AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Recuerdo del primer mensaje :
El día de la cita había llegado, no hay que decir que estaba de los nervios al punto que no paraba de recorrer la casa de arriba a abajo, incluso había a ayudado a limpiar al servicio aunque estoy se negaban. No se podía estar quieta, cuando no había más que poder hacer subió a su habitación. Podían ser ya las ocho de la noche para cuando se tumbó en su cama y se puso a acariciar a su fiel mascota.
No se levantó de la camas hasta una hora más tarde cuando mandó al cochero a recoger a Sinnove a la hora indicada y en el lugar acordado, le dio estrictas instrucciones de que no llegara tarde por nada del mundo, incluso era mejor si llegaba unos minutos antes. Sabía perfectamente que llegaría puntual, su servicio se había criado con ella y sus padres trabajaron antes a su servicio. Por supuesto todos sabía el carácter que podía tener la latina, pero nunca lo demostró con ellos, además de que sabía perfectamente que era.
Volvió a su habitación y se sentó en la cama mirando hacia el tocador, en eso que la gata se subió a su regazo- ay Miss Muffet...pórtate bien por favor, que ya nos conocemos...-sonrió mientras acariciaba a la gata y suspiró, no sabía exactamente por que estaba hablando con su mascota. Dejó a Miss Muffet en la cama y se levantó dirigiéndose al gran armario lleno de ropa para cambiarse pues no iba muy decente como para recibir a nadie.
Después de unos minutos sopesando la ropa que se iba a poner, por fin se decidió por uno sencillo y cómodo, pero sin dejar de ser elegante. Se sentó en frente del tocador y mientras se arreglaba el pelo pensaba como podía decirle eso de que era un vampiro, no tenía muy claro como lo haría así que diría lo que saliera en el momento. Pensando y pensando, María, la más joven del servicio le informó que la visita estaba ya abajo.
Asintió con la cabeza y se quedó inmóvil durante un minuto, pero consiguió reaccionar. Se levantó del asiento, respiró profundamente y salió de la habitación junto a la gata que la seguía. Llegó a las escaleras y se quedó otra vez inmóvil al verla en la entrada, solo había pasado un día y medio, pero era como si fuesen siglos. Queriendo pero sin poder moverse se quedó en lo alto de la escalera mientras su mascota era más valiente y bajaba.
El día de la cita había llegado, no hay que decir que estaba de los nervios al punto que no paraba de recorrer la casa de arriba a abajo, incluso había a ayudado a limpiar al servicio aunque estoy se negaban. No se podía estar quieta, cuando no había más que poder hacer subió a su habitación. Podían ser ya las ocho de la noche para cuando se tumbó en su cama y se puso a acariciar a su fiel mascota.
No se levantó de la camas hasta una hora más tarde cuando mandó al cochero a recoger a Sinnove a la hora indicada y en el lugar acordado, le dio estrictas instrucciones de que no llegara tarde por nada del mundo, incluso era mejor si llegaba unos minutos antes. Sabía perfectamente que llegaría puntual, su servicio se había criado con ella y sus padres trabajaron antes a su servicio. Por supuesto todos sabía el carácter que podía tener la latina, pero nunca lo demostró con ellos, además de que sabía perfectamente que era.
Volvió a su habitación y se sentó en la cama mirando hacia el tocador, en eso que la gata se subió a su regazo- ay Miss Muffet...pórtate bien por favor, que ya nos conocemos...-sonrió mientras acariciaba a la gata y suspiró, no sabía exactamente por que estaba hablando con su mascota. Dejó a Miss Muffet en la cama y se levantó dirigiéndose al gran armario lleno de ropa para cambiarse pues no iba muy decente como para recibir a nadie.
Después de unos minutos sopesando la ropa que se iba a poner, por fin se decidió por uno sencillo y cómodo, pero sin dejar de ser elegante. Se sentó en frente del tocador y mientras se arreglaba el pelo pensaba como podía decirle eso de que era un vampiro, no tenía muy claro como lo haría así que diría lo que saliera en el momento. Pensando y pensando, María, la más joven del servicio le informó que la visita estaba ya abajo.
Asintió con la cabeza y se quedó inmóvil durante un minuto, pero consiguió reaccionar. Se levantó del asiento, respiró profundamente y salió de la habitación junto a la gata que la seguía. Llegó a las escaleras y se quedó otra vez inmóvil al verla en la entrada, solo había pasado un día y medio, pero era como si fuesen siglos. Queriendo pero sin poder moverse se quedó en lo alto de la escalera mientras su mascota era más valiente y bajaba.
Última edición por Santana López el Sáb Jul 28, 2012 11:18 am, editado 1 vez
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Sintió curiosidad cuando vio como cerraba los ojos respirando profundamente sonriendo seguidamente y volviendo a abrir los ojos. Volvió a incorporarse cuando sus miradas se rencontraron después de unos minutos bastante intensos, dibujó una amplia sonrisa al ver la de ella. Se encogió de hombros cuando hizo aquel comentario, a veces si que se le hacía duro pero había que poner tierra de por medio para que algún día pudiera volver sin llamar demasiado la atención.
-Un poco si, pero ahora es más soportable-no dejó de sonreír y volvió a encogerse de hombros. Era cierto que siempre había querido viajar y vivir en otros países y cuando lo hizo al principio solo recordaba su tierra con desdeño, pero conforme pasaron los años y cambiando de lugar empezó a extrañar su hogar, donde había pasado tantas cosas y había crecido y madurado.
Cerró los ojos ante el contacto de sus dedos sobre su mejilla cuando seguidamente notó sus labios sobre los suyos recibiéndolos con sumo gusto y volviendo a tumbarse llevándosela con ella. Era un beso lento, sin prisa y dulce, cosa que hizo que su mente desconectara lo suficiente para que la ilusión poco a poco se fuera desvaneciendo.
El contacto entre sus labios tuvo que ser separado por la falta de aire, Santana se quedó tumbada tal y como estaba mientras que Sinnove volvió a incorporarse dejando una mano en el vientre de la morena.
Se quedó expectante esperando pacientemente a que volviera a hablar con una sonrisita en su rostro. Rio entre dientes ante la frase que dejó en el aire y negó con la cabeza sonriente. Se humedeció los labios y empezó a pensar que podía hacerle sentir, felicidad no porque ya la tenía, algo triste o malo ni pensarlo. No tardó mucho en darse cuenta de que podía hacerle sentir, aunque después de la ilusión cualquiera de los otros dos dones eran insignificantes.
-Con que la segunda opción es control de emociones, muy bien-entrecerró los ojos sin apartar su mirada de la de ella y sin darse ni cuenta comenzó a acariciar sus muslos mientras ponía su mente en funcionamiento. El control de las emociones era relativamente fácil, al igual que los otros dones, pensar un poco y concentrarse y finito.
Aprovechando en las condiciones que estaban ambas y el lugar, además de la felicidad de ambas, solo le venia a la mente una cosa. De la felicidad y alegría que eran emociones básicas desencadenaban otras como la de éxtasis, satisfacción o placer. Así que aquí salía la parte un tanto traviesa y juguetona de Santana, concentrándose lo mínimo podía conseguir una especie de mezcla entre esas tres emociones transmitiéndoselas a ella haciéndola sentir extasiada, satisfecha y en un momento placentero- ¿qué sientes? –preguntó con su sonrisa y abriendo los ojos completamente sin despegar su contacto visual.
-Un poco si, pero ahora es más soportable-no dejó de sonreír y volvió a encogerse de hombros. Era cierto que siempre había querido viajar y vivir en otros países y cuando lo hizo al principio solo recordaba su tierra con desdeño, pero conforme pasaron los años y cambiando de lugar empezó a extrañar su hogar, donde había pasado tantas cosas y había crecido y madurado.
Cerró los ojos ante el contacto de sus dedos sobre su mejilla cuando seguidamente notó sus labios sobre los suyos recibiéndolos con sumo gusto y volviendo a tumbarse llevándosela con ella. Era un beso lento, sin prisa y dulce, cosa que hizo que su mente desconectara lo suficiente para que la ilusión poco a poco se fuera desvaneciendo.
El contacto entre sus labios tuvo que ser separado por la falta de aire, Santana se quedó tumbada tal y como estaba mientras que Sinnove volvió a incorporarse dejando una mano en el vientre de la morena.
Se quedó expectante esperando pacientemente a que volviera a hablar con una sonrisita en su rostro. Rio entre dientes ante la frase que dejó en el aire y negó con la cabeza sonriente. Se humedeció los labios y empezó a pensar que podía hacerle sentir, felicidad no porque ya la tenía, algo triste o malo ni pensarlo. No tardó mucho en darse cuenta de que podía hacerle sentir, aunque después de la ilusión cualquiera de los otros dos dones eran insignificantes.
-Con que la segunda opción es control de emociones, muy bien-entrecerró los ojos sin apartar su mirada de la de ella y sin darse ni cuenta comenzó a acariciar sus muslos mientras ponía su mente en funcionamiento. El control de las emociones era relativamente fácil, al igual que los otros dones, pensar un poco y concentrarse y finito.
Aprovechando en las condiciones que estaban ambas y el lugar, además de la felicidad de ambas, solo le venia a la mente una cosa. De la felicidad y alegría que eran emociones básicas desencadenaban otras como la de éxtasis, satisfacción o placer. Así que aquí salía la parte un tanto traviesa y juguetona de Santana, concentrándose lo mínimo podía conseguir una especie de mezcla entre esas tres emociones transmitiéndoselas a ella haciéndola sentir extasiada, satisfecha y en un momento placentero- ¿qué sientes? –preguntó con su sonrisa y abriendo los ojos completamente sin despegar su contacto visual.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Al comprobar que los recuerdos de Santana eran tan nítidos (no había más que ver la cantidad de detalles que ella había reproducido al crear la habitación), no podía evitar sentir cierta envidia, ya que me habría encantado ser capaz de recordar mi pueblo, mi país, sus gentes, cualquier detalle que me hiciese sentir más cercana a Holanda. Sin embargo, lo único que se había quedado conmigo de esa época de mi vida había sido el idioma. El resto, incluidos mis padres y el resto de mi familia, habían quedado olvidados entre los fantasmas del pasado. Por suerte para mí, Santana era lo único que necesitaba para vivir el presente y el futuro.
Poco a poco la ilusión se fue desvaneciendo. Los colores, las formas, los objetos, todo fue desapareciendo y siendo sustituido por lo que yo había podido ver cuando entre en la estancia al principio de la noche. Finalmente, la habitación quedó como si allí no hubiese pasado nada.
No había terminado de salir de mi asombro con su primera habilidad cuando Santana comenzó a utilizar la segunda. O al menos eso creí, ya que de repente, y a pesar de nuestra postura más que comprometida, comencé a sentir como una especie de calor recorría mi cuerpo de arriba a abajo. Un sentimiento ardiente fuera de lo normal, ya que era muchísimo más intenso que cualquiera que hubiese experimentado antes y había aparecido en cuestión de segundos.
En un primer momento intenté disimularlo, aparentar que no había pasado nada a pesar de que ese sentimiento tan fuerte me estuviese quemando por dentro. Sin embargo, cuando Santana me preguntó que qué sentía no pude evitar que mis caderas se moviesen ligeramente sobre las suyas, mientras que un suspiro ahogado escapaba de mis labios.
—¿Y tienes el valor de preguntarme?—repliqué, dejando que mi voz reflejase perfectamente lo que mi cuerpo estaba experimentando gracias a sus poderes.
Poco a poco la ilusión se fue desvaneciendo. Los colores, las formas, los objetos, todo fue desapareciendo y siendo sustituido por lo que yo había podido ver cuando entre en la estancia al principio de la noche. Finalmente, la habitación quedó como si allí no hubiese pasado nada.
No había terminado de salir de mi asombro con su primera habilidad cuando Santana comenzó a utilizar la segunda. O al menos eso creí, ya que de repente, y a pesar de nuestra postura más que comprometida, comencé a sentir como una especie de calor recorría mi cuerpo de arriba a abajo. Un sentimiento ardiente fuera de lo normal, ya que era muchísimo más intenso que cualquiera que hubiese experimentado antes y había aparecido en cuestión de segundos.
En un primer momento intenté disimularlo, aparentar que no había pasado nada a pesar de que ese sentimiento tan fuerte me estuviese quemando por dentro. Sin embargo, cuando Santana me preguntó que qué sentía no pude evitar que mis caderas se moviesen ligeramente sobre las suyas, mientras que un suspiro ahogado escapaba de mis labios.
—¿Y tienes el valor de preguntarme?—repliqué, dejando que mi voz reflejase perfectamente lo que mi cuerpo estaba experimentando gracias a sus poderes.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Volvió a dibujarse esa sonrisita orgullosa en su rostro notando como sus poderes hacían efecto en el cuerpo de ella aunque no parecía que le molestara en lo más mínimo. Parece ser que intentaba disimular las consecuencias de pedir demostración, pero sin ningún éxito. Se mordió el labio cuando sintió el roce de sus caderas sobre las suyas, en un hábil movimiento hizo que volviera a estar tumbada y no sentada sobre ella. Asintió lentamente ante su pregunta y acarició levemente sus labios.
-Cierto es que tu cuerpo te delata, pero me gustaría escucharlo de tus labios-alzó la ceja con una expresión desafiante y mordió su labio inferior riendo entre dientes. Definitivamente que la tuviera encima suya desnuda no ayudaba a que su cuerpo consiguiera calmarse del todo.
Se felicitaba a ella misma, había perfeccionado tanto el control de emociones y la persuasión que podía estar un tanto desconcentrada que el efecto seguía siendo el mismo. Eran los dos dones que más utilizaba pues le servían demasiado para conseguir cualquier cosa que quisiera por complicada que fuera. También los había usado como pequeños trucos en la cama cuando veía que el amante no iba a darle todo lo que necesitaba prefería terminar cuanto antes y hacerle sentir cierto tipo de emociones ayudaban a acelerar las cosas.
Aparte de haberlos usado de forma positiva, por decirlo de alguna manera, también había utilizado el control y la ilusión para tratar de no tan buena manera a algunas personas o seres. Solo era con los que se intentaban sobrepasar o la hacían enfadar, aunque a decir verdad al principio de saber como iba la cosa no los utilizaba con cierta madurez si no todo lo contrario, a veces cuando se aburría los usaba como diversión hasta que se dio cuenta de que las habilidades que se le habían otorgado no eran ni mucho menos para divertirse, eran más bien una pequeña ayuda.
Regresando de su pasado y volviendo al tiempo real siguió provocando a la joven esperando la respuesta que quería escuchar de su boca, total no tenía ninguna prisa y si no accedía por ese método pasaría a usar su tercer y último don, el que solo se había potenciado al convertirse, ya que hasta siendo humana había tenido gran capacidad de persuadir a la gente con simples palabras o miradas.
-Cierto es que tu cuerpo te delata, pero me gustaría escucharlo de tus labios-alzó la ceja con una expresión desafiante y mordió su labio inferior riendo entre dientes. Definitivamente que la tuviera encima suya desnuda no ayudaba a que su cuerpo consiguiera calmarse del todo.
Se felicitaba a ella misma, había perfeccionado tanto el control de emociones y la persuasión que podía estar un tanto desconcentrada que el efecto seguía siendo el mismo. Eran los dos dones que más utilizaba pues le servían demasiado para conseguir cualquier cosa que quisiera por complicada que fuera. También los había usado como pequeños trucos en la cama cuando veía que el amante no iba a darle todo lo que necesitaba prefería terminar cuanto antes y hacerle sentir cierto tipo de emociones ayudaban a acelerar las cosas.
Aparte de haberlos usado de forma positiva, por decirlo de alguna manera, también había utilizado el control y la ilusión para tratar de no tan buena manera a algunas personas o seres. Solo era con los que se intentaban sobrepasar o la hacían enfadar, aunque a decir verdad al principio de saber como iba la cosa no los utilizaba con cierta madurez si no todo lo contrario, a veces cuando se aburría los usaba como diversión hasta que se dio cuenta de que las habilidades que se le habían otorgado no eran ni mucho menos para divertirse, eran más bien una pequeña ayuda.
Regresando de su pasado y volviendo al tiempo real siguió provocando a la joven esperando la respuesta que quería escuchar de su boca, total no tenía ninguna prisa y si no accedía por ese método pasaría a usar su tercer y último don, el que solo se había potenciado al convertirse, ya que hasta siendo humana había tenido gran capacidad de persuadir a la gente con simples palabras o miradas.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
No me podía creer que estuviese jugando conmigo otra vez y que yo hubiese caído en la trampa tan facilmente. Y lo peor era que esta vez me lo había buscado yo solita al haberle pedido que me mostrara sus poderes. ¿Cómo había sido tan ingenua como para no pensar que podría hacer algo así? Sin embargo, tampoco tenía derecho a quejarme, ya que definitivamente lo estaba disfrutando. Mucho, de hecho.
Si su primer poder me había parecido extremadamente util en mi profesión, este segundo definitivamente se llevaba el primer premio, ya que sin que ella me hubiese tocado o besado, me sentía como si estuviese a punto de mantener sexo de nuevo. O como si ya lo estuviese manteniendo. Y ella lo sabía, por supuesto que lo sabía. No había más que ver como esa dichosa expresión de orgullo volvía a dibujarse en mi rostro.
Un gemido suave escapó de mis labios cuando Santana me "invitó" a tumbarme de nuevo sobre ella. Mis caderas seguían oscilando sobre las suyas de manera casi imperceptible, pero lo suficiente como para que el sentimiento que ella había creado en mí comenzase a crecer de manera exponencial.
No dejaba de ser una sensación un tanto extraña pero excitante a la vez, el poder experimentar como esa emoción no dejaba de crecer aunque yo hiciese todo lo posible por estabilizarla.
—No voy a darte el gusto de hacerlo—la reté, aún sabiendo que tenía todas las de perder. Mi mirada cargada de deseo se quedó estática sobre la suya—Tendrás que obligarme—lo único bueno de nuestras pequeñas peleas era que, fuese quien fuese la ganadora, ambas salíamos victoriosas.
Una vez más, mi cuerpo no dejaba de traicionarme, rindiéndose a sus habilidades y a sus encantos, aunque por ahora mis labios seguían sellados, abriéndose solo para soltar pequeños ronroneos y algún que otro suspiro ahogado. Una vez más me daban ganas de hacer lo impensable para borrar esa sonrisa orgullosa y sustituirla por una de sumisión, pero en esta ocasión estaba completamente indefensa entre sus brazos.
Si su primer poder me había parecido extremadamente util en mi profesión, este segundo definitivamente se llevaba el primer premio, ya que sin que ella me hubiese tocado o besado, me sentía como si estuviese a punto de mantener sexo de nuevo. O como si ya lo estuviese manteniendo. Y ella lo sabía, por supuesto que lo sabía. No había más que ver como esa dichosa expresión de orgullo volvía a dibujarse en mi rostro.
Un gemido suave escapó de mis labios cuando Santana me "invitó" a tumbarme de nuevo sobre ella. Mis caderas seguían oscilando sobre las suyas de manera casi imperceptible, pero lo suficiente como para que el sentimiento que ella había creado en mí comenzase a crecer de manera exponencial.
No dejaba de ser una sensación un tanto extraña pero excitante a la vez, el poder experimentar como esa emoción no dejaba de crecer aunque yo hiciese todo lo posible por estabilizarla.
—No voy a darte el gusto de hacerlo—la reté, aún sabiendo que tenía todas las de perder. Mi mirada cargada de deseo se quedó estática sobre la suya—Tendrás que obligarme—lo único bueno de nuestras pequeñas peleas era que, fuese quien fuese la ganadora, ambas salíamos victoriosas.
Una vez más, mi cuerpo no dejaba de traicionarme, rindiéndose a sus habilidades y a sus encantos, aunque por ahora mis labios seguían sellados, abriéndose solo para soltar pequeños ronroneos y algún que otro suspiro ahogado. Una vez más me daban ganas de hacer lo impensable para borrar esa sonrisa orgullosa y sustituirla por una de sumisión, pero en esta ocasión estaba completamente indefensa entre sus brazos.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Esta vez el desafío lo había puesto Santana y ella lo había aceptado, aunque el ultimo que estuvo en pie entre ambas lo había ganado Santana. Río entre dientes ant su osadía, no tendría que hacer mucho para que se lo dijera si se lo proponía todavía le quedaba un as en la manga y pensaba utilizarlo de ser necesario.
-No me hará falta obligarte, acabaras haciéndolo por ti misma-susurró sin quitar su sonrisa orgullosa. Tenía muy claro lo que hacia y seguiría con su pequeño juego particular hasta conseguir sus propósitos que ahora mismo eran dos.
La primera era conseguir escuchar de sus labios lo que quería y la segunda, consecuencia de que ella siguiera con su movimiento de caderas, quería volver a escucharla gritar su nombre entre suspiros y gemidos. Pero ya habría tiempo para eso, primero conseguir que cediera. Para ello comenzó a utilizar su tercer y último don, la persuasión.
Empezó a acariciar sus costados lentamente dejando que su energía llevara a ella para poder alcanzar su meta- vamos, deja de hacerte la difícil, dime lo que quiero oír-susurro lentamente en su oido dejando que su aliento rozase su piel acariciandola. El influjo que mantenía sobre ella era mínimo, no quería agotar sus recursos antes de tiempo por si se resistía un poco más.
Mordía levemente el lóbulo de su oreja y su cuello juguetonamente mientras sus manos seguían acariciando levemente sus costados provocando el mínimo roce y provocando en ella algún suspiro de frustración que otro. Definitvamente amado este juego siempre y cuando fuera ella quien lo llevaba a cabo luego si se lo hacían a ella no le gustaba tanto la idea, aunque a decir verdad no muchas veces le habían pagado con su misma moneda.
-No me hará falta obligarte, acabaras haciéndolo por ti misma-susurró sin quitar su sonrisa orgullosa. Tenía muy claro lo que hacia y seguiría con su pequeño juego particular hasta conseguir sus propósitos que ahora mismo eran dos.
La primera era conseguir escuchar de sus labios lo que quería y la segunda, consecuencia de que ella siguiera con su movimiento de caderas, quería volver a escucharla gritar su nombre entre suspiros y gemidos. Pero ya habría tiempo para eso, primero conseguir que cediera. Para ello comenzó a utilizar su tercer y último don, la persuasión.
Empezó a acariciar sus costados lentamente dejando que su energía llevara a ella para poder alcanzar su meta- vamos, deja de hacerte la difícil, dime lo que quiero oír-susurro lentamente en su oido dejando que su aliento rozase su piel acariciandola. El influjo que mantenía sobre ella era mínimo, no quería agotar sus recursos antes de tiempo por si se resistía un poco más.
Mordía levemente el lóbulo de su oreja y su cuello juguetonamente mientras sus manos seguían acariciando levemente sus costados provocando el mínimo roce y provocando en ella algún suspiro de frustración que otro. Definitvamente amado este juego siempre y cuando fuera ella quien lo llevaba a cabo luego si se lo hacían a ella no le gustaba tanto la idea, aunque a decir verdad no muchas veces le habían pagado con su misma moneda.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Era una sensación extraña, muy extraña. Ya no solo porque ella hubiese controlado mis emociones a su antojo, haciéndome sentir cosas que no tendría que haber sentido tan de repente (aunque desde luego no me quejaba), si no porque algo más empezó a funcionar de manera extraña en mi cerebro.
No quería decir nada, principalmente para no darle el gusto de poder someterme y alargar un poco más nuestro juego. Sin embargo, a cada palabra que ella pronunciaba, sentía como mi voluntad se desvanecía, y aunque mi cerebro seguía gritándome que no dijese nada, esa voz cada vez era más pequeña e insignificante.
—No hablaré—dije, aunque mi voz salió con muchísima menos firmeza que la vez anterior, como si ni yo misma me creyese las palabras que estaba diciendo. Y la verdad es que así era, ya que a medida que los segundos seguían pasando, iba sintiendo como mi voluntad seguía disminuyendo, haciéndome caer más y más en los caprichos de Santana. Volviéndome aún más loca por ella.
Mi cuerpo seguía moviéndose suavemente sobre el suyo, respondiendo a sus leves caricias y a las emociones que ella seguía provocando en mí. ¿Era posible sentirme tan extasiada con tan poco? Ahora podía afirmar que sí, totalmente posible.
Algunos suspiros empezaron a escapar de mis labios, y en mi rostro se podía apreciar completamente la lucha que estaba llevándose acabo en mi interior entre mis emociones, mi orgullo y mis instintos más primarios. Mi voluntad para seguirme resistiendo a hablar estaba prácticamente doblegada y sería cuestión de tiempo que no pudiese reprimir durante más tiempo las palabras que ella quería escuchar.
—Santana...—susurré su nombre en un último intento por resistir, aunque tan rápido como las sílabas salieron por mis labios supe que iba a ser inutil. Estaba segura de que la próxima vez que hablase sería para darle el gusto a ella de escucharme suplicar por sus atenciones una vez más.
Me mordí el labio con fuerza, gimiendo suavemente mientras que mi cuerpo adoptaba cierta posición felina sobre el suyo. Cada vez que nuestras pieles se rozaban nuevos sonidos salían de mi garganta sin que pudiera evitarlo. Definitivamente, no existía otra en el mundo como ella.
No quería decir nada, principalmente para no darle el gusto de poder someterme y alargar un poco más nuestro juego. Sin embargo, a cada palabra que ella pronunciaba, sentía como mi voluntad se desvanecía, y aunque mi cerebro seguía gritándome que no dijese nada, esa voz cada vez era más pequeña e insignificante.
—No hablaré—dije, aunque mi voz salió con muchísima menos firmeza que la vez anterior, como si ni yo misma me creyese las palabras que estaba diciendo. Y la verdad es que así era, ya que a medida que los segundos seguían pasando, iba sintiendo como mi voluntad seguía disminuyendo, haciéndome caer más y más en los caprichos de Santana. Volviéndome aún más loca por ella.
Mi cuerpo seguía moviéndose suavemente sobre el suyo, respondiendo a sus leves caricias y a las emociones que ella seguía provocando en mí. ¿Era posible sentirme tan extasiada con tan poco? Ahora podía afirmar que sí, totalmente posible.
Algunos suspiros empezaron a escapar de mis labios, y en mi rostro se podía apreciar completamente la lucha que estaba llevándose acabo en mi interior entre mis emociones, mi orgullo y mis instintos más primarios. Mi voluntad para seguirme resistiendo a hablar estaba prácticamente doblegada y sería cuestión de tiempo que no pudiese reprimir durante más tiempo las palabras que ella quería escuchar.
—Santana...—susurré su nombre en un último intento por resistir, aunque tan rápido como las sílabas salieron por mis labios supe que iba a ser inutil. Estaba segura de que la próxima vez que hablase sería para darle el gusto a ella de escucharme suplicar por sus atenciones una vez más.
Me mordí el labio con fuerza, gimiendo suavemente mientras que mi cuerpo adoptaba cierta posición felina sobre el suyo. Cada vez que nuestras pieles se rozaban nuevos sonidos salían de mi garganta sin que pudiera evitarlo. Definitivamente, no existía otra en el mundo como ella.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Definitivamente esta chica era diferente a todas las personas que había conocido, se resistía más de lo que nadie había conseguido nunca, no estaba acostumbrada a no conseguir lo que quería y esta vez no iba a ser la excepción, tan solo necesitaba un poco de paciencia y acabaría cediendo. Lo podía notar, lo veía a través de sus ojos, tenía una lucha interna que por el momento nadie ganaba. Eran sus emociones las cuales eran provocadas por Santana, su orgullo contra el sometimiento y perdida de control, y por último sus instintos más primarios.
Su voluntad caía lentamente como era de esperar y aunque cualquier persona hubiera perdido ya toda la razón cediendo a los deseos de Santana, Sinnove no era cualquier persona. Su cuerpo seguía moviéndose sobre el suyo adoptando una posición felina de cazadora mientras que de su boca no podían dejar de escaparse suspiros. Las pocas palabras que había podido pronunciar habían perdido totalmente la firmeza que hubieran podido tener momentos atrás. Creía que su ego no podía elevarse más, pero como últimamente con muchas cosas se equivocaba, aun creció un poco más cuando escuchó su nombre en un último suspiro de rebeldía.
-Deja de resistirte y sucumbe a tus instintos...-susurró lentamente en su oído- no es por subestimarte, porque desde luego eres la primera persona que resiste tanto a mis encantos...pero no creo que aguantes mucho más...-continuo besando y mordiendo su cuello mientras sus manos seguían moviéndose por sus costados de forma provocativa sin detenerse en ningún momento.
Una parte de su mente le decía que no debía estar haciendo esto de usar sus habilidades con ella, pero si lo pensaba bien ella misma lo había pedido y no parecía quejarse en lo más mínimo. Además de no poder evitarlo, el querer tener el control de cualquier situación era superior a sus fuerzas, a pesar de que la rubia se había convertido en su punto débil y la única persona que podría conseguir cualquier cosa de Santana eso de poder llevar las riendas la sobrepasaba, aunque claro tenía que si le decía que parara su mente solo se centraría en acceder a su petición.
Su voluntad caía lentamente como era de esperar y aunque cualquier persona hubiera perdido ya toda la razón cediendo a los deseos de Santana, Sinnove no era cualquier persona. Su cuerpo seguía moviéndose sobre el suyo adoptando una posición felina de cazadora mientras que de su boca no podían dejar de escaparse suspiros. Las pocas palabras que había podido pronunciar habían perdido totalmente la firmeza que hubieran podido tener momentos atrás. Creía que su ego no podía elevarse más, pero como últimamente con muchas cosas se equivocaba, aun creció un poco más cuando escuchó su nombre en un último suspiro de rebeldía.
-Deja de resistirte y sucumbe a tus instintos...-susurró lentamente en su oído- no es por subestimarte, porque desde luego eres la primera persona que resiste tanto a mis encantos...pero no creo que aguantes mucho más...-continuo besando y mordiendo su cuello mientras sus manos seguían moviéndose por sus costados de forma provocativa sin detenerse en ningún momento.
Una parte de su mente le decía que no debía estar haciendo esto de usar sus habilidades con ella, pero si lo pensaba bien ella misma lo había pedido y no parecía quejarse en lo más mínimo. Además de no poder evitarlo, el querer tener el control de cualquier situación era superior a sus fuerzas, a pesar de que la rubia se había convertido en su punto débil y la única persona que podría conseguir cualquier cosa de Santana eso de poder llevar las riendas la sobrepasaba, aunque claro tenía que si le decía que parara su mente solo se centraría en acceder a su petición.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Mi cuerpo se estremeció una vez más ante sus susurros y sus caricias, temblando de manera enérgica. No sabía de donde había sacado la voluntad para resistirme tanto tiempo, ya que desde el minuto uno había sabido que la batalla era una causa perdida a favor de Santana.
Podría hacerme de rogar, pero jamás podría negarme a sus encantos, ya fuese bajo la influencia de sus habilidades o sin ella. Supuse que de eso trataba el amor.
De repente pude notar como mis labios empezaban a moverse solos, no obedeciéndo durante más tiempo la estricta (o tal vez no tanto) voluntad de mi cerebro. Cientos de susurros inentendibles escaparon por la habitación, agrupándose unos con otros hasta que finalmente las palabras comenzaron a tener sentido. Mi resistencia había sido finalmente derrotada.
—San... tómame, haz conmigo lo que desees—mis labios se movieron rápidamente hasta su cuello, con la intención de realizar algún tipo de marca sobre su piel que le pudiese indicar a cualquiera que la viese que esta mujer era mía y de nadie más. No sabía si algo así sería posible, pero de todas formas no despegué mi boca de su piel, ya que fuese cual fuese el resultado al menos podría haberme dado el gusto de probarla una vez más.
Por no mencionar que era una manera ideal de mantener mis labios y mi lengua ocupados, para que por ahora no dijesen nada más. En el estado en el que estaba, completamente excitada y a su merced, no sería necesario más que una simple caricia para que de mi boca escapasen tantas ordinarieces como hacer sonrojar a un marinero.
Mis labios siguieron paseándose por su cuello, subiendo hasta la zona de su oreja, donde empecé a depositar cientos de besos y alguna que otra mordida.
Puede que yo no tuviese ningún poder para someter a las personas según mi voluntad, pero si que creía tener una habilidad para poder someter a Santana. Solo ella, de manera exclusiva. Y después de lo que había hecho conmigo, no deseaba otra cosa que someterla para que ella lo hiciese conmigo. O viceversa. Fuese como fuese el orden, ambas ganábamos.
Podría hacerme de rogar, pero jamás podría negarme a sus encantos, ya fuese bajo la influencia de sus habilidades o sin ella. Supuse que de eso trataba el amor.
De repente pude notar como mis labios empezaban a moverse solos, no obedeciéndo durante más tiempo la estricta (o tal vez no tanto) voluntad de mi cerebro. Cientos de susurros inentendibles escaparon por la habitación, agrupándose unos con otros hasta que finalmente las palabras comenzaron a tener sentido. Mi resistencia había sido finalmente derrotada.
—San... tómame, haz conmigo lo que desees—mis labios se movieron rápidamente hasta su cuello, con la intención de realizar algún tipo de marca sobre su piel que le pudiese indicar a cualquiera que la viese que esta mujer era mía y de nadie más. No sabía si algo así sería posible, pero de todas formas no despegué mi boca de su piel, ya que fuese cual fuese el resultado al menos podría haberme dado el gusto de probarla una vez más.
Por no mencionar que era una manera ideal de mantener mis labios y mi lengua ocupados, para que por ahora no dijesen nada más. En el estado en el que estaba, completamente excitada y a su merced, no sería necesario más que una simple caricia para que de mi boca escapasen tantas ordinarieces como hacer sonrojar a un marinero.
Mis labios siguieron paseándose por su cuello, subiendo hasta la zona de su oreja, donde empecé a depositar cientos de besos y alguna que otra mordida.
Puede que yo no tuviese ningún poder para someter a las personas según mi voluntad, pero si que creía tener una habilidad para poder someter a Santana. Solo ella, de manera exclusiva. Y después de lo que había hecho conmigo, no deseaba otra cosa que someterla para que ella lo hiciese conmigo. O viceversa. Fuese como fuese el orden, ambas ganábamos.
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Notaba como a cada caricia y susurro su cuerpo se estremecía de manera considerable. Como había predicho, la poca voluntad que tenía se estaba esfumando por completo y su resistencia se esfumaba. Observando su rostro, veía como sus labios se movían solos, primero sin emitir sonido alguno y luego diciendo cosas sin sentido hasta que lograron agruparse y conseguir formar una oración coherente.
Tras el esfuerzo de conseguir hacerse entender, sus labios atacaron sin mucha condescendencia el cuello de Santana. Supuso que pretendía dejar marca en ella, pero por mucho que lo intentara no conseguiría demasiado. Aunque también parecía que era la forma de tener entretenida su boca para no decir nada y ella por supuesto no se quejaba, más bien disfrutaba de las caricias que le proporcionaba.
Pareciera que sus labios habían cobrado vida propia, no dejaban de recorrer su cuello a su antojo hasta llegar a la zona de la oreja empezando a dejar también alguna que otra mordida. En este momento era en el que Santana empezaba a dejar de tener control sobre ella misma, comenzó a cerrar los ojos mientras se mordía el labio sonriente.
-Definitivamente tú no necesitas ningún don para doblegarme ante ti...-susurró con los labios entreabiertos y dejándose hacer, sintiendo como comenzaba a perder también el control sobre Sinnove. Normalmente habría conseguido seguir con su dominio sobre la otra persona, pero nunca había contado con que la distrajeran tanto de su labor.
Ya que no conseguiría recuperar el control total por medio de la concentración decidió recuperarlo a través de las caricias. Esta vez no jugaría tanto con su cuerpo y fue directamente al punto débil. Sus manos bajaron con avidez por sus costados, una se quedó en su cadera rozándola con las uñas y la otra consiguió adentrarse entre los dos cuerpos, tarea que parecía casi imposible debido a la proximidad de ambas.
Ella misma se lo había pedido instantes antes por lo que decidió consentirla y acceder a su petición gustosamente y sin ningún inconveniente. Volvió a abrir los ojos mientras aquella mano que había logrado adentrarse entre ambos cuerpos consiguió profundizar más llegando a aquella intimidad que siempre la recibía de buena gana, comenzando a acariciarla levemente.
Tras el esfuerzo de conseguir hacerse entender, sus labios atacaron sin mucha condescendencia el cuello de Santana. Supuso que pretendía dejar marca en ella, pero por mucho que lo intentara no conseguiría demasiado. Aunque también parecía que era la forma de tener entretenida su boca para no decir nada y ella por supuesto no se quejaba, más bien disfrutaba de las caricias que le proporcionaba.
Pareciera que sus labios habían cobrado vida propia, no dejaban de recorrer su cuello a su antojo hasta llegar a la zona de la oreja empezando a dejar también alguna que otra mordida. En este momento era en el que Santana empezaba a dejar de tener control sobre ella misma, comenzó a cerrar los ojos mientras se mordía el labio sonriente.
-Definitivamente tú no necesitas ningún don para doblegarme ante ti...-susurró con los labios entreabiertos y dejándose hacer, sintiendo como comenzaba a perder también el control sobre Sinnove. Normalmente habría conseguido seguir con su dominio sobre la otra persona, pero nunca había contado con que la distrajeran tanto de su labor.
Ya que no conseguiría recuperar el control total por medio de la concentración decidió recuperarlo a través de las caricias. Esta vez no jugaría tanto con su cuerpo y fue directamente al punto débil. Sus manos bajaron con avidez por sus costados, una se quedó en su cadera rozándola con las uñas y la otra consiguió adentrarse entre los dos cuerpos, tarea que parecía casi imposible debido a la proximidad de ambas.
Ella misma se lo había pedido instantes antes por lo que decidió consentirla y acceder a su petición gustosamente y sin ningún inconveniente. Volvió a abrir los ojos mientras aquella mano que había logrado adentrarse entre ambos cuerpos consiguió profundizar más llegando a aquella intimidad que siempre la recibía de buena gana, comenzando a acariciarla levemente.
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Sonreí contra su piel al escuchar sus palabras, viendo que ella no había tardado más que unos segundos en adivinar mis intenciones. Me incorporé levemente para que pudiera verme, poniéndo esa expresión de no haber roto un plato en mi vida mezclada con lujuria. De nuevo todos los sentimientos que ella había provocado en mi concentrados en una sola mirada.
Sin embargo, la sonrisa no duró demasiado tiempo, ya que en cuanto su mano rozó de nuevo mi intimidad mi expresión se transformó en una de éxtasis absoluto. Cerré los ojos mientras que entreabría los labios, dejándome arrastrar una vez más por lo que ella tenía que ofrecerme.
Ahuequé mi cuerpo sobre el suyo, creando un pequeño especio entre nosotras para facilitar el camino que debía recorrer su mano, consiguiendo que pudiese descansar más cómodamente contra mi piel.
No pude evitar sentirme algo avergonzada por la cantidad de humedad que Santana debía haber encontrado sin haberme tocado apenas, aunque el pensamiento desapareció completamente de mi mente en cuanto su roce se hizo un poco más firme.
Dado que mis labios seguían temporalmente inutilizados debido al shock inicial, mis manos cobraron vida y empezaron a deslizarse por sus costados, imitando las caricias que ella había realizado en mi minutos atrás. La punta de mis dedos y mis uñas vagaban rozando su piel de porcelana, disfrutando por enésima vez sin cansarse de su tacto.
Llegado el momento una de mis manos fue más valiente y se adentró hasta la curva de sus pechos, comenzando a juguetear con la piel de esa zona.
Solté un pequeño suspiro, dejando que mis caderas comenzasen a oscilar de manera casi imperceptible sobre su mano. Finalmente abrí los ojos de nuevo, recuperando parte de mi compostura, solo para poder darme el gusto de ver sus emociones reflejadas en sus ojos y que ella pudiese hacer lo mismo con los míos.
Sin embargo, la sonrisa no duró demasiado tiempo, ya que en cuanto su mano rozó de nuevo mi intimidad mi expresión se transformó en una de éxtasis absoluto. Cerré los ojos mientras que entreabría los labios, dejándome arrastrar una vez más por lo que ella tenía que ofrecerme.
Ahuequé mi cuerpo sobre el suyo, creando un pequeño especio entre nosotras para facilitar el camino que debía recorrer su mano, consiguiendo que pudiese descansar más cómodamente contra mi piel.
No pude evitar sentirme algo avergonzada por la cantidad de humedad que Santana debía haber encontrado sin haberme tocado apenas, aunque el pensamiento desapareció completamente de mi mente en cuanto su roce se hizo un poco más firme.
Dado que mis labios seguían temporalmente inutilizados debido al shock inicial, mis manos cobraron vida y empezaron a deslizarse por sus costados, imitando las caricias que ella había realizado en mi minutos atrás. La punta de mis dedos y mis uñas vagaban rozando su piel de porcelana, disfrutando por enésima vez sin cansarse de su tacto.
Llegado el momento una de mis manos fue más valiente y se adentró hasta la curva de sus pechos, comenzando a juguetear con la piel de esa zona.
Solté un pequeño suspiro, dejando que mis caderas comenzasen a oscilar de manera casi imperceptible sobre su mano. Finalmente abrí los ojos de nuevo, recuperando parte de mi compostura, solo para poder darme el gusto de ver sus emociones reflejadas en sus ojos y que ella pudiese hacer lo mismo con los míos.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Aquella mirada que combinaba la dulzura e inocencia con la máxima personificación de la lujuria debía reconocer que conseguía que todo su cuerpo se estremeciera y se excitara lo suficiente además de dejarla sin aliento. Aunque aquella mueca no le durara mucho en el rostro, en cuanto su mano acarició ligeramente la zona estratégica la cambió por otra más demostrativa, reflejando un éxtasis desbordante.
Agradeció que le facilitara la tarea dejando sus cuerpo ligeramente separados consiguiendo más movilidad y poder afirmar su contacto. Le sorprendía lo rápido que podía llegar a humedecerse pero a la vez le encantaba poder provocar este tipo de cosas en ella sin casi tocarla. También lo tomaba como una especie de motivación para hacer aun mejor lo que hacia.
Como veía que sus labios se habían paralizado quedándose entreabiertos decidió atacarlos, primero mordiendo ligeramente su labio inferior para dar paso a un beso fugaz pero cargado de pasión. Notaba como las manos de ella recorrían sus costados hasta que una de sus manos se atrevió a deslizarse por la curva de sus pechos jugueteando en esa zona y provocando que se le escapara un sigiloso suspiro.
No se había permitido volver a cerrar los ojos ni un segundo, admirando cada facción de su rostro, sus ojos cerrados y su boca entreabierta, las muecas que se dibujaban en su cara. Todo un espectáculo. Sinnove volvió a abrir los ojos encontrándose con los suyos, no hacían falta palabras para todo lo que se transmitían con simples miradas. Sonrió para volver a besar sus labios, esta vez en un beso más largo.
Agradeció que le facilitara la tarea dejando sus cuerpo ligeramente separados consiguiendo más movilidad y poder afirmar su contacto. Le sorprendía lo rápido que podía llegar a humedecerse pero a la vez le encantaba poder provocar este tipo de cosas en ella sin casi tocarla. También lo tomaba como una especie de motivación para hacer aun mejor lo que hacia.
Como veía que sus labios se habían paralizado quedándose entreabiertos decidió atacarlos, primero mordiendo ligeramente su labio inferior para dar paso a un beso fugaz pero cargado de pasión. Notaba como las manos de ella recorrían sus costados hasta que una de sus manos se atrevió a deslizarse por la curva de sus pechos jugueteando en esa zona y provocando que se le escapara un sigiloso suspiro.
No se había permitido volver a cerrar los ojos ni un segundo, admirando cada facción de su rostro, sus ojos cerrados y su boca entreabierta, las muecas que se dibujaban en su cara. Todo un espectáculo. Sinnove volvió a abrir los ojos encontrándose con los suyos, no hacían falta palabras para todo lo que se transmitían con simples miradas. Sonrió para volver a besar sus labios, esta vez en un beso más largo.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Mi cuerpo se encontraba en un estado de sobre estimulación constante después de las dos rondas que habían precedido a la actual, por lo que la más pequeña caricia o el más leve de los besos tenía un efecto doblemente eficaz sobre mi anatomía.
De hecho, me sorprendía que aún pudiese seguir receptiva a su toque, cuando era más que evidente que ya estaba satisfecha. Sin embargo, mi hambre volvía a hacerse voraz en cuanto nuestras pieles se rozaban o nuestras miradas se cruzaban de esa manera en la que solo sus ojos sabían mirarme.
Nuestros labios volvieron a unirse en un beso largo y apasionado. Era curioso como mi boca y mi lengua empezaban a tener memoria, siendo capaces de recordar y reconocer ciertos movimientos que Santana solía hacer al besar. Era mucho más fácil corresponder a sus labios si podía anticiparme a lo que ella iba a hacer. Sonreí contra su boca, separándome finalmente cuando de nuevo el dichoso oxígeno comenzó a ser una necesidad vital.
Mis manos siguieron con su camino, colocándose finalmente sobre sus pechos. Realicé caricias suaves contra su piel, apenas rozándola con la mía, queriendo juguetear un poco con ella antes de que mis instintos más básicos volviesen a nublar mi juicio.
Durante unos breves segundos conseguí que mis caderas dejasen se oscilar sobre su mano, logrando por fin algo de calma antes de adentrarnos de lleno en esta tercera espiral de la noche, que nos conduciría de nuevo al éxtasis absoluto. Sin embargo, mi cuerpo seguía completamente despierto por lo que ella había provocado en mí, y mis pensamientos rememorando lo que Santana era capaz de hacer con sus manos y su lengua no ayudaban lo más mínimo a tranquilizarme.
De hecho, me sorprendía que aún pudiese seguir receptiva a su toque, cuando era más que evidente que ya estaba satisfecha. Sin embargo, mi hambre volvía a hacerse voraz en cuanto nuestras pieles se rozaban o nuestras miradas se cruzaban de esa manera en la que solo sus ojos sabían mirarme.
Nuestros labios volvieron a unirse en un beso largo y apasionado. Era curioso como mi boca y mi lengua empezaban a tener memoria, siendo capaces de recordar y reconocer ciertos movimientos que Santana solía hacer al besar. Era mucho más fácil corresponder a sus labios si podía anticiparme a lo que ella iba a hacer. Sonreí contra su boca, separándome finalmente cuando de nuevo el dichoso oxígeno comenzó a ser una necesidad vital.
Mis manos siguieron con su camino, colocándose finalmente sobre sus pechos. Realicé caricias suaves contra su piel, apenas rozándola con la mía, queriendo juguetear un poco con ella antes de que mis instintos más básicos volviesen a nublar mi juicio.
Durante unos breves segundos conseguí que mis caderas dejasen se oscilar sobre su mano, logrando por fin algo de calma antes de adentrarnos de lleno en esta tercera espiral de la noche, que nos conduciría de nuevo al éxtasis absoluto. Sin embargo, mi cuerpo seguía completamente despierto por lo que ella había provocado en mí, y mis pensamientos rememorando lo que Santana era capaz de hacer con sus manos y su lengua no ayudaban lo más mínimo a tranquilizarme.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Podía notar perfectamente como su cuerpo estaba más sensible y receptivo que las veces anteriores, ahora era más fácil conseguir algún efecto con una simple caricia. De hecho le sorprendía como podía aguantar otra ronda más, Sinnove estaba rompiendo todas las convicciones que había adquirido durante cuatrocientos años en una sola noche.
Sus bocas ya se reconocían perfectamente y parecía que ella había logrado averiguar como anticiparse a los movimientos de Santana. Aunque nada impedía, de momento, que tuvieran que separarse ante la falta de oxígeno por parte de ella, y entonces aprovechaba Santana para desplazar los besos hasta su cuello. A una parte de la anatomía que le gustaba demasiado besar y eso se podía ver fácilmente.
Sus manos parecían más atrevidas jugando con la zona a la que habían llegado segundos atrás de manera suave y ligera. Sonrió contra su cuello y apretando un poco la mano que mantenía en torno a su cintura, rodó por cama quedando encima. A la hora de estar tranquilas prefería quedarse debajo, se tenían muy buenas vistas y era más fácil proferir caricias suaves. En cambio, a la hora de la acción, prefería estar arriba donde podía controlar más fácilmente además de poder hacer ciertas maniobras adecuadas al momento.
Su boca seguía allí en su cuello bajando hasta su clavícula y volviendo a subir hasta la zona de su oreja, no podía estarse quieta en el mismo sitio durante mucho rato. La mano que le daba pequeñas caricias decidió intensificar un poco más su toque, se había cansado de jugar ya había tenido bastante con esta táctica en las dos anteriores rondas y sabia que esta tercera era la más sensible para ambos cuerpo así que mejor ir a la cuestión del asunto.
Sus bocas ya se reconocían perfectamente y parecía que ella había logrado averiguar como anticiparse a los movimientos de Santana. Aunque nada impedía, de momento, que tuvieran que separarse ante la falta de oxígeno por parte de ella, y entonces aprovechaba Santana para desplazar los besos hasta su cuello. A una parte de la anatomía que le gustaba demasiado besar y eso se podía ver fácilmente.
Sus manos parecían más atrevidas jugando con la zona a la que habían llegado segundos atrás de manera suave y ligera. Sonrió contra su cuello y apretando un poco la mano que mantenía en torno a su cintura, rodó por cama quedando encima. A la hora de estar tranquilas prefería quedarse debajo, se tenían muy buenas vistas y era más fácil proferir caricias suaves. En cambio, a la hora de la acción, prefería estar arriba donde podía controlar más fácilmente además de poder hacer ciertas maniobras adecuadas al momento.
Su boca seguía allí en su cuello bajando hasta su clavícula y volviendo a subir hasta la zona de su oreja, no podía estarse quieta en el mismo sitio durante mucho rato. La mano que le daba pequeñas caricias decidió intensificar un poco más su toque, se había cansado de jugar ya había tenido bastante con esta táctica en las dos anteriores rondas y sabia que esta tercera era la más sensible para ambos cuerpo así que mejor ir a la cuestión del asunto.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
¿Cómo sería poder besar a alguien sin tener que estar preocupándose constantemente de tener que coger aire para poder continuar con el choque de labios? Me daban ganas de enfadarme con mi propio organismo cada que debía dejar los labios de Santana durante unos segundos antes de poder atacarlos de nuevo.
El hecho de que nuestras bocas se moviesen cada vez con mayor sincronización no ayudaba tampoco a que mi molestia por tener que respirar desapareciera.
La línea de mis pensamientos fue cortada al sentir sus labios desplazándose por mi cuello de maner deliciosa, y segundos más tarde, al rodar por la cama en sus brazos para acabar con mi espalda tumbada sobre el lecho y ella encima de mí.
No pude evitar sonreir de manera traviesa mientras que rodaba los ojos hacia un lado, comprobando una vez más, por si aún no me había dado cuenta, que Santana adoraba ser la mujer al mando. De nuevo, una expresión de diversión mezclada con lujuria cruzó mi rostro.
—¿Cansada de estar tanto tiempo debajo?—susurré mientras que mis ojos volvian a cerrarse al sentir el placer indescriptible que producían sus labios al subir y bajar de manera inquieta por mi cuello.
Un gemido ahogado escapó de lo más profundo de mi garganta cuando sus caricias se intensificaron, brindándome por fin lo que necesitaba. De manera automática mi cuerpo se estremeció por enésima vez, levantando mis caderas ligeranmente sobre la cama para poder intensificar por mi cuenta el movimiento de su mano.
El hecho de que nuestras bocas se moviesen cada vez con mayor sincronización no ayudaba tampoco a que mi molestia por tener que respirar desapareciera.
La línea de mis pensamientos fue cortada al sentir sus labios desplazándose por mi cuello de maner deliciosa, y segundos más tarde, al rodar por la cama en sus brazos para acabar con mi espalda tumbada sobre el lecho y ella encima de mí.
No pude evitar sonreir de manera traviesa mientras que rodaba los ojos hacia un lado, comprobando una vez más, por si aún no me había dado cuenta, que Santana adoraba ser la mujer al mando. De nuevo, una expresión de diversión mezclada con lujuria cruzó mi rostro.
—¿Cansada de estar tanto tiempo debajo?—susurré mientras que mis ojos volvian a cerrarse al sentir el placer indescriptible que producían sus labios al subir y bajar de manera inquieta por mi cuello.
Un gemido ahogado escapó de lo más profundo de mi garganta cuando sus caricias se intensificaron, brindándome por fin lo que necesitaba. De manera automática mi cuerpo se estremeció por enésima vez, levantando mis caderas ligeranmente sobre la cama para poder intensificar por mi cuenta el movimiento de su mano.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Cada vez que debían terminar un beso por la falta de oxígeno notaba como ella se desesperaba y no podía evitar reír internamente por la mueca que a veces inconscientemente hacia al separar sus labios. Aunque Santana no podía quejarse ya que aprovechaba el momento de buenas formas.
Rio con los labios pegados a su piel al escuchar su pregunta con un tono juguetón. Dejó de besar su cuello y subió por su mentón pasando la punta de su lengua hasta rozar sus labios y volvió a bajar lentamente hasta el valle de sus pechos. Comenzó a besar, lamer y morder alternando ambos pechos cada cierto tiempo. Así como su mano seguía intensificando sus movimientos notaba como se intensificaban los sonidos que escapaban de su garganta.
Cerró los ojos permitiéndose ser como un ciego que se deja guiar por sus otros sentidos y su instintos, en este caso los que podían llegar a ser más primarios. Con la mano que aun tenía libre decidió comenzar a palpar con solo la yema de los dedos cada centímetro al que pudiese llegar hasta que memorizó lo suficiente y se dirigió allí donde seguía deleitando su boca con la piel nívea de la rubia. Mientras atendía uno de sus senos con su boca atendía al otro con su mano y viceversa, cambiando de vez en cuando.
El que hubiera levantando sus caderas le facilitaba la labor consiguiendo más comodidad y más intensidad. Parecía que esta vez no habría que hacer un trabajo tan elaborado comparado con las veces anteriores, pero desde luego no iba a bajar el listón. No creía que fuera a aguantar ninguna ronda más aparte de esta así que suponiendo que fuera la última, había que cerrar con broche de oro dejando un buen recuerdo.
Rio con los labios pegados a su piel al escuchar su pregunta con un tono juguetón. Dejó de besar su cuello y subió por su mentón pasando la punta de su lengua hasta rozar sus labios y volvió a bajar lentamente hasta el valle de sus pechos. Comenzó a besar, lamer y morder alternando ambos pechos cada cierto tiempo. Así como su mano seguía intensificando sus movimientos notaba como se intensificaban los sonidos que escapaban de su garganta.
Cerró los ojos permitiéndose ser como un ciego que se deja guiar por sus otros sentidos y su instintos, en este caso los que podían llegar a ser más primarios. Con la mano que aun tenía libre decidió comenzar a palpar con solo la yema de los dedos cada centímetro al que pudiese llegar hasta que memorizó lo suficiente y se dirigió allí donde seguía deleitando su boca con la piel nívea de la rubia. Mientras atendía uno de sus senos con su boca atendía al otro con su mano y viceversa, cambiando de vez en cuando.
El que hubiera levantando sus caderas le facilitaba la labor consiguiendo más comodidad y más intensidad. Parecía que esta vez no habría que hacer un trabajo tan elaborado comparado con las veces anteriores, pero desde luego no iba a bajar el listón. No creía que fuera a aguantar ninguna ronda más aparte de esta así que suponiendo que fuera la última, había que cerrar con broche de oro dejando un buen recuerdo.
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Por si alguna vez había tenido alguna duda, mañana iba a estar completamente afónica, ya que la parte de mi anatomía a la que verdaderamente le estaba dando más uso esta noche era mi garganta. Mis gemidos ya no sonaban con la misma claridad, y definitivamente el timbre de mi voz al hablar había adquirido una cierta aspereza que solo podría aliviarse con unas cuantas horas de silencio y leche caliente. Una prueba física más que me serviría de recuerdo después de abandonar los muros de la casa de Santana, aunque estaba segura de que no necesitaría ningún incentivo para poder rememorar cada detalle vivido con ella al milímetro.
Mi cuerpo volvió a moverse debajo del suyo con fiereza, elevando uno de mis muslos y colocándolo entre los suyos, buscando crear algo de presión. Ya no solo buscando ese placer físico que era capaz de llevarnos a hasta las mismísimas nubes en un segundo, si no como una manera de volver a sentir nuevo nuestras almas tan cerca la una de la otra, volviéndose una.
Una vez más no podía evitar plantearme como había podido vivir todos estos años sin experimentar algo tan fuerte como lo que yo sentía por Santana. Años sin conocer ese sentimiento y menos de una semana para caer completamente rendida a él. Mi caracter generalmente desconfiado y reticente a establecer lazos íntimos con la gente completamente dominado desde la primera vez que mis ojos habían encontrado los de Santana.
Mi cuerpo estaba agotado después de tantas horas con ella, pero aún así pude sentir como esa presión tan conocida en la zona baja de mi vientre volvía a construirse, produciéndome ese hormigueo previo a la explosión tan agradable.
Los sonidos procedentes de mis labios volvieron a premiar su actuación, indicándole a Santana que iba, sin duda alguna, por el buen camino. Sentía que de un momento a otro simplemente moriría entre sus brazos, y sinceramente, de ser así, tampoco me importaría.
Mi cuerpo volvió a moverse debajo del suyo con fiereza, elevando uno de mis muslos y colocándolo entre los suyos, buscando crear algo de presión. Ya no solo buscando ese placer físico que era capaz de llevarnos a hasta las mismísimas nubes en un segundo, si no como una manera de volver a sentir nuevo nuestras almas tan cerca la una de la otra, volviéndose una.
Una vez más no podía evitar plantearme como había podido vivir todos estos años sin experimentar algo tan fuerte como lo que yo sentía por Santana. Años sin conocer ese sentimiento y menos de una semana para caer completamente rendida a él. Mi caracter generalmente desconfiado y reticente a establecer lazos íntimos con la gente completamente dominado desde la primera vez que mis ojos habían encontrado los de Santana.
Mi cuerpo estaba agotado después de tantas horas con ella, pero aún así pude sentir como esa presión tan conocida en la zona baja de mi vientre volvía a construirse, produciéndome ese hormigueo previo a la explosión tan agradable.
Los sonidos procedentes de mis labios volvieron a premiar su actuación, indicándole a Santana que iba, sin duda alguna, por el buen camino. Sentía que de un momento a otro simplemente moriría entre sus brazos, y sinceramente, de ser así, tampoco me importaría.
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
El cuerpo que estaba debajo de ella seguía moviéndose con fuerza llegando a levantar uno de sus muslos entre los de Santana provocando un roce magnifico que hizo que se escapara un ligero gemido ahogado contra la piel de la rubia. Decidió dejar de atender con su boca aquella zona en la que aún seguía entretenida y ascendió de nuevo dejando besos por doquier hasta llegar a su rostro, más concretamente hasta dejar un ligero beso en sus labios.
Notaba como su cuerpo, a pesar de estar agotado por la actividad física, seguía reaccionando. Sentía como sus músculos comenzaban a contraerse indicando que la explosión de placer se haría presente dentro de poco, cosa que alentaba a Santana a aumentar un poco, más si cabía, la intensidad de sus movimientos. Sus ojos se clavaron en su rostro ansiando ver los dos zafiros que se hallaban escondidos tras sus parpados y los cuales hacían que perdiera el hilo de cualquier pensamiento y toda voluntad sobre su cuerpo.
-Mírame…-susurró con dulzura en su oído, quería ser la última imagen que viera antes de que el placer nublara todos sus sentidos. Antes de volver a poner sus rostros frente con frente dejó un pequeño beso debajo de su oreja, se quedó mirándola con una sonrisa dibujada en su cara de felicidad y puro enamoramiento.
Volvió a dejar un beso suave y ligero en sus labios como para llamar su atención y que consiguiera abrir los ojos. Y ahí estaban descubiertos de nuevo al mismo tiempo que su orgasmo llegaba, deleitando profundamente los oídos de Santana. Sin prácticamente haber sido tocada su propio cuerpo sintió miles de descargar eléctricas por todas partes. Su mano siguió en su sitio durante un minuto más mientras sentía como el cuerpo de Sinnove volvía a relajarse debajo de ella.
Al fin retiró su mano llevándose los dedos a la boca volviendo a saborear lo que momento antes había probado pero sin intermediario. Su mirada seguía fija sin moverse y su sonrisa sin borrarse de su rostro, sin decir nada con palabras pero diciéndolo todo con dicha mirada. Dejó un beso en su frente y se acostó a su lado de costado pasando un brazo por su cintura abrazándola y escondiendo su rostro en el hueco de su cuello entre su rubio cabello.
Notaba como su cuerpo, a pesar de estar agotado por la actividad física, seguía reaccionando. Sentía como sus músculos comenzaban a contraerse indicando que la explosión de placer se haría presente dentro de poco, cosa que alentaba a Santana a aumentar un poco, más si cabía, la intensidad de sus movimientos. Sus ojos se clavaron en su rostro ansiando ver los dos zafiros que se hallaban escondidos tras sus parpados y los cuales hacían que perdiera el hilo de cualquier pensamiento y toda voluntad sobre su cuerpo.
-Mírame…-susurró con dulzura en su oído, quería ser la última imagen que viera antes de que el placer nublara todos sus sentidos. Antes de volver a poner sus rostros frente con frente dejó un pequeño beso debajo de su oreja, se quedó mirándola con una sonrisa dibujada en su cara de felicidad y puro enamoramiento.
Volvió a dejar un beso suave y ligero en sus labios como para llamar su atención y que consiguiera abrir los ojos. Y ahí estaban descubiertos de nuevo al mismo tiempo que su orgasmo llegaba, deleitando profundamente los oídos de Santana. Sin prácticamente haber sido tocada su propio cuerpo sintió miles de descargar eléctricas por todas partes. Su mano siguió en su sitio durante un minuto más mientras sentía como el cuerpo de Sinnove volvía a relajarse debajo de ella.
Al fin retiró su mano llevándose los dedos a la boca volviendo a saborear lo que momento antes había probado pero sin intermediario. Su mirada seguía fija sin moverse y su sonrisa sin borrarse de su rostro, sin decir nada con palabras pero diciéndolo todo con dicha mirada. Dejó un beso en su frente y se acostó a su lado de costado pasando un brazo por su cintura abrazándola y escondiendo su rostro en el hueco de su cuello entre su rubio cabello.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
Tal y como ambas habíamos previsto, mi cuerpo respondió por completo a sus caricias, acumulando con rápidez gran cantidad de placer que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
Mis ojos llevaban un buen rato cerrados mientras que los sonidos escapaban de mis labios sin pausa, hasta que sentí su aliento en mi oído pidiendo que los abriera. Y no hizo falta que ella utilizase de nuevo sus poderes de persuasión conmigo para que verdaderamente sintiese ganas de complacer dicha petición.
Por un momento tragué saliva, relamiendome los labios, y justo cuando sus labios rozaron los míos en un beso fugaz encontré la fuerza para volver a abrir los ojos y centrar mi mirada en la suya.
No si fue por ver la expresión de su rostro, su mirada, sus caricias o simplemente una mezcla de todo a la vez, pero a los pocos de abrir los ojos sentí como todo ese placer que se había ido acumulando comenzó a desbordarse. Los músculos de mi cuerpo se tensaron de golpe mientras que un sonoro gemido escapaba de mis labios. En un primer momento volví a cerrar los ojos mientras que mi espalda se arqueaba bruscamente sobre la cama, pero las palabras de Santana volvieron a repetirse en mi mente, por lo que me forcé a que mirada azul volviera a encontrarse con la suya.
El poder ver su rostro me hizo vivir todo de una manera distinta a las anteriores, sintiéndome más cerca y conectada a Santana.
Cuando ella se tumbó finalmente a mi lado mi cuerpo aún seguía temblando ligeramente, aunque la sonrisa radiante ya había vuelto a dibujarse en mi rostro. Seguí boca arriba, girando la cabeza para poder mirarla. Nunca me cansaría de hacerlo.
Llevé mi mano hasta su rostro, acariciando su mejilla delicadamente con la punta de mis dedos, dejando finalmente mi palma apoyada sobre su piel durante unos segundos.
—Realmente estoy enamorada de ti—dije, aunque ni siquiera sabía por qué esas palabras habían salido de mi boca. No lo había dicho por el sexo, que definitivamente había sido bueno, si no por todo. Por la noche en general. Por los momentos que habíamos vivido juntas desde el primer minuto en el que nuestras vidas se habían cruzado de nuevo. Sin embargo, las palabras habían decidido salir ahora, así que yo no había querido impedírselo—Y realmente creo que has conseguido agotarme—añadí con un tono más bromista, mientras que se me escapaba una pequeña risita.
Mis ojos llevaban un buen rato cerrados mientras que los sonidos escapaban de mis labios sin pausa, hasta que sentí su aliento en mi oído pidiendo que los abriera. Y no hizo falta que ella utilizase de nuevo sus poderes de persuasión conmigo para que verdaderamente sintiese ganas de complacer dicha petición.
Por un momento tragué saliva, relamiendome los labios, y justo cuando sus labios rozaron los míos en un beso fugaz encontré la fuerza para volver a abrir los ojos y centrar mi mirada en la suya.
No si fue por ver la expresión de su rostro, su mirada, sus caricias o simplemente una mezcla de todo a la vez, pero a los pocos de abrir los ojos sentí como todo ese placer que se había ido acumulando comenzó a desbordarse. Los músculos de mi cuerpo se tensaron de golpe mientras que un sonoro gemido escapaba de mis labios. En un primer momento volví a cerrar los ojos mientras que mi espalda se arqueaba bruscamente sobre la cama, pero las palabras de Santana volvieron a repetirse en mi mente, por lo que me forcé a que mirada azul volviera a encontrarse con la suya.
El poder ver su rostro me hizo vivir todo de una manera distinta a las anteriores, sintiéndome más cerca y conectada a Santana.
Cuando ella se tumbó finalmente a mi lado mi cuerpo aún seguía temblando ligeramente, aunque la sonrisa radiante ya había vuelto a dibujarse en mi rostro. Seguí boca arriba, girando la cabeza para poder mirarla. Nunca me cansaría de hacerlo.
Llevé mi mano hasta su rostro, acariciando su mejilla delicadamente con la punta de mis dedos, dejando finalmente mi palma apoyada sobre su piel durante unos segundos.
—Realmente estoy enamorada de ti—dije, aunque ni siquiera sabía por qué esas palabras habían salido de mi boca. No lo había dicho por el sexo, que definitivamente había sido bueno, si no por todo. Por la noche en general. Por los momentos que habíamos vivido juntas desde el primer minuto en el que nuestras vidas se habían cruzado de nuevo. Sin embargo, las palabras habían decidido salir ahora, así que yo no había querido impedírselo—Y realmente creo que has conseguido agotarme—añadí con un tono más bromista, mientras que se me escapaba una pequeña risita.
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
A pesar de ahora tener ella los ojos cerrados notaba como la miraba y como sus dedos acariciaban su mejilla para luego dejar reposar su palma sobre su piel. Abrió los ojos sonriente escuchando atentamente sus palabras, ciertamente no se esperaba lo que acababa de escuchar pero eso no significaba que le desagradaran las palabras dichas si no más bien todo lo contario. Rio entre dientes ante su pequeña broma y se quedó unos segundos mirándola a los ojos.
-No sabes cuanto me alegra escucharte decir eso –dejó un pequeño beso en la mano que aun descansaba en su mejilla- y respecto a lo segundo… ya sabía que iba a agotarte –sonrió triunfante y volvió a poner durante unos segundos su mueca de superioridad para quitarla y dejar otra vez la sonrisa dulce. Apretó su agarre en su cintura haciendo que se acercara más a ella.
Comenzó a acariciar su piel con la mano que seguía en su cintura mientras seguía mirándola volviendo a quedarse callada simplemente deleitándose con perderse en esos ojos tan azules. Suspiro, tenía la certeza de que en cualquier momento podía morir de felicidad aunque fuera imposible. Una parte de ella muy escondida en su mente le decía que no era seguro para Sinnove esto que estaba pasando, el submundo podía ser demasiado peligroso para alguien que sabia demasiado. Pero Santana seguía siendo demasiado egoísta como para dejarla marchar sin pelear.
Decidió dejar de preocuparse por esa noche, ya tendría tiempo en la soledad de sus mañanas de pensar y torturarse lo suficiente para luego cuando la volviera a ver olvidarse de todo pensamiento agorero. Volvió a centrarse en Sinnove, necesitaba dejar de pensar para volver a encerrarse en esa burbuja personal en la que ambas se metían y se aislaban del mundo.
-Eres lo mejor que me ha pasado en mucho mucho tiempo –susurró lentamente sin apartar en un solo segundo su mirada mientras sentía como su mano ya no atendía a las órdenes de su cerebro moviéndose con vida propia por aquel cuerpo tumbado a su lado con suma delicadeza y despacio. Si de algo más estaba segura esa noche era que no se cansaría de acariciarla nunca jamás.
Se acercó un poco más para dejar un pequeño beso en sus labios y se cercioró de que tampoco se cansaría nunca jamás de besar sus labios- te quiero –susurró contra sus labios rozándolos y volvió a su posición anterior continuando con su observación sobre su rostro esta vez con un rostro calmado y sin ninguna mueca en él.
-No sabes cuanto me alegra escucharte decir eso –dejó un pequeño beso en la mano que aun descansaba en su mejilla- y respecto a lo segundo… ya sabía que iba a agotarte –sonrió triunfante y volvió a poner durante unos segundos su mueca de superioridad para quitarla y dejar otra vez la sonrisa dulce. Apretó su agarre en su cintura haciendo que se acercara más a ella.
Comenzó a acariciar su piel con la mano que seguía en su cintura mientras seguía mirándola volviendo a quedarse callada simplemente deleitándose con perderse en esos ojos tan azules. Suspiro, tenía la certeza de que en cualquier momento podía morir de felicidad aunque fuera imposible. Una parte de ella muy escondida en su mente le decía que no era seguro para Sinnove esto que estaba pasando, el submundo podía ser demasiado peligroso para alguien que sabia demasiado. Pero Santana seguía siendo demasiado egoísta como para dejarla marchar sin pelear.
Decidió dejar de preocuparse por esa noche, ya tendría tiempo en la soledad de sus mañanas de pensar y torturarse lo suficiente para luego cuando la volviera a ver olvidarse de todo pensamiento agorero. Volvió a centrarse en Sinnove, necesitaba dejar de pensar para volver a encerrarse en esa burbuja personal en la que ambas se metían y se aislaban del mundo.
-Eres lo mejor que me ha pasado en mucho mucho tiempo –susurró lentamente sin apartar en un solo segundo su mirada mientras sentía como su mano ya no atendía a las órdenes de su cerebro moviéndose con vida propia por aquel cuerpo tumbado a su lado con suma delicadeza y despacio. Si de algo más estaba segura esa noche era que no se cansaría de acariciarla nunca jamás.
Se acercó un poco más para dejar un pequeño beso en sus labios y se cercioró de que tampoco se cansaría nunca jamás de besar sus labios- te quiero –susurró contra sus labios rozándolos y volvió a su posición anterior continuando con su observación sobre su rostro esta vez con un rostro calmado y sin ninguna mueca en él.
Santana López- Vampiro Clase Alta
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Re: Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]
El destino. Curioso elemento del universo que lo controlaba todo y al que en ocasiones le gustaba jugar. Tenía que ser eso, ya que de otro modo, no había justificación para los hechos que ocurrían a veces. Cosas sin sentido y que desafiaban todas las leyes de la naturaleza. Cosas como las que me habían ocurrido a mí.
Cosas como llegar a enamorarme de una mujer e incluso compartir su cama, siendo yo otra del mismo género. Cosas como sentirme completamente segura entre los brazos de un vampiro y amenazada entre las garras de cualquier hombre.
Nadie podría entender lo que yo estaba sintiendo, ni tampoco pretendía que alguien lo hiciese, ya que no buscaba ningún tipo de aprobación para seguir adelante con mi pequeña aventura. Simplemente no podía evitar pensar en si el destino nos tendría reservada alguna sorpresa más.
Justo después de mi orgasmo se me había quedado una sonrisa de tonta enamorada dibujada en el rostro, y a pesar de que los minutos seguían pasando, no encontraba manera de poner otra expresión. Acurruqué mi cuerpo un poco más en el suyo, de manera a similar a un cachorro de cualquier animal buscando el calor de su madre. Estaba completamente relajada, agotada, dichosa y cómoda. Si de verdad existía un paraiso, tenía que ser muy similar a donde yo me encontraba en este momento.
—Y tú eres literalmente lo mejor que me ha pasado en mi vida—susurré, aprovechándo la cercanía para rozar la punta de mi nariz con la suya, en un gesto bastante mimoso por mi parte. A continuación solté un pequeño suspiro feliz.
Sentía como me empezaban a pesar los párpados, entrando poco a poco en un estado de relajación más profundo que generalmente precedía al sueño. Sin embargo, mi cerebro aún parecía seguir bastante despierto, o por lo menos lo suficiente como para seguir dándole vueltas a ciertas cosas y curioseando en busca de nueva información.
—Tengo una pregunta—dije, sintiéndome de nuevo como una niña pequeña que acababa de cometer una travesura. Aunque no había sido de seguido, llevaba horas interrogando a Santana—¿Realmente duermes en una cama? Quiero decir, en mi cabeza siempre había imaginado algo más tétrico como un ataud o un agujero en una pared—¿realmente acababa de preguntarle algo tan estúpido?
Cosas como llegar a enamorarme de una mujer e incluso compartir su cama, siendo yo otra del mismo género. Cosas como sentirme completamente segura entre los brazos de un vampiro y amenazada entre las garras de cualquier hombre.
Nadie podría entender lo que yo estaba sintiendo, ni tampoco pretendía que alguien lo hiciese, ya que no buscaba ningún tipo de aprobación para seguir adelante con mi pequeña aventura. Simplemente no podía evitar pensar en si el destino nos tendría reservada alguna sorpresa más.
Justo después de mi orgasmo se me había quedado una sonrisa de tonta enamorada dibujada en el rostro, y a pesar de que los minutos seguían pasando, no encontraba manera de poner otra expresión. Acurruqué mi cuerpo un poco más en el suyo, de manera a similar a un cachorro de cualquier animal buscando el calor de su madre. Estaba completamente relajada, agotada, dichosa y cómoda. Si de verdad existía un paraiso, tenía que ser muy similar a donde yo me encontraba en este momento.
—Y tú eres literalmente lo mejor que me ha pasado en mi vida—susurré, aprovechándo la cercanía para rozar la punta de mi nariz con la suya, en un gesto bastante mimoso por mi parte. A continuación solté un pequeño suspiro feliz.
Sentía como me empezaban a pesar los párpados, entrando poco a poco en un estado de relajación más profundo que generalmente precedía al sueño. Sin embargo, mi cerebro aún parecía seguir bastante despierto, o por lo menos lo suficiente como para seguir dándole vueltas a ciertas cosas y curioseando en busca de nueva información.
—Tengo una pregunta—dije, sintiéndome de nuevo como una niña pequeña que acababa de cometer una travesura. Aunque no había sido de seguido, llevaba horas interrogando a Santana—¿Realmente duermes en una cama? Quiero decir, en mi cabeza siempre había imaginado algo más tétrico como un ataud o un agujero en una pared—¿realmente acababa de preguntarle algo tan estúpido?
Sinnove Lindstrom- Prostituta Clase Baja
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