Entre los pensamientos muertos de mi alma...

Recuerdo del primer mensaje :

No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.

Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...

Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.

Dios, que asco de tipo. Vigilar el hostal? Abusaba muy bien de su poder policial. Tuve que asentir ante su pregunta.
-Muy bien, a las 11. Sea untual.-no mire en ningun momento al acompañante que iba a quedarse pero no ibamos a darle trato servicial. Iba a auyentar a los clientes y estoy segura de que esta noche nadie más querria entrar con ese fortachon alli. Cuando Shaun volvio, le explique que debia hacer y, sin mirar ni de reojo al grandote, me fui de alli. Debia encontrarlos mientras aun podia.

Vole por las zonas, intentando sentir el efluvio de Justin o el de John, corria y volaba intentando encontrarlos. Un disparo me llamó la atencion y, como una bala misma, llegue alli en cuanto pude.

Punto de vista de Justin:

El hechizo habia funcionado. Los guardias y los conductores estaban muy mareados para poder levantarse bien. Corri hasta John y lo libere de una extraña capucha que tenia. Le sonrei.
-Descuida, pude localizarte en cuanto tuve una vision.-solte sus ataduras como pude.-Use un hechizo para que te regeneres pero no debes volver al hostal.-escuche un ruido metalico delante de mi y puse mi mano en mi cinturon para tomar la pistola pero el hombre fue más rápido y me dio en el brazo, haciendo que soltase el arma. Grite bastante, dolia y mucho. Iba a dispararle a John pero, aun no lo creo, Jaks saltó sobre ese tipo golpeandole en la cara.
-Corran! Vayanse de aqui!-yo me quede en estado de shock pero hice lo que me dijo: con mi brazo sano, solte lo que quedaba de las ataduras de John y me pude de pie. Jamas habia visto a Jaks pelear asi...

Caí del carruaje a la tierra firme y sentí como podía hundir mis uñas en la tierra, aún seguíamos en el bosque. Escuché muchos gritos pero en especial uno hizo que se me helara la sangre de inmediato. No era un grito común sino un rugido de odio y frustración al mismo tiempo, y procedía del carruaje. Entonces alguien me quitó la capucha y pude ver a Justin que me sonreía e intentaba explicar lo sucedido. Asentí rápidamente pues nos encontrábamos rodeados por aquellos tipos. Mientras me desataba pude notar el arma en el cinturón de Justin, había venido preparado sin duda era un gran mago. Entonces un estallido a su espalda, que no le dio tiempo a recaccionar desenfundando su alma, hizo que le hiriesen en el brazo y su arma cayese bajo el carruaje, perdiéndose de vista de todos. Me había quedado medio a desatar e intenté incorporarme como pude viendo que aquel sería nuestro fin si no hacía algo pronto.

Casi cuando uno de aquellos tipos estaba por apretar el gatillo, la madame apareció saltando sobre él y golpeándole en la cara, saliendo despedido por la fuerza hasta estrellarse contra uno de los árboles donde quedó atravesado por una rama, casi inmóvil. La madame nos gritó que huyéramos mientras ella encaraba a los dos hombres restantes que la apuntaron a la vez. Justin me terminó de desatar lo que quedaba de las ataduras y se puso en pie dispuesto a huir de aquel conflicto pero no podía dejar sola a la madame. Había venido a salvarme, si huían ¿qué sería de ella? Cogí impulso para saltar hacia uno de ellos, lanzándome ferozmente a por él, pero algo me impacto en el aire y me lanzó lejos adolorido. Tenía varios cortes en la cara bastante profundos por donde sangraba. Cuando miré de nuevo hacia la madame me quedé inmóvil. Un ser encapuchado estaba sobre el carruaje de cuclillas, su rostro quedaba oculto pero sus colmillos sobresalían por su labio inferior, era un vampiro.

Aquel ser debía ser el qe había ordenado su captura y el que había intentado secuestrarlo. Entonces hizo una mueca de sonrisa y saltó en dirección a Justin, agarrándole de la cabeza y clavándole sus dientes en el cuello, inyectándole su ponzoña. Rugí y me lancé hacia él con la intención de alejarlo de Justin antes de que le arrebatase su vida pero un disparo me dio de lleno en la columna, hiriéndome gravemente, perdiendo el equlibrio y cayendo al suelo en el acto, derribado. El hombre al que la madame Jacquelina había lanzado contra aquel árbol había hecho su última "buena acción del día". El vampiro dejó caer a Justin al suelo mientras se retorcía de dolor, con convulsiones cada vez más violentas y se aproximó a mi quedando a escacos centímetros. Me pareció que se dirigió a la madame mientras me agarraba por la muñeca y el costado. -Tendrás que elegir entre salvar de las garras de un igual a ti a tu joven y dócil lobo, o salvar la vida de tu apreciado consejero y amigo, el hechicero Justin. No le queda mucho tiempo, mi ponzoña se expande rápidamente, ya sabes la única forma de detenerla. Cerré mis ojos. El dolor de aquella bala de plata que tenía en mi cuerpo me estaba matando poco a poco. Aquel vampiro me cargó como si nada sobre él y echó a correr por el bosque, huyendo para siempre de allí, conmigo.

No podia creerlo, otro vampiro habia hecho de las suyas. John estaba gravemente herido y Justin estaba en proceso de cambio.
-No!!-me acerque a mi pobre recepcionista y me dio un dolor muy fuerte en el pecho. Que horrible escena...
-Tendrás que elegir entre salvar de las garras de un igual a ti a tu joven y dócil lobo, o salvar la vida de tu apreciado consejero y amigo, el hechicero Justin. No le queda mucho tiempo, mi ponzoña se expande rápidamente, ya sabes la única forma de detenerla.-luego se lo llevó a John.
-Quién te dijo que vine sola?-dije en alto.-Ahora!!-el bosque se cubrio de una niebla muy espesa, los hombres que quedaban volaron por el aire clavandose en las ramas de los arboles muriendo al instante. Luego aparecio ante Justin y yo un hombre un poco más alto que yo, tenia el pelo largo por detrás, llevaba puestos unos guantes con simbolos extraños, una camisa blanca, un extraño moño alargado en el cuello de color rojo y pantalones grises dentro de botas de cuero negras. Tambien llevaba un tapado rojo sobre sus hombros y anteojos con cristales amarillos. Bastante atractivo, elegante y con una sonrisa que a cualquiera podría inspirarle confianza o terror.
-Hacia tiempo que no empalaba a muchos a la vez...-dijo riendose y quitandose sus lentes amarillos.
-Conde, no sé cómo detenerlo! Esto jamas me ocurrio!-le dije con mucho miedo pero el estaba inmutable.
-Es virgen.-lo mire levantando la ceja.-Sino fuera asi, se convertiria en algo peor que un vampiro. Déjame con él a solas. Vete por tu lycan o no lo conseguiras.-asenti y le di una ultima mirada a Justin.
-Estarás bien.-me puse de pie y corri como nunca antes lo habia hecho.

El rastro aun estaba fresco y el bosque estaba bajo una trampa del Conde, la niebla era muy espesa y el bosque era un laberinto. Mala combinacion. Me habia llevado el arma de Justin que habia visto caer bajo el carruaje volcado. No iba a dejarlo vivo. Lo encontre llevandoselo pero se le noto que estaba algo confundido. John tenia una bala de plata en su cuerpo y debia extirparsela pronto sino, moriria.
Me agarre de una rama, dandome un impulzo y cai sobre él, golpeandole la cara y estrellandolo contra un arbol. John cayó al suelo pero no podia dejar que aquella sabandija se me escapara.

Me agarro de los hombros y trato de lanzarme pero me agarre de sus muñecas y eleve mis piernas para golpearle el rostro y su estomago. Antes de que dijera algo, tome la pistola y le dispare pero no en el corazón. No. Queria darle un escarmiento. Corri hacia John, estaba perdiendo la conciencia y sus latidos eran cada vez más lentos. Abrase su cabeza.
-John, por favor, resiste. Sigue despierto, no te vayas! Quedate conmigo, por favor.-sostuve su mano con una de las mias y con la derecha tome la pistola apuntandole al bastardo vampiro.-Qué quieres con este lobo?! Habla!-al solo reirse y no contestar, le dispare en las dos piernas y su vientre.-Contestame!-y le apunte esta vez al corazón.

Punto de vista de John:
Antes de que el vampiro echase a correr conmigo, cargado sobre sus hombros, un grupo de hombros salieron detrás de los árboles y atacaron a los hombres que quedaban de pie contra los árboles acabando con sus miserables vida en el acto. La madame había llamado al Conde quien rápidamente la había ofrecido su ayuda. El vampiro echó a correr, intentando escapar de aquel lugar conmigo mientras el Conde se encargaba de Justin y la madame nos seguía de cerca. Pude ver vagamente como la madame saltaba hacia una rama y se impulsaba hacia nosotros golpeando al vampiro y consiguiendo que mi cuerpo quedase libre nuevamente, aunque no podía moverme. La bala en mi columna me estaba pasando factura y pronto podría ser demasiado tarde.

La madame me sostuvo la cabeza y luego agarró mi mano. Notaba como las fuerzas me abandonaban poco a poco, ya casi ni podía hablar y mi visión se nublaba con facilidad a cada movimiento. Oí los chasquidos de la pistola pero parecía que estuviesen a cientos de metros de distancia, tan sólo sabía que era la madame quien disparaba porque veía en su mano sostener la misma pistola manchándose por la pólvora de ésta. Parecía como si estuviera abandonando aquel mundo y mi cuerpo etéreo se saliese de mi cuerpo mortal para siempre. Oí la voz de la madame, podía ver su tez pálida con aquel rostro de ira y esbocé una débil sonrisa. Resultaba tentadoramente atractiva en aquel estado, sin duda era una gran madame a quien nunca olvidaría.

Punto de vista del vampiro:
Habían sido más listo que él. Había despreciado la ayuda que el Conde le ofrecía a la madame y lo estaba pagando a un alto precio su error. A John le quedaban escasos minutos de vida. Sonrió ante aquella escena tan enternecedora y la madame le disparó tres balas más a la que ya llevaba en el interior de su cuerpo. La siguiente iría directa a su corazón. Sin embargo, el vampiro no cesó en su risa a pesar de que estaba perdiendo mucha sangre y ya sus fuerzas flaqueaban. -¿Qué es lo que deseo de ese perro? Nada, por supuesto Caminó hacia adelante mientras se quitaba la capucha para dejar ver su rrostro. Era un vampiro primerizo, tenía los rasgos propios de un joven a quien acababan de convertir, los ojos inyectados en sangre, los colmillos sobresalidos a sus labios, la tez completamente pálida y dos cicatrices en su cuello en forma de círculos que denotaban que lo habían convertido.

-Ha sido muy ilusa madame Jacqueline para pensar que podíamos estar interesados en ese animal. Escupió hacia donde estaban ellos y se detuvo a un par de metros de distancia. -Por si no se ha dado cuenta, él se está muriendo y la única culpable sois vos, por no saber aceptar una petición de un ser superior. ¡Es indignante! que un vampiro se digno al simple trato con esa clase de estirpe de esclavos, perros sarnosos que huelen a kilómetros y van dejando su tufo por doquier. Seres conflictivos y exasperantes que no entienden el significado de la vida, que no acatan a los seres superiores ¡nosotros! Madame, se rebaja a esa clase tan sucia que me repugna el simple hecho de que haya tenido que venir hasta aquí para capturarle Casi sin más tiempo para reaccionar salto en el aire y se precipitó como una lanza hacia sus enemigos la madame y John, el licántropo dispuesto a todo.

Porqueria de basura neófita. No sabe con quien estaba hablando pero sus estupidas palabras me dieron a entender una cosa: Alfred los contrato. Convirtio a este niño estupido para hacer el trabajo sucio y tratar de alejarlo de mi. Grave, gravisimo error. En ese pequeño instante que él se arrojo a nosotros, le apunte al pecho y le dije:
-Nunca me rebajo...ustedes lo hacen...-le dispare de nuevo justo en medio de su corazon. Por la fuerza cayo hacia atras y no se movio. Su cuerpo pronto se volvio polvo y lo unico que quedo de él fue su ropa y su capa.-Bastardo.-ahora por sus palabras ardería en el infierno.

Deje el arma y mire a John con suma tristeza. estaba demasiado debil y no queria moverlo o levantarlo. Quizas seria peor pero no podia dejarle morir.
-John, por favor aguanta...Te quitare la bala y te vas a poner bien.-pero la bala era de plata. Si la tocaba me quemaria...aunque ya no me importaba. Lo levante un poco, colocando mi mano bajo su herida. Meti tres de mis dedos e hice una mueca de dolor, me ardia muchisimo. Respire hondo y se la quite, arrojandola lejos. Movi un poco mi mano.-Ya esta, ya te la quite. Tienes que aguantar, John. No te puedes ir...-le coloque mi velo a la salida de la herida para detener su hemorragia. Verlo asi me hizo entristecer muchisimo, no pude contener mis lagrimas. Pase mi mano por su rostro.-Lucha con esto, como lo has hecho otras veces...

Punto de vista del Conde:

No entendia porque debia salvar de convertirse a un niño como aquel. Convulsionaba y simplemente parecia faltarle muy poco para ser un vampirito de clase baja en poderes. Aunque si sobrevive y demuestra que vale la pena seguir en la no-vida, le respetaria. No cualqueira se gana el noble derecho de vivir dos veces.
Parecia querer decir algo por lo que segui callado.
-Co-co-conde...n-no qui-iero...mo-mo-rir...-entrecerre mis ojos.
-Si te salvo, tardaras en recobrarte. Quieres aun estar vivo?
-...si...-fue la palabra más clara que habia logrado articular. Me incline ante él y tome su cuello. Parecio tensarse, creyo que le morderia. Hice presion con dos de mis dedos sobre las marcas del vampiro y en pocos segundos, la ponzoña comenzo a salir junto con algo de sangre. Cuando acabo de salir, que ya nada más salia, lo cargué en mis brazos y él parecio perder la conciencia.
-Te admiro...-comencé a caminar hacia donde mi Rosa estaba. La encontre llorando mirando al lycan, desde mi posicion podia escuchar que los latidos de él estaban muy debiles. Ella me miro muy triste.
-Conde...no quiero que se vaya...-dijo con la voz quebrada. Suspire.
-Lo mismo escuche de ti cuando tu esposo fallecio. Recuerda que te dije que si él queria irse, debias aceptar que era lo mejor.-en eso, ella puso el rostro serio y parecio considerarlo.
-John, puedo salvarte...pero tienes que decirme que si...no quiero que seas infeliz de nuevo...dime, por favor, quieres que te salve?-sabia cual era su plan pero necesitaba la contestación del lycan.

No podía ya ver nada más que figuras borrosas que se movían delante de mi. Todo resultaba tan lejano, tan ajeno a mi. Me giraron y noté una punzada de dolor terrible en mi dorsal como si alguien me estuviese atravesando constántemente. Emití un suspiro de dolor cuando noté como extraían de mi herida la bala que casi estaba apunto de acabar con mi vida. Todas mis fuerzas me habían abandonado ya y apenas podía mantenerme consciente ante lo que sucedía a mi alrededor. Noté como caían gotas sobre mi rostro ¿lluvia? o...¿alguien estaba llorando? Intenté levantar mi mano pero no me respondía. Entonces escuché la voz de la madame preguntándome algo. Parecía realmente triste y destrozada. Ya no podía ver con claridad su rostro pero sabía que era ella quien me tenía entre sus brazos. Me quería oír. Quería oír que aún tenía algo de vida. Aunque fuese mi último suspiro se lo daría para ella. No estaba dispuesto a que la muerte me llevase aún antes de que oyese una vez más mi débil voz.

Reuniendo todas las fuerzas posibles que quedaban escondidas en el fondo de mi ser. Logré vocalizar una simple palabra que salió como un susurro lastímero de mis labios hacia los oídos de la madame. -Si.... Mantuve los ojos abiertos mientras sentía como mi vida me abandonaba poco a poco. Habían sido demasiadas heridas, demasiados combates en aquellos días y mi cuerpo había sobrepasado ya su límite. Esperaba poder volver a hablar con la madame, quizás con la otra vida, nunca lo sabría. Esperaba que todo hubiese sido un mal sueño y despertar en mi lecho para ir a trabajar como cada tarde y volverla a ver. Cerré mis ojos y todo quedó en la misma oscuridad.

Punto de vista de Jacqueline:

Escuchar esas palabras hizo que de mi ser mi corazon pareciera volver a latir pero John habia cerrado ya sus ojos y su alma parecio apagarse. No habia mucho tiempo antes de que fuera muy tarde.
-Conde, rápido, dele una de sus vidas!-si me revivia a mi, quizas podria revivirlo a él tambien. Pero él se quedo quieto, mirandome, sosteniendo a Justin. Me pregunte si estaria muerto pero parecia más bien dormido.
-No puedo hacer eso. Mis vidas solo sirven contigo porque yo siento algo por ti, este hombre me da igual aunque me haya demostrado que merece seguir caminando.-sus palabras fueron horribles, era mi ultima esperanza aquello. Ahora no sabia que más hacer.
-Por favor, Conde! Está muriendo y quiere salvarse! Por favor!-pero ya era tarde. Su corazón se habia detenido y aquella fue su ultima palabra. Recoste el cuerpo de John en el suelo y lo mire con mucha tristeza.

Apoye mi mano sobre su corazón, ahora detenido. El Conde estaba inmutable, solo volvio a colocarse los anteojos cubriendo sus ojos rojos y aun sosteniendo a mi joven mozo. Cerre mis ojos, llorando, era tarde ahora para revivirlo...
-Era mi unica oportunidad de que regrese...ya he perdido demasiado en esta vida y en las anteriores...Mi Ryan y mi Lucy...Ay, John...-mire su rostro.-...tienes que regresar...no te puedes ir, no quiero estar sola de nuevo...vuelve conmigo...no te vayas...-despues me acerque a su oido y susurre unas palabras especiales y solo para él. Luego me levante de nuevo y solo me quede observandolo. Ahora estaba tranquilo pero ahora yo deseaba caer...

De la nada, una luz blanca bajo de mi brazo y se posó en su pecho, metiendose dentro de su cuerpo. Mire aquel acto muy sorprendida pues eso jamas me habia ocurrido antes.
-Le estas dando una de tus vidas. Una de las que arrebataste tambien de este mundo. Tú misma lo estás salvando.-la luz parecio expanderse a todo su cuerpo y luego desaparecio. Mantuve mi mano alli y mi mirada en él, callada y espectante. Volvi a bajar mi mirada, parecia que no habia resultado. Todo estaba calaldo. Sentia el viento en mi rostro, algunos insectos dando vueltas, hasta a una araña tejiendo su red cerca de una rama.

Entonces...algo más...muy quedo al principio, como una ilusion, pero fue en incremento...era...su corazon...estaba latiendo de nuevo...

Quedé sumido a la más pronfuda oscuridad. Allí, sopesándose, mi cuerpo permanecía inalterado en la espesura de las sombras. Me sentía rodeado por éstas, malevolas lenguas que cuchicheaban a mi alrededor y se mofaban de mi desgraciada vida. Quise abrir los ojos pero no podía, el dolor era tan intenso que me hacía que bajase mis párpados de nuevo. Entonces un estruendo ensordecedor acalló aquellos chismes de las sombras y el espacio quedó sumido en un silencio espectral. Una voz lo quebró, haciendo eco por todos los rincones de aquel abismo, me hablaba a mi.
-John, hijo mío, me has decepcionado. Eras un gran luchador en el pasado pero tus facultades se han visto envueltas en ese vulgar sentimentalismo hacia esa vampira y te ha cegado hasta llevarte a la muerte. Eres débil, y tu corazón también lo es.
Podía escuchar perfectamente aquella voz como si la tuviese delante. Intenté, una vez más, abrír los ojos. Los párpados me pesaban y luchaban contra mi para impedírmelo.
-¿Quieres abrir los ojos, John? Ya es tarde para ti, ¿acaso no lo ves? Estás muerto.

Sentí como si alguien estirara mis ojos y entonces pude ver. Ante mi había una gran esfera de luz desde la cual provenía aquella voz. Iluminaba todo a mi alrededor y alejaba a la oscuridad y sus sombras, asustadas y enfurecidas. Pude ver el reflejo de mi cuerpo en aquella esfera. Pude ver mi rostro, sin cicatrices, tal y como había sido en un principio, pero algo no era igual. En lugar de mis ojos azules, en la cuenca de éstos, había una bolsa con un líquido celeste conectado mediante venas que entraban y salían de mi cabeza. Levanté mi mano hacia uno de ellos, llevando mi dedo cerca para tocarlo. Era extraño pues no sentía nada inusual de lo que hubiesen sido mis ojos al encontrarse allí. Antes de que pudiese hacer contacto con ellas, esa bolsa se rompieron y el líquido comenzó a derramarse por mis mejillas, humedeciéndome la cara.
-¿Deseas vivir una vez más? ¿No has causado ya demasiado sufrimiento para tener derecho a tu vida? Nunca te rindes eh, John. No habrá una próxima vez. Ahora vive.

La esfera de luz emitió un estallido cegador de luz haciendo que mis ojos se cerraran al instante. El líquido azul derramado, comenzó a recorrer todo mi cuerpo como si de un río se tratase. Aquel líquido estaba frío y me calaba en los huesos congelándome. De la esfera de luz salieron varios lazos que me rodearon cubriéndome mis sentidos y mis órganos vitales. -¿Listo John? La sombras contraatacaron con oscuridad, no iban a dejar que se llevaran aquel cuerpo que les pertenecía, pero era demasiado tarde. La esfera de luz emitió un último estallido y desapareció de aquel abismo dejándolo completamente sumido en la oscuridad. Mi cuerpo ya no estaba allí.
Mi corazón comenzó a latir y emití un leve gemido de dolor mientras intentaba abrir mis ojos. Había recuperado la consciencia pero mis sentidos me engañaban y no sabía si era de día o de noche. Intenté abrir los ojos pero me sentía realmente cansado y débil.

Sus latidos se intensificaron y escuche como suspiraba con un apice de dolor. Aun estaba dolido pero estaba vivo. No lo pude contener y lo abrase, llorando de la alegria de no haberlo perdido. Me sentia muy bien, muy feliz...era cierta aquella frase a la cual jamas habia entendido ni prestado atencion como se debia: la esperanza es lo ultimo que pierdes.

Me separé de él y me sequé las lagrimas, con mucho cuidado, cargue a John en mi espalda. Estaba más pesado de lo que recordaba. Mire al Conde.
-Debo llevarmelo a su cabaña, aun esta herido y debo llevarlo a que descanse mientras aun sea de noche...Muchas gracias por su apoyo, mi Señor...-le sonrei ampliamente, estaba muy agradecida con él.
-Ve. Yo lo llevare al hostal, debe dormir.-eso me alivio, porque significaba que Justin seguia siendo humano. Al parecer sí habia forma de curar a alguien de la ponzoña vampirica.

Comencé a alejarme de alli, notando como la neblina se alejaba y solamente se veian los arboles del bosque. Camine bastante, no queria correr para que John no se marease o algo peor. Asi regresamos a su hogar muy bien escondido. Abri la puerta y lo recoste con cuidado en su cama, arropandolo. Cerre la puerta y me quede a su lado, aguardando por otra señal. Le habia envuelto con mi velo donde tenia aquella herida de bala; ya no sangraba pero era solo por si se movia bruscamente y le pasaba algo más. No me movi de su lado, espere a que reaccionase y volviera a despertar.

Estaba muy aturdido aún. Me dolía todo el cuerpo y apenas era capaz de moverme. Noté como alguien me movía, cargándome sobre ella, y nos desplazamos por el bosque. No sabía si sería amigo o enemigo pero parecía que quería protegerme. Intenté aguantar despierto a pesar de mis heridas hasta que, nuevamente, sentí como mi cuerpo se movía hacia un lado recostado sobre un lecho. Miré a mi alrededor. El lugar era tal y como mi propia cabaña en el bosque, aunque nadie más que yo sabía donde se encontraba ésta. Giré mi cabeza y pude ver a alguien junto a mi. No llevaba el velo sobre su cabeza y pronto supe de quién se trataba. -Madame...

Una bocanada de sangre me impidió hablar más. Necesitaba reposo, demasiadas heridas mortales en tan poco tiempo. Levanté mi mano hacia ella. Era la segunda vez que me rescataba de las garras de la muerte y cuidaba de mi. Poco a poco fui recobrando la visión y las fuerzas para que mi cuerpo me hiciera caso a lo que le ordenaba. Sentí un escalofrío y como mi boca estaba seca. Carraspeé. -Gracias... Estaba bien arropado y no experimenté ninguna sensación de fiebre. -Madame, necesito.... agua... le dije intentando incorporarme un poco, sintiendo una punzada de dolor en mi espalda.

Lo mire con una sonrisa radiante, estaba tan contenta de que él estuviera bien...Aun estaba debil y sus heridas eran demasiado recientes como para dejarlas de lado. Escuche su voz, que dicha, y en un simple parpadeo, ya habia traido una cantimplora con bastante agua. Siempre que estaba herido debia de beber bastante. Deshidratación supongo...
Me acerqué y le di de beber. No pude evitar decirle algo:
-Por un momento...pensé que ya no habria forma de salvarte...Crei que la oscuridad iba a llevarte a ti tambien...-las palabras del Conde fueron lo que me desalentaron porque al no sentir nada por él, no quizo salvarlo, por más de que dio señales de que asi lo deseaba. Suspire. Ahora estaba bien y eso era lo que me importaba ahora. Luego de beber varios tragos, tapé de nuevo la botella y la deje a un lado de su cama; a mano por si volvia a tener sed.-Como te sientes?

Trajo una botella y rápidamente di varios sorbos refrescándome la garganta. En aquel momento las tripas me rugieron y sonreí medio de lado ya que el dolor en la espalda era casi insoportable. Me volví a tumbar en el lecho girando mi cabeza para mirarla. -Fue algo... distinto. Yo... realmente vi la oscuridad Recordaba perfectamente aquella esfera de luz y la voz que procedía de su interior. De pronto recordé a Justin siendo mordido por aquel vampiro. Si la madame estaba conmigo... -¿Qué ha pasado con Justin? ¿Cómo me encontrasteis? Ya podía distinguir claramente la tez de la madame y observar aquellos ojos verdes. Mis sentidos habían vuelto a la normalidad y, aunque no estaban del todo agudizados, podía sentir mi alrededor.

Repasé con una mirada rápida el lugar, sin duda, era mi cabaña. ¿Cómo la habría encontrado la madame? -Lo siento madame, pero creo que necesitaré varios días más ausentes en el hostal Le tome su mano, que estaba gélida como el propio hielo y la sostuve junto a la mía. -¿Mataste a aquel vampiro?Tenía muchas preguntas por hacerle y que me contestase. En ese momento me sentí igual que un niño que no comprendía nada de lo que pasaba y necesitase que le explicasen poco a poco los sucesos, como si de un cuento tratara, aunque, en este caso, todo era real.

Asi que él tambien habia probado de lo que era la muerte en verdad...A veces se sentia muy bien el estar abrazado por ella pero cuanto más te abraza, más te consume y más te arruina el alma, despojandote de tus recuerdos por siempre. Estaba muy curioso sobre como habia sido la velada. En cuanto se volvio a recostar, le empece a explicar mejor las cosas:
-Cuando logre ir a buscarlos, en el camino hable con el Conde, un ser que pide mi mano constantemente y que no duda en ayudarme en lo que yo necesite. Siempre usa su don para ver si estoy bien y al no estarlo, quiso ayudarme por si yo salia herida. Él se encargó de Justin, no sé como aun pero le quito todo el veneno de aquel vampirito idiota y ahora se lo llevo al hostal para que repose.-su mano estaba caliente, su cuerpo estaba a la temperatura correcto y eso me dejaba más tranquila.

Recorde las palabras de aquel bastardo que intento llevarse a John y entrecerre un poco la mirada.
-En cuanto a aquel vampiro...sí, lo asesine...pero antes de irse me dio un dato importante...Ahora sé quien lo convirtio. Todo esto que paso fue una trampa para alejarte del hostal y de mi lado para siempre. Hablo patrañas de las clases sociales o alguna tonteria...eran enviados por Alfred...-le dije sin más rodeos.-Ya vera cuando regrese alla...-tendriamos muchisimo de que hablar.

Me pidio unos dias más de descanso, torci mi boca. No podia mentirle al respecto.
-De cualquier forma...iba a pedirte que no vengas por dos semanas al menos...La policia de Paris esta investigandote. Te creen sospechoso de un crimen y a mi me estan interrogando sobre ti, tu ubicacion y demás cosas en las que...bueno...-rei un poco.-..."disfrase la verdad" para encubrirte. No te preocupes, igual mañana debo darte tu pago total por lo que has trabajado y los gastos medicos. Aunque no hayas ido a uno, necesitas reposo y estas cubierto. Mañana antes de encontrarme con aquel Agente, te traere tu paga.

Escuché atento todas las explicaciones que la madame me daba con suma atención. Al parecer, sin la ayuda del Conde no habría sido capaz de hacerlo ella sola. Al igual que Alfred, era un vampiro y pedía la mano de la madame para vivir en la eternidad junto a ella. Me dejó algo menos preocupado el tema de Justin. Había conseguido sobrevivir al mordisco de un vampiro, sin duda, era un humano terriblemente fuerte y cabezota, y un leal amigo. La conclusión me dejó pensativo... Había sido Alfred quien lo había mandado secuestrar para poder casarse con la madame. Ahora comprendía sus acciones, ¿intercambiaría mi vida a cambio de satisfacer su deseo? Cruel sucio traidor, cuando me recuperase ajustaríamos cuentas.

Pero lo que más me preocupó fue el hecho de la investigación de la policía. Lo que no quería que pasase ya había ocurrido. Suspiré llevándome mi mano libre a la cabeza. -Siento darte tantos problemas, madame, a veces pienso que no fue buena idea venir a París después de todo Me sentía terriblemente culpable de todo lo sucedido. No solamente por mi culpa estaban interrogando a la madame sino también, a través de mi, la utilizaban otros para salirse con la suya. -Le prometí no dadle problemas y ha salido todo al revés. No sé ni aún cómo cuida de mi, cuando debería odiarme por exponerla a cada segundo por mi existencia

Asentí débilmente aún con aquellos pensamientos en mi cabeza. Ese dinero serviría para pagar mis medicinas para recuperarme lo antes posible. -Te prometo que te lo devolveré en cuanto sane, te devolveré todo el favor que haces por mi Antes de ir a hablar con aquel policía... algo me daba mala espina en todo ese asunto -Ten cuidado le dije mirándola a los ojos. Estaba preocupado por ella y por lo que podría pasarle en las siguientes horas.

-No hables asi, John.-le pedi negando con la cabeza un poco molesta con su comentario.-Me preocupa tu seguridad y lo que te ocurra, además no puedes culparte de todo lo que ocurre; no eres el primer empleado que desaparece misteriosamente del hostal. Cuando regrese mañana, ajustare unas cuentas con él y lo pondré en su lugar. Ya aguante decadas sus formas de tratar a los empleados vivos como basuras.-y realmente era asi. Ya a muchos los trataba como sirvientes, como perros falderos que eran casi azotados si no obedecian. Eso no tenia porque ser asi, eran personas como nosotros...bueno, vivos, pero personas en si.

-No tienes porqué devolverme el dinero, es parte de tu pago. Quieres pagarme por pagarte lo que has trabajado hasta hoy?-rei un poco ante ello.-Además, no es la primera vez que la policia se mete en mis asuntos. Tu no te preocupes y mejorate. Yo me encargare de tu ausencia en el hostal. Por mis facciones muerta, es muy facil de "disfrazar la verdad" a la policia. Creen todo lo que digo.-le sonrei con calma, la policia no me intimidaba. A veces me resultaba gracioso jugar con ellos.

Con sus palabras me quedé algo más tranquilo aunque en mi mente seguí dándole vueltas a todo aquello que había acontecido aquella noche. Noté como poco a poco el sueño se iba apoderando de esos pensamientos y le miré, algo somnoliento. -Aún así tenga cuidado, hay gente astuta tras ellos y pueden tenderle una trampa. Solté su mano y la guardé bajo las mantas quedándome completamente cubierto por estás excepto la cabeza. Vi como se reía ante mi comentario y se me contagió un poco de aquel pequeño descanso que nos ofrecía tras la tempestad.

La noche iba pasando y disfrutaba de aquella compañía junto a la madame. Ella quiso quedarse a mi lado hasta que la noche durase pero sabía que antes del alba tendría que partir para su letargo hasta la noche siguiente. Yo también debía descansar, mis heridas, con suerte, sanarían un poco al despertar por la mañana y me encontraría un poco mejor. Tendría que ir a cazar pronto, pus no tenía ninguna reserva de carne en mi cabaña pero aquello ahora mismo no era importante. Agradecí que la noche de luna llena hubiese ya pasado y me dejé llevar por los sueños, abrazándome a ellos. -Nos veremos mañana, madame le susurré antes de caer en los brazos de Morfeo.

Me alegro ver que le habia podido contagiar un poco de humor y se tapo bien para descansar. Se notaba que estaba cansado; despues de una pelea asi y volver de la muerte, eso te agotaba y bastante. Le sonrei pase mi mano por su su cabeza.
-Descansa.-y despues se durmio. Parecia mucho más calmado y era un alivio, ya que a veces solo con el dormir podemos olvidar nuestros problemas y lo que acontesen siempre en nuestra vida. Yo cuando necesitaba paz casi siempre iba a mi santuario en el bosque pero sino podia, me quedaba encerrada en mi ataud. No hay un lugar más tranquilo en el mundo que dentro de una pequeña cajita...

Me quede mirando por la ventana un rato por si se atrevian a tendernos una emboscada o si alguien habia sobrevivido y nos siguieron. Lo dudaba, John habia escondido muy bien su cabaña, pero solo era una precaucion. Me estire un poco. El Conde no me habia buscado para pagarle este favor y eso era inusual; cada vez que le pedia un favor, siempre se lo compensaba pero esta vez no aparecio. Quizas no queria importunarme o no quiere entrar aqui.

Me entretuve un poco escuchando los sueños extraños de mi empleado durmiente, riendo para mis adentros ante algun comentario sin sentido y, ante los primeros signos del alba, ya era hora de ponerme en marcha hacia el Hostal. Antes que nada, tome un papel y una pequeña minilla que encontre en una esquina. Escribi:
-Ojala te encuentres mejor. Recuerda que no debes regresar al hostal hasta que las cosas se calmen. Trata de no llamar mucho la atencion por estos lugares. Yo volvere esta noche en cuanto me desocupe con uno de los policias. Por favor, ten cuidado... Jackie.-se lo deje en la mesilla, cerca de su botella de agua, asi la veria más fácil.
Abri la puerta y, en lo que canta un gallo, llegue al hotel antes de que las cosas se calienten.

Punto de vista de John:
Cuando desperté estaba solo en la cabaña. Ya era de día y la luz del sol entraba por la ventana iluminando parte de la cabaña dándole un aspecto lúgrube al lugar. Me intenté incorporar rápidamente pero un pinzamiento en la espalda me hizo volver hacia atrás y permanecer tumbado un poco más.El dolor seguía siento muy intenso en la parte de la espalda. Me quité las mantas y saqué mis pies para apoyarlos en el suelo. Respiré hondo y me levanté tranquilamente apoyando mi peso en el cabecero. Fui a agarrar la botella de agua de la mesita donde la madame la había dejado y vi que había una nota junto a ésta. La leí. Era de la madame y quería que no me acercase al hostal ni llamase la atención. Dejé la carta sobre la mesa y bebí de la botella.

Punto de vista del agente Smith:
Se había arreglado con un curioso traje galante para el encuentro con la madame aquella misma noche. Llevaba una pajarita a juego y se había repeinado hacia atrás su cabello. Salió de su casa, un carruaje esperaba en la puerta junto a su acompañante, el mismo que la noche anterior lo había acompañado. Subieron al carruaje y arrancaron hacia el hostal. Llegaron a las once menos diez, aún era pronto para su cita con la madame. Suspiró nervioso, arreglándose la pajarita que estaba en su cuello. -Bien, no estará de más si la voy esperando en nuestra mesa.

Bajó del carruaje junto a su acompañante y se dirigió hacia la entrada. Allí, como un guardián, estaba el otro tipo. Le saludó con una reverencia y le abrió la puerta dejándolo pasar en el interior. Se acercó a la recepción, antes de entrar en el comedor. Miró las escaleras pero no se oía ni se veía a nadie en las plantas superiores. Carraspeó esperando que alguien le atendiera y cuando salió uno de los hermanos de Justin, arrugó el gesto pero respondió de forma educada. - He venido por mi cita con la madame Jacqueline. Teníamos una cita en este... lugar. ¿Podría llevarme hasta nuestra mesa mientras la espero?

Punto de vista de Shaun:

Aquel fortachon estuvo en la puerta todo el dia, muy pocos clientes entraron a hospedarse o a comer algo. Realmente era indignante, parecia un maton de la mafia...Estaba más preocupado por Justin, estaba algo debil y muy pálido. Lo lleve a casa y le pedi que no viniera hasta mañana para que mejore; se negó al principio pero luego termino accediendo cuando vio que no podia levantarse de la cama. No hubo mucho movimiento pero no importaba, no podia dejarle en el mostrador sabiendo que estaba enfermo.

Cuando regresé de hacer el inventario, aquel Agente corrupto y su otro amigo fortachon estaba esperando para ser atendido. Eleve una ceja, para que estaria tan galante? Ah. Una cita con la jefa? Ja! Como si ella se interesase en personas de la clase de ese feo...
Esboce una sonrisa amable y revise la lista. Habia mesa para las 11 pero mejor le complacia antes de que me estrellen contra una pared de nuevo.
-Alexis, por favor llévalo a la mesa nº 4. Esperará por su acompañante.-mi hermano mediano se acerco tambien y con un ademan y buenos modales, lo llevo alli. Que larga iba a ser esta noche tambien...

Punto de vista de Jacqueline.

Habia dormido y descansado bien, mis sueños raros iban cediendo de a poco pero de igual forma pasé una buena mañana. Me levante y me di un buen baño, olia a sangre aun y debia cubrir eso. recorde que debia cenar con aquel policia...que fastidio...pero si asi me libraba de él, no me importaria...Me prepare y vesti bien.
Aun eran las 9:30, decidi ir a beber algo por mi cuenta antes de volver porque si me encontraba con ansias, podria atacar a cualquiera y eso no era lo mas prudente.

Eran las 11 cuando llegue. Habia bebido a un artistas suicida, un violador de mujeres jovenes y un borracho que maltrataba a su mujer. Tenian una edad justa y muy sabrosa. Limpie bien mi boca antes de llegar para que nada se notase.
Vi que los fortachones ya estaban alli y que tampoco teniamos muchos clientes. Dios, estos tipos estaban haciendo que perdamos y mucho pero intente no pensar en ello. Me dirigi a la recepcion.
-Buenas noches, Shaun.-le dije amablemente.
-Como está, madame?
-Alguna novedad de tu hermano?-no sabia si habia llegado bien a su casa cuando el conde lo dejo.
-Está bien, quizo venir a trabajar pero no lo dejé. Perdio mucha sangre con esa herida que trajo. Menos mal que lograron estabilizarlo.-suspire aliviada.
-Si, menos mal. Estaba preocupada por ello. En fin...tengo mesa para esta hora.
-Sí...ya sé...-miro a un leve costado. Asi que a él tambien le incomodaba.-Pasa, está esperandote.
-Genial...-camine al comedor, donde pocos comensales estaban sentados. Suspire. Lo vi al Agente y me acerque a el.

Punto de vista del Conde:

-No pienso aceptar algo semejante.-lo que se me planteo era inaceptable.
-No sé porque lo dices...despues de todo, hace 50 años que estas pidiendole su mano y ella te rechaza.-aunque odiara escucharlo, el bastardo de Alfred tenia razon.-Solo será algo sencillo. Una ilusion, la rescatas, usas golpes bajos pero de modo leve y ella estará en Rumania contigo y yo recibire más inversionistas y mucho más poder.
-Hombres como tu que osan con llamarse vampiros me dan asco...titanes reducidos a titeres de sus propios pensamientos y ambiciones...-me sonrio.
-Bien que tu estas en las mismas...-se cruzo de brazos.-Solo quiero que ella este alejada de ese lycan. Me repugna verlos juntos...digo, son especies enemigas! Como pueden cuidarse y cooperar juntos? Va contra las leyes naturales. Asi que, mejor que Jacqueline se vaya contigo y yo gane algo de dinero aun asi a que ese sucio perro la vuelva a ver...
-Pero si ella vuelve a rechazar mi mano, te quedaras sin nada...

Punto de vista de John:
La horas iban pasando y no había comido nada desde las piezas de caza que me habían llevado los ayudantes de la madame cuando estuve herido, hacia ya para tres noches, y el hambre comenzaba a hacerme rugir mis tripas. En mi estado no podía cazar aún, pues no podía moverme con libertad ni con rapidez y mis presas aprovecharían para escapar de mis ataques a no ser que las pillase por sorpresa. La madame no volvería hasta la noche asique tenía tiempo para entretenerme mientras tanto. Intenté observarme la herida con un espejo de mano pero al girarme el dolor era tan intenso que tuve que abortarlo. No sé cuanto tiempo más estuve durmiendo pero ya había pasado las primeras horas de la mañana, estaba seguro. Decidí estirar las piernas en busca de quemar las horas antes del anochecer, salir a dar una vuelta por las cercanías del bosque no me causaría ningún mal, además si veía algo que llevarme a la boca lo intentaría. Recordé la cita que tenía la madame con aquel agente de policía, esperaba que le fuese bien y no le acusasen de nada por mi culpa.

Punto de vista del Agente Smith:
Por lo menos me tratan decentemente, pensó el agente cuando el hermano de Justin le guió hasta su mesa. Se sentó allí a esperar y rápidamente le atendió otro de los hermanos de Justin. Menuda diferencia, cuando el día anterior casi había tenido que obligarles para que le atendiesen. De cualquier manera, aquello agradó al agente quien pidió el vino más caro de todo el lugar y se recostó sobre el respaldo de la silla esperando a que llegase su acompañante. No tardó mucho en ver que la madame estaba hablando con el que, momentos antes le había llevado hasta su sitio. Bien, ya estaba allí, pensó. Se repeinó con la mano su cabello y se irguió esperando que la madame le acompañase.

Cunado la madame se sentó, le sonrió ampliamente mientras traían el vino. -He pedido este vino para que podamos hablar con cortesía. En primer lugar, quiero disculparme por lo que sucedió anoche con mi acompañantes. So algo temperamentales y no les gustan ciertas... irregularidades en los sitios pero son muy competentes en su trabajo. Le pidió con la mano que se retirase al camarero y el mismo descorchó el vino y lo sirvió en las copas, tomándolo para oler la suya. -¡Fantástico! Bien ¿qué iba diciendo? Ah sí, en cuanto a lo que refiere a su empleado, parece que no regresó por aquí, aunque estoy seguro que tarde o temprano lo hará, a no ser que haya recibido noticias de mi presencia por estos lares... miró de forma cómplice a la madame pero rápidamente desvió la mirada -Pero esta noche no vengo a hablar de su empleado, Jacqueline, vengo a hablar de usted

Bebió unos sorbos de su copa de vino y volvió a dejarla sobre la mesa mirando fijamente a los ojos a la madame. Entrecruzó sus dedos sobre la mesa y se echó hacia delante.- Tengo datos sobre su pasado, un pasado que ha intentado borrar pero que sobrevive como vos, al paso de muchos años. Sus secretos. Tranquila, de momento están a buen recaudo, alguien "importante" la proteje... pero para un curioso, como yo, no deja de ser algo de interés. Dígame, madame ¿que edad tiene? si no es discrección que se lo pregunte a una dama a la que invité a cenar, por supuesto.