía que sentía tan fuertemente la necesidad de enterrar sus colmillos en su cuello, quizás porque era la primera vez que lo sentía tan asustado, sinceramente asustado desde el corazón. Recordaba que Anuar siempre se había mostrado valiente y tranquilo, aún cuando su vida corría peligro, ni siquiera teniendo a un lupino transformado a punto de atacar. Y Soren parecía haber olvidado lo que se sentía el miedo de una presa, ese poderoso almizcle que volvía loco a cualquier predador.
La voz del humano lo sacó de sus pensamientos, le escuchó caminar por el techo y posteriormente sentarse en la cama, aunque esta no chilló audiblemente, Soren lo escuchó con sus sensibles oídos. Quedarse en silencio no estaría mal, pensaba a él siempre le había gustado más el silencio que el ruido y eso era una gran ventaja para un ser que se pasaba la eternidad en soledad.
-Conversar es..ta bien – Murmuró girándose para quedar sentado de nuevo en los escalones que daban con la recámara inferior – Anuar... nunca has pensado que... ¿Corres peligro a mi lado? - Preguntó al fin – Sabes lo que soy y lo que podría hacer si perdiera el control ¿no? - Se llevó las manos a las rodillas con el rostro cabizbajo. Olfateó el aire y entonces notó que Anuar se había lavado parte de las heridas, ya no olía tanto a sangre como antes y se le ocurrió una idea.
- ¿Podrías hacerme un favor? - Le preguntó de nuevo – Se que sonará extraño pero... ¿Podrías darte una ducha? El baño queda al lado de la cocina... es que... el olor de tu sangre... - Carraspeó, el olor de su sangre mezclado con el sudor producto del miedo resultaba embriagador tanto o más que el sexo, no eso no podría decircelo ¿Que pensaría Anuar de él? - Tu olor me perturba... – Dijo al fin, avergonzado.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Vainilla, osos y arañas de colores (+ 18 / Anuar)
-lo pensé mucho los primeros meses quizás más de lo necesario- susurro porque comprendía que las cosas que a el le habían quedado claras en antaño seguían siendo turbias y objeto de cuestionamientos para el vampiro, incógnitas que el habia logrado resolver en los primeros meses de aquella relación y otras tantas que habia logrado comprobar y analizar en los meses siguientes mas no y asi descartaba que con el tiempo una centena mas de cuestiones se formularían en su cabeza y algunas no tendrían motivo de ser y aun asi existirían y serian aquellas las que le harían dudar.
-pero aun después del incidente con Erkki y de lo ocurrido en el manantial en el bosque comprendí…que no es a la muerte a lo que temo- ¿Qué mal habia en eso? Era lo único que al ser humano podría estar seguro aspirar a ser y tarde o temprano ocurriría, porque vida y muerte iban de la mano y juntas habían nacido –eres un vampiro, te alimentar de sangre sé que soy tu presa natural pero…¿Cómo vivir temeroso de las cosas? El mismo riesgo correría andando por los callejones bien entrada la noche, un humano un vampiro, un lupino quizas- y corria el mismo peligro sin ninguna alegría en contribución.
Se levanto con galbana de la cama comprendiendo ahora el motivo de aquellas acciones, se habia visto tentado a morderle y era por ello que se mantenía bajo tierra se cuestiono entonces que seria capaz de hacer si el vampiro en frenesí amenazaba como drenarle la sangre “no harías nada Anuar porque que muerte mas dulce que morir en brazos de quien amas” un escalofrió le recorrió la espalda al pensar en aquello y sintió como el vello de la nuca se le erizaba. No dijo mas y con paso lento salió de la habitación cerrando detrás de el no sin antes tomar el candil y dejar el lugar en completa obscuridad.
Avanzo a través de la sala iluminando la puerta de la cocina y siguiendo hasta topar con otra, pasando la cocina, aquella debía ser, se quedo unos instantes observando la ventana en cubierta girando sobre sus talones para observar seguidamente la estancia con todos aquellos libros compilados y arrumbados y se cuestiono en que momento se habia hecho decidido llegar a aquel punto, en que momento su corazón se habia decidido suicidar ante aquel sentimiento porque amar era un gesto suicida no importaba que –esque tu no lo decidiste- murmuro suspirando ampliamente, entro en la estancia del baño cerrando detrás de el ubicando el candil en algun sitio en que pudiese alumbrar con claridad, avanzo algunos pasos hasta dar con una cubeta llena de agua y una especie de amplio plato flotando en la misma, bien podría haber calentado el agua y cierto era que debería haberlo hecho mas lo anhelaba sentir aquel cálido tacto sobre su piel.
Tomo el cuenco y lo vacio tres veces en la parte superior del artefacto que en una esquina se encontraba, seria un cube tazo de agua fría y en lo mínimo le importaba. Se despojo de toda prenda con parsimonia, dejándolas a un lado del cuenco para ubicarse bajo la boquilla por la cual saldría el agua y su cuerpo se tenso antes de sentir aquel tacto de cuchillas. Viro la perilla solo un poco para que el agua comenzara a caer como un fino hilacho de gelidez, resbalando por su cuerpo ahora estático llevando consigo todo rastro de sangre y suciedad.
-pero aun después del incidente con Erkki y de lo ocurrido en el manantial en el bosque comprendí…que no es a la muerte a lo que temo- ¿Qué mal habia en eso? Era lo único que al ser humano podría estar seguro aspirar a ser y tarde o temprano ocurriría, porque vida y muerte iban de la mano y juntas habían nacido –eres un vampiro, te alimentar de sangre sé que soy tu presa natural pero…¿Cómo vivir temeroso de las cosas? El mismo riesgo correría andando por los callejones bien entrada la noche, un humano un vampiro, un lupino quizas- y corria el mismo peligro sin ninguna alegría en contribución.
Se levanto con galbana de la cama comprendiendo ahora el motivo de aquellas acciones, se habia visto tentado a morderle y era por ello que se mantenía bajo tierra se cuestiono entonces que seria capaz de hacer si el vampiro en frenesí amenazaba como drenarle la sangre “no harías nada Anuar porque que muerte mas dulce que morir en brazos de quien amas” un escalofrió le recorrió la espalda al pensar en aquello y sintió como el vello de la nuca se le erizaba. No dijo mas y con paso lento salió de la habitación cerrando detrás de el no sin antes tomar el candil y dejar el lugar en completa obscuridad.
Avanzo a través de la sala iluminando la puerta de la cocina y siguiendo hasta topar con otra, pasando la cocina, aquella debía ser, se quedo unos instantes observando la ventana en cubierta girando sobre sus talones para observar seguidamente la estancia con todos aquellos libros compilados y arrumbados y se cuestiono en que momento se habia hecho decidido llegar a aquel punto, en que momento su corazón se habia decidido suicidar ante aquel sentimiento porque amar era un gesto suicida no importaba que –esque tu no lo decidiste- murmuro suspirando ampliamente, entro en la estancia del baño cerrando detrás de el ubicando el candil en algun sitio en que pudiese alumbrar con claridad, avanzo algunos pasos hasta dar con una cubeta llena de agua y una especie de amplio plato flotando en la misma, bien podría haber calentado el agua y cierto era que debería haberlo hecho mas lo anhelaba sentir aquel cálido tacto sobre su piel.
Tomo el cuenco y lo vacio tres veces en la parte superior del artefacto que en una esquina se encontraba, seria un cube tazo de agua fría y en lo mínimo le importaba. Se despojo de toda prenda con parsimonia, dejándolas a un lado del cuenco para ubicarse bajo la boquilla por la cual saldría el agua y su cuerpo se tenso antes de sentir aquel tacto de cuchillas. Viro la perilla solo un poco para que el agua comenzara a caer como un fino hilacho de gelidez, resbalando por su cuerpo ahora estático llevando consigo todo rastro de sangre y suciedad.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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