AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Recuerdo del primer mensaje :
Risas en el salón y un cumulo de damas que bebían vino mientras se les ultimaban los detalles de sus frondosos vestidos, pasos presurosos de sirvientes que iban y venían con ramilletes de rosas, cintas de colores y charolas de plata, órdenes dadas aquí y allá. Podía percibirse el estrés y deleite adornando los rostros que pronto serian cubiertos. La euforia de las festividades había embrujado a todo el palacio y no había ni un alma que no se estuviera preparando para la gran celebración de esta noche, la mascarada. La primera realizada en el año por parte de la familia real.
Disipando tiempo, esfuerzo y dinero se había logrado organizar todo un espectáculo que se esperaba lograra cautivar al elitista y caprichoso ojo de la nobleza. Y tal espectáculo comenzaba una vez cruzaras la arreglada entrada. Todas las puertas se habían sellado, excluyendo solamente una de las entradas que daba por las hectáreas laterales del territorio real, donde esperaba una corte de soldados gallardos. Una vez que inspeccionaban las invitaciones, invitaban a la carrozas a adentrarse por un elegante camino recientemente confeccionando de antorchas posicionadas en arreglos de listones y rosas blancas, hasta llegar a los tan conocidos jardines principales.
Nuevos dioses de mármol se alzaban junto con los viejos en ese paraíso, cual pintoresco retrato. Todas las fuentes habían sido puestas a trabajar a la vez realzando el poderío de los dioses griegos, de los canteros de flores, setos y arboles estilizados al más puro estilo Francés: con una colocación estrategia de cada planta o figura en una excelente simetría para alcanzar la magnificencia. El estanque de Apolo, Neptuno y Latona parecían palacios de plata mientras el espectáculo de las grandes aguas recreaba sus juegos de lluvia y luz bajo la palidez de la luna. Una música melancólica podía escucharse a través de la arboleada, como si viniera adherida al viento. A lo lejos, el gran canal estaba en quietud, pese a que hubiera decenas de góndolas venecianas con sus respectivos pacientes gondoleros a la orilla del rio. Todos ellos parecían otra figura de jaspe más, portando atuendos blancos y antifaces plateados. Tal pareciere una personificación de un Olimpo durmiente.
Sin embargo, a medida que se acercaban las carrozas hacia el palacio el derredor comenzaba a tomar vida. La fachada principal se alzaba poderosa llena de luces, sus puertas estaban abiertas de par en par, dejando que la embriaguez del interior se deslizara a través de ella rumbo al exterior. Seis caballeros con sus inmaculados uniformes de soldado y a juego un antifaz residían sobre las escalinatas, en las puertas cuatro bellas doncellas con vestidos de ninfa y rostros nuevamente escondidos, les entregan a las damiselas una rosa blanca. Un festival de colores se confundía con el devenir de las personas desde la recepción hasta el salón de la guerra, lugar donde una orquesta medianamente reducida estaba acomodada en una de las esquinas del susodicho recinto, haciendo vibrar sus instrumentos en erizado candor. El caos producido por la música, la charla y las risas en contraste con el movimiento recreaban un aturdimiento sutil, la lozana sensación de estar enamorado.
La galería continúa al baile, la entrañable galería de los espejos había sido disfrazada también para esa majestuosa noche, de sus altos techos pendían los candelabros relucientes, así como también un devenir de lazos y más arreglos de rosas. Colocando a los costados, izquierdo y derecho del salón, mesas largas cubiertas por una mantelería de hilo egipcio, sobre ellas yacían un juego de vajilla china que aguardaba a ser usada. Algunas personas ya habían tomado asiento, y mas ninfas paseaban a su alrededor ofreciendo vino y servicio.
Al final de la Galería, cubriendo la entrada del salón de la paz, la mesa que parecía ser la principal por su arreglo y su posición central pese a que contara solo con el cupo de 4 personas, permanecía vacía. Ningún Fontaine había aparecido todavía.
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Risas en el salón y un cumulo de damas que bebían vino mientras se les ultimaban los detalles de sus frondosos vestidos, pasos presurosos de sirvientes que iban y venían con ramilletes de rosas, cintas de colores y charolas de plata, órdenes dadas aquí y allá. Podía percibirse el estrés y deleite adornando los rostros que pronto serian cubiertos. La euforia de las festividades había embrujado a todo el palacio y no había ni un alma que no se estuviera preparando para la gran celebración de esta noche, la mascarada. La primera realizada en el año por parte de la familia real.
Disipando tiempo, esfuerzo y dinero se había logrado organizar todo un espectáculo que se esperaba lograra cautivar al elitista y caprichoso ojo de la nobleza. Y tal espectáculo comenzaba una vez cruzaras la arreglada entrada. Todas las puertas se habían sellado, excluyendo solamente una de las entradas que daba por las hectáreas laterales del territorio real, donde esperaba una corte de soldados gallardos. Una vez que inspeccionaban las invitaciones, invitaban a la carrozas a adentrarse por un elegante camino recientemente confeccionando de antorchas posicionadas en arreglos de listones y rosas blancas, hasta llegar a los tan conocidos jardines principales.
Nuevos dioses de mármol se alzaban junto con los viejos en ese paraíso, cual pintoresco retrato. Todas las fuentes habían sido puestas a trabajar a la vez realzando el poderío de los dioses griegos, de los canteros de flores, setos y arboles estilizados al más puro estilo Francés: con una colocación estrategia de cada planta o figura en una excelente simetría para alcanzar la magnificencia. El estanque de Apolo, Neptuno y Latona parecían palacios de plata mientras el espectáculo de las grandes aguas recreaba sus juegos de lluvia y luz bajo la palidez de la luna. Una música melancólica podía escucharse a través de la arboleada, como si viniera adherida al viento. A lo lejos, el gran canal estaba en quietud, pese a que hubiera decenas de góndolas venecianas con sus respectivos pacientes gondoleros a la orilla del rio. Todos ellos parecían otra figura de jaspe más, portando atuendos blancos y antifaces plateados. Tal pareciere una personificación de un Olimpo durmiente.
Sin embargo, a medida que se acercaban las carrozas hacia el palacio el derredor comenzaba a tomar vida. La fachada principal se alzaba poderosa llena de luces, sus puertas estaban abiertas de par en par, dejando que la embriaguez del interior se deslizara a través de ella rumbo al exterior. Seis caballeros con sus inmaculados uniformes de soldado y a juego un antifaz residían sobre las escalinatas, en las puertas cuatro bellas doncellas con vestidos de ninfa y rostros nuevamente escondidos, les entregan a las damiselas una rosa blanca. Un festival de colores se confundía con el devenir de las personas desde la recepción hasta el salón de la guerra, lugar donde una orquesta medianamente reducida estaba acomodada en una de las esquinas del susodicho recinto, haciendo vibrar sus instrumentos en erizado candor. El caos producido por la música, la charla y las risas en contraste con el movimiento recreaban un aturdimiento sutil, la lozana sensación de estar enamorado.
La galería continúa al baile, la entrañable galería de los espejos había sido disfrazada también para esa majestuosa noche, de sus altos techos pendían los candelabros relucientes, así como también un devenir de lazos y más arreglos de rosas. Colocando a los costados, izquierdo y derecho del salón, mesas largas cubiertas por una mantelería de hilo egipcio, sobre ellas yacían un juego de vajilla china que aguardaba a ser usada. Algunas personas ya habían tomado asiento, y mas ninfas paseaban a su alrededor ofreciendo vino y servicio.
Al final de la Galería, cubriendo la entrada del salón de la paz, la mesa que parecía ser la principal por su arreglo y su posición central pese a que contara solo con el cupo de 4 personas, permanecía vacía. Ningún Fontaine había aparecido todavía.
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- No post Biblicos. Tratese de recrear una narrativa fluida y breve para la comodidad de todos aquellos que roleen en este tema.
- No post consecutivos.
- De abandonar el tema un user, que su personaje también lo haga.
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/12/2010
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Un cuerpo de proporciones lascivas fue aproximado al de Milo a través de un brazo que rodeaba su diminuta y dura cintura, con la otra mano sostuvo la de la dama guiándola a un vals natural. Fue el cuerpo de el quien tuvo que amoldarse al opuesto, que evidenciaba su frialdad pese al elegante vestuario. Una sonrisa de costado se mantuvo, solo un ciego no podría notar la macabra naturaleza de Lorraine Von Fanel. Milo no estaba sorprendido, desde Italia venia cargando con las advertencias: Versalles era propiedad vampirica, toda Francia incluso bien podría serlo.
- Una dama nunca esta al servicio del varón, o al menos, no debería. – Manteniendo el agarre la hizo girar acompañada de sus pasos, con su rostro inclinado al de ella y percibiendo la sensación de adrenalina correspondiente, también un poco de atracción siniestra. Hacia unas noches que había estado así de cerca de una sanguijuela similar y no había sido tan agradable. – Para eso estamos nosotros.
Soltó su cintura apartándose de su peligrosidad y hacerla girar sobre su eje con gracia. No estaba con un vampireza ordinario. Notar ese detalle lo hizo sonreír de forma mas abierta, gesto quizás delator de su conocimiento, y atraerla de nuevo.
Soltó su cintura apartándose de su peligrosidad y hacerla girar sobre su eje con gracia. No estaba con un vampireza ordinario. Notar ese detalle lo hizo sonreír de forma mas abierta, gesto quizás delator de su conocimiento, y atraerla de nuevo.
Milo Van Dyck- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/02/2011
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Despues del pequeño altercado parecia que toda la crema y nata de paris se habia reunido en aquel lugar, simplemente admiro todo sintiendose algo fuera de lugar por que, aunque en potras ocasiones era bastante facil relacionarse con alguien, en esta ocasion no habia tenido demasiada suerte. Dio un suspiro suave antes de mirar como la relaeza ya estaba en su sitio pero sin saber que hacer, decidio caminar a uno de los grandes ventanales mirando los extensos jardines del palacio imperial...
- Quiza... no debi haber venido-
Ni siquiera veia a alguien conocido, y queria esperar que la princesa dominique o la reina se desocupasen para poder saludarles apropiadamente....
Entonces algo se le cruzo por la cabeza... despues de hace rlo que tenia que hacer, usaria su habilidad para hacerse una lindisima gatita y escabullirse de alli... ¿por que se sentia de repente tan incomoda o tan fuera de lugar? Que tonta...
- Quiza... no debi haber venido-
Ni siquiera veia a alguien conocido, y queria esperar que la princesa dominique o la reina se desocupasen para poder saludarles apropiadamente....
Entonces algo se le cruzo por la cabeza... despues de hace rlo que tenia que hacer, usaria su habilidad para hacerse una lindisima gatita y escabullirse de alli... ¿por que se sentia de repente tan incomoda o tan fuera de lugar? Que tonta...
Vanessa Siegert- Mensajes : 201
Fecha de inscripción : 28/12/2010
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Localización : Paris, Francia
Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Vanessa Siegert escribió:Despues del pequeño altercado parecia que toda la crema y nata de paris se habia reunido en aquel lugar, simplemente admiro todo sintiendose algo fuera de lugar por que, aunque en potras ocasiones era bastante facil relacionarse con alguien, en esta ocasion no habia tenido demasiada suerte. Dio un suspiro suave antes de mirar como la relaeza ya estaba en su sitio pero sin saber que hacer, decidio caminar a uno de los grandes ventanales mirando los extensos jardines del palacio imperial...
- Quiza... no debi haber venido-
Ni siquiera veia a alguien conocido, y queria esperar que la princesa dominique o la reina se desocupasen para poder saludarles apropiadamente....
Entonces algo se le cruzo por la cabeza... despues de hace rlo que tenia que hacer, usaria su habilidad para hacerse una lindisima gatita y escabullirse de alli... ¿por que se sentia de repente tan incomoda o tan fuera de lugar? Que tonta...
Comenzaba a aburrirme y a pensar en irme de esta fiesta la cual nadie había percataado de mi presencia. Todos los anteriores acontecimientos pasados se arremolinaban en mi cabeza y vi que la princesa, bailaba con el conde de los países bajos, como no me dí cuenta antes. Pero era muy tarde. Comenzaba a andar hasta que vió a una joven de bello rostro y de un precioso cabello rubio. Me acerqué a ella lentamente mientras pensaba en que decirle y le dije lo primero que me vino a la cabeza.
-Disculpe-Ví como la muchacha me miraba.-No he podido parar de preguntarme donde ha comprado su vestido, me resulta uno de los más elegantes del baile.-Dije con una sonrisa dulce en mi rostro. Estábamos cerca de los ventanales y me acerqué a observar también el bello exterior que rodeaba el palacio de sus majestades. Esperé a que la joven me respondiera y mientras tanto vino un camarero con varias copas de champan. Cogí dos, uno para cada una.-¿Le apetece?-Dije mientras le ofrecía una copa.
-Disculpe-Ví como la muchacha me miraba.-No he podido parar de preguntarme donde ha comprado su vestido, me resulta uno de los más elegantes del baile.-Dije con una sonrisa dulce en mi rostro. Estábamos cerca de los ventanales y me acerqué a observar también el bello exterior que rodeaba el palacio de sus majestades. Esperé a que la joven me respondiera y mientras tanto vino un camarero con varias copas de champan. Cogí dos, uno para cada una.-¿Le apetece?-Dije mientras le ofrecía una copa.
Invitado- Invitado
Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
De pronto el bailar me pareció la faena mas complicada de la noche, pese a que me esforcé en mantener la fluidez y la compostura para llevarla a cabo con toda la gracia del mundo. ¿Cómo había sido perdonado su exilio?, ¿Cómo venia a colmarnos de halagos y obsequios después de su degradación? Mi familia tuvo que haberlo reconocido en la mesa ¿Nadie pudo haber tenido la cortesía de advertirme antes?
Entrecerré ligeramente la mirada cuando me toco el rostro, pocas personas eran las que podían jugar así conmigo y precisamente el había sido una de esas selectas personas. Siempre había pensando que no volvería a verlo jamás… Y ahora ahí estaba! Bromeando con una soltura limpia y aparentemente sin remordimientos que tenia que ser falsa. Incline mi rostro hacia si, dejando mis labios próximos a su oído y la sensación de su piel cálida y próxima.
Entrecerré ligeramente la mirada cuando me toco el rostro, pocas personas eran las que podían jugar así conmigo y precisamente el había sido una de esas selectas personas. Siempre había pensando que no volvería a verlo jamás… Y ahora ahí estaba! Bromeando con una soltura limpia y aparentemente sin remordimientos que tenia que ser falsa. Incline mi rostro hacia si, dejando mis labios próximos a su oído y la sensación de su piel cálida y próxima.
--- Oh, Darcy, extrañaba ese ingenio tuyo. Siempre sabes que decir --- Asegure apremiante y luego bajando ligeramente el volumen de mi voz añadí con mas complicidad ---. Sin embargo recuerda que la actriz aquí soy yo, no creas que no sabré identificar las sombras de tu buen trato.
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/12/2010
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
La sinfonía mortífera de la orquesta se escucha, altera los sentidos de quienes le prestan atención y embriaga de fúnebre pasión los pies de quienes le bailan. La muerte y un vals, el placer de danzar hacia el sendero del infierno sobre una nube llena de obscuros deseos. Esas partituras demoniacas envuelven a las parejas preparadas para sucumbir ante su gloriosa presencia y las máscaras atavían el rostro de miles de desconocidos que han cruzado miradas, conviviendo quizá, entre enemigos pero que bajo aquellos disfraces son los compañeros perfectos en una velada inolvidable. Los brazos de Van Dyck se aferran a la dama para sostenerla en las volteretas de ese vals ejecutado para invocar a los demonios del hambre, la sed, el morbo, la adicción, el vicio y la muerte. La sonrisa en él y en Lorraine misma, hace saber que ambos disfrutan del movimiento en sus caderas, pies y manos, no obstante, la endiablada mujer busca con su gélida mirada al dueño de su cuerpo, pensamientos y lo más transcendental de su existencia, su pútrido corazón. – La caballerosidad que derrocha me hace caer en una curiosidad inminente hacia su persona Monsieur – Asegura clavando sus pupilas en el rostro tras aquel antifaz de grotesca figura, no porque se trate de un accesorio malogrado, si no por el hecho de cubrir la identidad física de ese hombre. En uno de los tantos pasos al son de la sinfonía los orbes de Lorraine se topan con los de aquel ser que ha marcado en ella su autoría. Al verle la chispa se incendia, pero al saberlo en la compañía de otra, su humor, su vientre, su pecho; rugen de celos. La mandíbula de la lamia hace un estruendo en el interior de su boca para opacar palabras de repulsión ante esa extraña mujer. Restriega su cuerpo junto al del mortal, sonríe altanera… arquea una ceja – Gallardo, atractivo, imponente… ¿Qué más se puede pedir, o debería decir, qué más puedo desear en un hombre? No cabe duda, que suerte la mía!– Responde a las palabras que Lucern le había dedicado, utilizándolas apropiadamente para no parecer una loca hablando sola ante el mortal. Supo que eran para ella, pues esa humana que tenía frente a él, jamás haría gala contra ella, no contra Lorraine. La sorpresa de verle allí, marca su rostro, se puede ver en sus pupilas e incluso en es mueca distorsionada de sus labios lo que siente, es simplemente desconcertante. La maldita mujer se aproxima peligrosamente hasta el cuello de Van Dyck, en lugar de morderle, logra hacer que su barbilla y ese arco ajeno embonen a la perfección, con la mirada escarlata fulminando a la hembra con la que se encuentra su hombre, le guiñe un ojo, sonríe y sus colmillos destellan sombríamente bajo la luz del candelabro justo en medio del salón.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/02/2010
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Lenneth P. Stratowski escribió:Comenzaba a aburrirme y a pensar en irme de esta fiesta la cual nadie había percataado de mi presencia. Todos los anteriores acontecimientos pasados se arremolinaban en mi cabeza y vi que la princesa, bailaba con el conde de los países bajos, como no me dí cuenta antes. Pero era muy tarde. Comenzaba a andar hasta que vió a una joven de bello rostro y de un precioso cabello rubio. Me acerqué a ella lentamente mientras pensaba en que decirle y le dije lo primero que me vino a la cabeza.
-Disculpe-Ví como la muchacha me miraba.-No he podido parar de preguntarme donde ha comprado su vestido, me resulta uno de los más elegantes del baile.-Dije con una sonrisa dulce en mi rostro. Estábamos cerca de los ventanales y me acerqué a observar también el bello exterior que rodeaba el palacio de sus majestades. Esperé a que la joven me respondiera y mientras tanto vino un camarero con varias copas de champan. Cogí dos, uno para cada una.-¿Le apetece?-Dije mientras le ofrecía una copa.
Era un momento demasiado Curioso, finalmente habia decidido que hacer en aquel baile cuando alguien se le acerco, por un momento parpadeo algo incredula por haber estado sumergida en sus pensamientos de aquella manera pero luego de unos segundos recupero su porte - Buenas noches- Saludo a la bella mujer que le estaba ofreciendo una copa , la cual tomo agradeciendole - En realidad debo agradecer la costura de una persona que vive en Rusia, mi tierra natal aunque usted tiene mas que porte nato- Le menciono amablemente para despues inclinarse ante ella - Mi nombre es Vanessa Siegert, un placer- fue lo que le dijo para mirarla.
Parecia...una princesa? una condesa?...el porte parecia de alguien importante pero aun asi no dijo mas sobre ello, seguramente las princesas debia estar hasrtas del mismo trato siempre- Ha pasado buena noche ? parece que todos tienen demasiados asuntos y es algo dificil inmiscuirse sin invitacion no lo cree?- termino
Vanessa Siegert- Mensajes : 201
Fecha de inscripción : 28/12/2010
Edad : 32
Localización : Paris, Francia
Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
El baile continuaba con sus mascaras y parejas todos danzando con alegría, risas y conversaciones amenas y llenas de alegría, seguía paseándome entre las personas, obvio no podía perderme ya que mi hermoso vestido rojo era poco común; ahora en mi diestra un hermoso brazalete brillaba con la luz de las velas distribuidas por el salón para alumbrar, mas algo me hacia solo caminar por el salón.
Pocos pasos y me encontré en un extremo del salón algo menos concurrido junto a una mesa con una fuente de hielo esculpido, algunos bocadillos y copas servidas, la reina sonrío su estomago le había jugado una broma, así que probo los aperitivos, bebió un poco de vino y se quedo observando a su hija bailar con "el conde de montecristo"
Pocos pasos y me encontré en un extremo del salón algo menos concurrido junto a una mesa con una fuente de hielo esculpido, algunos bocadillos y copas servidas, la reina sonrío su estomago le había jugado una broma, así que probo los aperitivos, bebió un poco de vino y se quedo observando a su hija bailar con "el conde de montecristo"
Géraldine Fontaine2- Realeza Francesa
- Mensajes : 91
Fecha de inscripción : 28/11/2010
Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Los pasos de Autumn retumbaban en todo lo largo del corredor por el que ella transitaba junto al caballero que desconocía en absoluto, pero ¿Qué más podría esperar ella? Era una noche llena de escepticismo, misterio y... ¿Locura? Nadie lo sabía.
Pasó una mano por su cabello mientras veía algo lejano el salón principal, donde cientos de personas -o al menos eso parecía- bailaban al compás de la melodía que tocaba la orquesta situada en un extremo del amplio lugar.
Aquello parecía el mismísimo infierno, el calor invadía el ambiente logrando ofuscar a la muchacha; ella nunca había llegado a imaginarse el solo hecho de estar ahí. En su rostro se formó una mueca que denotaba la creciente incomodidad.
Abrió los ojos ante la sorpresa que se llevó cuando el hombre la tomó en brazos para bailar, ¿Qué se suponía que debía hacer? Bailar. No deseaba quedar mal ante los ojos de nadie; ella sabía bailar, no era la mejor bailarina pero tampoco la peor. Se acomodó para seguir el compás y estar sincronizada al resto de las parejas que bailaban por el centro de la pista cambiando constantemente de lugar.
Las palabras del caballero le tomaron por sorpresa, se desorientó por un momento, ¿A qué venía aquello? Le restó importancia al asunto dejándolo pasar. Ella debía aceptar que se había puesto nerviosa ante el extraño cambio.
Miró en dirección de un punto cero, a la nada, se inclinó suavemente hacia atrás para mirar con incredulidad al hombre que yacía frente a ella.
Pasó una mano por su cabello mientras veía algo lejano el salón principal, donde cientos de personas -o al menos eso parecía- bailaban al compás de la melodía que tocaba la orquesta situada en un extremo del amplio lugar.
Aquello parecía el mismísimo infierno, el calor invadía el ambiente logrando ofuscar a la muchacha; ella nunca había llegado a imaginarse el solo hecho de estar ahí. En su rostro se formó una mueca que denotaba la creciente incomodidad.
Abrió los ojos ante la sorpresa que se llevó cuando el hombre la tomó en brazos para bailar, ¿Qué se suponía que debía hacer? Bailar. No deseaba quedar mal ante los ojos de nadie; ella sabía bailar, no era la mejor bailarina pero tampoco la peor. Se acomodó para seguir el compás y estar sincronizada al resto de las parejas que bailaban por el centro de la pista cambiando constantemente de lugar.
Las palabras del caballero le tomaron por sorpresa, se desorientó por un momento, ¿A qué venía aquello? Le restó importancia al asunto dejándolo pasar. Ella debía aceptar que se había puesto nerviosa ante el extraño cambio.
Miró en dirección de un punto cero, a la nada, se inclinó suavemente hacia atrás para mirar con incredulidad al hombre que yacía frente a ella.
Autumn M. Cunningham- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/11/2010
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
La sonrisa enfermiza que aparece en sus labios es como el antifaz que esconde su identidad, un enigma. ¿Celos por su descaro? ¿Orgullo de que ella sea la mujer que despierta sus más bajos instintos? ¿La advertencia de que se avecina una tormenta? ¿O solo el fingir de que lo está pasando tan bien como ella? Es un hipócrita incorregible. Su sonrisa muda, se esconde bajo el lóbulo de la humana que no tarda en captar la forma en que sus labios se curvean, el repique de su órgano vital crea la melodía más hermosa que los músicos no pueden interpretar. - No todo se puede ocultar, incluso aunque portamos un antifaz. ¡Jah! Está resultando tan malditamente sencillo. El fuego se expande en sus pulmones, retuerce sus entrañas y alimenta a su retorcida mente con sangrientas imágenes. Nunca en toda su maldita existencia había sentido esa terrible respuesta por parte de su cuerpo. ¿Celos? ¿Quién diablos lo hubiese supuesto? – Sus ojos, su cuerpo, su respiración le delata. Las manos le toman de la cintura, le hacen girar, es lo que se espera del maldito vals. No puede esperar por romper ese tipo de patrones donde todas las parejas tienen que cooperar. – No se usted, pero éste es mi primer baile en la noche y quiero hacerlo especial. Error. Ella ha mirado sus ojos y él no se lo ha pensado. La música no le mueve, es su diosa la que conduce los pasos. Sus movimientos son más atrevidos, mas pronunciados. Las luces que se desprenden de los candelabros destellan sobre el lustroso salón. Sus pies se mueven con rapidez, la suelta... Su mirada depravada incita, reta a la mujer que le pertenece en cuerpo y alma a continuar. El calor se encierra entre esas paredes, engulle a hombres y mujeres, pero no le atormentan. No cuando está batallando contra los ríos del Infierno en un único intento por devorar la distancia y reclamar la mujer que lleva tatuada. – Romper las reglas siempre resulta entretenido, la atrapa..., ¿no cree, mademoiselle? En medio de la excitación, su último movimiento ha sido brusco, ¿o es eso lo que pretendía? Solo él conoce la respuesta. Los rostros se juntan, los labios chocan, las respiraciones se mezclan y sobre todo ese ajetreo; su gruñido se eleva...
Tarik Pattakie- Vampiro/Realeza
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Lo miró con diversión y seriedad al mismo tiempo; las palabras que se habían escapado de sus labios le dieron un vuelco. Poseía la razón.- Pero sí lo más importante, usted después de esta noche no me volverá a ver -le dijo la mujer con una sonrisa de media luna, como el astro mayor que brillaba en lo alto del cielo a aquellas horas.
Movía sus pies al compás de la música, haciendo un esfuerzo para no perderse de la realidad, el resto de los bailarines que se movían exactamente sincronizados; parecían ya serle lejanos a Autumn.
Arqueó una ceja, tornándo su rostro sarcástico e irónico, ¿Acaso el hombre decía toda la verdad? Quizá sí, quizá no. ¿A quién demonios quería engañar? ¿A ella misma? Sí. Ella debía aceptar que él era apuesto y lograba ponerle nerviosa.- ¿Usted cree? -preguntó tratando en vano de esconder la verdad debajo de esas palabras que probaban al hombre. Giró con cuidado de no perder el equilibro para después, volver a la misma posición en la que había estado por prácticamente todo el vals.
Prefirió no hablar, la curiosidad le invadía al hacerse cuestiones sobre cómo sería la manera en que ese baile sería especial... complicado.
La soltó, lo cual le tomó por sorpresa... se detuvo esos escasos segundos, preguntándose que hacer. La volvió a tomar.- Es algo que más placer me causa -le dijo con una pequeña sonrisa, era cierto, no había otra cosa más placentera para ella. La última acción que llevó a cabo le sorprendió y simplemente, le dejó anonadada. La besó, ¿Porqué? No lo sabía, pero algo tenía claro: A ese juego, se jugaba de dos. Correspondió a su beso, mientras la respiración de ella se volvía entrecortada pero poco a poco se tornó regular; con bastante esfuerzo. Un gruñido llegó a sus oídos, ¿Qué demonios era eso?; se separó de él, alzando una comisura de sus labios en una especie de sonrisa, la duda estaba impregnada en su rostro.
Movía sus pies al compás de la música, haciendo un esfuerzo para no perderse de la realidad, el resto de los bailarines que se movían exactamente sincronizados; parecían ya serle lejanos a Autumn.
Arqueó una ceja, tornándo su rostro sarcástico e irónico, ¿Acaso el hombre decía toda la verdad? Quizá sí, quizá no. ¿A quién demonios quería engañar? ¿A ella misma? Sí. Ella debía aceptar que él era apuesto y lograba ponerle nerviosa.- ¿Usted cree? -preguntó tratando en vano de esconder la verdad debajo de esas palabras que probaban al hombre. Giró con cuidado de no perder el equilibro para después, volver a la misma posición en la que había estado por prácticamente todo el vals.
Prefirió no hablar, la curiosidad le invadía al hacerse cuestiones sobre cómo sería la manera en que ese baile sería especial... complicado.
La soltó, lo cual le tomó por sorpresa... se detuvo esos escasos segundos, preguntándose que hacer. La volvió a tomar.- Es algo que más placer me causa -le dijo con una pequeña sonrisa, era cierto, no había otra cosa más placentera para ella. La última acción que llevó a cabo le sorprendió y simplemente, le dejó anonadada. La besó, ¿Porqué? No lo sabía, pero algo tenía claro: A ese juego, se jugaba de dos. Correspondió a su beso, mientras la respiración de ella se volvía entrecortada pero poco a poco se tornó regular; con bastante esfuerzo. Un gruñido llegó a sus oídos, ¿Qué demonios era eso?; se separó de él, alzando una comisura de sus labios en una especie de sonrisa, la duda estaba impregnada en su rostro.
Autumn M. Cunningham- Humano Clase Alta
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
El rey y la reina ya estaban presentes en el baile. Humanos, vampiros, licántropos o cambia formas. Toda clase de criaturas se meneaban al son de la orquesta. La princesa Dominique se hallaba entre ellos siguiendo el ritmo de la música con movimientos ágiles y encantadores.
Camine entre la multitud. Las voces rozaban en ocasiones mi piel, las risas eran el eco de una carcajada impía. De nuevo, perdido en un mar de mortales; facciones frescas y mejillas sonrosadas. Olores humanos reanimaban sutilmente mi hambre, mi sed. Con todo, los susurros se deslizaban a mí alrededor y con la misma claridad que si lo anunciaran en voz alta, me llegaba aquí y allá la invitación de algún mortal al intuir lo que era, y la lujuria. Tenia que salir de aquí. Me abrí paso con toda la calma posible, hacia las puertas principales. De vez en cuando, unos ojos se fijaban en mí con un aire de vaga expectación.
Camine entre la multitud. Las voces rozaban en ocasiones mi piel, las risas eran el eco de una carcajada impía. De nuevo, perdido en un mar de mortales; facciones frescas y mejillas sonrosadas. Olores humanos reanimaban sutilmente mi hambre, mi sed. Con todo, los susurros se deslizaban a mí alrededor y con la misma claridad que si lo anunciaran en voz alta, me llegaba aquí y allá la invitación de algún mortal al intuir lo que era, y la lujuria. Tenia que salir de aquí. Me abrí paso con toda la calma posible, hacia las puertas principales. De vez en cuando, unos ojos se fijaban en mí con un aire de vaga expectación.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Dábamos una vuelta tras otra y poco a poco nos ibamos alejando del centro del gran salón, hacia los ventanales, hacia el pequeño balcón que daba hacia los inensos jardines de Versallles exquisitamente adornados para esta noche, impecables y frescos como siempre. Bailar con Dominique siempre había sido muy sencillo, ambos se sabían todas las melodías y Darcy percibía que en ese momento se deslizaban en automatico por entre la multitud, sobre todo ella. De hecho la pieza había terminado y había comenzado otra ya. El alito en el susurro de Dominique lo hizo estremecerse ligeramente y sonreir un poco.
-Veo que su alteza a aprendido bien- la hizo girar lentamente sujetando su mano y luego la atrajo de nuevo hacia si -Puedo ahorrarle el trabajo princesa, mi deseo es empezar nuevamente, prosperar en el negocio y recuperar la amistad que teníamos antaño. Me he hecho de un nombre, de un lugar y pienso disfrutarlo...- le hechó una mirada a toda la concurrencia que aun seguia entretenida entre el champañ, la comida y el baile. Estaban lejos de las protectoras miradas de la familia real en ese momento. -¿En realidad disfrutas de esta fiesta Dominique o aceptarias escaparte un rato de tu jaula de oro?-
¿Cuantas otras veces no habían salido del palacio a escondidas? Aunque quiza sería diferente ahora después de tanto tiempo. Pero el Conde estaba muy seguro de que el aburrimiento de la princesa en las fiestas, seguía siendo el mismo o inclusive mayor, jamás había tenido demasiada paciencia para esa clase de cosas que soportaba sin quejarse más por costumbre que por gusto propio.
Henry Birdwhistle- Hechicero/Realeza
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Era un momento demasiado Curioso, finalmente habia decidido que hacer en aquel baile cuando alguien se le acerco, por un momento parpadeo algo incredula por haber estado sumergida en sus pensamientos de aquella manera pero luego de unos segundos recupero su porte - Buenas noches- Saludo a la bella mujer que le estaba ofreciendo una copa , la cual tomo agradeciendole - En realidad debo agradecer la costura de una persona que vive en Rusia, mi tierra natal aunque usted tiene mas que porte nato- Le menciono amablemente para despues inclinarse ante ella - Mi nombre es Vanessa Siegert, un placer- fue lo que le dijo para mirarla.
Parecia...una princesa? una condesa?...el porte parecia de alguien importante pero aun asi no dijo mas sobre ello, seguramente las princesas debia estar hasrtas del mismo trato siempre- Ha pasado buena noche ? parece que todos tienen demasiados asuntos y es algo dificil inmiscuirse sin invitacion no lo cree?- termino
Hice una reverencia al escuchar el bello nombre de la joven de cabellos rubios y rostro fragil.-Mi nombre es Lenneth Paganini, aunque todos me llaman Lenneth.-Dije dulcemente a la joven. ¿Rusia? Siempre iba de niña a ese país cuando mi padre se iba al sur en cuanto era convocado por la hermandad a la que pertenecía. Siempre me pregunte sobre que hermandad trataba, pero creo que supe de que hace varios días. En la sala de baile había gente bailando, algunas paraban para descansar o cambiar de parejas. Observe a la muchacha que tenía en frente y asentí plenamente.-Es cierto, si no eres alguien de buen rango o si no eres conocido, nadie se acerca a ti.-Dije poniendo una mueca de asco refiriendome a que era aburrido el mundo en el que me tenía que mover.-Pero creo que no deberia hablar asi...y menos con gente cerca.-Dije disimuladamente. Llevé mi copa a mis labios y di un insinuante sorbo a mi copa de champang. Ya apenas quedaba poco e iba por la segunda. Cuando terminara con esta copa, no seguiría bebiendo.
Invitado- Invitado
Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Sonrio dulcemente cuando ella le comento su nombre - es un nombre precioso!- fue lo que dijo de inmediato aun sosteniendo su copa mientras que la musica seguia y muchas personas seguian moviendose, era como estar parados en camara lenta sin nada mas que hacer que mirar un monton de muñecas girar - Un placer conocerle, a mi a veces me llaman Van, aunque sea ese un diminutivo masculino- se rio confidentemente - Mi madre, que en paz descanse, hacia una especie de broma acerca de mi fragilidad con un diminutivo fuerte- le menciono.
Tenia compañia, y una muy buena al parecer - Este mundo es asi, como este baile de mascaras- le menciono chocando suavemente su copa con la de ella - Nunca nadie sabe que hay debajo de , y cuando realmente lo descubre , el resultado no es del todo agradable- sonrio de nueva cuenta, recargandose en el ventanal para despues negar - A pesar de todo, no me agrada como se lleva todo esto y hablar con gente cerca, importaria?-ladeo su cara como una niña que hacia una travesura - Parece ser que no somos conocidas y dudo mucho que alguien, con ese nivel de alcohol que la mayoria lleva en la sangre, se acuerde de dos señoritas hablando de 'vanalidades' - le dijo para finalizar.
- Ha venido sola?- pregunto
Tenia compañia, y una muy buena al parecer - Este mundo es asi, como este baile de mascaras- le menciono chocando suavemente su copa con la de ella - Nunca nadie sabe que hay debajo de , y cuando realmente lo descubre , el resultado no es del todo agradable- sonrio de nueva cuenta, recargandose en el ventanal para despues negar - A pesar de todo, no me agrada como se lleva todo esto y hablar con gente cerca, importaria?-ladeo su cara como una niña que hacia una travesura - Parece ser que no somos conocidas y dudo mucho que alguien, con ese nivel de alcohol que la mayoria lleva en la sangre, se acuerde de dos señoritas hablando de 'vanalidades' - le dijo para finalizar.
- Ha venido sola?- pregunto
Vanessa Siegert- Mensajes : 201
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Por tu culpa he llegado tarde -Se le veia más serio de lo comun apretando los dientes antes de llegar con su propio caballo que se habia asustado por la presencia de un espiritu animal que los habia seguido jocosamente hasta la mitad de camino haciendo que "Juls" fuera mucho más lento de lo normal hacia el lugar de destino al que habia sido invitado incluso con invitacion estaba reticente a participar en esta clase de eventos más no se habia podido negar porque habia sido Dominique quien le habia entregado su invitación personalmente. El lujo no estaba hecho para personas como él que aun de clase alta no gustaba excesivamente de este tipo de eventos...cuando miró hacia una de las ventanas una sonrisa fúnebre le dió la bienvenida como buen espiritu de palacio estaba esperando al unico que le podía ver aunque aquel alma perdida señaló el reloj con una risa que solo el brujo podia escuchar-
Disfruta lo que puedas hasta que te envie al otro mundo -respondió ajustándose la corbata del traje ( Traje ) al instante de su llegada los que le reconocieron tomaron su caballo con suma agilidad repitiendo una y otra vez lo que serían capaz de cuidar al animal que habia llamado cariñosamente "Juls" no era un nombre propio de caballo pero le traia buenos recuerdos, quitó las arrugas de su camisa adentrándose en palacio, inclinó el rostro más por mera etiqueta viendo que alli no habia nada que le atase precisamente algun que otro espiritu intentando charlar con las personas, enfurecido anciano que tenia sangre en la boca empezaba a gritar un discurso de "en mis tiempos..." a lo cual no prestó atención.
Era dificil tener presencia de los vivos y los muertos, cuando las voces sonaban demasiado reales para distinguirlas, se acercó a una de las mesas en las que copas de todo tipo de bebidas estaban puestas segun el grado de alcohol que tuviesen, Aetos escogió una copa de vino que no tuviera excesivo alcohol o perdería el control de la fiesta esa noche...miró a los invitados escondiendo sus labios en la copa nada más que unos segundos que duró su trago volviendo a caminar cerca de una de las ventanas dejando su cuerpo apoyado en una columna pues no conocia a nadie tampoco queria conocer a muchas personas e incluso no deseaba bailar con desconocidas asi que se dedicó solamente a su trabajo espiar a los presentes mientras resoplaba con cada espiritu que se encontraba-
Disfruta lo que puedas hasta que te envie al otro mundo -respondió ajustándose la corbata del traje ( Traje ) al instante de su llegada los que le reconocieron tomaron su caballo con suma agilidad repitiendo una y otra vez lo que serían capaz de cuidar al animal que habia llamado cariñosamente "Juls" no era un nombre propio de caballo pero le traia buenos recuerdos, quitó las arrugas de su camisa adentrándose en palacio, inclinó el rostro más por mera etiqueta viendo que alli no habia nada que le atase precisamente algun que otro espiritu intentando charlar con las personas, enfurecido anciano que tenia sangre en la boca empezaba a gritar un discurso de "en mis tiempos..." a lo cual no prestó atención.
Era dificil tener presencia de los vivos y los muertos, cuando las voces sonaban demasiado reales para distinguirlas, se acercó a una de las mesas en las que copas de todo tipo de bebidas estaban puestas segun el grado de alcohol que tuviesen, Aetos escogió una copa de vino que no tuviera excesivo alcohol o perdería el control de la fiesta esa noche...miró a los invitados escondiendo sus labios en la copa nada más que unos segundos que duró su trago volviendo a caminar cerca de una de las ventanas dejando su cuerpo apoyado en una columna pues no conocia a nadie tampoco queria conocer a muchas personas e incluso no deseaba bailar con desconocidas asi que se dedicó solamente a su trabajo espiar a los presentes mientras resoplaba con cada espiritu que se encontraba-
Aetos- Hechicero/Realeza
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Grave error fue revelar a mi amada la presencia de otro cambiaformas. Después de todo no habia nada en el aroma de esta Hermana Desconocida que reverlara una conexión con Hagen y su pandilla. De hecho poniendo especial atención en su voz me enteré que recién llegaba al lugar y que su nombre era Van... tal vez hubiese tiempo de hablar con ella - en otro momento - Por ahora decidí alejar cualquier pensamiento acerca de cambiaformas de mi mente y concentré mi tacto en los delicados contornos de mi amada, bajo la suave tela de su vestido.
- Aqui estoy, a tu lado Folie. Dame tu mano olvidemonos por un instante de todos y pensemos sólo en la musica.
Los bailes continuaron. Podía ver cierta incomodidad en mi amada Folie y aunque traté de sonreir mucho, y moverme con seguridad, sentía que mi amada no estaba disfrutando tanto como yo las delicias que invadían mis sentidos. ¡Tantos olores diferentes! Exquisitos perfumes, deliciosos platillos en las mesas, todo era un festín embriagante. Quisiera poder transmitirle a mi amada las sensaciones que yo mismo percibía No hacia falta beber los licores que fluian entre los invitados para sentir ese sopor tibio que nos sumerge en un ambiente de algarabía. Ojalá algo de toda esa alegría se pueda contagiar a mi querida para arrancarle algo de luz a ese luminoso rostro.
Hay entre los nobles algunos bailes que implican la participación de todos los que están en la pista y que son comandados por un director. Este va lanzando palabras que los bailarines interpretan como movimientos. Hay que saber responder a las órdenes de quien dirije para no perderse... Como no quisimos desentonar en aquella coreografía decidí llevarme a mi preciosa acompañante a caminar alrededor de la pista. Pocos eran los que no participaban en aquella danza de corte, eso me permitió ubicar un aroma especial por encima del mar de olores. Alguien que tampoco estaba entre los danzantes. El olor dulce de una piel joven, oculto bajo la escencia de maquillaje y adornado por un delicado olor a Fresas silvestres...
- Amor mio, ven conmigo... quiero presentarte a nuestra benefactora. Mademoiselle Loud. Es ella quien ha instruido al Sastre para que nos confeccionara este vestuario...
- Aqui estoy, a tu lado Folie. Dame tu mano olvidemonos por un instante de todos y pensemos sólo en la musica.
Los bailes continuaron. Podía ver cierta incomodidad en mi amada Folie y aunque traté de sonreir mucho, y moverme con seguridad, sentía que mi amada no estaba disfrutando tanto como yo las delicias que invadían mis sentidos. ¡Tantos olores diferentes! Exquisitos perfumes, deliciosos platillos en las mesas, todo era un festín embriagante. Quisiera poder transmitirle a mi amada las sensaciones que yo mismo percibía No hacia falta beber los licores que fluian entre los invitados para sentir ese sopor tibio que nos sumerge en un ambiente de algarabía. Ojalá algo de toda esa alegría se pueda contagiar a mi querida para arrancarle algo de luz a ese luminoso rostro.
Hay entre los nobles algunos bailes que implican la participación de todos los que están en la pista y que son comandados por un director. Este va lanzando palabras que los bailarines interpretan como movimientos. Hay que saber responder a las órdenes de quien dirije para no perderse... Como no quisimos desentonar en aquella coreografía decidí llevarme a mi preciosa acompañante a caminar alrededor de la pista. Pocos eran los que no participaban en aquella danza de corte, eso me permitió ubicar un aroma especial por encima del mar de olores. Alguien que tampoco estaba entre los danzantes. El olor dulce de una piel joven, oculto bajo la escencia de maquillaje y adornado por un delicado olor a Fresas silvestres...
- Amor mio, ven conmigo... quiero presentarte a nuestra benefactora. Mademoiselle Loud. Es ella quien ha instruido al Sastre para que nos confeccionara este vestuario...
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 29/08/2010
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
-¿Es que no había tenido la oportunidad de toparse con un caballero? Seria un acontecimiento portentoso en vista que se supone estamos en un salón repleto de ellos. – No había vanidad ni burla en las palabras de Milo, solo la aseveración firme de quien esta consiente de lo que debe ser y de lo que en algunos momentos no “era”. Sonrió, fingiendo poseer el atrevimiento de los ignorantes y sostuvo a la mujer para guiarla en el vaivén melódico de los nobles, como un amante enamorado la apartaba de la seguridad de sus brazos para hacerla girar y progresivamente hacerle volver a sus brazos. Su acompañante se movía con soltura y sensualidad naturales facilitándole el acto de guiarla en esa danza que parecía tener connotaciones eróticas ante los movimientos sugerentes de la vampireza, motivados siempre por una correspondencia. Notaba la presencia dominante de su acompañante y el hombre encontraba divertido el someterla a la sumisión en el papel danzante.
– Cualquier curiosidad que tenga sobre mi persona no dude en exponerla, tenga la seguridad que responderé sin vacilar – Susurro a su oído, apartando el rostro luego para encontrarse con la mirada de fuego de Lorraine Von fanel, Sonrió de forma torcida y la estrecho de mejor manera, permitiéndole a ella acurrucarse contra si. Se estremeció con la cercanía de los colmillos. El cazador que había en el encontraba una ofensa a su orgullo el sentirse por segundos una posible presa. – Espera yo pueda tener esa misma libertad con usted.
– Cualquier curiosidad que tenga sobre mi persona no dude en exponerla, tenga la seguridad que responderé sin vacilar – Susurro a su oído, apartando el rostro luego para encontrarse con la mirada de fuego de Lorraine Von fanel, Sonrió de forma torcida y la estrecho de mejor manera, permitiéndole a ella acurrucarse contra si. Se estremeció con la cercanía de los colmillos. El cazador que había en el encontraba una ofensa a su orgullo el sentirse por segundos una posible presa. – Espera yo pueda tener esa misma libertad con usted.
Milo Van Dyck- Humano Clase Alta
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Como si de cualquier cosa se tratara, me arrastraba por el salón rumbo a un destino incierto. Siempre había sido lo mismo con Darcy, era el quien me sugería desviaciones en el camino solo para presentarme a los fantasmas de la diversión y el vicio. Le escuche sin darle mucho crédito a sus palabras y me sorprendió un poco el acceso de confianza que me vino a dar al final con su pregunta. Demasiada complicidad en encerraba esa simple duda, haciéndome recordar las largas noches en las que me quejaba con el de lo terrible que era el corset, las personas desconocidas y los bailes demasiado largos, el mero “Dominique” sonaba demasiado intimo viniendo de sus labios.
Mi mano, que descansaba en su hombro se deslizo por su cuello y subió hasta sus cabellos enredando mis dedos y haciéndole inclinar su rostro hacia mí en esa una caricia de antaño, encare su mirada con obstinación, sorprendida de cuanto me agradaba volver a reflejarme en sus ojos y al mismo tiempo cuanto los recelaba. Es fascinante como podemos dejar de confiar en alguien, sin que esto provoque que lo apreciemos menos
--- .Yo siempre disfruto de todo de lo que hago, Darcy --- le sonreí con aparente sorna y luego lo empuje lentamente rompiendo el abrazo y nuestro vals ---. Ahora si me disculpa, Conde de Monte Cristo. Debo seguir con las festividades, si usted esta aburrido y no esta dispuesto a esperar las actividades que vendrán en un rato… sabe donde esta la puerta, solo le ruego que antes de hacerlo pase a despedirse –-- Ensanche la sonrisa y tomando mi vestido y le reverencie con educación para marcharme de ahí. Salude con un gesto a quienes me topaba, reconocí a Aetos próximo a la ventana y le sonreí pero me detuve frente a mi madre. Ya habría tiempo de sobra para ir con el después ---. Madre, creo que es buen momento para comenzar la cena, ¿me permites el honor de acompañarte hacia la mesa?
Una sonrisa amable y encantadora solo para mi madre y tome su mano para llevarla conmigo a la mesa de principal. Con un ademan de mi mano hice venir a una sirvienta para ordenarle traer los alimentos, la pequeña musa asintió y a paso presuroso desapareció entre los invitados.
--- Que pensativa se ha quedado la reina. ¿Me podrías decir que te perturba? --- Pregunto en voz premeditadamente cómplice y muy cerca de su oido.
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Flotando como dos copos de nieve en medio de la inmensidad del espacio antes de caer al suelo, así se encuentran danzando en esa pista ambos cuerpos. Los movimientos son refinados, las piruetas son creadas con delicadeza y hermosura. Dos máscaras, dos sonrisas que esconden intenciones diferentes o quizá no tanto. Las palabras del caballero hacen que Lorraine se contraiga, no… no le iba a morder allí frente a toda la multitud, quien hubiese imaginado semejante cosa, realmente no la conocen aún… - Las apariencias engañan Monsieur – Comenta, con una sonrisa expandiéndose en sus labios, la cual disminuye al notar, tras la silueta de Van Dyck, ese maldito beso que nunca debió ser. Hace rechizar sus dientes en esa cólera que esta consumiéndola ¿Cuál es la palabra correcta? ¡Oh, sí! Celos.
En sus entrañas siente ese deseo idiota por desquebrajar los huesos de alguien, del primer imbécil que se le cruce en el camino… No, ese humano no tiene porque pagar el error de Lucern y esa estúpida humana, pero entonces ¿Qué hará? Arquea una ceja por encima del antifaz, sus labios engendran esa mueca demoniaca, se relame los labios, el juego ha comenzado. No piensa perder, no quiere ser la tarada que sufra por un desplante de esos. – Dejemos que sea el momento quien me lo haga saber, las dudas pueden ser disipadas con una palabra y me gustan más las sorpresas – Aparta su mano del hombro del mortal para sujetar su barbilla. Cuanto daría por hacer girar su cabeza hasta dejar inservibles sus cervicales, pero ha elaborado algo mucho mejor… Se relame los labios saboreando el elixir que corre por sus venas, sus dedos acarician delicadamente la mejilla de Van Dyck – Eso sería perfecto – Sí, no hay nada mejor que jugar con él para su propio beneficio. Sus labios se aproximan hasta los de él, besa la comisura, deja que su aliento lo embriague, permite que las manos del humano se paseen por su cuerpo – La noche es hermosa… ¿Le importaría acompañarme al balcón e iniciada la cena sentarse a mi lado? No conozco a nadie aquí – Al decir esto, clava su mirada retadora en las pupilas de Lucern – no quiero sentirme sola el resto de la noche, además me complacería demasiado que, alguien como usted, me escolte en esta mágica velada – Sonríe, se encoge de hombros como quien juega a ser una desprotegida inocente, se encamina hacía la salida y extiende su mano para que él la siga.
En sus entrañas siente ese deseo idiota por desquebrajar los huesos de alguien, del primer imbécil que se le cruce en el camino… No, ese humano no tiene porque pagar el error de Lucern y esa estúpida humana, pero entonces ¿Qué hará? Arquea una ceja por encima del antifaz, sus labios engendran esa mueca demoniaca, se relame los labios, el juego ha comenzado. No piensa perder, no quiere ser la tarada que sufra por un desplante de esos. – Dejemos que sea el momento quien me lo haga saber, las dudas pueden ser disipadas con una palabra y me gustan más las sorpresas – Aparta su mano del hombro del mortal para sujetar su barbilla. Cuanto daría por hacer girar su cabeza hasta dejar inservibles sus cervicales, pero ha elaborado algo mucho mejor… Se relame los labios saboreando el elixir que corre por sus venas, sus dedos acarician delicadamente la mejilla de Van Dyck – Eso sería perfecto – Sí, no hay nada mejor que jugar con él para su propio beneficio. Sus labios se aproximan hasta los de él, besa la comisura, deja que su aliento lo embriague, permite que las manos del humano se paseen por su cuerpo – La noche es hermosa… ¿Le importaría acompañarme al balcón e iniciada la cena sentarse a mi lado? No conozco a nadie aquí – Al decir esto, clava su mirada retadora en las pupilas de Lucern – no quiero sentirme sola el resto de la noche, además me complacería demasiado que, alguien como usted, me escolte en esta mágica velada – Sonríe, se encoge de hombros como quien juega a ser una desprotegida inocente, se encamina hacía la salida y extiende su mano para que él la siga.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: Los Placeres de la Isla Encantada [ Priv. Con Invitacion]
Dominique Fontaine escribió:
Como si de cualquier cosa se tratara, me arrastraba por el salón rumbo a un destino incierto. Siempre había sido lo mismo con Darcy, era el quien me sugería desviaciones en el camino solo para presentarme a los fantasmas de la diversión y el vicio. Le escuche sin darle mucho crédito a sus palabras y me sorprendió un poco el acceso de confianza que me vino a dar al final con su pregunta. Demasiada complicidad en encerraba esa simple duda, haciéndome recordar las largas noches en las que me quejaba con el de lo terrible que era el corset, las personas desconocidas y los bailes demasiado largos, el mero “Dominique” sonaba demasiado intimo viniendo de sus labios.
Mi mano, que descansaba en su hombro se deslizo por su cuello y subió hasta sus cabellos enredando mis dedos y haciéndole inclinar su rostro hacia mí en esa una caricia de antaño, encare su mirada con obstinación, sorprendida de cuanto me agradaba volver a reflejarme en sus ojos y al mismo tiempo cuanto los recelaba. Es fascinante como podemos dejar de confiar en alguien, sin que esto provoque que lo apreciemos menos
--- .Yo siempre disfruto de todo de lo que hago, Darcy --- le sonreí con aparente sorna y luego lo empuje lentamente rompiendo el abrazo y nuestro vals ---. Ahora si me disculpa, Conde de Monte Cristo. Debo seguir con las festividades, si usted esta aburrido y no esta dispuesto a esperar las actividades que vendrán en un rato… sabe donde esta la puerta, solo le ruego que antes de hacerlo pase a despedirse –-- Ensanche la sonrisa y tomando mi vestido y le reverencie con educación para marcharme de ahí. Salude con un gesto a quienes me topaba, reconocí a Aetos próximo a la ventana y le sonreí pero me detuve frente a mi madre. Ya habría tiempo de sobra para ir con el después ---. Madre, creo que es buen momento para comenzar la cena, ¿me permites el honor de acompañarte hacia la mesa?
Una sonrisa amable y encantadora solo para mi madre y tome su mano para llevarla conmigo a la mesa de principal. Con un ademan de mi mano hice venir a una sirvienta para ordenarle traer los alimentos, la pequeña musa asintió y a paso presuroso desapareció entre los invitados.
--- Que pensativa se ha quedado la reina. ¿Me podrías decir que te perturba? --- Pregunto en voz premeditadamente cómplice y muy cerca de su oido.
Sonreí a mi hija con cariño aquello era cierto la noche ya entraba y la cena debía ser servida -excelente idea cariño, vamos la hermosa sonrisa de mi hija me saco de mi estado de ensueño y casi meditabundo entre el barullo de la gente, le tome de la mano y caminamos hasta la mesa de honor.
En el camino no pude recordar el primer baile de Dominique y que le llevaba de la mano por el salón presentandole a la gente, ella sonriendo con elegancia natural y entablando conversaciones que para alguien de seis años eran muy maduras, suspire con cariño "por que un baile de mascaras con una atmosfera tan extraña me traía el recuerdo de un baile de verano en el jardín junto con mi pequeña?" no sabia la razón pero la verdad era que ahora tomaba de la mano no a una niña sino a una mujer elengante y reluciente, aquello me lleno de alegría que casi me roba una lagrima mas sabía como comportarme .
Al llegar a la mesa me senté junto a mi amado rey, sonreía pero no era como antes, parecía una estatua de mármol apenas intercambiando palabras con alguno de sus consejeros y amigos siempre en murmullo "serán acaso mis temores reales" era el pensamiento que recorría mi mente casi a diario inclusive entre el ambiente festivo del baile
En el camino no pude recordar el primer baile de Dominique y que le llevaba de la mano por el salón presentandole a la gente, ella sonriendo con elegancia natural y entablando conversaciones que para alguien de seis años eran muy maduras, suspire con cariño "por que un baile de mascaras con una atmosfera tan extraña me traía el recuerdo de un baile de verano en el jardín junto con mi pequeña?" no sabia la razón pero la verdad era que ahora tomaba de la mano no a una niña sino a una mujer elengante y reluciente, aquello me lleno de alegría que casi me roba una lagrima mas sabía como comportarme .
Al llegar a la mesa me senté junto a mi amado rey, sonreía pero no era como antes, parecía una estatua de mármol apenas intercambiando palabras con alguno de sus consejeros y amigos siempre en murmullo "serán acaso mis temores reales" era el pensamiento que recorría mi mente casi a diario inclusive entre el ambiente festivo del baile
Géraldine Fontaine2- Realeza Francesa
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