Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]

por **Lydia Sforza** Lun Mar 21, 2011 6:45 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Risas en el salón y un cumulo de damas que bebían vino mientras se les ultimaban los detalles de sus frondosos vestidos, pasos presurosos de sirvientes que iban y venían con ramilletes de rosas, cintas de colores y charolas de plata, órdenes dadas aquí y allá. Podía percibirse el estrés y deleite adornando los rostros que pronto serian cubiertos. La euforia de las festividades había embrujado a todo el palacio y no había ni un alma que no se estuviera preparando para la gran celebración de esta noche, la mascarada. La primera realizada en el año por parte de la familia real.

Disipando tiempo, esfuerzo y dinero se había logrado organizar todo un espectáculo que se esperaba lograra cautivar al elitista y caprichoso ojo de la nobleza. Y tal espectáculo comenzaba una vez cruzaras la arreglada entrada. Todas las puertas se habían sellado, excluyendo solamente una de las entradas que daba por las hectáreas laterales del territorio real, donde esperaba una corte de soldados gallardos. Una vez que inspeccionaban las invitaciones, invitaban a la carrozas a adentrarse por un elegante camino recientemente confeccionando de antorchas posicionadas en arreglos de listones y rosas blancas, hasta llegar a los tan conocidos jardines principales.

Nuevos dioses de mármol se alzaban junto con los viejos en ese paraíso, cual pintoresco retrato. Todas las fuentes habían sido puestas a trabajar a la vez realzando el poderío de los dioses griegos, de los canteros de flores, setos y arboles estilizados al más puro estilo Francés: con una colocación estrategia de cada planta o figura en una excelente simetría para alcanzar la magnificencia. El estanque de Apolo, Neptuno y Latona parecían palacios de plata mientras el espectáculo de las grandes aguas recreaba sus juegos de lluvia y luz bajo la palidez de la luna. Una música melancólica podía escucharse a través de la arboleada, como si viniera adherida al viento. A lo lejos, el gran canal estaba en quietud, pese a que hubiera decenas de góndolas venecianas con sus respectivos pacientes gondoleros a la orilla del rio. Todos ellos parecían otra figura de jaspe más, portando atuendos blancos y antifaces plateados. Tal pareciere una personificación de un Olimpo durmiente.

Sin embargo, a medida que se acercaban las carrozas hacia el palacio el derredor comenzaba a tomar vida. La fachada principal se alzaba poderosa llena de luces, sus puertas estaban abiertas de par en par, dejando que la embriaguez del interior se deslizara a través de ella rumbo al exterior. Seis caballeros con sus inmaculados uniformes de soldado y a juego un antifaz residían sobre las escalinatas, en las puertas cuatro bellas doncellas con vestidos de ninfa y rostros nuevamente escondidos, les entregan a las damiselas una rosa blanca. Un festival de colores se confundía con el devenir de las personas desde la recepción hasta el salón de la guerra, lugar donde una orquesta medianamente reducida estaba acomodada en una de las esquinas del susodicho recinto, haciendo vibrar sus instrumentos en erizado candor. El caos producido por la música, la charla y las risas en contraste con el movimiento recreaban un aturdimiento sutil, la lozana sensación de estar enamorado.

Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion] - Página 3 1257961227034_f

La galería continúa al baile, la entrañable galería de los espejos había sido disfrazada también para esa majestuosa noche, de sus altos techos pendían los candelabros relucientes, así como también un devenir de lazos y más arreglos de rosas. Colocando a los costados, izquierdo y derecho del salón, mesas largas cubiertas por una mantelería de hilo egipcio, sobre ellas yacían un juego de vajilla china que aguardaba a ser usada. Algunas personas ya habían tomado asiento, y mas ninfas paseaban a su alrededor ofreciendo vino y servicio.

Al final de la Galería, cubriendo la entrada del salón de la paz, la mesa que parecía ser la principal por su arreglo y su posición central pese a que contara solo con el cupo de 4 personas, permanecía vacía. Ningún Fontaine había aparecido todavía.

[ Reglas del Post Comunitario ]

No post Biblicos. Tratese de recrear una narrativa fluida y breve para la comodidad de todos aquellos que roleen en este tema.

No post consecutivos.

De abandonar el tema un user, que su personaje también lo haga.

por **Géraldine Fontaine2** Dom Abr 03, 2011 12:53 am

Lestat De Lioncourt escribió:
Ajuste mi traje y antifaz, ya había optado por recorrer el salón en busca de alguna presencia familiar y encontrar algo de diversión en esta fiesta elegante de mascaras y antifaces. La música y la algarabía cesaron por unos minutos cuando la reina caminaba acompañada hasta el centro del salón y la multitud abría paso permitiéndole seguir su andar a la reina. Con ágiles y elegantes movimientos al compás de la música, deleitaban a los presentes con su vals.

Me sitúe a una distancia prudente de un grupo de personas con una copa de vino en mi mano. Todo aquel ruido, todo aquel murmullo, toda aquella confusión, toda aquella música, estaban en mis oídos como en la sala.

Cuando la música hubo concluido, su majestad volvía con su singular elegancia a la mesa de honor instalándose en su lugar. Unos segundos después se levanto con la copa de cristal en su mano y en un ademán de brindis dio la bienvenida a todos los invitados.

Levemente alce mi copa respondiendo a su bienvenida, era improbable que alguien se hubiera percatado de mi gesto. Podía oír los leves murmullos de la gente, donde más de alguno comentaba sobre la ausencia del rey Abélard y la princesa Dominique, bailaban y bebían preguntándose el porque aun no hacían su ansiada presencia en el baile.

Mientras me preguntaba que hacia un personaje extraño y macabro como yo, en un lugar como este. Sin duda mis queridos camaradas, los mas antiguos y reservados, me reprocharían el haber aceptado tal invitación y codearme entre la realeza. Sonreí simplemente al imaginar aquella situación.

Desde lejos pude observar que un joven caballero respondía a mi saludo alzando su copa, así que le mire sonriendo; volteé a ver a mi joven paje le hable al oido.

Un segundo mas tarde el joven paje, mi copero real llegaba hasta donde el caballero y con la voz de un mozuelo de no mas de 16 años le dice -Mi señor, la reina desea que se acerque a su mesa...- con la mirada baja el joven hacia un ademan de que le siguiese.

Desde su lugar de honor aun con la copa en la mano veía al caballero, su rostro no le resultaba familiar, pero había algo en el que a ella le atraía, espero paciente a la respuesta del caballero de acercarse a la mesa de la reina

por **Lestat De Lioncourt** Dom Abr 03, 2011 8:23 pm

Tenía el valor suficiente para aceptar la invitación de la familia Fontaine y hacer acto de presencia en un baile multitudinario en el Palais Royal. Estaba ardiente y vigoroso tras dar cuenta de una presa antes de asistir al baile. Ningún ser humano podía sospechar de mí o percatarse del ser perverso que se hallaba bajo mi perfecta imitación de un anglosajón rubio de ojos azules y metro ochenta de estatura. Al contrario, las mujeres parecían atraídas por mi.

Aprecie como la reina Geraldine advirtió mi sutil contestación a su recibimiento. Sostenía mi mirada con una sonrisa limpia, brillante. Su bella sonrisa era como sacada de un cuento de ninfas. Era una sensación ver su fino rostro a metros de distancia contemplarme con su particular elegancia. Cuando volteo hacia su joven paje me concentre nuevamente en el sonido de la música y los mortales danzando.

Fue una sorpresa cuando el hermoso joven junto a mi, me comunica el mensaje de su majestad. Le seguí con mi elegante modo de caminar por el salón hasta quedar frente a la mesa de honor y la reina. Cuando el paje hubo regresado a su lugar, extendí mi mano respetuosamente solicitando la suya.

Sa majesté , enchanté de faire votre connaissance –susurro con voz suave y bese ligeramente el dorso de su mano-

Vestimenta:

por **Géraldine Fontaine2** Lun Abr 04, 2011 6:05 pm

estire la mano de satín carmesí enguantada -Enchanté sonreí nuevamente mirandole como buscando un recuerdo en mi banco de memoria

-mon seigneur no le recuerdo...luce ud. como un digno representante de la corte, pero no recuerdo haberle visto por los pasilos de Versalles y aun tengo buena memoria-

le sostuve la mirada algo me hacia observar sus facciones sacadas de la mano de Miguel Angel..era tan extraño y enigmatico...casi hipnótico

por **Duna Di Bello** Mar Abr 05, 2011 10:05 am

Escuché las palabras de mi amiga con una sonrisa, no dejaba de sorprenderme haberla encontrado allí. Era toda una sorpresa , muy grata por supuesto. De no ser por ella probablemente me hubiese resultado bastante aburrida.
- No me importará acompañarte en ese baile descalzas, querida. Este tipo de zapato fue el peor invento de la historia.- bromeé mientras me levantaba un poco la falda del vestido para dejar ber mis zapatos.
Sonreí con las palabras de Bry.
- Estaré a su lado toda la noche señorita, y si viene algún hombre a bailar con alguna de nosotras tendrá que aprender a hacerlo con ambas porque hoy las dos formaremos una única persona.- le respondí mientras tomaba su mano con una sorisa y comenzábamos a bailar y a reír por aquella sala de baile de enormes dimensiones.
La actitud de Bry no variaba , como era de esperar. ME reí por su actuación atrevida mientras observaba la mirada del hombre sorprendido por tal actuación de la chica.
- Acuérdese de que llevan disfraces, amiga. Quizás le has guiñado un ojo al mismísimo rey.- bromeé con una risita mientras danzábamos dando vueltas alrededor de la gente.

por **Milo Van Dyck** Miér Abr 06, 2011 1:58 am

El palacio de Versalles lucia tal y como debía de lucir. El Teniente Van Dyck pudo valorarlo todo desde su ventana, maravillado por el espectáculo de los jardines y las estatuas que reverenciaban a otras épocas. Dentro de la carroza había un silencio sombrío, ya podía imaginarse Milo que pensamientos y emociones anidaban en el ánima de Darcy, justamente por saberlo respetaba el mutismo como quien lo respeta en un funeral.

Acompaño al aristócrata por los jardines hasta la entrada, manteniendo una sonrisa inevitable pero mesurada al beberse la belleza del lugar donde estaba paseando. Aun con su rango de Teniente, era muy difícil lograr entrar a ese lugar y el lo había hecho en muy contadas ocasiones en el pasado, ahora iba como invitado real, por obra de Darcy naturalmente.

Dentro del palacio todo era de un lujo desmedido, se sentía mareado uno de solo estar dentro, caminado rumbo a un extremo del salón perseguido por la música.

- En una esquina a apreciarlo todo sentado - Manifestó en tono solicito a Darcy, aunque se burlara - Muy propio de ti. ¿Podemos fingir, al menos hoy, que esto es una fiesta?

por **Henry Birdwhistle** Miér Abr 06, 2011 4:21 am

-Ya decía yo que habias permanecido mucho tiempo en silencio, Milo- expreso con una sonrisa ladeada, mientras fijaba su vista en la puerta donde deberian hacer la entrada el resto de la familia real, despues desvió la mirada a la reina y al joven alto, rubio, de ojos azules al que acababan de llamar a su mesa. Era un vampiro, estaba seguro y más especificamente, el vampiro Lestat. También estaba él ultimo escándole de la corte: el conde Nigel Quartermane y la famosa cortesana Claire Delacroix. Que se juraran amor eterno frente al altar hacía poco tiempo. En un grupo más alejado se encontraba Lucian Greymark, conde del Sacro Imperio que fuera al mismo tiempo el dueño de un glamuroso burdel. Un contraste bastante peculiar y del que casi nadie estaba enterado, por obvias razones. Charlaba amigablemente con la princesa de Escocia Abigail Barascout.

Finalmente se fijó en su amigo. -Aún no llegan el resto de los invitados de honor. Mientras puedes ir hacer lo que mejor se te da. relaciones publicas- sacó una pequeña cajita de oro con joyas incrustadas, en su interior guardaba un brazalete egipcio que le hubiera ganado a un comerciante de dicho país el año pasado. Un regalo digno de una reina. -Ve con la reina, presentate y dale esto en mi nombre, recuerda que por esta noche soy "el Conde De Monte Cristo"-

En ese momento se percato de la presensia de su príncipe Urian Parthenopaeus, de los Países Bajos y dedicandole una ultima mirada a Milo se levantó y se dirigió a él para presentar su debido respeto. A medio camino reconoció el particular aroma femenino de Lorraine Von Fanel, una mortífera vampiresa, no andaba muy lejos, su rastro era reciente...

Casi le dio gracia ver como dos jovenes nobles se dirijían hacia donde antes estuviera con Milo. Esa era una de las razones por las que lo mantenia a su lado, tenía una especial diplomacia con las damas.

-Principe Urian, buenas noches. Soy el Conde Darcy Trudeu- con el tenia que hacer la exepcion de presentarse como era debido -Espero este disfrutando la velada- comentó con una reverencia.

por **Milo Van Dyck** Miér Abr 06, 2011 5:23 am

Un regalo esplendido, a la talla del lugar donde estaba e ideal para quien estaba destinado. Con la inspeccion rapida e indiferente de un noble lo evaluo y lo guardo en el bolsillo de su saco, Darcy se habia marchado ya y fueron solo segundos los que tardo en solitario cuando dos damiselas joviales le abordaron en vanal platica. Una sonrisa solicita, un par de halagos y la despedida fueron suficientes para dejarles a ellas e ir a cumplir el favor que tan "amablemente" Darcy le habia pedido. El Teniente detuvo a uno de los sirvientes que custodiaban a la reina del brazo, entregandole la encantadora caja.

- Para su Majestad la Reina, de parte del Conde de MonteCristo - Una sonrisa mesuradamente burlesca asomo a sus labios al pronunciar el apodo y no dio ninguna explicacion mas. El sirviente mismo marcho de inmediato a cumplir su labor, teniendo la mirada de Milo puesta sobre el hasta que lo hizo.

Una vez cumplido todo, acomodo el antifaz de su rostro y paseo por el salon. La musica lo hacia sentirse de mejor humor, compartiendo la euforia festiva. Entre los invitados una bella dama de cuya procedencia desconocia le llamo la atencion. Ella se mantenia sola en el marco del salon desde que habia llegado, con una expresion jovial pero muy timida, con curiosidad se acerco a ella.

- Mademoiselle -Saludo, llevandose la mano al pecho para reverenciarla debidamente -, la he visto muy sola y aprovechando tal fortuna espero que no le moleste mi atrevimiento. ¿Le apeteceria concederme una pieza de baile?

por **Lestat De Lioncourt** Miér Abr 06, 2011 2:24 pm

Géraldine Fontaine escribió:estire la mano de satín carmesí enguantada -Enchanté sonreí nuevamente mirandole como buscando un recuerdo en mi banco de memoria

-mon seigneur no le recuerdo...luce ud. como un digno representante de la corte, pero no recuerdo haberle visto por los pasilos de Versalles y aun tengo buena memoria-

le sostuve la mirada algo me hacia observar sus facciones sacadas de la mano de Miguel Angel..era tan extraño y enigmatico...casi hipnótico

Mon nom est Lestat De Lioncourt –me presenté con una inocente sonrisa mientras observaba su rostro através del antifaz- He asistido antes a los bailes del palacio y en una oportunidad vuestra familia estuvo presente, mas no permanecí mucho tiempo en el salón como para relacionarme, madame… -agregue sin prestarle mucha importancia a la información que acaba de entregarle, pero manteniendo siempre un tono suave y respetuoso.

Me sentía tan fascinado que no podía apartar mis ojos de la reina. Deseaba escrutar su alma, su mente, pero ella era demasiado inteligente para permitir que lo hiciera sin que advirtiera algo extraño en mí. Aparte sutilmente mi mirada, no podía observarla de esa manera. La perdería al embelesarla de tal forma, obligándola a perder su fina y deslumbrante compostura.

Es la reina no lo olvides, Lestat –me reprendí mentalmente-

por **Abbey Appleby** Vie Abr 08, 2011 3:58 am

Gente llegaba, iba y venía, las dos chicas seguían en el centro del salón conversando entre ellas... una voz le hizo mirar de reojo hacia donde provenía, parecía presentar a alguien y dándole con el codo de forma disimulada a Duna, le hizo una leve reverencia a aquella joven rubia, volvió a tomar la atención en Duna la cual estaba más que encantada con estar en el baile con ella.
Se hizo la sorprendida, todo fingido claro... puesto que si le habría guiñado un ojo al mismísimo rey a ella no le importaría en absoluto, si hasta estaría más que encantado por ello, dejó escapar un suspiro mirando hacia la sala con Duna del brazo, riendo sin parar...

-Cada vez hay más gente ¿Verdad? vamos a ver a donde nos dirigimos ahora y qué interesante puede haber en este baile ¿qué dices? ¿buscamos...? si seguramente no tengamos ni presentación, tenemos muy mala fama, amiga.

Los reyes estaban sentados conversando con uno de los invitados, de nuevo se encontraron con aquella chica rubia si no recordaba mal había dicho algo así como "Calliope Loud", y a su lado otra joven castaña la cual no parecía conocer expresamente a nadie, ya que se mantenía a solas... le dedicó una breve reverencia (Dirigiéndose a Autum), pero claro, aquella sonrisa traviesa daba mucho que desear.

-Bienvenida, señorita...¿se une a nosotras o... se aburre entre ellos? recordad que es vuestra decisión...-miró a Duna de reojo pero claro, las dos no podían estar quietas y no paraban de bailar entre ellas de forma más leve pero se notaba a simple vista.

por **Géraldine Fontaine2** Vie Abr 08, 2011 9:26 pm

[quote="Lestat De Lioncourt"]

Géraldine Fontaine escribió:

Mon nom est Lestat De Lioncourt –me presenté con una inocente sonrisa mientras observaba su rostro através del antifaz- He asistido antes a los bailes del palacio y en una oportunidad vuestra familia estuvo presente, mas no permanecí mucho tiempo en el salón como para relacionarme, madame… -agregue sin prestarle mucha importancia a la información que acaba de entregarle, pero manteniendo siempre un tono suave y respetuoso.

Me sentía tan fascinado que no podía apartar mis ojos de la reina. Deseaba escrutar su alma, su mente, pero ella era demasiado inteligente para permitir que lo hiciera sin que advirtiera algo extraño en mí. Aparte sutilmente mi mirada, no podía observarla de esa manera. La perdería al embelesarla de tal forma, obligándola a perder su fina y deslumbrante compostura.

Es la reina no lo olvides, Lestat –me reprendí mentalmente-

sonreí delicadamente, aquellas palabras eran tan diferentes, todo el era enigmatico...algo me tenia embelesada; pero mantenía la cordura - aun así no es recuerdo....debo estar perdiendo la memoria....mas digame mi lord, donde se hospeda...

me percate que un paje me traía un regalo así que le indique que lo que llevasen a una mesa donde había otros presentes...mas adelante saludaría a mi querido "monte de Montecristo"

Seguí observando al caballero Lestat con mucho ahínco algo en sus facciones era tan "mágico"

por **Hela Von Fanel** Vie Abr 08, 2011 9:28 pm

Milo Van Dyck escribió:Una vez cumplido todo, acomodo el antifaz de su rostro y paseo por el salon. La musica lo hacia sentirse de mejor humor, compartiendo la euforia festiva. Entre los invitados una bella dama de cuya procedencia desconocia le llamo la atencion. Ella se mantenia sola en el marco del salon desde que habia llegado, con una expresion jovial pero muy timida, con curiosidad se acerco a ella.

- Mademoiselle -Saludo, llevandose la mano al pecho para reverenciarla debidamente -, la he visto muy sola y aprovechando tal fortuna espero que no le moleste mi atrevimiento. ¿Le apeteceria concederme una pieza de baile?

La peste de diferentes razas llega hasta sus fosas nasales, atribuyéndole esas terribles ganas de regurgitar lo que no podía. Siente la lascivia del hambre correr por sus entrañas al percibir el preciado efluvio a sangre fresca “Al menos alguien se divierte” Se dice a si misma con una sonrisa macabra en los labios, en su mirada se aprecia esa maldad escondida tras el antifaz de una simple mujer. Máscaras y más máscaras ¿Acaso no todos fingían ser algo más sin ellas? La humanidad estaba llena de hipocresía, el mundo vampírico esta jodido en esa podredumbre también, todo, absolutamente todo a su alrededor era una vil falacia. Estática en medio del gran salón, escruta sin sentido alguno cada una de las mentes que allí se presentaban, es difícil esconderse de Lorraine sobre todo cuando puede espiar más allá de una mirada; no encuentra nada interesante, tan solo lo estipulado en el protocolo, saludos a la realeza, jugarretas entre enmascarados, miradas coquetas, planes que no le conciernen, deseo, placer y existe un par de muertes por allí. Se mofa como una niña de algún chiste infantil, rodea sus ojos y está dispuesta a desaparecer cuando escucha una voz en sus cercanías ¿Cómo fue que no lo escucho llegar? Da un ligero respingo, actúa como una mortal ¿No es así como debía comportarse regularmente? Sonríe de medio lado respondiendo la reverencia – Monsieur, su atrevimiento jamás hubiese sido tan acertado como hasta ahora – Comenta con el humor negro tras ese maldito antifaz que cubría su rostro cruel. ¿La cena? Muy probablemente, se encontraba hambrienta, bien podría abstenerse esta noche, bien podría ignorar su instinto salvaje, a ese demonio que le posee cada noche en que la demencia le abraza con su gélido manto, pero ese endemoniado olor a sangre, aviva la llama de sed en su garganta. – Sería para mí un placer acompañarle esta noche – Extiende su mano esperando que este la escolte a la pista para ceder en el vals de media noche, un baile profano que, muy probablemente les arrastrará hasta la muerte… Insana tentación.

por Invitado Vie Abr 08, 2011 9:37 pm

La presencia de ambas hermanas llamaba la atención de algunas, Callie se enfureció al notar como hacían enojar a su hermana, podía decir lo que quisieran pero tocar a su hermana jamás, podrían hacer lo que quisieran con ella, total no tardaría mucho en volver a Grecia aunque mucho no queria, disfrutaba de cada momento que pasaba en esa ciudad que la verdad la había dejado impresionada y esa fiesta no sería la escpeción, notó un ligero cambio en los ojos de Persefone, frunció los ojos un poco mirandola fijamente y después sonriendo instantáneamente a las chicas que le habia dicho su nombre, hizo una pequeña reverencia y miro luego a su hermana.-Es un gusto conocerles, linda fiesta.-Murmuró sonriente y abrazo un poco a su hermana, estaba feliz de tenerla ahi y que ambas disfrutaran de algo que hace mucho no hacían.

por **Hela Von Fanel** Vie Abr 08, 2011 9:38 pm

Milo Van Dyck escribió:Una vez cumplido todo, acomodo el antifaz de su rostro y paseo por el salon. La musica lo hacia sentirse de mejor humor, compartiendo la euforia festiva. Entre los invitados una bella dama de cuya procedencia desconocia le llamo la atencion. Ella se mantenia sola en el marco del salon desde que habia llegado, con una expresion jovial pero muy timida, con curiosidad se acerco a ella.

- Mademoiselle -Saludo, llevandose la mano al pecho para reverenciarla debidamente -, la he visto muy sola y aprovechando tal fortuna espero que no le moleste mi atrevimiento. ¿Le apeteceria concederme una pieza de baile?

La peste de diferentes razas llega hasta sus fosas nasales, atribuyéndole esas terribles ganas de regurgitar lo que no podía. Siente la lascivia del hambre correr por sus entrañas al percibir el preciado efluvio a sangre fresca “Al menos alguien se divierte” Se dice a si misma con una sonrisa macabra en los labios, en su mirada se aprecia esa maldad escondida tras el antifaz de una simple mujer. Máscaras y más máscaras ¿Acaso no todos fingían ser algo más sin ellas? La humanidad estaba llena de hipocresía, el mundo vampírico esta jodido en esa podredumbre también, todo, absolutamente todo a su alrededor era una vil falacia. Estática en medio del gran salón, escruta sin sentido alguno cada una de las mentes que allí se presentaban, es difícil esconderse de Lorraine sobre todo cuando puede espiar más allá de una mirada; no encuentra nada interesante, tan solo lo estipulado en el protocolo, saludos a la realeza, jugarretas entre enmascarados, miradas coquetas, planes que no le conciernen, deseo, placer y existe un par de muertes por allí. Se mofa como una niña de algún chiste infantil, rodea sus ojos y está dispuesta a desaparecer cuando escucha una voz en sus cercanías ¿Cómo fue que no lo escucho llegar? Da un ligero respingo, actúa como una mortal ¿No es así como debía comportarse regularmente? Sonríe de medio lado respondiendo la reverencia – Monsieur, su atrevimiento jamás hubiese sido tan acertado como hasta ahora – Comenta con el humor negro tras ese maldito antifaz que cubría su rostro cruel. ¿La cena? Muy probablemente, se encontraba hambrienta, bien podría abstenerse esta noche, bien podría ignorar su instinto salvaje, a ese demonio que le posee cada noche en que la demencia le abraza con su gélido manto, pero ese endemoniado olor a sangre, aviva la llama de sed en su garganta. – Sería para mí un placer acompañarle esta noche – Extiende su mano esperando que este la escolte a la pista para ceder en el vals de media noche, un baile profano que, muy probablemente les arrastrará hasta la muerte… Insana tentación.

por Invitado Vie Abr 08, 2011 10:25 pm

La noche seguía y solamente se podía ver a la reina..ni rastros del resto de la familia ¿ que tipo de recepción era esta con un solo miembro de la familia real?, bebí nuevamente de mi copa mientras sonreía y mantenía la conversación con un diplomático de alcurnia..una hora mas...un hora mas que estaba dispuesta de aguantar nada mas, mientras el tiempo pasara rápido mejor para mi.-quédate donde estas..no llames la atención...-mentalmente me corregía una y otra vez.

Las fiestas sociales no van conmigo...eso ya lo tengo claro.

Un nuevo baile comenzaba y todos acudían al centro del salón pomponeándose, haciendo muestra de esa galantería que algunos solo aparentaban por esta noche y otros mostraban con orgullo sus finos trajes y mujeres, ¿ en que momento había entrado en la feria de París?, por que mis ojos eso era lo que veía..una feria en pleno Versalles

por **Persefone Ginalkopoulus** Vie Abr 08, 2011 11:07 pm

Calliope Loud escribió:
La presencia de ambas hermanas llamaba la atención de algunas, Callie se enfureció al notar como hacían enojar a su hermana, podía decir lo que quisieran pero tocar a su hermana jamás, podrían hacer lo que quisieran con ella, total no tardaría mucho en volver a Grecia aunque mucho no queria, disfrutaba de cada momento que pasaba en esa ciudad que la verdad la había dejado impresionada y esa fiesta no sería la escpeción, notó un ligero cambio en los ojos de Persefone, frunció los ojos un poco mirandola fijamente y después sonriendo instantáneamente a las chicas que le habia dicho su nombre, hizo una pequeña reverencia y miro luego a su hermana.-Es un gusto conocerles, linda fiesta.-Murmuró sonriente y abrazo un poco a su hermana, estaba feliz de tenerla ahi y que ambas disfrutaran de algo que hace mucho no hacían.

si nos disculpan mi ladys-dijo ella haciendo una reverencia y comenzo a caminar con callie -mi querida hermana... veo que has usado muy bien la amscarada no sabia que estabas aqui-dijo sonrientemente mientras veia como mas vampiros y mas lycans llegaban o esto no se veia muy bonito o no veia un buen final, es escalofrio recorrio su espalda es de esas cosas que podias llamar agurio o asi le habian enseñado desde niña cuando era bruja, si tenia un agurio presente y tenia panico no por ella por call..pero si tenia que sacar su naturaleza ante ella para defenderla lo haria y luego manipularira su memoria, lamentablemente la familia paterna es decir los louds los ingleses eran cazadores en su mayoria y eso era un gran incoveniente mayor para ella ,pero no pensaria en eso ahora- ¿dime hermana quieres volver a hacer enojar a las belals damas de la corte tal como en nuestra niñes?-dijo viendo con un brillo jugueton e inocente en su vista a call.

por **Lestat De Lioncourt** Sáb Abr 09, 2011 2:36 am

sonreí delicadamente, aquellas palabras eran tan diferentes, todo el era enigmatico...algo me tenia embelesada; pero mantenía la cordura - aun así no es recuerdo....debo estar perdiendo la memoria....mas digame mi lord, donde se hospeda...

me percate que un paje me traía un regalo así que le indique que lo que llevasen a una mesa donde había otros presentes...mas adelante saludaría a mi querido "monte de Montecristo"

Seguí observando al caballero Lestat con mucho ahínco algo en sus facciones era tan "mágico"

No se preocupe, madame –dije amablemente- Me hospedo en la suite de un hotel en Paris –conteste. Luego agregue con mi característica voz suave y acariciadora- Mi residencia se encuentra en New Orleans.

Mire de reojo al joven que se acercaba, traía consigo un presente para la reina. El hombre quien lo había enviado tenía un aroma peculiar. Ahora que lo pienso los invitados, las criaturas en el salón eran variadas. Los humanos no eran los únicos disfrutando del baile.

Volví a posar mi vista sobre Geraldine quien me contemplaba con un esplendor en sus ojos. Me anime y exponiéndome a un rechazo extendí mi mano nuevamente hacia ella.

Su majestad ¿Aceptaría bailar conmigo? –sonreí dulcemente- ¿Me haría el honor de concederme este baile? –Insistí mirando sus íntegros ojos azules-

por **Géraldine Fontaine2** Sáb Abr 09, 2011 6:34 pm

Estaba a punto de levantarme para aceptar la invitación del apuesto caballero de Nueva Orleans...el nuevo mundo...eso era tan exótico, sin embargo algo conmocionó al salón las puertas se abrieron de par en par y los músicos pararon inmediatamente rodeado de varios pajes la figura del rey era sobre saliente en el salón un hombre fuerte y joven radiante lleno gallardía, al menos así era como lo veía entrar a los ojos de la reina.

vestido de negro con rojo a juego con ella, "como sabría que así usaría esos colores" realmente no importaba estaba allí.

El rey caminó hasta la mesa de honor y Geraldine se puso de pie e hizo una reverencia formal hasta el piso mas el rey le invitó a ponerse de pie le tomo de la mano y con su encantadora voz le habló a la concurrencia

"Bienvenidos sean todos a esta esplendida masquerade, me complace ver nuevos rostros y reencontrarme con los ya conocidos. Por favor, continuen...

El rey tomo asiento frente a la concurrencia, sonriendo, así que Geraldine opto por tomar asiento y tomada de la mano del rey

por **Lydia Sforza** Sáb Abr 09, 2011 9:13 pm

La fiesta había comenzando hacia unos momentos, y dirigida era por las manos más puras de la familia Fontaine, las de nuestra majestad la reina. Esperando fuera del despacho del Monarca nos encontrábamos Jean Baptiste Fontaine y yo, prestos a acompañar el sequito de Abélard. Toda una ceremonia resultaba su llegada, desde el freno de la música, las pláticas y risas como tributo de respeto, hasta que pudiera ascender al improvisado y decorado trono y dar la debida bienvenida.

De pie ambos hermanos en la entrada principal, aplaudimos como era debido a sus palabras, mientras buscaba a través del antifaz algún rostro conocido en nulo intento, solo podía ver a mi alrededor el elegante carnaval de colores y expresiones pintadas. Avanzamos después de ello, justo cuando los violines volvían a ser rasgados a la par de sus acompañamientos. Al fin, la sonrisa de un conde muy familiar, la mueca eterna de otra condesa… ¿Ya estarían ahí los dueños de las invitaciones sin nombre?

Con una inclinación de cabeza salude a los soberanos una vez estuve frente a ellos y me dispuse a tomar asiento en la silla que me ofrecía Jean, durante todo el recorrido nada me dijo, pero siempre me dedico la mejor de las sonrisas y con atención acomodo la pluma de Pavo real que adornaba mi tocado, tan a juego con el elegante vestido temático en diversas tonalidades de verde.

Danzando entre ritmos familiares se encontraba el salón, y como si fuésemos los títeres de la festividad, los invitados se aglomeraban fungiendo las acciones que la música y el whisky les invitaban a realizar. Sonreí de forma anticipada, por alguna razón sospechaba que esta fiesta seria diferente a las demás.

por **Tarik Pattakie** Dom Abr 10, 2011 12:59 am

Por primera vez durante la noche, con su cuerpo alimentado por la deliciosa sangre y el olor del deseo disipándose, el conde dejó caer el cuerpo del humano con la misma preocupación con la que había formado parte en tal asalto: absolutamente ninguna. El vampiro se reclinó en la esquina del escritorio que había servido como plato principal para tomar la vena de la hembra, la mano de ésta caía sobre un grueso libro abierto que seguramente alguno de los Fontaine había estado hojeando una noche antes de tan prodigioso y real encuentro. La sangre se escurría entre los agraciados garabatos que plasmaban y contaban alguna historia que bien podría haber sido interesante de no estar pensando en su mujer y amante. Con esa sonrisa maldita que derrochaba cada que sus pensamientos erigían un monumento a ella, Lucern se tomó su tiempo en acomodar el antifaz que había terminado en un enredo tras el alboroto causado por sus víctimas. La idea de unirse al festín, bailar los vals que todo hombre y mujer de su clase debían conocer para cualquier evento social no sonaba tan entretenido como lo que había estado haciendo hasta hacía poco.

"El sacrificio será jodidamente bien recompensado," pensó; mientras se levantaba del escritorio con la rapidez suficiente como para intersectar a quien quiera que intentaba entrar y perturbar a los muertos. Era demasiado pronto como entrar en detalles, lo que significaría gritos, posiblemente desmayos y el terror inundando. – No entraría ahí si fuera usted. El cambio en su voz jamás le diría quién era, tantos años pasando el tiempo en el teatro se había vuelto tan suyo que el hecho de portar un antifaz no le delataría. ¡¿Quién lo diría?! - Muchos prefieren permitirse algo de... intimidad. ¿Realmente había dicho eso? ¿Qué diablos? Su interés estaba en otro lado, definitivamente. Escoltó a la hembra en la dirección contraria a la que habían utilizado, o al menos eso creyó. Excusas, excusas... "Está aquí, puedo sentirla." No necesitaba buscarla entre la multitud. La había esperado el tiempo suficiente que, ahora que se convertía en su guía, no podría haber fallado en... Fue una suerte que la mujer que escoltaba no estuviese mirando sus ojos, éstos contaban algo terrible...

por **Milo Van Dyck** Dom Abr 10, 2011 4:39 am

Una poderosa mirada respondió a la de Milo a través de la adornada máscara, incitándole a reanimar la jovialidad que se había mantenido apenas evidente en su semblante. Había algo particular en la artera sonrisa que le ofrendaba esa mujer de devastadora belleza, algo que no se debía pasar por alto en el timbre imponente de su voz seductora. Sin embargo todo siguió tan natural como si el no hubiera detectado nada---. Que afortunado entonces – Rio brevemente - Milo Van Dyck, mademoiselle, a sus ordenes – Se presento y tomo su mano fria alzándole para besar el reverso de la misma, una sonrisa mas y entonces la música ceso en apresurado final melódico.

Se incorporo curioso para ver la llegada del cortejo real que llegaba trayendo consigo al famoso Abélard Fontaine. Quiso buscar con la mirada a su amigo Darcy pero lo distrajeron más las dos figuras de pie en la entrada principal. Después de tantas descripciones extenuantes de el pudo reconocer perfectamente al Delfín de Francia, a su lado estaba una mujer de rostro joven y orgulloso, con un atuendo esmeralda y adornado en plumas que la hacia parecer la personificación terrenal de la propia Hera.

- Y los anfitriones aparecen – Dijo y aplaudió junto con todos la llegada del resto de los Fontaine. Una vez que la música reanimo su vehemencia ofrendo el brazo a la Afrodita que tenia a su lado, llevándola al centro de la pista como el resto de las parejas estaban haciendo---. ¿He de saber su nombre, señorita?

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