Una nueva noche comienza...[Sinnove][+18]

por **Santana López** Miér Jul 25, 2012 9:56 am

Recuerdo del primer mensaje :

El día de la cita había llegado, no hay que decir que estaba de los nervios al punto que no paraba de recorrer la casa de arriba a abajo, incluso había a ayudado a limpiar al servicio aunque estoy se negaban. No se podía estar quieta, cuando no había más que poder hacer subió a su habitación. Podían ser ya las ocho de la noche para cuando se tumbó en su cama y se puso a acariciar a su fiel mascota.

No se levantó de la camas hasta una hora más tarde cuando mandó al cochero a recoger a Sinnove a la hora indicada y en el lugar acordado, le dio estrictas instrucciones de que no llegara tarde por nada del mundo, incluso era mejor si llegaba unos minutos antes. Sabía perfectamente que llegaría puntual, su servicio se había criado con ella y sus padres trabajaron antes a su servicio. Por supuesto todos sabía el carácter que podía tener la latina, pero nunca lo demostró con ellos, además de que sabía perfectamente que era.

Volvió a su habitación y se sentó en la cama mirando hacia el tocador, en eso que la gata se subió a su regazo- ay Miss Muffet...pórtate bien por favor, que ya nos conocemos...-sonrió mientras acariciaba a la gata y suspiró, no sabía exactamente por que estaba hablando con su mascota. Dejó a Miss Muffet en la cama y se levantó dirigiéndose al gran armario lleno de ropa para cambiarse pues no iba muy decente como para recibir a nadie.

Después de unos minutos sopesando la ropa que se iba a poner, por fin se decidió por uno sencillo y cómodo, pero sin dejar de ser elegante. Se sentó en frente del tocador y mientras se arreglaba el pelo pensaba como podía decirle eso de que era un vampiro, no tenía muy claro como lo haría así que diría lo que saliera en el momento. Pensando y pensando, María, la más joven del servicio le informó que la visita estaba ya abajo.

Asintió con la cabeza y se quedó inmóvil durante un minuto, pero consiguió reaccionar. Se levantó del asiento, respiró profundamente y salió de la habitación junto a la gata que la seguía. Llegó a las escaleras y se quedó otra vez inmóvil al verla en la entrada, solo había pasado un día y medio, pero era como si fuesen siglos. Queriendo pero sin poder moverse se quedó en lo alto de la escalera mientras su mascota era más valiente y bajaba.

por **Santana López** Sáb Jul 28, 2012 11:53 am

Rió entre dientes cuando ella la arrastró hacia si misma sin dejar pasar un segundo. Notó como la falda se le había subido considerablemente y recorrió sus piernas con las manos ahora más libremente. Recibió sus labios gustosa y al notar la batalla por el mando decidió rendirse ante ella, no tenía sentido seguir luchando si iba a caer ante sus roces enseguida.

Sin darse mucha cuenta de como lo hizo exactamente acabó debajo de ella y más centrada en la cama. Sonreía cuando se tuvieron que separar de ese beso tan pasional, tenía la respiración agitada y su mirada la contemplaba. Si hace unos minutos era la que controlaba ahora estaba totalmente rendida ante ella.

Sus manos seguían recorriendo sus piernas hasta que se cansaron y siguieron subiendo por sus costados aunque ahora tuvo que conformarse con hacerlo por encima del vestido. El cabello rubio le caía a los lados de su rostro y con esa mirada seductora solo hacia que se dejara llevar más por ella.

Sentía deseo como hacia mucho que no lo sentía, llevaba tiempo sin tener un encuentro como este y los que había tenido más reciente no tenían ni punto de comparación con el que estaba teniendo ahora. Todavía seguía pensando que todo podía ser una maravillosa imaginación pero entonces miraba a los ojos que tenía delante y se convencía de que era real.

Si los ojos de ella tenían un azul bastante oscuro seguramente los suyos ya estarían rozando el negros juraría que su cuerpo irradiaba calor. Sonrió y comenzó a besarle el cuello bajando por su clavícula, sin duda era su debilidad, más bien toda esa rubia era su debilidad.

por **Sinnove Lindstrom** Sáb Jul 28, 2012 3:54 pm

Aunque me gustaba verla y sentirla sobre mí, estaba acostumbrada a llevar siempre la voz cantante, así que con un movimiento rápido y elegante giré nuestros cuerpos, de manera que al final quedó ella tumbada sobre la cama y yo cabalgando sus caderas. Una sonrisa pícara se dibujó en mi rostro al sentir sus manos tocando mi cuerpo por encima del vestido.

Incliné mi torso hacia adelante, apoyando mis manos a cada lado de su cabeza, de manera que le daba a Santana total acceso a mi cuello. Solté un par de suspiros ahogados, ya que sus besos y caricias me estaban volviendo loca. Sin embargo no dejé que siguiese besándome durante mucho tiempo más. Tenía planes mejores, o por lo menos esperaba que a ella le gustase.
Volví a incorporarme, dejando que Santana siguiese completamente tumbada sobre la cama y asegurándome de que sus ojos no se despegaban de mi persona.

Muy lentamente llevé mis manos a mi pecho y con un movimiento suave deshice el lazo del cordón que mantenía el corset de mi vestido unido. A medida que el cordón se iba aflojando la parte superior del vestido se iba abriendo, dejando a la vista el pecho de mis pechos y gran parte de estos, aunque sin llegar a mostrarlos del todo.
Mordiéndome el labio suavemente tomé las manos de Santana entre las mías y las coloqué sobre el corset a medio quitar, invitándola a que terminase ella el trabajo que yo había iniciado.

por **Santana López** Sáb Jul 28, 2012 4:39 pm

Estaba bastante entretenida besando su cuello cuando de pronto se apartó, frunció levemente el ceño cuando se incorporó mientras ella seguía tumbada. Su ceño prontó volvió a estar como estaba cuando observó como se deshacía de su corpiño dejando ver un poco más de su cuerpo. Notó como su boca se secaba y como sus dientes se apretaban.

Sonrió cuando puso sus manos en lo que quedaba de corpiño, beso levemente sus labios y sin apartar los ojos de los de ella fue quitando del todo el corset terminando lo que ella había empezado. Soltó un suspiro al poder observar todo lo que antes estaba tapado, sus manos cobraron vida propia y comenzaron recorriendo sus costados.

Su cara demostraba la fascinación que sentía ante ese cuerpo que tenía delante, no podía dejar de recorrerla con su mirada y con sus manos lentamente quería aprender cada detalle. En ese momento recordó que ella seguía totalmente cubierta por su dichoso vestido, pero sus manos se negaban a apartarse del cuerpo de la rubia.

-Quitamelo...-susurró refiriéndose a su ropa, en ese momento le estorbaba todo que no fuese esa diosa rubia que tenía justo delante.

por **Sinnove Lindstrom** Sáb Jul 28, 2012 5:09 pm

Mi vestido quedó amontonado alrededor de mis caderas, dejando tanto mis piernas como mi torso al descubierto. Siempre había estado orgullosa de mi cuerpo, ya que la naturaliza me había premiado dándome una figura envidiable. Sin embargo, nunca había sentido mi cuerpo como mío, si no de todo aquel que pudiese pagar por él. Esta noche todo era diferente. Esta noche mi cuerpo era mío por primera vez, y como dueña legítima, se lo entregaba a Santana.

Me moría de ganas porque ella tocase absolutamente todos los rincones de mi cuerpo, pero por encima de eso, me moría de ganas de poder verla en todo su esplendor y tener el privilegio de poder acariciar lugares que no cualquiera podría tocar.

Disfrutando de cada segundo, llevé mis manos hasta su corpiño y empecé a deshacerlo con lentitud, descubriendo su cuerpo como si se tratase del más preciado de los regalos. Sentí literalmente una ola de placer cuando finalmente su torso y sus pechos quedaron a la vista, dejándome sin aliento.

—Eres preciosa—susurré, sin apartar mi mirada de su piel canela. Sin perder un instante más, empecé a depositar pequeños besos por su cuello, bajando milímetro hasta llegar a la zona de sus pechos, pero sin centrarme en ningún punto en concreto. Solo dejaba que mis labios se familiarizasen con ella.

por **Santana López** Sáb Jul 28, 2012 5:28 pm

Cerró los ojos sintiendo como muy lentamente le quitaba su vestido, sonrió al escucharla y negó ligeramente con la cabeza. Suspiró cuando notó como besaba su cuello y abrió lentamente los ojos mientras se mordía el labio. Sentía sus labios en su piel y hacia que perdiera totalmente la cordura.

Sus manos seguían sin responder y su cuerpo solo quería dejarse hacer, llevaba mucho tiempo sin dar el privilegio de disfrutar de esta manera su cuerpo, y tenía claro que no se lo daría a nadie que no fuese ella.

Cuando sus manos parecía que comenzaban a responder, las enredó en el rubio cabello e hizo que su rostro volviera a subir a sus labios besándola con más intensidad que antes pero el beso no llego a alargarse tanto. Se quedó unos segundos mirandola a los ojos y volvió a sonreír.

-Me siento como una primeriza...-susurró mientras se le escapaba una risita nerviosa y volvía a morderse el labio. Acaricio un momento su cabello y fue bajando por su espalda lenta y delicadamente hasta llegar a su parte baja y dejar reposar allí sus manos a la vez que hacia que se acercara más a ella.

por **Sinnove Lindstrom** Sáb Jul 28, 2012 5:54 pm

Me encantaba la sensación de sentir sus dedos enredados en mi pelo, me encantaba ver esa sonrisa dibujada en su rostro. Pero ante todo me encantaba que, a pesar de los nervios, parecía como si hubiesemos hecho esto miles de veces, ya que me sentía completamente cómoda desnudándome encima de ella y desnudándola.

Reí al escuchar sus palabras, pero la sonrisa se borró completamente de mi rostro cuando ella colocó sus manos sobre la parte baja de mi espalda, apretándome contra su cuerpo y haciendo que nuestras caderas se presionasen, creando una deliciosa fricción justo en el lugar adecuado. Un suave gemido escapó de mis labios mientras que cerraba los ojos durante unos segundos, perdiéndome en la sensación. Definitivamente mi cuerpo necesitaba atención. Tuve que contenerme para no empezar a moverme, ya que no quería que las cosas fuesen tan rápido. Quería que fuese especial.

Volví a abrir los ojos, buscando su mirada. Sonreí suavemente, acariciando su mejilla con la punta de los dedos, pasando a continuación por encima de sus labios. Seguí recorriendo su cuellos, pasé por el valle de sus pechos, retirando finalmente mis dedos de su cuerpo cuando llegué a su ombligo. Su piel estaba anormalmente fría, ahora me daba cuenta, lo que creaba un contraste extremadamente agradable con el calor que desprendía mi cuerpo.

—Prometo tratarte como si de verdad lo fueras—dije finalmente, sonriendo de nuevo mientras que la miraba, sin terminar de creerme que esto estuviese pasando. Iba a cuidarla como nunca lo había hecho con nadie.

por **Santana López** Sáb Jul 28, 2012 6:21 pm

No pudo ni quiso evitar dibujar en su rostro esa típica sonrisa altanera cuando consiguió que al juntarse su dos cuerpos encajando a la perfección, que parecía que ambos estaban hechos el uno para el otro, escuchó un suave gemido de su parte. Ese sonido hizo que su sangre latina volviera a salir a flote y quisiera volver a ser dueña de la situación. Disfruto con la caricia que le proporcionaba y acabó estremeciendose cuando llegó a su ombligo y separó sus dedos.

Sin tener que hacer mucho esfuerzo volvió a colocarse encima de ella poniendo sus manos a cada lado de su cabeza para no dejar caer todo su peso. Comenzó besando su rostro y bajaba lentamente y sin dejarse ni un solo milímetro de su piel sin besar, fue llegando por el valle de sus pechos hastías llegar a su ombligo y allí permaneció un rato besando su bien formado vientre.

Llegó un momento que no se conformaba solo con los besos y volvió a subir por el mismo pero esta vez solo rozando su piel con los labios y la punta de su lengua hasta que llegó al valle de sus pechos donde dejo reposar su mentón y se quedó mirandola con una sonrisita juguetona.

Mientras su cabeza seguía reposando allí donde se había parado sus manos no se querían estar muy quietas por lo que vagaban por su cuerpo hasta donde podían llegar siempre con el mínimo roce de la yema de los dedos, notando como se erizaba la piel que acababa de tocar.

por **Sinnove Lindstrom** Sáb Jul 28, 2012 6:45 pm

Con el cambio de posición el vestido de Santana sufrió el efecto de la gravedad, dejando su torso por completo al descubierto. Al estar ella encima de mí me permitía tener un nuevo punto de vista de su cuerpo, de sus pechos. Simplemente preciosa.
Temblé sin poder evitarlo cuando Santana empezó a recorrerme con sus labios y sentí que estaba a punto de enloquecer cuando pude ver y sentir que volvía a hacer el mismo camino pero con su lengua.

El deseo estaba alcanzando unos niveles insospechados, ya que podía verla, podía tocarla, ella podía verme y tocarme a mí, pero hasta ahora ambas habíamos excluido los lugares clave de nuestras caricias. No podría aguantar mucho más sin optener algo de alivio, ya que las ansias de mi cuerpo por experimentar algo de placer me estaban causando un dolor físico.
Mi piel reaccionaba ante sus caricias pidiendo más y mandando oleadas de excitación que iban directas a mi intimidad.

—Tócame...—pedí, practicamente supliqué. Mis ojos clavados en los suyos mientras que me mordía el labio con impaciencia. Realmente iba a volverme loca si Santana seguía jugando conmigo.

Arqueé la espalda levemente sobre la cama, ofreciéndole mi cuerpo, por si mis palabras no habían sido súplica suficiente. De esta manera también conseguía que su torso se acercase un poco más al mío, aunque al estar ella colocada un poco más abajo no llegaban a tocarse por completo. Ansiaba poder experimentar la sensación de su pecho rozando contra el mío sin ningún obstáculo de por medio que nos separase.

por **Santana López** Sáb Jul 28, 2012 7:09 pm

Su sonrisa se ensancho y cambio a una orgullosa cuando escuchó su ruego, sabia que esto de provocarla y jugar con ella luego podría volverse en su contra pero le daba igual en ese instante. Dejo de mantener la cabeza donde la tenía y subió un poco más poniendo su rostro frente al de ella. Acaricio su rostro un momento y con esa misma mano recorrió el camino que antes habían hecho sus besos, pero esta vez no se detuvo en su vientre y bajó hasta rozar su intimidad.

No podía evitar seguir jugando un poco con ella, rozaba lentamente con caricias que eran incompletas. Se mordía el labio mientras notaba como arqueaba la espalda y sus torsos su juntaban. Se acercó un poco más a su rostro provocando que su labios se rozaran muy levemente, la tentación de jugar un rato seguía siendo demasiado grande para dejarla a un lado.

Su mano seguía entretenida jugando allí en su centro, deseaba que se lo pidiera una vez y ya dejaría su juego para centrarse únicamente en darle un placer que jamás habría conocido. Seguía con esa sonrisa suya que podía resultar molesta por lo creída que se veía, deslizó sus labios por su mandíbula y empezó a repartir besos en su cuello.

Tenía claro que no pensaba dejar de provocarla hasta que escuchara un susurró más, aunque estuviera deseando dejar de hacerlo y centrarse en que la joven que tenía debajo suya suspirara su nombre entre oleadas de placer y se aferrase a ella como si no hubiese mañana.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 4:42 am

Solté un nuevo gemido entre dientes al sentir sus dedos en mi intimidad. A pesar de que era la primera vez que me tocaba, y que sus caricias eran breves y superficiales, una cantidad considerable de humedad recibió a la mano de Santana. Mi cuerpo le daba la bienvenida al tiempo que seguía llamando por su atención.
Mis caderas empezaron a moverse suavemente, buscando algo más de fricción, y por tanto, un aumento en la intensidad del placer que estaba sintiendo con sus caricias suaves.

Un nuevo gemido escapó de mis labios, solo que esta vez fue de frustración al percatarme de que de nuevo Santana estaba jugando conmigo. Su sonrisa prepotente la delataba por completo. No había duda de que estaba disfrutando haciéndome "sufrir".
Me resistí a volver a pedirle que me tocara, aunque definitivamente eso había sido una garn tontería, ya que con su mano jugando en mi intimidad, mis ansias y mi deseo se habían multiplicado por dos.

Aprovechando que se había acercado para poder besar mi cuello, alargué una de mis manos para poder alcanzar uno de sus pechos. Lo masajeé suavemente, rozando su pezón con la palma de mi mano, notando como en cuestión de segundos se endurecía bajo mi toque.
Al ver que ella se resistía a aumentar la intensidad de sus caricias, llevé mi otra mano a su otro pecho, repitiendo las misma caricias que había hecho con el primero y masajeándolos los dos a la vez.

—Vamos, Santana...—susurré, buscando su mirada mientras que volvía mover mis caderas suavemente. Mis manos siguieron sobre sus pechos, tratando de despertar nuevas sensaciones en ella que la impulsaran a seguir adelante.

por **Santana López** Dom Jul 29, 2012 5:06 am

Estaba disfrutando como jamás lo había hecho, escuchar sus gemidos de frustración solo hacia que sonriese más. Seguía resistiendose a pedir otra vez que la tocara, pero sabia contraatacar. Notaba como masajeaba su pecho y después también el otro, no pudo evitar soltar un gemido sintiendo como sus pechos era tocados con maestria.

Intentaba resistirse a caer pero tenía claro que con lo que le estaba haciendo no duraría. Aunque esperaba otro susurro, el que escucho lo tomó por válido. Las caricias que había empezado a hacer fueron sustituidas por unas más complejas, había dejado de jugar, ahora su cometido era hacer que tocara el cielo con la punta de los dedos.

Era increíble lo húmeda que estaba, sus manos lo notaban y le hacia más fácil las caricias. Poco a poco y con el recibimiento de su cuerpo iba aumentando las caricias progresivamente. Mientras, seguía besando su cuello y cerró los ojos disfrutando de la sensación de poder tocarla y oirla.

Sin duda ambas eran expertas en lo que hacían, se notaba por los suspiros y gemidos por parte de la que recibía las caricias. Ya no había juego y solo quedaba placer que ambas podían darse. De seguro que esa noche ninguna de las dos la olvidaría.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 6:13 am

El gemido que escapó de sus labios fue directo a mis oidos, llegando a mi cerebro y haciendo que mi cuerpo fabricase más humedad aún. Era como un canto celestial para mis sentidos. Definitivamente, quería escuchar muchos más de esos a lo largo, ya no solo de la noche, si no de mi vida.

En cuanto sus caricias aumentaron de intensidad fue como si mi cerebro sufriera un cortocircuito y solo existiese el placer. Mi cuerpo tembló mientras que mis caderas seguían moviéndose con un ritmo regular contra su mano. Gemidos pequeños y suaves escapando constantemente por mis labios. Una presión empezó a acumularse rápidamente en la zona baja de mi vientre, amenazando por explotar en cualquier momento. Sin embargo, no quería experimentar ese éxtasis tan pronto. Aunque fuese una tortura para mi cuerpo, preferí esperar aún para poder sentir la explosión que implicaba el orgasmo.

Una vez más, volví a girar nuestros cuerpos, quedando de nuevo sobre ella, dominando de nuevo la situación. Quité su mano de mi intimidad y llevé sus dedos a mis labios, limpiándolos con mi lengua mientras que mi mirada felina se clavaba sobre la suya.
A continuación me bajé de la cama, dejando que el vestido resbalase por mis piernas hasta quedar tirado sobre el suelo, ya que tener la tela acumulada sobre mis caderas era solo una gran molestia. Completamente desnuda por fin, volví a subirme en la cama y deslicé el vestido de Santana por sus piernas, tirándolo al suelo junto al mío.

Volví a ponerme sobre ella y sin perder ni un solo segundo más ataqué sus pechos con mi boca. Al principio me centré en saborear su piel morena, fría y perfecta. Pero si mi deseo de ser tocada era grande, mi deseo por tocarla era aún mayor. Así que poco a poco fui llevando mis besos hasta la cima de su pecho, hasta que finalmente mi lengua y mis dientes hicieron contacto con su pezón.

por **Santana López** Dom Jul 29, 2012 8:57 am

El notar como se humedecía más solo hacia que quisiera seguir con su tarea. Escuchabas los suaves gemidos que salían de su boca y se deleitaba con ellos como si fuese la mejor de las sinfonías. Sentirla temblar bajo su cuerpo era increíblemente excitante, y podía notar perfectamente como si seguía con sus caricias no tardaría mucho en llegar al éxtasis. Pero sus intenciones se vieron frustradas cuando de nuevo sintió como cambiaban de posición quedando ella debajo totalmente a su merced.

Igualmente pese al cambio de posición pretendía seguir con sus roces pero ella la detuvo tomando su mano y llevando sus dedos a su boca pasando su lengua y sin quitar su mirada de la suya. Suspiró y acarició sus labios. De golpe se levantó de la cama y para poder observar mejor Santana se apoyó en sus codos levantándose un poco, lo que vió solo logró dejar más excitada de lo que ya estaba, se había desecho completamente de su vestido y ahora subida de nuevo en la cama se deshizo del suyo.

Ambas ya completamente desnudas y sin esperar mucho, más bien nada, la joven se lanzó a sus pechos con gran fiereza. Santana solo pudo cerrar los ojos mientras notaba como su lengua y sus dientes hacían contacto con su pezón, dejó escapar diversos gemidos aunque intentaba morderse los labios. Con sus manos solo podía acariciar ese cabello rubio que rozaba también con su piel morena.

A pesar de que su mente no respondía sentía todavía el ansia de querer oirla llegar al clímax por lo que en un hábil movimiento levantó su pierna y la rodilla de forma que ejercía presión justo en el punto que tan húmedo estaba y consiguiera que un roce le produjera una sensación irresistible y de tentación que le haría querer más y más intensamente.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 9:44 am

Un gemido algo más alto que los demás quedó ahogado contra la piel de su pecho, cuando la pierna de Santana presionó mi intimidad. Tuve que contenerme para no morder con demasiada dureza su pezón, aunque no estaba segura de hasta que punto podría hacerle daño...
Siempre me había considerado a mí misma una persona ruidosa durante el sexo, aunque la gran mayoría de mis alaridos y mis gemidos solían ser completamente fingidos, con la intención de que los encuentros con los clientes duraran el menor tiempo posible.
Sin embargo, con Santana todo era real, no había necesidad de fingir nada. Y ella debía saberlo, ya que había ciertas reacciones que estaba teniendo mi cuerpo que eran imposibles de fingir.

Mis caderas empezaron a moverse contra su pierna sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El roce y la presión que ella me proporcionaba eran demasiado placenteros como para negarme de nuevo el gusto de poder experimentarlos. A pesar de todo, seguía queriendo que ella también disfrutase, tanto o más que yo.

Recoloqué mi posición sobre Santana, dejando que su pierna siguiese entre las mías, pero introduciendo yo uno de mis muslos entre los suyos. Al mover yo mis caderas conseguiría que mi muslo rozase directamente con su intimidad, a la vez que su muslo haría lo propio con mi sexo.
Sostuve el peso de mi cuerpo apoyando los brazos a ambos lados de su cabeza. Atrapé sus labios entre los míos, besándola como si se me fuera la vida en ello, mientras que empezaba a moverme sobre ella lentamente, tomándome mi tiempo para poder disfrutar de esta nueva posición.

por **Santana López** Dom Jul 29, 2012 10:26 am

Una vez más consiguió lo que quería, escuchar esos delirantes sonidos de su boca que esta vez quedaron ahogados por su propia piel. Sin duda esta vez era muy diferente de los encuentros que había tenido durante años, ninguna de las dos fingía y se sabia que esto no era solo sexo.

Ese hábil movimiento de su pierna había funcionado tal y como quería, no tuvo que hacer mucho más porque ella misma movía sus caderas. Era extasiante sentir como se movía, debía reconocer que sabia lo que hacia. Normalmente siempre era Santana la que daba pero no solía recibir, y si recibía no era nada en comparación a lo que necesitaba sentir y a lo que estaba sintiendo ahora.

Acomodó un poco la posición en la que estaban, encajando perfectamente. Ambas tenían una pierna de la otra entre las suya, el tono canela de la latina destacaba sobre la piel nívea de la rubia y viceversa, de no ser por eso seguramente no se sabría de quien era cada extremidad.

Recibió sus labios agradecida pues ya los echaba en falta mientras hacia que sus brazos dejaran de soportar su peso y cayeran a los lados de su cabeza extendidos mientras entrelaza los dedos de ambas manos. El beso era feroz y con pasión pero siempre sin dejar ese lado delicado que ambas tenían con la otra por miedo a dañarla.

Había estado muchas veces en la misma posición pero sin duda esta vez era la mejor de todas, por mucho que sus labios estuvieran ocupados no podían evitar que salieran gemidos por ellos aunque se ahogaban en los labios de la rubia. Apretaba sus manos con fuerza pero sin llegar a hacerle ningún daño y su cuerpo temblaba con cada movimiento que su cadera hacia sintiendo miles de corrientes eléctricas pasar por todo su cuerpo.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 11:08 am

Nuestros cuerpos encajaban a la perfección, ya no quedaba duda alguna. Los dedos entrelazados en un gesto íntimo y cómplice. Todo era placentero, perfecto, extasiante, mágico. La unión definitiva entre nosotras, cuerpo y alma. ¿Así que esto es hacer el amor con alguien?

A medida que iban pasando los minutos ya no sabía si los gemidos eran míos, suyos o una mezcla excitante entre ambos. Seguí besándola, solo que la falta de aire y la aproximación al climax hacía que nuestro choque de labios fuese cada vez más errático e irregular. Usaba mi lengua, mis dientes, toda mi boca a disposición de la suya.
Mis caderas no pararon de moverse ni un solo segundo, perfectamente sincronizadas con las de Santana. La humedad aumentaba con cada roce, a la vez que lo hacía la tensión que seguía acumulándose en mi cuerpo. Era cuestión de tiempo que fuese demasiada y explotase placenteramente.

Sin embargo, no era mi intención que la noche acabase aquí. Quería experimentar absolutamente todo con ella, porque ahora más que nunca tenía claro que ni en otros 400 años más me cansaría de escuchar sus gemidos ahogados contra mis labios y su cuerpo temblando pegado al mío.

Estaba a punto de llegar a mi climax. Fui incapaz de seguir manteniendo mi ataque sobre la boca de Santana, por la falta de aire y por los gemidos que escapan de mis labios, así que apoyé mi frente sobre la suya. Clavé mis ojos sobre los suyos, observando la expresión de su rostro, y con la intención de que ella fuese la única imagen que hubiese en mi mente cuando nuestros orgasmos llegasen.

por **Santana López** Dom Jul 29, 2012 11:30 am

Su cuerpo seguía temblando notando como todos sus sentidos estaban siendo opacados por esa sensación de satisfacción a la que estaba llegando. Los besos se volvían más irregulares y cortos, sus respiraciones y gemidos les impedían tenerlos de otra manera. Ninguna de la dos paraba sin movimientos de cadera que estaban tan bien sincronizados.

Debido a que ya no podían ni tener esos ciertos besos cortos e irregulares se tuvieron que conformar con mantener las frentes unidas y mirarse las caras mientras notaban como la otra estaba a punto de llegar al tan preciado orgasmo. De su boca no podía salir otra palabra que no fuera el nombre de la joven que tanto placer le estaba dando acompañado con gemidos.

Sus manos seguían unidas y apretandose cada vez más. Santana aumentó poco a poco la fricción que mantenían ambos cuerpos, sentía como ninguna de las dos podría aguantar mucho más y quería que llegasen de una vez. Lo que no había conseguido en 417 años nadie, lo estaba consiguiendo esta noche Sinnove.

Sus miradas estaban clavadas no se movían un solo milímetro y en un ultimo suspiro besó sus labios levemente y articulo un "te quiero" que no fue emitido debido a los gemidos de ambas cuando juntas consiguieron llegar al orgasmo cosa que hizo que las dos bajaran el ritmo de sus movimientos de cadera pero sin llegar a pararlos.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 12:26 pm

No supe si fue su cuerpo tembloroso, los gemidos que llenaban la habitación o nuestros dedos entrelazados. Tal vez había sido la manera en la que mi nombre había salido de sus labios de manera ahogada. Incluso, puede que todo se hubiese debido a la posibilidad de ver su rostro contorsionándose por el placer. Tal vez no tuviese explicación posible y simplemente había sido como debía ser: dos almas, dos cuerpos, unidos en el momento del orgasmo conjunto.

Vi como sus labios se movían sin emitir sonido alguno justo antes de que ambas explotásemos por fin. Solté un gran gemido cuando la primera ola de placer me golpeó de lleno. Los musculos de mi cuerpo se tensaron y apreté mi agarre sobre las manos de Santana, al mismo tiempo que sentía como su cuerpo reaccionaba bajo el mío al estar sintiendo el mismo placer esquisito que yo estaba experimentando.

Casi de inmediato nuestras caderas dejaron de moverse tan rápido, pasando a realizar movimientos más lentos pero más profundos, tratando de exprimir al máximo lo que nuestros cuerpos tenían que ofrecernos.
Seguí gimiento y moviéndome, hasta que poco a poco la intensidad fue disminuyendo, y finalmente la calma volvió a nuestros cuerpos.

Mi respiración estaba completamente descontrolada, al igual que los latidos erráticos de mi corazón, pero lo único que podía sentir en este momento era una gran sensación de plenitud. Besé los labios de Santana suavemente, de manera delicada incluso. A continuación dejé que mi cabeza descansara sobre su hombro, justo en el hueco de su cuello, con mi nariz rozando su piel. Ni siquiera me molesté en desenredar nuestras piernas, ya que en ese preciso instante me sentí como si estuviese en el paraiso.

—Yo también te quiero—susurré.

por **Santana López** Dom Jul 29, 2012 12:59 pm

El momento del orgasmo fue simplemente indescriptible, esta comprobado que estaban hechas la una para la otra, no era muy común eso de conseguir que dos personas llegasen al mismo tiempo.

Sonrió felizmente y deshizo su agarre de las manos para llevarlas a la cintura y abrazarla mientras acariciaba su espalda. Su respiración estaba agitada a pesar de que no se le hacia necesario en absoluto. Sentía la respiración de ella en su cuello y su cabeza descansando en su hombro mientras seguían con los cuerpo enredados.

-Llevo 400 años esperándote, pero ha merecido la pena-susurró y besó su cabello rubio más feliz al escuchar decir que también la quería.

Cerró los ojos sonriendo aun más si podía, ahora mismo se sentía como en el séptimo cielo y le daba todo igual. Tenía a la mujer más bella y a la que quería sobre ella y sin una sola prenda de ropa, no podía desear nada más, excepto que durara para siempre.

Ahora se entretenía acariciando su espalda dibujando cosas aleatorias y sin ningún sentido en incluso simular como si tocara el piano. Estaba literalmente ardiendo mientras que ella estaba fría, un contraste que se agradecía en ese momento.

por **Sinnove Lindstrom** Dom Jul 29, 2012 4:21 pm

Me incorporé levemente sobre ella, apoyando mi mentón en el valle de sus pechos para poder observar su rostro. No me cansaría de decir que era preciosa. Sonreí, dibujando una expresión de felicidad absoluta en mi rostro.
Era imposible que existiese una sensación mejor en el mundo que la de estar desnuda en su cama, sintiendo como sus manos hacían caricias por mi espalda. Le di un pequeño beso en la nariz y solté un suspiro satisfecho, aunque ni mucho menos había terminado con ella.

Lo más delicadamente que pude me tumbé sobre la cama, a su lado, recostada sobre uno de los costados de mi cuerpo para poder mirarla. Empecé a acariciar su vientre, jugueteando con su ombligo, de manera parecida a como ella había hecho con mi espalda unos segundos atrás.

—Soy feliz por haber podido hacer esto contigo—el tono de mi voz salió un poco ronco, ya que los gemidos le habían pasado factura a mis cuerdas vocales. Nada que no se pudiese solucionar. Seguí con mis carcias, sin borrar ni un solo segundo la sonrisa de mi rostro—Muy muy muy feliz, mon âme sœur.

Recorrí su cuerpo desnudo con la mirada de arriba a abajo, aprovechando la calma tras la tormenta. Santana era perfecta. No había otra palabra que pudiese describirla. Su cabello negro desparramado sobre el colchón, su piel dorada sin la más mínima cicatriz o marca, las curvas de su anatomía perfectamente proporcionadas. Sus ojos oscuros, sus labios gruesos, la nariz pequeña. Volví a sonreir como hacía mucho que no lo hacía.

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